mirror ー p. chanyeol

By chenslay

279K 25.1K 6.4K

❝Somos uno... ¿Lo somos?❞ [ chenslay© | 2014 ] - primera edición [ chenslay© | 2023 ] - seg... More

prologue
one
two
three
four
five
six
seven
eight
nine
ten
eleven
twelve
thirteen
fourteen
fifteen
sixteen
seventeen
eighteen
nineteen
twenty
twenty one
twenty two
twenty three
twenty four
twenty five
twenty six
twenty seven
twenty eight
twenty nine
thirty one
thirty two
thirty three
thirty four
thirty five
thirty six

thirty

5.1K 652 133
By chenslay

20 días

Y desde aquella noche, después de ese beso, y aquel momento en el cual deseaba verlo tocar mi puerta, no lo vi otra vez. No me lo encontraba en las mañanas cuando salía a correr, ni leía los mensajes que le mandaba a su número, cuando intentaba hablarle y tenía la más mínima esperanza de su respuesta. No recibí respuesta, y ni siquiera sabía que había ocurrido.

Baekhyun, por el otro lado, tampoco volvió a tocar el tema una vez más. Nos encontrábamos en la casa, y no nos decíamos más de 5 palabras, las cuales terminaban en el aire. Por suerte, nuestra semana de finales estaba cerca h ambos tomábamos nuestro tiempo para estudiar, así que había una excusa para continuar evadiendo aquella situación.

Mis familiares, más que nada, mi mamá, había intentado una y otra vez en ponerse en contacto conmigo; y yo continuaba ignorando sus llamadas y mensajes, al punto en el que se volvía más y más  agobiante. La situación con Yuri se había calmado, o al menos un poco, y por lo poco que escuché, mis padres le pusieron unos cuantos acuerdos, a ambos. Lo primero fue que ambos debían terminar la secundaria, y tal vez la universidad no era una opción por el momento. Ambos se mudarían a casa de mis padres por solo tres años, pero mis padres solo cubrirían los gastos de aquel bebé, y ellos trabajarían para ellos mismos. En conclusión, iban a dejarlo todo pasar una vez más. Yo, por mi parte, decidí no involucrarme más.




Tocando el timbre varias veces, me quede esperando a que Youngji abriera la puerta. Era una de las pocas veces que salíamos juntas de compras, ya que nuestros horarios no coincidían, o teníamos un turno en el café.

—¡Sora! —Dijo, antes de abrazarme. Me di cuenta que estaba terminando de arreglar su pelo.

—YoungJi. —Le salude mientras le sonreía. Ella me invitó a pasar, y pude darme cuenta que su apartamento era completamente diferente a ella. Colores cálidos y neutros, muebles necesarios y un aroma dulce y fresco, siendo un buen lugar para que dos personas puedan vivir.

Pude darme cuenta que había una mujer sentada en la mesa baja, barajando unas cartas en su mano, mirándome con curiosidad.

—Hola. —Saludé, siendo educada.

—Sabía que vendrías Sora. —Dijo ella sonriente. Fruncí el ceño, sin entender a lo que se refería.

—Ignora a mi hermana. Está loca. —Me dijo Youngji, mientras negaba con la cabeza—. Vuelvo en unos minutos. —Me dijo—. Miyoung, por favor, no empieces.

Le pidió y su hermana asintió mientras veía a su hermana irse dentro del pasillo a su habitación.

—Tú conociste el mundo hace poco, ¿Verdad? —Preguntó Miyoung, mientras sacaba una tarjeta pequeña de su bolsillo y me la pasaba.

—¿A qué te refieres? —Le pregunté, aceptando la tarjeta mientras leía su contenido.

«Descubre tu futuro con Mi Young.»

Recordó cuando Youngji le había mencionado que su hermana era completamente diferente a ella. Que ella tenía una relación con el más allá, o quizás tenía mucha suerte adivinando la fortuna de los otros. Psíquica, era la palabra.

—Puedo ayudarte a conocer que va a pasar con dos corazones... —Me miró, dándome una sonrisa convincente.

—¿Dos corazones? ¿Cuáles dos corazones? —Pregunté confundida.

—¿Puedo leer tus manos? —Preguntó ella, ofreciendo las suyas para tomar la mía. Y pensando en que me arrepentiría de esto en algún momento, tome asiento frente a ella.

—Miyoung. —Youngji dijo desde el pasillo, caminando aún con la mitad del pelo sin hacer—. Sora, no tienes que hacerlo.

—YoungJi. —Miro su hermana menor con normalidad—. Necesito estar con ella a solas. —Le pidió.

Youngji me miró con nerviosismo. Asentí con la cabeza, lo cuál hizo que ella simplemente respirara profundo para volver a su habitación.

—Tus manos... —Pidió ella. Le mostré mis palmas, lo cuál ella tomó la izquierda para trazar sus dedos sobre las mías.

Mirándolas con tranquilidad, y por unos segundos detenerse para asentir para ella misma. Podía sentir un nudo formarse en mi estómago y el nerviosismo apoderarse de mi otra vez más.

—Tus dos amores... —Habló, la miré nerviosa—. Uno de ellos es  malo, muy malo para ti... —Avisó, y luego siguió trazando sus dedos en el centro de mi palma—. Ojos que perdieron su camino.... —Asintió lentamente y dio una corta respiración—. Uno de los amores... Siempre te quiso. Pero no te merece porque hizo algo muy malo. —Ella llego al principio de mi dedo corazón—. El otro chico... Siempre sonreirá. En todo momento. No confíes en esa sonrisa... —Negó con lentitud. Y soltó mi mano.

Luego tomó mi otra mano, haciendo sus mismos movimientos.

—Estás llena de éxito. Felicidades. —Sonrió y luego dirigió su mano hacia el centro—. Tienes un nuevo amigo muy curioso... —Comentó y se rió—. No lo trates mal. —Me advirtió. Bajo a un punto en el cual hizo una mueca. Me miró aterrada y entreabrió los labios—. ¿Hiciste un trato con el diablo?

Su pregunta me hizo alejar mi mano de ella, mirándola a los ojos igual o más aterrada que ella.

—¿Trato c-con el diablo? —Repetí, nerviosa—, ¿Que estas diciendo...?

—Hiciste un trato... Para conseguir lo que quieres con ayuda de... —Paro por un momento y suspiro dando una sonrisa nerviosa—. Es la primera vez que siento esto... Y te aseguro, no me equivoco. En tus ojos veo la verdad... —Me miró a los ojos, ella estaba tan sorprendida que sus ojos habían cristalizado aguantando las lagrimas, pude sentir una presión en mi pecho—. Debes de, conseguir lo que acordaste... Si no, no tendrás suerte...

—¿Suerte?

—Lo que firmaste en el trato... Fue bajo condiciones... Condiciones explicitas y con partes ocultas. —Dijo ella y tomo otra vez mi mano—. ¿A que mundo viajaste...? ¿No fue uno sin caos o destrucción...? ¿Un mundo perfecto? —Añadió opciones—. Ese mundo al que fuiste, no es para ti, no es para nadie...

Pude sentir un leve nudo en mi estómago. La mire sin decir nada, tragué saliva y la miré con atención. Ella lucía segura de sus palabras, como si lo acababa de leer de un papel, ya impreso y certero.

—Haz todo para conseguirlo. Y, aunque no puedas hacerlo y tu corazón duela... —Me miró con serenidad, soltando mis manos y asintiendo lentamente—. Piensa en lo mejor para ti. —Me sonrió un poco—. He terminado.

Me quedé en silencio, sin saber que decir o hacer. Procesando toda esta información y sin tener la más mínima idea de que sería lo siguiente. Apreté mis labios, tomando mi bolso.

—¿Cuanto debo de...?

—Absolutamente nada... —Ella nego con la cabeza al verme sacar mi billetera—. Tu no me pediste mis servicios, yo recurrí a ti. —Me dio una media sonrisa y se paró de su asiento—. Sea lo que sea, llámame. No lo dudes.

Asentí levemente, aún procesando todo lo que ocurrió mientras que la hermana de Youngji caminaba a la cocina, tomando la encendedora para así encender un cigarrillo.

¿Y si hecho un pacto con el diablo? ¿Y si sonrisas de Chanyeol son solo fantasías? ¿Y si ayuda tiene tiempo limitado y para conseguirlo debo de explotarme y sufrir? ¿Y si su esposa al final de todo? ¿Y si era verdad? ¿Y si mundo perfecto al que fui fue un disfraz del infierno?

¿Y si...? ¿Y si...? ¿Y si...?

Un escalofrío corrió por mi espina mientras que esperaba por Youngji. Intentaba controlar mi respiración mientras que dentro de mi cabeza pasaban miles, y miles, y miles de cosas. Preguntas, más que nada. La realidad estaba en que quería salir corriendo lo más antes posible.

—¿Lista? —Youngji preguntó, sacándome de mi trance. Me puse de pie y asentí, sonriéndole levemente—, ¿Miyoung logró asustarte?

—No. —Negué con la cabeza, mintiendo o quizás intentando convencerme de que aquello que había pasado era simplemente una paradoja más—. Todo lo que tenía que saber.

Sentí la mirada de Miyoung sobre mi, mientras removía las colas de su cigarro sobre el pequeño plato. Ella, no como Youngji, si sabía lo que estaba pasando.

—Suerte. —Fue lo único que me dijo, dándome una leve sonrisa. Ni siquiera era una de felicidad, era más bien una de pena

Y ahí fue cuando me di cuenta que todo lo que estaba pasando, me asustaba.

Sora, tu no crees en estas cosas de lecturas de manos. Todo lo que pueda decir ella es una vil mentira de un juego de adivinanzas. No te alteres, no tengas miedo. Todo lo que había dicho ella no existe.

No existe.







Y no fue hasta tarde que había llegado a casa. A pesar de que no quería volver, las ganas de llegar a casa y esconderme de todo lo que me rodeaba, la realidad frente a mi, y seguramente todo lo que no quería saber.

Aún sabiendo quién me esperaba, aún sabiendo que me encontraría. Aún sabiendo como todo lo que estaba en mis expectativas se hacia una porquería. Porque eso simplemente no existe.

Ya era la segunda copa de vino que tomaba, casi terminando la botella que Baekhyun compraba para sus noches largas de proyectos, y en las que rara vez me ofrecía beber con él. Yo, que en aquel entonces le decía que no, y repetidamente bebía con el.

Una risa salió de mi, odiaba el sabor de este vino. Y ni siquiera entendía por qué lo estaba tomando. Pero yo nunca termino de entender porque hago ciertas cosas.

Mirando el techo de mi habitación, en plena oscuridad y dejando que el alcohol hiciera sus efectos en mi cabeza, sentía aún la presión en mi pecho, la misma presión que sentí en el momento en que mi mundo se vino abajo.

Y quizás sea esa mi maldición. Querer demasiado, querer todo, intensa y dolorosamente. Sentir. Sentir más de lo necesario, de lo que debería.

Y me dolía más saber que no me importaba.

No me importaba lo que pasara con Baekhyun en el futuro, lo que había pasado o lo que está pasando.

No me importaba lo que sentía por Baekhyun o por Chanyeol.

No me importaba lo que era Chanyeol. Lo que es Chanyeol. Lo que haría conmigo.

No me importa si empecé a jugar con el diablo. O en su defensa, el jugaba conmigo.

No me importaba nada.

Me importaba más saber que nunca me había sentido así, como si me hubiese convertido en otra persona. Atrapada en mi cuerpo, en mis pensamientos. De los cuales debía de huir, correr.

Y eso empecé a hacer. Correr.

Sin ver la hora, me aliste y empecé a correr. Huir, más bien, sintiendo como mi pecho se calentaba poco a poco. Liberando cada pensamiento, escuchando más fuerte mi respiración y mis latidos que a mi misma. Mis piernas estaban quemándose, y me sentía mareada, pero no importaba.

Porque correr de mi misma me hacía sentir libre, o al menos quería pensar en eso.

Caminaba por la calle, no tenía ni la más remota idea de que hora era. Había dejado mi teléfono en casa, y con suerte reconocía las calles en las que había llegado. Buscando una salida, pude sentir a alguien caminando detrás de mí, intentaba mantener mi calma y no sentirme alerta, y mucho menos mirar quien estaba detrás de mí.

—Soy yo. —Chanyeol habló, lo cuál me hizo parar en seco y voltearme lentamente. Sus ojos se encontraban fijos en mí, pero no era esa mirada que extrañaba; o a la que me había acostumbrado. Era una mirada fría, y con demasiado dolor.

Tragué saliva, mirando todas las salidas en las que me encontraba cerca.

—Quiero estar sola hoy. —Le dije, intentando aguantar mis ganas de gritar. Chanyeol solamente asintió y dio unos pasos hacía mi.

—¿Pasó algo hoy? —Me preguntó, sus ojos aún mirándome fijamente, y sin ningún tipo de calidez—, ¿Por qué quieres estar sola de repente?

—Porque quiero estar sola. —Le respondí—. Igualmente, ¿Que haces aquí Chanyeol? —Le pregunté, sintiendo mi corazón intentando escaparse de mi pecho, viendo como Chanyeol se acercaba a mí.

—¿Por qué no lo estaría?

—No parecía importante hace unos días. ¿Por qué hoy? ¿Por qué no ayer? ¿Por qué no mañana? —Mi pregunta hizo que el asintiera otra vez, una sonrisa apareció en su rostro.

—Tu me llamaste, Sora. —Chanyeol respondió—. Gritabas por mí.

—No. —Negué con la cabeza—. No te llame.

—Me llamaste, una, y otra, y otra vez. —Chanyeol aseguró—. Pensando que nadie te estaba escuchando, yo lo hice. Una, y otra, y otra vez.

Golpéalo. Corre. Grita. Haz algo. No te quedes parada ahí, huye de él. Pero igualmente no me movía.

Su mano tocó mi rostro, acariciando mi mejilla lentamente. Sus manos estaban calientes, suaves y me estaba volviendo loca.

—¿En que pensabas cuando te metiste conmigo? —Preguntó en un murmuro—, ¿No te da gracia lo que dijo? A lo que se refería ella, la mala persona... ¿Crees que hablaba de mí?

Mi garganta estaba completamente seca, incluso formular una palabra me dolía. Su sonrisa a la cuál acostumbraba a confiar, era una que desconocía. Mantuve mi mirada en el, queriendo aferrarme a lo tal vez ni siquiera existía.

—No tenía motivo para decirlo antes, no tenía tampoco porque decirlo. Pero, tu tampoco tenías que saberlo justamente ahora... —Diciendo esto, tomó unos pasos más cerca de mí, bajando su rostro al mío y sin dejar de mirarme a los ojos—. Me equivoque al pensar que eras la chica con más confianza en el mundo, de alguna manera u otra, siempre fuiste inteligente.

Aún con el corazón pesado, y sintiendo dolor en mi pecho, pude abrir mi boca.

—¿De qué hablas? —Pregunté, apretando mis puños hasta que mis nudillos estaban blancos—, ¿Decirme qué?

—Que no existe ese otro mundo. —Chanyeol dijo—. El espejo al que te aferraste, al que tanto miedo le tenías. Eso no existe. Descubriste que no existe. —Dijo con total honestidad, como si estaba burlándose de mi. Pude sentir mis piernas temblar, pero aún así manteniéndome de pie. Tragué saliva, sintiendo mis ojos arder un poco—. Pero se sintió muy real, ¿Cierto? Lo que vivimos se sintió muy real, muy perfecto.

Chanyeol negó con la cabeza, besando mi frente y luego dando un pequeño beso en mis labios.

—Eres hermosa. —Chanyeol asintió, mirándome con orgullo. Como si era un premio el cuál acababa de ganar—. Mi hermosa Sora.

Nunca había sentido tanto miedo cómo el que sentía ahora mismo.

—Dijiste que no te importaba... —Chanyeol dijo suspirando, separándose de mí poco a poco—. No te importaba quién era yo, de dónde venia, que iba a hacer contigo... —Contaba, dando pasos hacía atrás. Cada palabra era un pasó más lejos de mi, pero yo aún no podía moverme.

Negué con la cabeza, queriendo llorar. Gritar. Correr.

Corre. Corre. Corre.

—¿De verdad no te importa quién soy? ¿No quieres saber quién soy? —Preguntó, su sonrisa ahora era macabra, llena de maldad—. Soy yo, Chanyeol. —Negó con la cabeza—. Muchos me dicen el diablo por alguna razón...

Un sollozo salió de mi garganta. Lo cuál lo hizo caminar hacía mi, sosteniéndome en sus brazos. El calor de su cuerpo contra el mío me hacía sentir enferma, cómo si me estuviera asfixiando.

—No, no llores, mi hermosa. —Murmuró, acariciando mi cabeza—. No quiero verte llorar. Podemos ser felices aún.

Esta vez, movió un poco su cuerpo lejos del mío, mirándome a los ojos. Su sonrisa, aun enternecida pero macabra.

—¿No lo crees? —Chanyeol dejó salir una pequeña risa, negando con la cabeza—. Soy lo peor que te hubieses imaginado. ¿Hacer un trato conmigo? ¿En que estabas pensando Sora? ¿Que todo lo que pasó fue un accidente? —Negó nuevamente—. Quizás lo fue, pero al final, no puedo esperar a que vengas conmigo.

—No. —Negué con la cabeza—. No.

Esto debía ser un sueño. Uno muy malo. Uno del cual debo despertar.

—Tu y yo somos uno. —Asintió, limpiando las lágrimas en mis mejillas—. No creas que vas a escapar de esto. De nosotros. —Dando un suspiro, seguido de una sonrisa—. De mi.

Dejando el espacio en nosotros, haciendo un ademan mientras daba la vuelta para caminar lejos de mí.

Y lo único que supe hacer fue gritar.

__________
editado 2024

Continue Reading

You'll Also Like

100K 10.6K 12
Tweek era como un ángel Craig no no merecía tenerlo
853 72 5
Sin importar el tiempo o las circunstancias ellos se encontrarán de algún modo, no lo saben pero hay un hilo rojo que los une a través del tiempo y l...
10.6K 1K 28
PORTADA POR CORTESÍA DE LA MAGNÍFICA KHEYREDFIELD. Leon Scott Kennedy, tras haber sido sometido a largas y crueles torturas con el fin de obtener el...
7.2K 459 8
Su falsa relación para alejar a Linda puede hacerse más verosímil de lo que pensaban. [Nicole/Christian][Shortfic][Terminada]