Así que, realmente lamento tan poca actividad en las historias. Pero la universidad me consumió, afortunadamente ya estoy libre y quedan pocos días para tener unos cuantos días de vacaciones.
Sin más que decir, disfruten el capítulo. Si votan y comentan, realmente me harían muy feliz.
Pasaron cuatro días más antes de que Deaton pudiera enviar un mensaje a la manada Arnold. Acordaron tentativamente reunirse la semana siguiente, pero insistieron en que fuera en Beacon Hills, no en territorio neutral. También insistieron en que toda la manada, incluida Olivia, estuviera presente en la reunión. Derek no estuvo de acuerdo con eso e incluso colgó en un momento, antes de darse cuenta de que Lucas no estaría de acuerdo con nada menos y simplemente los atacaría si continuaba negándose.
Derek intentó mencionar al otro cachorro a su cargo, pero Lucas ignoró su pregunta en ese frente.
Se discutieron otros temas, y Derek casi provocó una guerra en la manada cuando gruñó acerca de cómo exactamente Olivia había llegado a estar bajo su cuidado.
Deaton solucionó el contratiempo y los salvó a todos de lo que seguramente habría sido una batalla devastadora.
Derek había comenzado las discusiones todavía desconfiado del druida, pero las terminó con un nuevo respeto por el hombre y lo que cautelosamente uno llamaría confianza.
Cuando mencionó su cambio de mentalidad, Deaton simplemente le dedicó una aproximación a una sonrisa y puso su mano sobre el hombro de Derek. Era la primera vez que iniciaba contacto desde que se conocían.
"Eres el hijo de Talia, Derek", dijo, como si eso explicara todo. “Y te estás convirtiendo en un buen Alfa. Te ayudaré tanto como pueda”.
Derek, abrumado por la declaración, simplemente asintió y cambió de tema a lo que se suponía que debían hacer a continuación.
Las negociaciones continuaron durante toda la semana.
Mientras tanto, Stiles, Chris y Peter llegaron a conocerse un poco mejor.
Se enteraron de que Chris tenía un insaciable gusto por lo dulce y había nombrado a Allison en honor a su tía favorita. Stiles lo abrazó con más fuerza después de esa revelación, todavía culpándose un poco por su muerte. Eso llevó a una conversación franca durante una de sus citas, donde Chris le aseguró en términos muy claros que él no tenía la culpa en lo más mínimo.
Aprendieron que Peter hacía trampa en cada juego de cartas o de mesa que intentaban jugar (algo que admitió sin vergüenza y que aprendió de su madre), y que a él absolutamente, positivamente no le gustaban los baños con esponja. Stiles y Chris estaban un poco confundidos por su fervor hasta que el lobo admitió que así fue como lo limpiaron durante su coma.
Se enteraron de que Stiles estaba aprendiendo por sí solo latín y polaco en secreto, y que le encantaba pintar cuando era pequeño, pero que había dejado de hacerlo después de la muerte de su madre y nunca volvió a hacerlo.
Stiles había olvidado que el noviazgo incluía regalos, hasta que se despertó una mañana y encontró una nota adhesiva pegada en su frente.
'Nos vemos en la habitación de invitados.'
Se frotó los ojos para quitarse el sueño y se aseguró de no despertar a Chris cuando se levantó de la cama. Después de mirar dentro de la cuna y ver que Olivia todavía estaba dormida, se dirigió a la puerta de al lado.
La abrió y descubrió que Peter había reorganizado los muebles para dejar espacio para un caballete gigante junto a la ventana.
El lobo en cuestión yacía desnudo en la cama con los brazos detrás de la cabeza.
El aliento de Stiles se detuvo ante la vista. De alguna manera apartó sus ojos del cuerpo de Peter y descubrió una cantidad francamente alarmante de lienzos, cuadernos de bocetos, pinturas, acrílicos, carboncillos y varios otros medios que estaba desesperado por probar.
"Peter", dijo entrecortadamente.
Peter simplemente sonrió y rodó sobre su costado, apoyando su cabeza en su mano. "Dibújame como una de tus chicas francesas, Stiles".
Stiles se rió y corrió hacia la cama, saltando mitad sobre Peter y mitad sobre el colchón. Antes de explorar a fondo su regalo, pasó la siguiente media hora mostrándole a Peter cuánto lo apreciaba.
Al día siguiente, después de la escuela, Chris lo llevó a la biblioteca pública y se sentó en una de las mesas al fondo de las estanterías. Se puso un par de anteojos que Stiles nunca había visto, pero se le hizo agua la boca.
"Chris", comenzó con incertidumbre, sus pupilas se dilataban.
Chris sonrió con picardía y miró a Stiles por debajo de sus gafas. “Para usted, es profesor Argent. Siéntate, cariño, te voy a dar una lección de latín”.
Stiles jadeó y se sentó en el regazo de Chris, besándolo suciamente.
La lección terminó con pajas mutuas y una prohibición permanente de entrar al lugar.
Los días en que los tres querían tener una cita con todos ellos, John insistía en que dejaran a Olivia con él. Él y Derek pelearon, y John acordó permitir que Derek los visitara esas noches bajo los auspicios de mantenerlos a salvo en caso de que la manada Arnold atacara.
A medida que se acercaba la reunión con la manada Arnold, Peter se ponía cada vez más de mal humor. Se encontró gritando tanto a Stiles como a Chris.
Sabían que solo estaba proyectando su miedo ante la idea de perder a Olivia, pero nada de lo que intentaron parecía hacerlo sentir mejor.
Ninguno de los dos lo tomó como algo personal, y ambos resolvieron marcar con su olor a Peter con más frecuencia cuando estaba de mal humor, ya que eso parecía apaciguar a su lobo al menos temporalmente.
Fue el domingo cuando algo rompió por fin el espinoso muro de Peter.
"A bu", insistió Olivia, una vez más.
Había estado repitiendo el mismo conjunto de sílabas durante la mayor parte de la mañana, cada vez más irritable a medida que las decía.
"A bu", dijo, un poco más fuerte.
"A bu", repitió Peter, estupefacto. "Te escucho, mi niña, pero ¿qué significa eso que quieres?"
Él, Chris y Stiles habían revisado todos sus juguetes, libros y comidas favoritas, y nada había ayudado a disminuir su insistencia en repetir 'a bu'.
"Oh, Dios mío", dijo Stiles de repente, como si una bombilla acabara de aparecer sobre su cabeza.
Sacó su teléfono y llamó por video a su padre, teniendo cuidado de alejar el teléfono de Olivia.
"Oye, chico", dijo cálidamente su padre cuando contestó.
"Papá", comenzó Stiles de manera acusadora, pero con una sonrisa en su rostro. "¿Le has estado enseñando a Olivia a llamarte 'abuelo' cuando está contigo?"
Se hizo el silencio al otro lado de la línea y, de repente, John pareció culpable.
Peter levantó la vista desde donde había estado observando a Olivia jugar sin entusiasmo con su elefante de peluche. Su expresión estaba entre esperanzada y devastada.
"Eso", John se aclaró la garganta. "¿Eso no está bien?"
Stiles suspiró y le entregó el teléfono a Peter.
"John", dijo el lobo entrecortadamente. “Eso está más que bien. Sería un honor para mí que fueras su abuelo”.
Hubo un suspiro de alivio por parte del Sheriff. “Gracias, Peter. ¿Por qué... pero por qué lo preguntas?
Stiles tomó su teléfono y apuntó con la pantalla a Olivia.
"Dulce niña", dijo, llamando la atención del bebé. "¿Quién es?"
Olivia dejó escapar un chillido de alegría y cayó hacia adelante para poder arrastrarse hacia el teléfono. "¡A bu!"
“¡A bu! ¡A bu! ¡A bu!" La bebé dijo los sonidos lentamente, tratando de hacerlos bien.
El efecto de las palabras fue instantáneo. Peter jadeó, inclinándose corporalmente hacia Chris, quien pasó su brazo alrededor del hombro del lobo sin pensarlo.
El rostro de John se iluminó y le repitió los sonidos a Olivia a través de su sonrisa deslumbrante.
Stiles lloró, sus ojos buscando los de Peter. Se miraron a los ojos y compartieron un suspiro de satisfacción.
"Estaré allí en diez", prometió John. Los demás ignoraron el vaivén de su voz y la humedad de sus ojos.
Cuando John llegó a la casa, Olivia se meneó frenéticamente con un chillido. "¡A bu!"
Peter y Stiles estaban llorando abiertamente en ese momento, completamente abrumados. Chris no pudo evitar que la sonrisa se extendiera por su rostro mientras consolaba a sus compañeros.
John no perdió tiempo en levantar a la niña del suelo y abrazarla cerca. "Así es, bebita, el abuelo está aquí".
¿Pañuelos?