Recuerdo la vez que conocí a Max Verstappen.
Papá falleció un 20 de julio del 2017 y las personas allegadas al Charles y relacionado con el deporte del motosport estaba ahí.
Max fue el único que se acercó a mi, porque todos tenían miedo de verme quebrarme. No llore durante el velorio, ni cuando lo enterraron. No llore cuando me daban el pésame.
No lloraba y parecía que era cuestión de tiempo para que explotara.
Max en su lugar me consoló. Dijo que no estaba bien que no llorara y bromeo con que, el tampoco lo hacía así que no importaba tanto.
Jugamos cartas en lo que la gente se despedía y tomamos café frío, escuchamos canciones que le gustaban a mi papá y nos mirábamos cómplices cuando alguien a quien no conocía se acercaba a mi fingiendo que realmente le dolía verme en esa situación.
Lo siguiente fue historia, Max se convirtió en mi todo en aquel momento en una búsqueda desesperada por sentirme mejor y me aferre a la idea de que Max me amaba sólo porque tampoco sabía como decirme adiós.
Justo como hoy.
—Max, ya tengo suficiente con Charles por tenerte cerca —murmuro, ignorándolo lo más que puedo porque estoy demasiado absorta en la tablet, el trabajo en este GP era mucho mayor porque se celebraba en Francia—, aléjate de verdad o pondré una orden de restricción.
—Sabes que no puedes hacerlo —su murmuro parece con coquetería. Su dedo indice se acerca a mi para acariciarme con el dorso la mejilla y por inercia cierro los ojos.
Pero dentro de mi corazón un palpitar ansioso se siente y me alejo, para mirarlo con enojo.
—No quiero que te acerques Max. Es algo real o de lo contrario voy a irme de nuevo y esta vez no vas a poder buscarme en Maranello —amenazo, aferrando la tablet a mi pecho—. Sigue con Kelly y déjame seguir con mi vida.
—No cuando se que Lando esta en tu órbita —brama, esta vez mirándome con enojo que me hace rodar los ojos—. Me estás matando Avery.
—Aléjate ya.
Paso de su presencia dispuesta a ir al hospitality de Ferrari, para ver a Charles y hablar sobre algunas cosas. Durante la media hora que pasamos juntos no me mira como con cariño y estoy tan enojada con él mundo entero que también paso de eso.
—Bien, eso es todo —me pongo de pie y por primera vez veo una mirada de angustia en Charles.
—¿Don-donde vas?
—Quiero estar sola.
No dejo que me conteste porque sinceramente hoy en especial un hueco se hace mi corazón. Quiero estar sola y quiero que nadie me deje.
Es tan contradictorio porque tengo la necesidad de buscar consuelo y a la vez, siento que nadie va a poder llenar el hueco de esperanza que me hace falta.
Pero es que también me rehuso a pedir ayudar, porque sé que puedo sola. El orgullo me mata.
Tan pronto cierro las ventanas de la habitación pequeña quedando a completa oscuridad, apago mi celular y me acuesto bajo las sábanas. Ignorando todo el ruido que hay afuera.
—Maldita sea —murmuro cuando escucho entre mis sueños el golpear de la puerta, apenas puedo tocar mi celular para ver la hora pero veo que esta apagado.
Con los ojos entreabiertos prendo el aparato mientras abro la puerta de la habitación. Cinco pares de ojos me miran asustados.
Charles, Carlos, George, Lando y Max...
—¿Qué mierda hacen aquí? Estoy durmiendo —bramo, ignorándolos para ver como explota el aparato en notificaciones.
—Juliette, desapareciste por casi un día entero —Max contesta preocupado desde atrás y no quiero mirarlo, por lo que veo la hora en mi celular para ver que efectivamente ya era 20 de julio, pero ya casi oscurecía.
—¿Estas bien? —George me mira igual, pero el si se atreve a tomarme del hombro para que lo mire.
Quiero decir que sí, pero solo los miro a todos un tanto asustada. ¿Por qué diablos dormí tanto?
—Quiero estar sola —murmuro, siendo un manojo de nervios—, arreglo toda tu agenda y te la mando por correo, Charles. Regreso a Monaco, por este fin de semana.
—No puedes dejarme en una de las carreras importantes —Charles me mira con severidad—. Tenemos tanto por hacer.
—Char, deja que tu hermana se vaya a casa —Lando por primera vez habla y esta vez lo miro, agradeciendo—. Esta cansada de soportarte.
Bromea pero yo sólo alzo las comisuras de mis labios, fingiendo que me ha dado risa.
—¿Acaso son todos tontos? Es por tu papá, Charles —Max brama, abriéndose paso entre Georges y mi hermano—. Estas tan sumergido en tu drama de la familia perfecta donde quieres que Avery sea igual que antes sólo por lo que pasó con nosotros que no te haz dado cuenta que hoy es es otro año más en el que tu papá se fue.
Quiero decir algo para defenderme, porque puedo hacerlo por mi. Pero estoy un poco cansada de pelear con todos que ni siquiera peleo cuando Max cierra la puerta en la cara de los pilotos dejándonos a ambos dentro de la oscuridad de mi habitación.
Y es cuando aun en la oscuridad, busco el pecho de Max para soltarme a llorar. El se siente rígido cuando me aferro a su espalda en un abrazo, pero no me importa.
Max nunca era de contacto físico pero si que era de escucharte atentamente y aconsejarte, así que dejo que lo abrazara por mucho tiempo aun cuando estábamos parados en medio del pasillo.
—Esta bien, Avery. Todo lo que sientes debe de salir ahora, así que aquí estoy para escucharte —murmura cuando me separa de si y asiento tallándome los ojos para que las lágrimas se vayan—. ¿Cómo es que aun llorando te ves linda?
Me hace reír entre lagrimas y me doy vuelta para tirarme en el sillón de la habitación. Max hace lo mismo pero sin invadir mi espacio y lo agradezco tanto, porque ahora que me siento un poco mejor sé que caer a sus brazos ahora que he aceptado mis recientes sentimientos a Lando va a jugarme muy mal.
—Extraño mucho a mi papá. Se que ya han pasado cinco años y aunque he aceptado que ya no está conmigo, duele saber que nunca más podré hacer todas esas cosas que tanto me gustaban hacer con él —murmuro—. Todos dicen, "Avery déjalo ir, Avery ya él esta en un lugar mejor, Avery tienes que avanzar" no saben la mierda que es amar tanto a alguien y que de un momento a otro la vida te lo arrebate por una horrible enfermedad que te da aunque sea un poquito de esperanza que va a poder librarla.
»Quisiera haber disfrutado graduarme de la escuela junto a él, porque siempre por lo más mínimo nos decía lo muy orgulloso que estaba de nosotros. Que me enseñara de autos como a los chicos, que en las carreras de Charles siempre fuéramos él y yo los que más gritaban cuando lograba terminar o burlarnos cuando no. Desearía que me llevara de nuevo a mi habitación como cuando me quedaba dormida en el sillón aun cuando tenía dieciséis. ¡Desearía tenerlo una vez más conmigo para que me abrace y no estarlo extrañando tanto!
Me desbordo en llanto, haciéndome pequeña en mi lugar en el sillón; abrazando mis piernas y enterrando mi cabeza en el hueco de mis rodillas.
—Esta bien extrañar todo eso, Avery. Sé que es difícil por como sucedieron las cosas cuando lo perdiste pero tu sabes... tu sabes bien, que era mejor que dejara de sufrir a seguir viviendo una vida de dolor —su voz suena cerca de mi, para pronto sentir que fácilmente me tiene en su poder en un abrazo—, ¿Quieres escuchar sus canciones favoritas mientras me cuentas más de esas cosas que te hacían feliz cuando él estaba?
"Uhmju" es lo que sale de mi garganta para luego buscar mi celular y poner esa melodía que puso durante un mes entero todas las mañanas mientras nos iba a dejar a la primaria a Arthur y a mi.
Las horas junto a Max parecen ir tan lentas y amenas que siento una paz enorme a su al rededor y por primera vez, siento que no lo odio después de todo lo que pasó.
Me resulta tan triste saber que sigue siendo alguien importante en mi vida... pero que ya no lo veo con esos ojos de amor con los que lo vi alguna vez. Porque incluso cuando se fue a las 3 am, después de cenar hamburguesa desee mucho que quien me hubiera traído pizza de peperonni fuera Lando Norris.
Desee tanto que fuera él quien me escuchara. Quien me abrazara toda la noche hasta dormirnos viendo una película.
Pero se que me he metido en un enorme problema por haber dejado que Max me mantuviera segura en un momento tan vulnerable, dejándome bajo la humillación de que aun sigo bajo su poder.
Lo entendía, pero creo que nadie entiende que Max fue alguien muy importante en mi vida y aunque desee que las cosas fueran diferentes, siempre va a ver una conexión porque nadie más sabía lo que él y yo tuvimos alguna vez y lo mucho que nos amamos.
Aun cuando ya no haya ese tipo de sentimientos de por medio.
Deja vu - Olivia Rodrigo