mirror ー p. chanyeol

By chenslay

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❝Somos uno... ¿Lo somos?❞ [ chenslay© | 2014 ] - primera edición [ chenslay© | 2023 ] - seg... More

prologue
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By chenslay


Todo el día me la pasé pensando en el beso. No porque fuera la primera vez que sucediera –bueno, era básicamente la vez que si lo había disfrutado–, era más por el hecho de que había sido con él. Un sentimiento de culpa, o quizás de arrepentimiento se había apropiado de mí y todo eso había sido desde el momento que el había dicho que lo sentía. ¿Lo decía por el contrato? ¿Porque no le había gustado? ¿Por qué?

Y tal vez por esa misma razón había decidido salir de casa e intentar despejar mi mente haciendo múltiples cosas. Las cuales involucraban a mis ahorros, y al mismo tiempo mi propia zona de comfort. Tiré las bolsas de las tiendas sobre mi cama, y tal vez arrepintiéndome acerca de cómo había elegido ropas acorde con mi tipo de cuerpo, y descubriendo mi propio estilo. O cómo la agradable chica que me ayudaba, decidía qué iba a comprar o no.

Estaba casi lista, o al menos eso creía luego de intentar maquillarme por casi una hora y rindiéndome al ver que el delineado nunca me saldría. Ya estaba vestida, utilizaba tacones nuevos -el cuál agradezco los 6 años de tortura que duré en ballet para no sentirme incómoda en ellos-. Y había peinado mi pelo de una manera que no se sentía tan fresco el corte.

Estuve mirándome en el espejo por unos minutos, alisando la tela del vestido sobre mis piernas mientras sonreía. Era un sentimiento nuevo, me sentía segura, y hermosa.

—Te ves hermosa. —Chanyeol repitió, mientras se recostaba del marco de la puerta del baño. Lo miré sin decir mucho, observando cómo el lucía un traje en combinación de blanco y negro, su pelo recogido hacía atrás y aquella sonría que mostraba cada vez que algo salía cómo el quería—. ¿Estás lista? —Preguntó, yo simplemente asentí mientras caminaba hacía mi habitación por mi bolso, pero antes de poder tomarlo, la mano de Chanyeol tomó mi muñeca deteniéndome—. Olvidé entregarte algo.

—¿Qué? —Pregunté, frunciendo el ceño. Chanyeol tomó unos segundos buscando algo en su bolsillo, y rodeándome para estar detrás de mí. Chanyeol movió sus manos por mi cuello, para luego sentir cómo algo caía de este. Toqué este con mis manos, era un collar que parecía ser de perlas.

—Ahora si estás lista. —Murmuró en mi oído, lo cuál hizo voltearme y mirarle directamente a los ojos. ¿Debería preguntarle?. ¿Qué cosa?

—¿Nos vamos ya? —Pregunté, moviéndome en la habitación tomando mi bolso y asegurándome que todas mis necesidades estuvieran ahí.

Podía decir que había una clara tensión entre ambos, era innegable. Y ambos simplemente ignorábamos cómo esto podía afectarnos. Chanyeol asintió y simplemente esperó por mi para caminar a la puerta. Me detuve viendo cómo el sostenía el manubrio pero aún no abría la puerta.

—¿Lista? —Preguntó, esta vez sonriendo cómo si se tratara de un chiste. Asentí y respiré profundo, y por alguna razón me sentía nerviosa—. Damas primero. —Dijo, abriendo la puerta para dejarme pasar.

Un poco irritada caminé a través de esta, pensando que se trataba de una broma, pero me detuve al darme cuenta que este ya no era mi pasillo y mucho menos mi casa. Me di la vuelta, Chanyeol justo cerraba la puerta y abotonaba la chaqueta de su traje. Detrás de él, la puerta era color negro. Estábamos en una habitación, que podía ser fácilmente mi casa. Muebles detallados en madera, uno que otro mueble cubierto en terciopelo, sábanas de seda, lámparas y detalles de oro en todo mi alrededor.

—¿Dónde es esto? —Pregunté, aún sabiendo la respuesta.

—Ya sabes dónde. —Chanyeol dijo mientras caminaba alrededor de la habitación—. Lamento que fuera mi habitación, no suelo traer chicas aquí arriba, pero quería hablarte de algunas cosas antes de presentarte a todos.

—Oh, tu habitación. —Dije, mirando todo mi entorno con más atención.

—¿Te gusta? —Preguntó curioso, mientras me miraba dando una sonrisa.

—Es linda. —Respondí, caminando a un estante que tenía varias fotografías. Siendo la de un niño, con mejillas enormes y gafas abrazaba a un hurón. Sonreía mientras la tomaba en mis manos—. ¿Este eres tú Chanyeol?

Chanyeol dio pasos rápidos hacía mi y me la arrebató de las manos avergonzado, lo cuál me dio risa.

—Eso no... —Dijo él, cubriéndola avergonzado.

—Eras tierno, ¿Qué te pasó? —Le pregunté, lo cuál lo hizo fruncir el ceño—. Le dices a ese niño que en el futuro se la pasa creando maldiciones a la gente y creo que llora.

—Que graciosa Sora, deberías considerar abrir un curso de comedia. —Chanyeol dijo con sarcasmo, lo cuál me hizo rodar los ojos—. Mi familia está un poco loca.

—Define loca. —Le pedí.

—Creen que eres, bueno, que somos... una pareja. —Chanyeol me informó.

—Oh.

Oh.

—Si sospechan que no es así, son capaces de hacer un espectáculo. —Agregó, lo cuál me hizo fruncir el ceño—. Así que... si estás dispuesta a devolver el favor de la vez en tu casa...

—Oh, bien, está bien. —Asentí—. Intentaré no hacer un desastre.

—Sólo actúa cómo si de verdad me quieres. —Chanyeol pidió—. Imagina que... Imagina que soy Baekhyun por unas horas.

No dije nada al respecto, aunque por la expresión en el rostro de Chanyeol, esta simple tarea parecía ser importante para él. Cómo si de esto se tratara su vida, y este simple favor podía ponerlo en riesgo, así como pedirlo herirlo.

—Mejor bajemos. —Dijo él, caminando a la puerta y abriéndola.

Dónde musica, risas y conversaciones eran formadas abajo. Caminé detrás de él, dónde podía ver mejor la casa. No era una casa cualquiera, esto se trataba de una mansión. Dónde una orquesta ofrecía un concierto en vivo, meseros caminaban alrededor sirviendo champán, vino, canapés y tapas a todos los invitados, que al igual que nosotros vestían de blanco.

Pude sentir la mano de Chanyeol sobre mi espalda, guiándome por los espacios de aquella fiesta. Mientras yo miraba todo, intentando lucir sorprendida, todos me miraban con curiosidad y atención. Pude percibir uno que otro comentario sobre quién era, qué hacía o de dónde había salido. Pero nada de eso importó hasta que habíamos encontrado el salón adecuado, donde una larga mesa en la cuál frutas, flores, velas y pequeña estatuillas estaban siendo mostradas.

Pero en el momento en que el nudo en mi estómago se hizo presente, fue cuando estábamos acercando a cuatro personas que se encontraban en la mesa. Un hombre con rasgos parecidos a Chanyeol, igual de alto pero más maduro tenía en sus manos un vaso de whisky, y a su lado tres hermosas mujeres, que al igual que Chanyeol compartían sus ojos.

—Oh, llegaste. —Dijo una de ellas con una sonrisa de visible alegría en el rostro mientras se acercaba, Chanyeol quitó su mano de mi espalda mientras la recibía con un abrazo—. Me alegra verte otra vez, ahora con... ¿Una invitada? —Dijo mirándome con una sonrisa aún más grande.

—No hagas una escena, Yoora. —Le pidió en un tono bajo.

—Veo que trajiste una invitada. —Comentó ahora a quién asumí que era su madre, quién mantenía una sonrisa dulce.

—¿Tú prometida? —Preguntó ahora el señor, esperando una respuesta asertiva.

«¿Prometida?» Cuestioné mientras miraba a Chanyeol de reojo. El me sonrió, sin decir nada.

—Aún no papá, pero espero que si. —Chanyeol sonrió forzosamente—. Cariño, ellos son mis padres. -Dijo mientras movía sus manos en el aire—. Y mis hermanas mayores, Sandara y Yoora.

—Un placer. —Dije ahora, intentando ocultar mis nervios con una sonrisa—. Mi nombre es Kwon Sora.

—Kwon, cómo Kwon Namjoo, el soldado que dedicó su vida en coleccionar artefactos para no olvidarlos durante la guerra. —Repitió, lo cuál me hizo mirar a Chanyeol con algo de sorpresa, para luego mirar al señor Park y asentí—. Un acto totalmente memorable.

—La familia de Sora mantienen aún el museo. —Chanyeol comentó, lo cuál hizo al señor sonreír mientras dando unos pasos hacía mí, tendió su mano para que la tomara. Así hice, y el luego de besar el dorso de mi mano sonrió nuevamente.

—Un honor conocerte, Sora.

Segundos después, una de las hermanas de Chanyeol, quién asumía que era Sandara se paraba frente a mi, observándome de arriba abajo, sus ojos eran un color avellana y sus rasgos un poco más pronunciados. Ella estrechó su mano sonriendo para saludarme.

—Sandara. —Se presentó. Tomé su mano al saludarla, pero ella no soltó mi mano sin antes mirarme a los ojos, pude ver cómo la mirada en sus ojos parecía ser más sombría—. Su corazón está latiendo con fuerza. —Dijo, mirando a su hermana, quién sonriendo encantada miró a Chanyeol.

Abrí y cerré la boca varias veces. Sin entender mucho de que se trataba, o de que manera había sido descubierta. Yoora caminaba hacía a mi, hasta que Chanyeol se puso en el medio de ambas, siendo un escudo entre ellas y yo.

—Sora es... del otro lado. —Chanyeol respondió, tomando la mano de Sandara y colocándola sobre su pecho—. ¿Qué crees qué pasó?

—Oh, wow... —Ella murmuró, mirando a sus padres quiénes esperaban por una buena noticia—. Está latiendo.

Por la manera en que su madre había recibido la noticia y cómo había puesto las manos sobre su boca, mirando al señor Park con entusiasmo, para luego abrazar a Chanyeol con felicidad, me hizo sentir confundida, y sin negarlo asustada. No sabía que decir o qué hacer.

—Creo que esto... merece un brindis. —Habló el señor Park, y haciendo varios toques de unos cubiertos contra una copa atraer a todos al comedor, el silencio fue infernal y tenso. Toda la atención iba dirigida a la familia Park, y aquella intrusa que se encontraba en medio de ellos. Pude sentir la mano de Chanyeol sostener la mía.

—Hoy es un día de celebración. Hoy, mis hermosas hijas cumplen años, a quiénes les debo todo en este mundo, y a quiénes todos los días llevan con orgullo nuestro apellido. —Se refirió a Yoora y Sandara, las que ahora las reconocía cómo las aterradoras hermanas de Chanyeol—. Y, también a mi hijo, Chanyeol, quién por fin ha conocido a su verdadero amor. —Anunció el con una sonrisa, la misma sonrisa de Chanyeol, lo cuál me hizo mirar a Chanyeol, quién estaba apretando su mandíbula y no se veía al igual de alegre que ellos—. Salud por ellos. —Dijo, terminando de tomarse lo que quedaba de su whisky.

Todos le siguieron, luego de alzar sus copas y dar aplausos al respecto. La música siguió cómo si nada, y los invitados empezaron a dispersarse por la fiesta. Ya varias personas se habían acercado a felicitarnos, y hablar de cómo nos veíamos lindos juntos.

—Sora, ¿Quieres bailar? —Preguntó Chanyeol, le miré estando a punto de decirle que no sabía bailar, pero por la mirada en su rostro, no era más que una excusa para sacarme de esa situación.

—Con su permiso. —Pedí, con educación.

—Propio. —Dijo Yoora dándome una sonrisa. 

Chanyeol me llevó al salón principal, dónde todos estaban bailando la balada que tocaba la banda. Pude sentir mi respiración cortarse en el momento que las manos de Chanyeol estaban puestas en mi cintura, mientras que su mirada estaba sobre la mía, puse mis manos en su cuello y ahí fue dónde empezamos a bailar.

—¿Qué es todo esto? —Le pregunté, con miedo de que nos escucharan, mirando alrededor—. Me siento en el juicio de Bella contra los Volturi.

—¿Yo soy Edward y tu eres Bella? —Preguntó Chanyeol, riéndose.

—Lástima que soy Team Jacob. —Le respondí, haciendo una mueca la cual Chanyeol rodó los ojos.

—Tú mal gusto va más allá de lo real, es increíble. —Dijo, lo cuál ignoré mientras rodaba los ojos.

—Tus hermanas son.... peculiares... —Le dije, mirando cómo ambas nos miraban bailar.

—Sandara tiene... poderes sanadores. Sólo los controla por el tacto. Se dió cuenta que no eras... de aquí. Pero le gustaste. —Me explicó, lo cuál me había dejado un poco más curiosa de la cuenta—. Yoora, en cambio, tiene el control de la dominación, podría fácilmente matarte. Por eso no te dejaría sola con ella.

Mis ojos conectaron con los de Chanyeol, quién me miraba con seriedad. Intenté no sentirme nerviosa al respecto.

—Esto es... una locura.

—No dejaría que te hicieran daño... No ahora, ni nunca. —Me contó en un murmuro, lo cuál asentí sin decir otra cosa—. Mi familia... cumple un gran papel en este mundo. —Me explicó—.Por eso es único, no hay divisiones, ni guerras. Todo aparenta ser más feliz. La gente aquí no tiene preocupaciones, lo cuál es... nuestro trabajo. Controlar todo el caos antes de que llegue a la gente. Son felices aquí, no necesitan irse de aquí.

—¿Qué hay de ti? ¿Tú eres feliz? —Le pregunté, mientras nos deteníamos de bailar.

—¿Por qué preguntas? —Chanyeol dijo, aún manteniendo sus manos en mi cintura.

—Si nadie necesita irse de aquí... —Murmuré, lo cuál por alguna razón u otra me hizo mirar sus labios y luego aus ojos—. ¿Por qué te fuiste?

—Porque te estuve buscando. —Chanyeol respondió, mientras una sonrisa se formaba en su rostro. Pude sentir los latidos de mi corazón acelerar y subir hasta mis oídos.

Mientras Chanyeol tomaba una de mis manos y la llevaba a su pecho. Podía sentir su corazón latir, sus latidos eran fuertes y tranquilos. Mi mirada no podía despegarse de sus ojos mientras él sonreía.

—¿Puedes sentirlo ahora? —Preguntó, manteniendo mi mano contra su pecho—. Está latiendo por ti.

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editado 2023

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