[💎✨] Capítulo de relleno que no va a ayudar mucho a que la trama avance, pero donde nadie va a quedar medio muerto/intentando suicidarse así que denle las gracias a staastaytw porque hoy amanecí benevolente y voy a tomar su petición de no medio matar a nadie... Por hoy
Pd: Yo iba a poner arriba una imagen de Astrid y Brutilda, pero cuando me metí a Pinterest lo primero que vi fue a Hipo mal dibujado besándose de una manera súper... Intensa con Mérida y me arrepentí y mejor puse un video de YouTube JAJAJAJA (al parecer, el simple hecho de buscar httyd en Pinterest me lleva automáticamente a los fanarts turbiOs del 2017)
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Esa misma noche, algunos vikingos decidieron quedarse despiertos hasta tarde para al menos terminar de construir las estructuras de sus nuevas casas con la ayuda de sus dragones, mientras que otros decidieron montar algunos pequeños campamentos para pasar la noche y al día siguiente por fin construir sus casas. Brutacio, Patán y Patapez pertenecía al primer grupo, mientras que Astrid, Brutilda e Hipo pertenecían al segundo.
Por alguna razón, Astrid y Brutilda pensaron que sería buena idea hacer una especie de campamento compartido para pasar la noche juntas, pero fue aún más sorprendente cuando te invitaron a quedarte con ellas, así que después de que Hipo casi te rogara porque pasaras más tiempo con tus amigas, aceptaste quedarte con ellas.
—Sabíamos que Hipo iba a convencerte de quedarte con nosotras—pronunció Astrid con un tono juguetón a la vez que acariciaba las púas de la cola de tormenta, eso siempre ayudaba a la dragona a dormir.
—Es la primera vez que me quedo a dormir lejos de Hipo, por eso estaba dudando un poco... Claro, eso sin contar la vez que me escapé—hablaste con Bella recostada y echa bolita atrás de ti, ella no tenía problemas de insomnio como Tormenta... Bueno, si los tenía pero ese insomnio solo aparecía cuando dormía lejos de ti.
—Ese día amaneciste re loco—Bromeó Brutilda.
—Ni me recuerdes... En fin, ¿dónde están Eructo y Guácara?
—Con el estúpido, perro, idiota, bastardo, mal nacido, roba oxígeno, asesino de neuronas de mi hermano
—Wow... Ni yo me atreví a tanto
—Oye, ¿qué fue eso?—cuestionó Astrid ante el vocabulario tan... Florido de Brutilda—Últimamente parece que Brutacio y tú se odian
—La verdad creo que él si me odia a mi, pero por mi parte solo me llevo de esa manera con él porque es divertido hacerlo rabiar, yo en realidad lo quiero mucho
—Supongo que el Eructo y Guácara se quedaron con él para ayudarlo a construir su "cabaña solo para barbones"—Afirmaste sin miedo a equivocarte.
—Si, aunque es gracioso que se crea que tiene una gruesa y tupida barba cuando en realidad es más lampiño que tú
—Me parece completamente entendible... Por cierto, ¿alguien podría escuchar lo que estamos diciendo?
—Lo dudo mucho—respondió Astrid con seguridad—Están todos durmiendo o demasiado ocupados como para prestarnos atención, además de que estamos casi completamente a oscuras y de que estamos bastante alejados de los demás
Era verdad, la única luz con la que contaban en ese momento era con la luz de una pequeña lámpara de ácido de ala cambiante que apenas y les daba la luz suficiente como para verse los unos a los otros.
—Entiendo, parece que esos vikingos no entendieron completamente el concepto de "refugio temporal"
—La verdad es que no—se quejó Brutilda—Son unos brutos más brutos que Brutacio, si yo fuera Hipo ya estaría vuelta loca por tener que mantener a esos idiotas, si de por mi fuera los dejaba comerse los unos a los otros, sirve que se disminuye la población y de que me ahorro el tener que conseguir comida para el invierno
—¿De verdad los dejarías comerse los unos a los otros—Cuestionó Astrid con cierta incredulidad.
—Me tienen loca y eso que yo no soy la jefa de la aldea, ahora imagínate como me tendrían si estuviera en el lugar de Hipo... No podría
—'Tilda tiene razón...—Interviniste—Hipo está vuelto loco con esos vikingos... Últimamente se ha tomado muy enserio su papel de jefe, intenta hacer todo él solo y cargar toda la responsabilidad en sus hombros, está muy serio últimamente y... No sé, siento que en vez de amarme está comenzando a simplemente tolerarme..
Últimamente está más irritable de lo normal y lo he visto dudar de todo con más frecuencia de lo habitual, es tan extraño..—Llevaste tus piernas a tu pecho y luego rodeaste tus rodillas con tus brazos.
Tormenta se había quedado dormida, así que Astrid se acercó un poco a ti tratando de no despertar a Bella y luego comenzó a trenzar tu cabello, ella fue la única que vio a Hipo en todas sus crisis existenciales por sentir que no era lo suficientemente bueno para ti, así que en estos momentos ella más que nadie sabía de lo mucho que te quería.
—No creo que te esté tolerando... Pienso yo que simplemente está muy estresado y a veces canaliza mejor su estrés cuando está solo
—¿Crees que por eso me haya pedido que pase la noche con ustedes en vez de quedarme con él?
—Si... Además, Hipo siente que debe cargar con todas las responsabilidades él solo porque así tuvo que hacerlo su padre, tal vez por eso de los vikingos molestos es que no quiera casarse contigo
—¿Eso qué tiene que ver?
—¿No lo entiendes?—Se unió Brutilda a la plática a la vez que se acercaba para sentarse frente a ti y Astrid—Si te casas con él, tú también vas a ser jefe y aunque podrán dividirse la carga, vas a tener que lidiar con los vikingos molestos tú también, si yo fuera Hipo también estaría tratando de evitar casarme contigo para ahorrarte esos malos ratos
—Aparte de que el jefe siempre tiene que ser el primero en reaccionar ante cualquier situación de peligro, suponiendo que tenemos problemas con otros vikingos y que desatamos una guerra sin querer, Hipo va a ser el primero en reaccionar, crear estrategias, evacuar, pelear y arriesgarse, supongo que está tratando de evitar exponerte tanto... Ayer intentó evitar que te expusieras al peligro y aún así casi mueres y él casi muere contigo
—¿Morir conmigo?
—¿Morir con él?, ¿de qué me perdí?
—... Les voy a contar, pero no pueden decirle a Hipo que les dije
—Uy, chismecito gratis
—De todas formas probablemente se me olvide después
Astrid asintió antes de contarles lo que había platicado con Hipo la tarde anterior, incluyendo el detalle de que sentía que rompía absolutamente todo lo que tocaba y de que tenía miedo de que al casarse contigo, también fuera a estropear su relación... Pero omitiendo completamente el detalle de que lo había hecho llorar por 10 minutos seguidos.
Miraste el suelo sintiéndote completamente mal por haberle dado ese susto a Hipo aunque no recordaras nada de lo que dijiste durante ese cambio tan repentino de identidad, pero fue peor saber que no te había dicho nada porque justamente sabía que te ibas a sentir mal... Sentías que eras un sensible de mierda... Tal vez esa era la razón por la que te llevabas mejor con las mujeres: a diferencia de los hombres ellas no te consideraban "raro" o "débil" bueno, tal vez un poco, pero no como para excluirte solo por sentir con demasiada intensidad.
—No le digan que les conté, es un secreto
—¿Qué nos contaste?
—Esa es la actitud, Brutilda.
Por cierto, ________, ¿cómo siguen tus heridas?
—Ah, están bien...—Extendiste tus manos para que las chicas pudieran ver tus muñecas que llevaban vendajes bastante limpios y bien cuidados, parecían nuevos y el vendaje de tu frente no era diferente.
—¿Son nuevos?
—Ah, si, antes de venir Hipo me cambió los vendajes... Cuando le dije que podía hacerlo yo solo me dijo que "debería acostumbrarme porque mientras él viva, solo tendré que preocuparme por ser bonito"
—Yo también quiero uno de esos...
—¿Verdad?
—¡Si! A lo largo de mi vida he tenido muchísimos líos amorosos... Hipo está prácticamente entregándole su vida entera a ________-
—¿Te gustaba Hipo?
—Solo me parecía atractivo, pero no es mi tipo... A mí me gustan grandotes, con muchísima carne , algo que pueda alimentar a esta leona... ¿saben a lo que me refiero?
—Honestamente, yo soy más como un perro: me gustan delgados a ver si se compadecen y le dan un huesito a este pobre perro
Brutilda comenzó a reírse de manera escandalosa llegando al punto de casi ahogarse, tú reías en voz baja y Astrid los miraba sin saber si estaría bien reírse o si era mejor quedarse callada.
—JAJAJAJA, ________ Eres el mejor—Afirmó Brutilda cuando pudo reincorporarse—A mí me gustan musculosos como Eret, pero Eret es gay y pasé página, además de que últimamente lo veo medio interesado en Bocón...
—Yo lo veía más interesado en Brutacio—Añadió Astrid.
—¿Por qué discutir? El poliamor sería una solución
—¿Qué?
—¿Qué mierda?
—¡Era un chiste! Dioses, ¿qué no conocen el sarcasmo?
—Hm... Como sea, Patán y Patapez son mis pretendientes de respaldo, aunque Patán parece más enamorado de sí mismo que de mi
—En mi muy humilde opinión, a Patán le gusta mi suegra
—Quién sabe... Patán está súper musculoso y fuertote, como me gustaría que me ahorcara con sus bíceps hasta hacer "hagsahahaa".
Pero, Patapez es más dulce, tierno, detallista... Y si termináramos en una isla desierta y me lo tuviera que comer para sobrevivir, sobreviviría más tiempo
Te reíste de manera silenciosa ante la extraña manera de Brutilda para referirse a lo que quería que Patán le hiciera, mientras que Astrid se rio por su idea de comerse a Patapez para sobrevivir.
—¿Y tú Astrid?, ¿por qué no nos cuentas de tus líos amorosos?
—Supongo que es porque no estoy interesada en nadie—mintió con naturalidad, como si explicar ese tema fuese cosa de todos los días.
Luego de eso, soltó tu cabello: te había hecho 2 bonitas trenzas que obviamente te ibas a dejar.
—¿Qué no te gustaba Hipo?
Astrid se golpeó su rostro con su mano izquierda ante la imprudencia de ese comentario, luego miró a Brutilda con cierto fastidio.
—No te vuelvo a contar nada...
—Ah, lo siento...
—No importa, de todas maneras eso fue cuando éramos niños, actualmente solo lo considero uno de mis mejores amigos y no estoy interesada en nadie—afirmó Astrid con una gran seguridad—solo fue un enamoramiento pasajero, de todas formas, me parece que no podía haber mejor pareja para Hipo que ________
—Astrid, si en ese momento hubiese sabido que a ti te gustaba...
—¿Te habrías quitado del camino—interrumpió—no gracias, de todas formas ni me gustaba tanto, tener un novio no es mi prioridad
—Mi meta en la vida es ser como Astrid—dijo Brutilda—Da buenos consejos, siempre está ahí para ayudar, es capaz de contarme ciertas cosas cuando lo necesita, toma buenas decisiones, sabe cocinar, es una gran jinete, tener pareja no es su prioridad absoluta, tiene una personalidad fuerte y también es fuerte físicamente... Seguramente sería una buena madre o una cosa así
—¡Ja! Es curioso porque ser madre tampoco es mi mayor preocupación, pero si llegase a tener una familia quiero dos hijos
—¡Yo quiero 5 hijos de Patán o 3 de Patapez!
—Uh... Si, genial, seré el tío buena onda
—Qué, ¿tú no quieres?
—¿Me ves cara de poder embarazarme?
—Cierto
—Además, no quiero hijos, al menos no ahora...
—"No ahora"?—Preguntó Astrid.
—Bueno, tú ganas... Tal vez me gustaría tener una hija... No sé, creo yo que sería lindo tener a una niña, un tercer hombre en la casa ya sería un desastre...
—Aww, ¿cómo la llamarías?
—Layla es un bonito nombre...—susurraste tratando de evitar el contacto visual.
Aunque casi te da un infarto cuando Brutilda se puso justamente frente a tu cara, demasiado cerca y sonriendo de oreja a oreja.
—¡AH!
—¡No te escondas!
—¡Brutilda, vas a matarlo!
—¡JAJA! Es divertido asustarlo.
Aunque, me gustaría que Layla me llamase "tía Brutilda", enseñarle lo básico para hacerle la vida imposible a Brutacio y después irla a defender de los locos que tiene como padres cuando la regañen
—Si lo dices de esa manera... Quiero que cuando alguien la moleste, Layla pueda decir "tienes idea de quién es mi tía?" y después aparecer detrás de ella, con un hacha y amenazando con matar a cualquiera que la moleste de más
—Ustedes dos parecen más emocionadas con la idea de "tener una Layla" que yo
—¡Tú has pensado en eso durante quién sabe qué tanto tiempo! Nosotras apenas nos acabamos de enterar, normal que no te emociones tanto
—¿Ha hablado con Hipo de esto?
—Definitivamente no... Algún día, algún día... No será hoy ni mañana, pero algún día
Después de eso, rodaste los ojos aún manteniendo una sonrisa en tu rostro, Hipo tenía razón al pedirte que te quedaras a dormir esa noche con tus amigas.
—¿Qué sería de mi sin ustedes dos?
—Una miseria
—Un fracasado como Brutacio
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