Mis lágrimas ruedan sobre mis mejillas con fuerza. Estoy segura que todo mi rostro está negro por el maquillaje que usaba y que mi cabello estaba desastroso.
—¿Por qué? —susurró en desesperación mientras aprieto los puños con fuerza ante el dolor tan insoportable que siento dentro de mi—, dijiste que solo eran amigos.
—Mi amor —Max murmura con miedo, mientras se pone de rodillas frente a mi tratando de tener mis manos en las suyas—, estaba demasiado borracho... yo pensé que eras tú.
—¡Hablaron por semanas! —me pongo de pie y siento tan horrible verlo lloriquear por un perdón. Quiero vomitar de la ansiedad—, confié en ti. Confíe en que no serías como todos los demás.
—No, Avery. Yo jamás sería como ellos, simplemente se me salió de las manos —suplico abrazandonse a mis piernas.
Quiero tocar su cabello y sentir que podemos superar todo este embrollo, porque amo mucho a Max Verstappen desde que tengo 18 años pero tan pronto suena su celular ambos miramos la pantalla y el nombre de Kelly brilla.
Lo miro con desagrado y solo puedo separarme con bruzquedad de sus brazos. Me duele mucho porque él parece tan desesperado que se arrastra por volver a tomarme pero abro la puerta de la habitación.
Quiero correr y quiero gritar, pero se que los demás pilotos están en las otras habitaciones y hacer un escándalo así sería terrible para mi hermano, Charles Leclerc, quien esta en la cúspide de su carrera ahora que su contrato con Ferrari se a alargado.
Siento como si las paredes se hicieran cada vez mas pequeñas y que los pasillos fueran mas largos de lo normal y que no me dejaran llegar al elevador.
Mi cabeza duele por el llanto y tengo la sensación de que me voy a desvanecer en algún momento, pero no sucede porque tan pronto las puertas de la caja metálica se abren, Lando Norris me ve y yo solo puedo tirarme a sus brazos.
No se si lo entiende, pero me protege entre su calor y cierra la puerta del elevador con el botón cuando escucha a Max detrás mío.
La ansiedad se hace presente y lloro tanto y tan fuerte, que me da vergüenza pero Lando solo me reconforta, pasando una mano por mi cabeza y su brazo protegiéndome en un abrazo.
—¿Puedes caminar? —me dice con timidez mientras escucho el timbre de que hemos llegado a su piso.
Ni siquiera respondo cuando me toma entre sus brazos, cargándome como una bebé, sosteniendo mis piernas mientras me aferro a su cuello, enterrando mi cabeza en este. Me lleva como si yo fuera nada y con cuidado nos mete a su habitación.
En la oscuridad, nos sienta en la cama de la habitación pero no nos acostamos. El sigue sosteniéndome y me repite "sácalo todo, linda" mientras acaricia mi espalda.
No se en que momento termino dormida, pero cuando despierto puedo ver como Lando esta dormido en el sillón de la habitación, mientras yo estoy aun con la ropa de ayer, pero arropada. Hay un vaso de agua con una nota.
Sabia que Lando lo había dejado antes de irse a dormir, porque él suele dormir más que yo y levantarse primero no es opción.
Sonrió a medias cuando me acerco a él para picar su mejilla y sonríe apenas cuando abre un ojo, despertando. Su mano viaja hasta mis cabellos para abrir paso a mi rostro y verme mejor porque todo lo tengo en la cara.
—Buenos días, preciosa —murmura, alejándose un poco y hacer espacio en el mueble, dando palmaditas incitandome a acostarme a su lado—, ¿Cómo te sientes?
—Quisiera decir que mejor, pero realmente no —murmuro, acurrucadome en su pecho—, Max y Kelly estuvieron juntos la semana de la carrera de Turquía.
»Todo empezó como un juego en la mañana, pero cuando evadió la broma y se puso de malhumor, la sospecha empezó. Se qué esta mal, pero entre a su galería mientras se bañaba.
—Avery... —murmura como si tuviera pena de la situación y solo puedo hacer un puchero antes de volver a tirarme a llorar.
—Las fotos en la habitación, desayunando, en el baño mientras... —aprieto mis ojos ante la sensación tan desagradable—, los mensajes son peores, se hablaban mientras yo estaba frente a él.
Cuando me pongo de pie para encerrarme en el baño, puedo escuchar como la puerta se cierra y se que, me ha dejado sola para no presionarme.
Quiero llamar a Charles cuando ya estoy un poco mas tranquila, para que pueda regresarme con él a Monaco pues la temporada a terminado en Abu Dabi, posicionando a Lewis Hamilton como campeón mundial de la formula uno 2020.
Quiero volver a llorar porque justamente al terminar la carrera con Max en primer lugar, corrí a sus brazos y me tomó como si me amara en realidad, como si no hubiera pasado nada.
Me duele saber que podía fingir tan bien.
Pero no derramo una lágrima más porque Lando entra a la habitación con dos bolsas de papel y me enternece tanto que se haya tomado el tiempo.
Lando y yo somos amigos desde que entro a la fórmula uno. Solía siempre llevarme con los mas grande y por eso me enamoré de Max, pero tan pronto supe que Lando tenía un año más que yo y que teníamos la misma mentalidad joven y de diversión, hicimos click.
Hemos sido amigos desde entonces, aun cuando Max se la pasara dudando de él, alegando que estaba enamorado de mi. Pero vamos, Lando jamás me vería de esa forma y menos cuando Max y él llevaban mas tiempo siendo amigos.
—Pizza de peperonni con mucho queso, para la bebé llorona de Monaco —se burla, dejando la bolsa frente a mi y luego darme un beso en la cien—, hamburguesa para mi.
Me conoce tan bien, porque sabe que en los días de tristeza solo me pasan rebanadas de pizza de peperonni y jugo de durazno en caja.
—Gracias Landito —beso su mejilla, como agradecimiento cuando termino y solo puedo quedarme mirando al más allá.
El día es hermoso... pero yo soy un desastre y siento que en cualquier momento, terminaré tomando una decisión horrible.
»Me iré a Maranello, terminaré la universidad y volveré cuando me sienta mejor.
—Pero...
—Necesito poder irme antes de que me arrepienta y le crea que solo fue un desliz, necesito salir de su poder y poder recuperarme. Hemos sido novios desde que tengo 18, me gustaba desde los 16 años, no es fácil para mi esto —trago con fuerza, porque siento que lo que diré a continuación es algo que me va a doler toda la vida—. Porque siento que nadie va a amarme como él, porque ni siquiera merezco que lo hagan. Si no fui suficiente para él, menos para alguien más.
—Avery, corazón —me llama antes de tomarme en brazos—, todos te aman y cualquiera podría amarte porque eres una chica extraordinaria, eres un sol en un día de lluvia. ¡Avery Leclerc, eres la definición de perfección!
Me aferro a su camisa porque no se que mas decir, no quiero equivocarme.
—¡Avery, soy Charles! —grita mi hermano del otro lado de la puerta un poco desesperado y temo que alguien lo escuche y se enoje por impertinente a las diez de la mañana—, se que estas aquí, cielo.
Abro la puerta y mi hermano me abraza tan fuerte que todos mis pedazos rotos habido y por haber se unen, manteniéndome fuerte. Besa mi cabeza una y otra vez. No se como lo supo, pero por la cara de Lando supongo que le dijo.
Arreglo mis cosas para poder irme a Monaco junto a Charles, y cuando mi hermano me agarra de la mano para poder irnos, me despido de Lando agitando mi mano.
—Gracias, Landito. Gracias por ser un buen amigo —tiro un beso en su dirección y por fin salgo de la habitación, sintiendo como si el mundo que conocía estuviera apunto de desaparecer.
Heartbreak Girl - 5sos