Anna Collins Pov.
No dormí mucho anoche pensando en Finn... sé que lo que les dije ayer a los chicos no es que les haya dado mucha gracia en especial a él, en parte eso me hizo sentir un poco culpable.
—Linda —la rubia me tocó el hombro así que la miré, a ella y a Peter— ¿pasa algo cariño?
—¿Todo bien? —preguntó mi hermano.
Woah, se siente extraña esa palabra.
—Si —me encogí de hombros— solo que no dormí mucho anoche.
—Oh...
—Pero no se preocupen, estoy bien —ambos compartieron una mirada— en serio.
—Dígamos que te creemos —murmuró Peter.
—Aún así si deseas hablar con nosotros ten en cuenta que te escucharemos —me sonrieron.
El pelirrojo nos invitó a ambas a desayunar, al principio no sabía una buena idea pero Rose dijo que él solo trataba de recuperarme de la poco y que era comprensible que quisiera pasar tiempo conmigo, aunque de igual forma si yo no quiero nadie puede obligarme, debo hacer las cosas a mi tiempo.
Esa es una de las cosas que me gustan de Rose, no es alguien que presione a las personas y siempre tiene en cuenta lo que ellas piensen y lo que ellas quieran, aún así se trate de niños, no nos hace menos solo por tener menos años que ella.
—Iré a traer café —se levantó de la mesa— ¿ustedes quieren algo? —la rubia y yo negamos —ya regreso.
Cuando Peter se alejó sentí la mirada de Rose sobre mi, como si me diera a entender que ella sabe que me sucede algo.
—¿Se trata de Finney? —preguntó— ayer lo vi muy distante.
—No es solo eso, sabes? —murmuré— no sé si sea buena idea irme, pero la idea de quedarme en este pueblo... —suspiré— la verdad, no me gusta estar aquí.
—Te comprendo.
—Yo agradezco mucho todo lo que han hecho por mi, en especial tú Rose, pero el estar aquí...
—No me debes ninguna explicación, yo entiendo —tomó mi mano— aquí viviste algo horrible, y es normal que quisiera huir del lugar donde tanto daño te han hecho.
—Aveces pienso que solo tú entiendes —me sonrío.
—Cielo, no está mal pensar en uno mismo de vez en cuando —murmuró con calidez— haz lo que creas que es correcto.
—Gracias...
Peter volvió unos minutos después y seguimos hablando de cualquier cosa, en especial el y Rose, extrañamente tienen bastante en común y más extraño aún... él es tan distinto a la última vez que, tan correcto... fácilmente podría creer que es otra persona y que nada de esto es real, pero si lo es.
Pasamos el resto del día juntos los tres, si soy honesta... me divertí, por un momento se me olvidó toda la mierda que traía en la cabeza y creo que eso me hizo un poco de bien.
Me quedé pensando en muchas cosas al regresar a casa, es decir, Rose tiene razón, no está mal pensar un poco en mi algunas veces, no está mal intentarlo...
No quiero perder a los amigos que hice aquí, son demasiado importantes para mí, en especial Finn, aunque... él es más que solo un amigo.
Pero somos simples adolescentes, tenemos demasiadas cosas por vivir y afrontar aún y no todas esas cosas las puede solucionar el amor, por mucho que lo parezca, no lo es todo.
Quiero rehacer mi vida, quiero aprender a soltar todo eso que me hace daño y seguir adelante.
Salí de mi cuarto y fui donde ambos adultos se encontraban, al parecer Peter estaba por irse.
—Quiero hablar con ustedes —murmuré.
—¿Que pasó, linda?
Suspiré, estaba más que nerviosa.
—Lo he estado pensando todo el día y como ya te había dicho —miré a Rose— no quiero estar aquí, en este lugar me siento... observada, me siento aturdida y... tal vez si sea lo mejor para mí irme con mi hermano.
Ambos compartieron una mirada entre ellos y se acercaron a mi.
—No te sientas obligada a venir conmigo si no quieres.
—Aquí hay personas a quienes aprecio demasiado, pero el hecho de dejar este lugar no significa que voy a dejar de quererlos... Me quiero ir.
Peter me abrazó y por instinto correspondí, me se sentía segura estando con él y por mucho que me asustara todo esto, por primera vez en mucho tiempo sentía que debía ser egoísta y pensar en lo que me hará bien a mi.
—Te prometo que todo irá mejor ahora —empezó a darme cariño en el pelo— viviremos en una casa hermosa los dos juntos, tiene un hermoso jardín... haré lo que sea necesario para que sabe tu corazón y que seas feliz, es una promesa.
—Las promesas son muy importantes —me separé para mirarlo— no tienes que romperlas nunca.
—No lo haré —tomó mis manos— seremos muy felices.
Me alejé un poco de mi hermano y miré a Rose, no dudé ni un segundo y solo fui a abrazarla.
—Mi niña bonita —murmuró— estoy tan orgullosa de ti.
—¿En serio? —miré a la rubia.
—Si, muchísimo —volvió a abrazarme, para este punto ya sentía ganas de llorar.
Soy una persona sensible, necesito llorar de vez en cuando.
....
Esa noche no había dormido nada, estaba emocionada, aterrada, tenía muchos sentimientos encontrados y me era difícil lidiar con ellos, pero estaba segura de la decisión que había tomado.
Aunque lo más difícil sería explicarselo a mis amigos, es lo que haría justo ahora.
Decidimos tener un picnic en la plaza, Harper también había venido con nosotros que por cierto, Rose estuvo averiguando y descubrió que la familia de Billy no quería tener nada que ver con ninguno de nosostros, ni el Golden.
Al parecer sentían rencor, Finney y yo logramos sobrevivir pero su hijo no, en parte creo que los entiendo.
Digo, cada quien lidia con el dolor de distintas maneras ¿Verdad? aunque a veces estas no sean las mejores.
—Bueno zanahoria —Robin habló— dijiste que ibas a contarnos algo, habla.
—Es cierto —Gwen dejó su sandwich a un lado.
Todos tenían los ojos sobre mi, esto sería complicado pero debía hacerlo.
—Bueno, yo... —me mordí el labio con nerviosismo— me iré de aquí, con Peter.
Silencio, eso era todo lo que se podía percibir, los chicos se quedaron viéndome por un momento sin abrir la boca en ningún momento.
—Por favor, solo digan algo...
—No sé bien qué decir —Richie quien estaba acompañado de Donna, solo me siguió viendo.
—Yo los aprecio demasiado, son mis amigos —hablé— pero....
—No quieres estar aquí —Finn fue quién me interrumpió.
Yo solo pude negar con la cabeza.
—Eso no quiere decir que tú no nos quieras —dijo la pequeña Gwen.
—Entendemos el por qué no eres cien por ciento feliz aquí —Donna vino a mi lado— si hubiera sido yo y no tú, y tuviera la posibilidad de abandonar este lugar, lo haría sin pensarlo.
—Apoyo a Donna —murmuró el de lentes— tal vez estando lejos te sientas mejor.
—Creo lo mismo —Rob me sonrió— vete Anna, ve y busca tu propia felicidad y esa paz contigo misma que tanto anhelas.
—Igual te vamos a extrañar mucho —Gwen se acercó a mi para abrazarme.
—Igual yo voy a extrañarlos pero prometo mantener el contacto con todos ustedes y mi hermano dijo que los podemos visitar —mencioné, la distancia no hará que pierda a mis amigos.
Se sentía bien saber que tenía su apoyo y el hecho de saber que me entendían, me aliviaba eso por parte de ellos, pero había una persona quien aún no había dicho nada y me sentía ansiosa por saber lo que él diría sobre esto.