Lily
Aún recuerdo cuando recibí mi carta a Hogwarts; al ver el sobre sentí una sensacion única, no podía creerlo: era una bruja.
Y ahora, han pasado seis años desde ese momento y me alegra regresar, pero aún asi algo que inicio también debe de terminar y este es mi último año en Hogwarts.
Trato de tranquilizarme, por que se que no será el fin, sino el comienzo. Triste, me levanto de la cama, y me dirijo a desayunar, son las 7:30 a.m. Lo que significa que me tengo que dar un baño e irme. No es difícil, a decir verdad, de lo único que sí me duele es dejar a mi madre con mi odiosa hermana Petunia. Eso sí me desanima tanto que incluso pienso verdaderamente en no ir al colegio, cosa que mi madre adivina como sí me leyera la mente y me dice:
--Tienes que ir, es tú último año, y no dejare que mi hija no termine la escuela.
Lo dice en tono de reproche o se me suena a mi.
--Tranquila, --le digo vacilante-- cuando regrese de navidad conocerás a tú yerno.
Me empiezo a reír de sólo pensar en eso, y mi madre me mira misteriosa, preguntándose sí tengo novio o algo por el estilo. Término mi desayuno y me dirijo a mi cuarto, después de bañarme y de arreglarme el cabello me mira en el espejo, y descubro que sigo siendo la misma, sí es eso. Bajo las escaleras y me dirijo al vestíbulo en el cual encuentro a mi madre lista, casi se me olvida:
--¿Y Petunia?
--En su cuarto, durmiendo, anoche llegó tarde--me responde mi madre mientras me acomoda un mechon de mi cabello-- no creo que se despierte hasta que regrese.
Me sonríe y le respondo con una sonrisa tímida, siendo asi, no quiero llegar tarde a la estación. Una vez en el auto me limito a ver las calles pasar, y mientras más me acerco a Londres, más nerviosa estoy, ya quiero llegar.
Bajo mi equipaje y me dirijo a la estación, llegado a ese punto, me despido de mi madre con un abrazo que dura poco para mi, y atravieso la pared que me separa del expreso a Hogwarts.