Dos idiotas enamorados

By MrsShades50

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"Sí dos personas están destinadas a estar juntas no importa cuántas peleas tengan ni cuánto tiempo estén sepa... More

PRÓLOGO
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16 MARATÓN 1/3
Capitulo 17 MARATÓN 2/3
Capitulo 18 MARATON 3/3
Capitulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27 MARATÓN 1/3
Capítulo 28 MARATÓN 2/3
Capítulo 29 MARATÓN 3/3
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
¿Qué pasó?
Capítulo 34 {1/3}
Capítulo 35 {2/3}
Capítulo 36 {3/3}
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41 MARATÓN {1/3}
Capitulo 42 {2/3}
Capitulo 43 {3/3}
Capítulo 44
Capítulo 45 {1}
Capítulo 46 {2}
Capítulo 47
La carta de Ailen
Capítulo 48 {1/2}
Capítulo 48 {2/2}
Capítulo 49 {1/2}
Capítulo 49 {2/2}
Capítulo 50
Capítulo Especial #1
Capítulo Especial #2
Capítulo Especial #3
Capítulo Especial #4
Capítulo 51
Capítulo 52

Capítulo 53

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By MrsShades50

¡Espero que disfruten el capitulo!
Se acerca el final.
Espero que lo disfruten mucho, nos vemos en la próxima actualización ♡

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-Ay ella esta feliz porque conoció a su suegraa- me hace la burla Gabo mientras sostiene su milkshake con una mano.

Aprovechando que tenemos la tarde libre nos juntamos con los chicos en una cafetería para poder hablar y comentar cosas sobre nuestra vida, como si no nos hubiéramos visto hace apenas unos días y no habláramos a diario por teléfono.

A las 8 tengo que ir con Sebas a la cena con mi familia, estar ahora mismo con la gente que más quiero hace que mi mente no tenga posibilidad alguna de pensar en lo que puede pasar en unas horas.

-Yo por por lo menos le caí bien, no como otros...- respondo encogiendome de hombros.

-Mi suegra ME ADORA, hasta me tejió un suéter- contesta el ofendido.

-Bueno a ver, supongo que ahora como están avanzando con su relación ya se acabaron las pavadas de las dudas y esas cosas, no?- pregunta Erica levantando una ceja.

-Llego a enterarme que vuelven a pelear y yo les juro que les pego una cachetada a cada uno- me amenaza Abby tomando su latte en manos.

-¿Saben? Me daba un poco de cosa que la mamá se diera cuenta de que nos llevamos varios años- les explico después de darle una mordida a mi cupcake de chocolate. A mi lado, Anne murmura un "ya va a empezar"- PERO, dijo que no le importaba porque ambos somos felices.

-Y si le importaba ¿QUÉ?- pregunta la psicóloga dando un golpe a la mesa- ¿Qué importa lo que piense la mamá de Sebastian? ¿Acaso vas a dormir con ella en las noche? ¿Vivis en su casa? ¿Dependes de ella? Por favor, disfruten su vida sin pensar tanto en los demás- suspira- se complican tanto que me hacen enojar.

-Ya pasó eso, tranquila, igual te doy permiso de pasarme con el auto por encima si alguna vez volvemos con lo mismo- le digo apretando su mano sonriendo.

Pensar en las veces que la hice ponerse así por algo tan ridículo teniendo ella problemas más serios me hace sentir culpable.

-Si, si, como digas, ¿alguien puede contar algo más alegre?- pide mirando a los demás.

-Papa noel me trajo dos regalos esta vez- dice Teo tomando su submarino sobre las piernas de su mamá, quien al escucharlo rie- uno lo dejó en la casa de papá y otro en la casa de mamá, ¿le podes preguntar a Mati si no le dejo uno en su casa también?- le pregunta tomándola por sorpresa.

-No creo que haya pasado por ahí, Teito- responde ella incomoda. Su hijo asiente un poco triste y vuelve a jugar con su celular.

-Pero preguntale Erica, capaz dejo un regalo para el nene...y para vos- la molesta Anne mirando cómplice a Gabo.

-No es gracioso- se queja ella enojada.

-¡Pero que pasa! Solo esta diciendo que no cuesta nada hablarle un poquito...o es que...¿paso algo?- pregunta Gabo tratando de que la doctora cuente si pasó algo después de aquella noche en la quinta

Todos esperamos impacientes pero cuando notamos que no tiene intención alguna de hablar, la dejamos.

-Bueno ya esta, no la molesten más- se mete Abby pasando su brazo por el hombro de la doctora- miren, esta roja y todo.

-Hablando de Matt, ¿no vio nuestro mensaje en el grupo? Ya tendría que estar acá.-Dice Yianela mirando su celular.

Cuando estoy apunto de decir que voy a llamarlo, la voz del más pequeño del grupo me detiene.

-Mati soy Teo.

Nuestra amiga doctora empieza a toser al atragantarse con su bebida y entonces comprobamos que el nene de ojos rasgados y sonrisa picara mira el celular contento.

-Hola Teito, ¿que haces?- pregunta la voz del abogado del otro lado de la llamada.

-Estoy tomando un submarino con mi mami y los tíos, saluda ma- dice él enfocando con la cámara a su mamá, quien no puede parar su ataque de tos.

-Nos agarraste justo en un mal momento- dice Gabo riendo mientras le pega en la espalda a nuestra amiga, quien intenta con todas sus fuerzas modular una palabra.

-Mati, ¿Papá noel no me dejo un regalo en tu casita?- pregunta Teo volviendo a mirar la cámara.

-¿Que comes que adivinas?- contesta el otro  riendo.

-¡YO SABIA, YO SABIA!

Todos miramos con una sonrisa como el pequeño demonio festeja con un bailecito sobre su madre que está a punto de desmayarse.

-¿Por qué no venis a tomar algo con nosotros? ¡Mandamos un mensaje y ni contestaste! Todavía vamos a estar un rato mas- lo invita Anne acercándose al celular.

Erica, ya recuperada, permanece en silencio.

-Estoy yendo para allá, leí el mensaje pero bueno, pasaron...cosas- la línea queda en silencio- Teo pasame con tu mamá por favor.

Todos miramos atentos a la de pelo castaño quien después de tomar aire toma el celular en sus manos y se lo coloca frente a su rostro para ver a quien acaba de pedir por ella.

-¿Todo bien?- lo escuchamos decir.

-Claro, ¿por qué?- responde ella tranquila.

-No respondiste mis mensajes.

-Mami decile que traiga el regalo- le pide Mateo tratando de agarrar el teléfono.

-Ahora no, ya esta viniendo para acá- le responde sin apartar la vista de la pantalla.

-Pero ma...

-Ahora no- lo reta mi amiga mirandolo a los ojos,  y este, al ver el rostro serio de su madre, se queda callado.- Discúlpame, estuve muy ocupada con Teo, estuvimos de un lado para el otro y no me dio tiempo a contestar.

-Eso no es...- Gabo le tapa la boca al nene con un dedo y susurra "silencio".

Pobrecito, no debe entender nada.

-Aja...- murmura el abogado poco convencido- en cinco estoy allá, estoy a unas pocas cuadras.

Una vez que corta la llamada nos quedamos en silencio viendo como nuestra amiga le da un sorbo a su café.

-¿Esta todo bien entre ustedes?- pregunta Abby preocupada.

-Sí, tranquilos- responde sonriendo para después cambiar de tema y preguntarle a Yianela si le van a dar las vacaciones que estuvo pidiendo.

No pasan más de 10 minutos cuando vemos al abogado cruzar por la puerta.
Anne levanta la mano para que nos vea y una vez que nos encuentra se acerca a nosotros con una sonrisa en el rostro.
Mateo se aparta de su mamá para saludar feliz al recién llegado.

-¡MATI FELIZ NAVIDAAAAD!

-No se llama Mati, se llama Matt- dice una nena de la misma edad que el chino detrás de nuestro amigo.

Los cinco nos quedamos viendo la escena asombrados al notar la mala vibra que se siente entre los dos chiquitos.

¿Pero y esto que es?

-No hablo con desconocidos- responde nuestro nene sin dirigirle siquiera una mirada a la nena de colitas que reprocha enojada.

-Dios santo mio, dame paciencia- susurra Erica.

-Que bien que lo eduque- murmura Gabo orgulloso.

-Hola a todos, les presento a Sammy, mi sobrina- la nena nos sonríe agitando la mano.

-Si, bueno, ¿me extrañaste Mati? Yo te extrañe- pregunta Mateo rodeándolo  con sus brazos cortitos.

Todos miramos la escena con ternura y algo de asombro al ver lo mucho que se encariño Mateo con nuestro amigo.

Él es realmente un sol.

-Por supuesto, yo quería...

-No tuvo tiempo de extrañarte, estaba conmigo viendo El Grinch- lo interrumpe la nena agarrando la mano de su tío.

¿Acaso estamos en presencia de una escena de celos?

Gabo le susurra "¿De quien habrá sacado los celos este niño?" al oído a nuestra amiga, quien le responde con un golpe en el brazo.

-Es re fea esa película- contesta Teo haciendo cara de asco.

-Vos sos re feo.

-BUEENO- me paro de mi asiento al ver que las cosas se están saliendo un poco de control entre los dos chiquitos.
Un mareo repentino hace que me sostenga del hombro de Anne, quien me mira frunciendo el ceño.- Me levante muy rápido- le explico para dejarla tranquila.

Dormir en el sofa con Dyret anoche no fue una buena idea.

-¿Por que no van a pedirse algo para tomar? Nosotros les hacemos un lugar acá- propone Abby con una sonrisa

-¿Puedo ir yo tambien?- pregunta Mateo sin apartarle la mirada a la nena, quien lo mira con una sonrisa burlona al escuchar la respuesta de su madre.

Se odian

-No, vos te quedas acá.

-Pero- otra de las miradas de mi amiga le basta para no insistir y con los brazos cruzados ve como una de sus personas favoritas se aleja de la mano de su nueva enemiga.

-Los niños de ahora son más tóxicos que antes, ¿que son esos celos Teo?- le pregunta Gabo sorprendido por lo que paso recién.

-¡Yo no tengo celos! ¡Me dijo re feo!

-Yo pensaba que Lucas y yo éramos tus tíos favoritos, tu tío va a llorar cuando le cuente- sigue el profesor fingiendo tristeza.

- Mati no es mi tio- responde el menor dándole un mordisco a lo que queda de su medialuna.

Abby, Gabo, Anne y yo nos miramos sonriendo, es la segunda vez que nuestro sobrino dice que no es su tío.
¿Será que hasta el se da cuenta de que entre nuestro amigo y su mamá pasa algo?

-¿Y que es?- pregunta Gabriel mirandonos de costado.

-Quiero ir al baño- contesta el nene mirando de reojo a su mamá, quien enseguida se levanta para acomparlo.

-Deja que lo acompaño yo, vos quédate y...trata de calmarte que estas todo roja- se burla Gabo antes de desaparecer con el enano.

Erica suelta un suspiro y vuelve a sentarse en su asiento.
Todos la miramos sin saber que decir, esperando que ella quiera hablar primero. A pesar de las burlas de Gabo y como la molesta para que reaccione, todos sabemos que tenemos que darle espacio y tiempo para que pueda hablar, no es tan fácil para ella abrirse a los demás.

-Es complicado esto para mi- empieza a decir mirando por la ventana- estoy tratando de aceptar lo que siento y de actuar de la forma más adulta posible para poder...sentirme cómoda y no culpable...porque él me gusta mucho.

Que sorpresa.

-¿Y POR QUÉ NO SE LO DECIS?- le grita Anne.

-Me siento culpable...

-Dame 3 razones por las cuales no tendrías que estar con él - le pido levantando la mano para empezar a enumerar.

-Soy madre, tengo que ver...

-Sos mujer- la interrumpe Yianela- Una mujer de 25 años con toda una vida por delante, tenes un hijo al que le das todo como corresponde, no le falta absolutamente nada, cumplis el rol de madre desde los 16, NADIE puede decirte que nunca diste todo por tu hijo,  ¿Está mal que por un momento quieras pensar en un futuro junto a otra persona?

-Además, Teo lo ama a Matt y él es un buen hombre- le digo viendo al abogado cargar a su sobrina en brazos.

-Si, pero...él seguramente no siente lo mismo que yo y...

-Erica por favor, los amigos no se tratan así- dice Abby poniendo los ojos en blanco- a ninguna de nosotras nos mira como lo hace con vos, a mi jamás me puso una mano encima- las demás negamos de acuerdo con ella- en cambio con vos es distinto, siempre te está tocando el hombro, el pelo, hasta creo que haber visto que una vez te agarro la mano!

-Eso fue por algo en particular porque quería ver si yo tenia la piel seca- se excusa nuestra amiga con la cara roja.

-¿EN SERIO TE DIJO ESO?- Le pregunto para despues reírme junto a las chicas de la excusa tan absurda- Por favor, no puede ser- agarro una servilleta para secar la lagrima que cae por uno de mis ojos.- que risa...

-Silencio que ya vienen- murmura Erica fingiendo interés en algo inexistente que pasa del otro lado de la ventana.

Todas nos callamos y esperamos en silencio a que llegue nuestro amigo.
Agarro el celular para responderle un mensaje a mi madre confirmando mi asistencia y la de Sebas a la cena de esta noche.

-¿Y Teito?- pregunta Matt moviendo una de las sillas libres de la mesa de al lado para que se pueda sentar Sammy, quien mira sus uñitas pintadas de violeta.

-Me encantan tus uñas- le digo mostrandole mis manos- mira, yo tengo el mismo color.

-¡Que lindo!- responde ella sonriendo- Mi mama me hace muchos dibujitos- me acerca su mano para que pueda ver las florcitas blancas dibujadas en ellas.

-Llegue ma- dice Teo apareciendo de la mano de Gabo, para después volver a sus respectivos lugares en la mesa.

-Te compre esto para que comas con tu submarino- dice el abogado pasandole tres galletas del tamaño de mi mano a Mateo, quien le agradece con un abrazo.

-No era necesario, él ya...

-Y para vos compré esta tostada- dice el abogada interrumpiendola- que nunca comes nada con la merienda y después te agarra hambre.

Anne tose y se tapa la boca con una mano. Por como se achinan sus ojos me doy cuenta que esta tratando de no reírse.

-¿Y para mi nada?- pregunta Abby.

-¿Querés algo? Puedo comprarte una..

-No gracias, ya estoy llena- responde la psicóloga para después darse media vuelta y guiñarle un ojo a la doctora que observa su tostada con una sonrisa.

El amor crece entre ellos y no sé si se no se dan cuenta o no quieren aceptarlo.

*********************
19:30

Estoy por empezar el segundo capítulo de Bojack Horseman cuando el timbre de casa suena. Dyret a mi lado se pone en alerta.
Reviso la hora en mi celular y confirmo que llegó a la hora acordada, sigue siendo tan puntual como siempre.

Pongo en el plato de Dyret la comida suficiente para su cena y después de comprobar tres veces que la llave de gas esté cerrada, salgo finalmente del departamento.

Una ola de frío afecto al país a pesar de estar en pleno verano, por la que me vi obligada a guardar mis vestidos y buscar ropa que usaría normalmente dentro de unos meses.
Cuando salgo a la calle el viento desordena un poco mi pelo pero no me preocupo demasiado por ello y corro hacia el auto negro.

Una vez dentro descubro que mi buzo azul holgado combina con el cardigan que tiene puesto Adams y eso me hace sonreír, vamos combinados.

Nos saludamos con un beso y cuando nos alejamos unos centímetros, él, sin decir una palabra, acomoda algún que otro mechón de pelo que quedó desordenado.

-¿Cómo estas?- Le pregunto dejando un beso en su mano.

-Tranquilo, compré un botella de vino y la tarta que le gusta a tu madre- dice señalando con su cabeza los dos paquetes que descansan sobre la guantera del auto.

-Te los queres ganar con esas cosas, verdad?- pregunto riendo mientras me pongo el cinturón.

El auto empieza a avanzar y entonces emprendemos rumbo a la casa en donde me crié, la cual queda a unos 30 minutos de distancia.

-Bueno, por algo hay que empezar- dice riendo- además no puedo aparecer con las manos vacías.

Asiento.

Dios mio, ¿Cómo pude haber ido con las manos vacías a la casa de Sonia?
Mi mamá me desheredaria si se enterara, siempre me dijo "Es de mala educación ir a la casa de alguien y no llevar nada para compartir".
Los nervios realmente me jugaron una mala pasada.

-Sebas, por favor, invitemos a tu madre a mi departamento, habla con ella, decile que puede venir...no sé, la semana que viene, el martes, por favor- le pido apoyando mi mano sobre la suya.

-¿Pasó algo?- pregunta confundido.

Que pasé vergüenza.

-Me siento mal por no haber llevado nada, no estuvo bien, me da tanta verguenza- dijo tapandome la cara- ¡y vos tampoco dijiste nada! Yo estaba tan nerviosa, tan preocupada en estar bien que se me pasó

-No te preocupes- dice él negando suavemente con la cabeza, con la vista fija en la carretera- voy a hablarle para que nos veamos, pero no porque tengas que demostrarle nada o estés en deuda por algo, sino porque le caíste bien y dijo que quiere que nos juntemos otro día.

Suspiro aliviada. Bueno, eso me deja más tranquila.

Su mano grande se apoya sobre mi pierna para darme algo de seguridad y sonrío como una tonta.

-¿Vos como estas con todo esto? Sé que ya hablaste con ellos antes pero creo que esta vez va a ser diferente, es más...oficial, y estamos yendo los dos juntos- digo enarcando una ceja.

No creo que papá se atreva a pegarle de nuevo...¿O sí?

-La verdad Ailen, es que estoy tranquilo- se encoje de hombros- esto es sencillo, somos personas adultas, no?- asiento- voy a conocer al padre de mi pareja, las cartas están echadas sobre la mesa, se dijo todo lo que se tenía que decir y ahora solo queda aceptarlo. Voy a tratar de que todo sea lo menos incómodo posible, hablaré con tu padre con la educación y respeto que merece, al igual que toda tu familia, y voy a poner de mi parte para que todo salga bien tal y como vos hiciste el otro día. Lo único que quiero es que tengamos una cena tranquila y que vos más que nadie estes bien, así que no le des mucha vuelta, nada malo va a pasar, llegamos juntos y nos vamos juntos.

Sonrío.

-Me parece bien- aprieto su mano y cuando el semaforo frente a nosotros se pone en rojo me inclino para plantarle un beso en los labios.

-Igual agradecería un poco de ayuda, ¿hay algo que debería saber? ¿Algún tema que no debería tocar?- pregunta mirándome con una sonrisa- No quiero meter la pata y darles otra razón para odiarme.

-Mi papá es de San Lorenzo, no le gusta para nada hablar de política, mucho menos en la mesa, así que por favor evitemos ese tema.

Miro la botella de vino y me arrepiento de haberle dicho a Sebastián que la comprara. Para nada en el mundo quiero que mi padre se emborrache, menos esta noche.

Hay que rezar

-¿En que momento hablamos de política vos y yo?- pregunta Adams frunciendo el ceño- no pienso tocar ese tema.

-Mi mama probablemente te haga preguntas de tu familia...en nuestro caso mi familia materna es enorme pero por peleas del pasado ahora mismo solo somos nosotros cinco- asiente y vuelve a arrancar el auto cuando la luz del semáforo cambia, yo continuo- A mi hermana Pilar la conociste el otro día, es muy buena, seguro te lleves bien con ella, y mi cuñado, aunque no domine al 100% el español todavía se hace entender, parece un poco frio pero la verdad es muy amable. Por último Dani...bueno, ya sabes como es él.

-Perfecto- murmura- esa fue una buena introducción, ¿queres poner un poco de música?- pregunta después de unos segundos.

-Por supuesto, señor Adams.

Enciendo la radio del auto y pongo el volumen justo como para dejar la música de fondo.

-Ah, y por favor, ni se te ocurra meter mano en la parrilla de mi papá si no te lo pide, no le gusta que se metan cuando está cocinando.

-Yo no me meto donde no me llaman, debería saberlo señorita Johnson, respeto mucho el espacio personal de los demás.

-Ah claro, por supuesto, como cuando respetaste mi espacio personal el día que me besaste por primera vez- digo sonriendo burlona.

-En lo que respecta a usted, me es imposible mantener el control, no pienso negarlo.

Después molestarnos un poco con algún que otro momento incomodo que pasamos al inicio de nuestra relación, finalmente llegamos a destino.

Al estacionar el auto escuchamos la música que sale desde casa y que seguramente puso mi padre en su parlante como cada vez que cocina.

Sebastián sostiene con una mano la bolsa de papel con la botella de vino dentro y con la otra el paquete con el postre dentro.
Con tranquilidad y una falsa calma de mi parte avanzamos hasta la reja de entrada, donde esperamos unos minutos a que alguien nos abra después de tocar el timbre.

-Uhlala que elegancia la de Francia- dice Dani al vernos. Con su remera de la selección y un short oscuro nos recibe como si no estuviera haciendo 10 grados.

-¿No tenes frío?- le pregunto dejando un beso sobre su mejilla.

-Nah- contesta para despues mirar a Sebas- Así que vos sos el hombre que está saliendo con mi hermana- se cruza de brazos y lo repasa con la mirada como si nunca lo hubiera visto antes- Decime...¿como pensas ganarte mi respeto?

-Traje la tarta que te gusta- murmura Adams tratando de mantener su gesto serio ante esta situación ridícula.

-Bueno, es suficiente para mi- contesta mi hermano después de un largo e innecesario silencio- pasen nomás.

Una risa se escapada mis labios y Sebas a mi lado sonríe.

-Te dije que son iguales- murmuro refiriéndome a mi hermano y a mi madre.

Al entrar en la sala lo primero que escuchamos es a mi hermana cantar de espaldas.

-Dios mio, maten a ese animal que esta sufriendo- bromeo.

La verdad es que en esta casa nadie saco el don del canto y siempre hacemos chiste sobre eso.

-Bueno, llegó la comediante de la familia- murmura ella acercándose a saludarnos- vos y yo ya nos conocimos, pero hagamos la presentación de nuevo, soy Pilar, mucho gusto- dice tendiendole la mano a Adams.

-Sebastian- saluda él formal- es un placer, ¿como estas? ¿Como va todo con la bebe?

- Espectacular, por suerte no sacó nada de la madrina, es muy tranquila- contesta sonriendo.

-Ay mi gordita, ¿donde esta?- pregunto buscándola con la mirada, hasta que veo aparecer de la cocina a mi cuñado, quien la carga en brazos sonriendo.
Después de mostrarme que está durmiendo la deja sobre su cochecito para que siga con su sueño.

-Te presento a Adler, mi marido.- los presenta Pilar cuando este se acerca. Ambos se estrechan la mano y asienten.

Siento que se van a llevar bien.

-MAMA YA LLEGÓ AILIN- grita Dani detrás nuestro después de cerrar la puerta.

-Ya sé, no hace falta que grites- dice mi madre apareciendo por la puerta de la cocina con un trapo en manos.-Buenas, ¿Llegaron bien?

-Buenas noches, sí, Ailen me fue guiando- habla Sebastián acercándose para tenderle la mano-  gracias por la invitación, traje esto que su hija dijo que le gusta mucho.

Mi madre acepta su mano, observa el paquete y por el nombre que aparece en el se da cuenta enseguida que es lo que hay dentro.

-Gracias, pasen pasen, tu papá esta arriba preparando la carne- dice apoyando su mano en mi hombro.

Trato de no darle muchas vueltas al hecho de que no me haya abrazado como siempre y que simplemente se haya ido con el postre en manos.
Aunque la realidad es que si bien avanzamos un poco, puedo sentir algo de incomodidad en sus ojos todavía.

Caminamos hacia donde esta mi padre y a medida que la música se hace cada vez más fuerte por estar acercándonos al parlante puedo empezar a sentir como los nervios crecen dentro de mi.
No debería estar preocupada, al fin y al cabo lo peor que podía pasarnos ya pasó, y acá estamos. También soy consciente de que si sale todo mal otra vez, mi relación va a seguir en pie porque yo quiero estar con quien ahora sostiene mi mano y sé también que él quiere estar conmigo.
Lo observo de costado y noto que no hay duda en su mirada, ni siquiera rastros del miedo que vi aquella vez en sus ojos cuando dejo mi departamento el día que nos descubrieron. Por el contrario, habla seguro con mi hermano, quien le comenta que va a comer el mejor asado de su vida.

Al escuchar nuestros pasos, mi padre, aquel señor que me crío y me dio todo lo que pudo en su vida, se gira hacia nosotros. Primero clava los ojos en Dani, a quien le muestra que cortó un trozo de carne y puede probarla. Después observa dos segundos a Sebastián y finalmente se acerca a saludarme.

-¿Como estas hija?- pregunta observándome atentamente, como buscando algo que le haga saber si estoy bien o no.
Mi padre siempre tuvo la capacidad de saber lo que me pasaba con una sola mirada.

-Bien, todo tranquilo por suerte, un poco de...frío nomas- digo un tanto nerviosa.

¿Qué más debo decir? Por Dios, yo conozco a este señor de toda la vida y sé que es lo que puede estar pensando ahora, y eso me asusta.

-Si, yo acá con el fuego estoy bien por suerte- dirige su mirada a Adams, quien hasta el momento no dijo una sola palabra.- Sebastián- tiende su mano con gesto serio.

-Ariel- responde el aceptandola de la misma manera.

Todo queda en un silencio un tanto incómodo por unos segundos hasta que Dani decide interceder.

-Mira pa trajo un vino- señala con su mano la bolsa de papel.

-Ailen me dijo que este es su favorito, así que decidí comprarlo para acompañarlo con la comida

-Te lo agradezco, dejalo en la mesa- responde- ¿Queres algo para tomar? ¿Gaseosa? ¿Cerveza? Serviles Daniel.

Cuando estoy por agarrar el vaso de gaseosa que Dani me pasa, el grito de Pilar me hace mirar hacia atrás.

-¡Ailen mamá te llama! ¡veni para acá!

Miro a Adams un segundos y veo que  él se acerca a la parrilla con su vaso en manos y empieza a entablar una conversación un tanto tensa con mi padre.

Bueno, va a poder arreglarse solo supongo.

Vos también tuviste tus momentos a solas con tu suegra, dejalo

Sin mirar atrás camino rumbo a la cocina y en el trayecto me encuentro con mi cuñado, quien lleva una bolsa de pan en sus manos.

-Me echó tu hermana- dice cuando pasa a mi lado encogiendose de hombros.
Cuando llego hasta donde esta su mujer y mi madre lo primero que hacen es pasarme un cuchillo para que empiece a cortar las papas. Mi hermana, del otro lado de la mesa, prepara la ensalada.

-Déjalos a los varones ahí con lo suyo- murmura mi madre lavando algunas copas para usar más tarde.

-Pobre tu novio, me acuerdo cuando papá conoció a Adler, lo atolondro con preguntas y el pobre apenas podía responder- ríe ella.

-Bueno, ya es mayorcito, va a saber que contestar, no?

Dejo de cortar por unos segundos, decido tragarme palabras que tal vez puedan salir por mi boca al escuchar el tono en que acaba de decir eso, porque no quiero empezar una discusión con mi madre, así que cuento hasta tres y sigo con lo mío.

-¿Y como van tus vacaciones, Ailu? ¿Tenés pensado ir a algún lado?- pregunta Pilar quitandole un poco de tensión al ambiente.

La música de afuera aún se escucha algo fuerte pero por suerte Luna duerme tranquila en la sala.

-No planee nada todavía...tal vez vaya a Mendoza con Sebas, siempre quise ir y la familia de él, que es de allá, nos invitó a visitarlos un día.

-¿Ya conociste a su familia? Mira que bien- contesta sonriendo mientras sigue separando las hojas de lechuga.

-A sus papás y su hermana, muy buena gente la verdad- comento- su mamá nos invito a merendar y pasamos toda la tarde con ella, después cenamos juntos.

-Y que piensa ella de..bueno, de su relación?- pregunta mi madre dandole un sorbo a su vaso de jugo- ¿No te vio mal?

-No dijo nada mamá, decidió no meterse y no hacer las cosas más incomodas- le digo molesta.

Porque no sabe toda la historia...

No recibo contestación alguna así que continuo con la preparación de la ensalada rusa.

En un momento la puerta del patio se abre y por ella entran mi hermano, Sebas y Adler.

-Ariel nos mando a comprar cabron- comunica el alemán cerrándose la campera.

-Carbon- lo corrige mi hermana riendo.

-Yo quiero ir y no me dejan- se queja Daniel metiendo sus manos en su bolsillo.

-Ya es tarde- le dice mamá buscando su monedero- además van a hablar de cosas de cuñados, no tenes nada que hacer ahí.

-Yo tambien soy su cuñado- le contesta enseguida.

Touche

-Bueno vamos- dice Sebastián después de agarrar la bolsa de compra que le pasa mi mamá, y cuando esta le quiere dar su billetera no la acepta- Compro yo, no se preocupe, ¿que gaseosa les gustaría? ¿Fanta?- pregunta mirandonos para saber si estamos de acuerdo.

-Sí, trae lo que quier...

-Coca- interrumpe mi mamá pasandole un envase retornable.

Adams asiente sin decir más y camina junto a los otros varones hacia la entrada. Yo camino detrás de él para abrirles la puerta no sin antes darle una mirada a mi madre.

¿Qué esta haciendo?

-¿Sabes Sebas? para aceptar de cuñado a Adler el me prometio que me iba a ayudar en matemáticas- le cuenta mi hermano a medida que avanzamos a la salida.

-Ah mira- le contesta neutral.

-Si, ¿vos me ayudarías con lengua y literatura?- pregunta sonriendo cuál niño inocente.

Que de inocente no tiene nada.

-No.

Controlo la risa que intenta salir de mi boca y mi cuñado sonríe divertido.

-Hey!- se queja mi hermano- bueno no me importa igual no sos mi cuñado favorito- levanta un hombro mirando para otro lado.

-Vos tampoco sos el mio- le contesta el profesor saliendo a la calle una vez que les abro la reja.

-Eso me dolio- escucho decir antes de verlos alejarse del lugar.

La sonrisa con la que vuelvo a mi casa  desaparece cuando escucho las siguientes palabras salir de la boca de mi madre:

"No me gusta, no puedo fingir que está todo bien"

No digas nada de lo que puedas arrepentirte, es tu madre.

-Yo sé que no lo aceptas todavía, mamá- digo una vez que estoy frente a ella- lo sé y puedo entenderlo, intento entenderte porque sé que tiene sentido tu reacción, pero no vine para esto.

-Ailen..

-No, te repito, yo puedo entenderte, pero para pasarla mal no vine, ni para estar discutiendo ni para estar pasando por momentos incómodos, si esto va a seguir entonces prefiero que nos tomemos un tiempo y entonces, cuando puedas entender que él es la persona que yo elegí para pasar mi vida, podemos juntarnos. No quiero obligarte a nada y mucho menos que peleemos porque yo te quiero, mamá.

-El problema no es con vos, Ailen- dice ella acercándose a mi- vos sos mi hija y te amo, solo...no estoy segura de esto, no puedo aceptarlo después lo que paso entre ustedes, pero te veo ahora y sé que sos una adulta ya y si es lo que querés...entonces tendré que aceptarlo.

La miro sin estar segura de sus palabras pero entonces sonríe y murmura un "además, trajo mi postre favorito, si se van se lo van a llevar y eso no lo puedo permitir", lo que me hace reír.

Al igual que siempre, su manera de desenojarme es hacerme reír, y al igual que cuando era chiquita, logra su cometido.

*******************
23:00

-Así que profesor de literatura, eh- dice Pilar codeandose con su marido- Adler quiso estudiar eso pero sus papás no lo dejaron.

-Mis padres querían que siguiera medicina- explica él cortando un poco de la carne en su plato para darsela a su mujer- y ser profesor no era la idea que a ellos más les gustara así que como segunda opción me propusieron Contaduría y...yo me llevo mejor con los numeros que con la biología.

-¿Pero sos feliz con la carrera que elegiste?- pregunto un poco triste.

No concibo la idea de ser obligado a estudiar algo que no te gusta.
Recuerdo los años de carrera que tuve que pasar y si bien fueron estresantes y difíciles, jamas se me cruzo por la mente abandonar, y hoy en día no me arrepiento de haber derramado lágrimas para llegar a donde estoy, porque amo mi carrera y amaba estudiarla.

-La verdad es que sí, aprendí a amarla- contesto sonriéndome.

Que bien

-Yo siempre supe que iba a ser profesor - explica Adams- la literatura fue mi materia favorita durante la secundaria y los libros siempre fueron un gran pilar en mi vida, así que decidí ir por ese lado y compartir con otros la pasión por la lectura y escritura.

Daniel murmura por lo bajo un "¿A quien le puede gustar leer El Lazarillo de Tormes?" y mi hermana se le ríe en la cara.

-¿Trabajas en varias escuelas? Tenemos una vecina que trabaja en tres lugares distintos, el sueldo no debe ser muy bueno, verdad?- pregunta mi padre mirandolo con los brazos apoyados en la mesa.

-Siempre trabajé en dos, ahora dejé una de las escuelas por temas...administrativos- contesta Sebastian. Claro, por estar conmigo- pero ya tengo una propuesta en una escuela para adultos mayores.

-Lo que tiene de bueno la carrera de Ailen es que puede dar clases particulares y recibe dinero por ahí tambien- dice mi mamá- es bueno que tengan más de un ingreso, ya sea para tener una buena estabilidad ustedes y bueno... por si en un futuro quieren formar una familia.

La gaseosa se queda atorada en mi garganta y me atraganto al oír las palabras que salen de la boca de mi madre. Adams me empieza a pegar suavemente en la espalda y veo como Pilar se ríe de mi diciendo "Te toca hermanita"

-Bueno, eso no está dentro de nuestros planes todavía- digo con la voz ronca- así que con nuestros trabajos nos alcanza y sobra, no se preocupen.

Adams asiente de acuerdo conmigo.

-Bueno, no quiero meterme pero ya están en edad- continua mi madre enarcando una ceja- Saben que hasta cierta edad uno puede...

-Todavia no es el momento dijeron, Graciela- corta mi padre- Me parece...una idea muy apresurada todavía.

-Es verdad, apenas están empezando y ya queres ser abuela por segunda vez- la reta mi hermana riendo.- Un hijo es mucha responsabilidad, ustedes tienen mucho tiempo por delante todavía.

Todos asentimos de acuerdo y volvemos a prestarle atención a nuestro plato.

¿Como es que terminamos hablando de la situación económica de cada uno? ¡¿Y en qué momento mi madre pasó de no aceptar a Sebastián a pensar en la idea de que forme una familia con él?

Es demasiado.
Me llevo una mano a la frente para comprobar que no está caliente.

-¿Todo bien?- Susurra Sebas apoyando su mano en mi pierna por debajo de la mesa.

-Si, me duele un poco la cabeza nomas- contesto sonriendo.
Sé perfectamente cual es la razón.
¿Cuando aprenderé a dormir como corresponde, en una buena posición?

-¿Te sentís mal?- pregunta mamá- tomate algo, siempre aguantas hasta último momento- me reta dejando sus cubiertos sobre la mesa- Ya te voy a buscar...

-Deja voy yo, comé tranquila- respondo parandome rápido para que no se levante, pero al hacerlo un mareo hace que me quede quieta por unos segundos.

-¿Estas segura de que esta todo bien?- pregunta Sebastián más preocupado.

-¿No tendrás fiebre? Estas colorada- pregunta Pilar levantándose de su silla- voy a buscar el termometro.

-No te preocupes, solo me maree un poco- contesto rápido para después pasar por detrás de ella para ir a buscar la pastilla.

Adler mira a Pilar. Mi madre mira a mi padre quien enseguida se agarra la cabeza con las manos. Daniel sigue comiendo como si nada hubiera pasado.

-No me digas que...

-Ni lo pienses- la corto enseguida- esto me pasa siempre, duermo mal y después estoy con estos mareos, vos lo sabes mamá- la miro para que lo confirme- lo de las cervicales de siempre.

-Yo soñé con un bebe- dice Daniel mirandome

-Seguí comiendo vos- lo reto.

¿Otro brujo?

-Ustedes se cuidan, verdad?- pregunta mi papá serio mirando a Sebastian- a pesar de lo que diga mi mujer, Ailen es muy joven todavía.

-¡Papá!- lo llamo.

¿Acaso pretende darnos una clase de educación sexual?

-Ya dejamos en claro que pensamos igual- contesta Sebastián sirviendo un poco de agua en mi vaso- No se preocupe, no es la primera ves que ella tiene estos mareos, ya vio a una doctora una vez.

-Bueno, me quedo más tranqula- dice mi madre sarcásticamente

-Ya dije que no es nada, sabes que sufro de esto desde la secundaria- mi madre asiente como si lo recordara- pero para que se queden tranquilos mañana me realizo un prueba y listo.

No puede ser que esté embarazada, eso es ridículo, imposible.

Todos asienten de acuerdo e intentan hablar sobre otra cosa.

Cuando vuelvo de la cocina después de tomar un ibuprofeno, Pilar me mira sonriendo.

-¿No sentiste nada raro en la panza en los últimos dias? Pensa, ¿tal vez alguna patadita?

-Patadita te voy a dar yo a vos- le digo riendo para después volver a mi lugar.

No estoy embarazada.

*****************

-Una más, Pilar, una vez más que me digas que voy a tener gemelos y me clavo este tenedor en el cuello enfrente tuyo para generarte un trauma de por vida- le digo señalandola con el cubierto.

-Te estoy bromemando, bobis- dice ella pasando un brazo por mis hombros.

Sigo lavando los platos que ella me pasa y no puedo evitar reír. Todo este tema es ridículo.

-Lo único que es verdad acá es lo muy enamorada que estás de ese hombre, y él de vos, no paraban de mirarse.

-Sí, que asco- dice Daniel secando los vasos que le voy pasando.

-Que decís vos si ya tenes novia- le digo riendo

-Ya no- se encoje de hombros con la vista clavada en lo que está haciendo.

Lo miro triste, ¿Acaso le rompieron el corazón a mi hermano más chico?

Habrá que buscar a la chica.

-¿Por qué? ¿Qué pasó?- pregunta Pilar

-No le gustaba que tuviera amigas y que jugara siempre a la compu con ellas, pero yo las quiero mucho y no iba a dejar de hablarles, así que me enoje y terminamos.

-Eso está muy bien, la amistad es muy importante y vos sos muy chico todavía para pensar en tener una pareja- le digo pasandole lo último que queda por secar- Ya vas a tener tiempo más adelante, por ahora disfruta que sos chico todavía.

-Sí, porque en cuanto menos lo esperes ¡ZAS! vas a estar hasta las manos como Ailen- bromea la doctora codeandome- dale, acéptalo, jamás te vi así.

Me encojo de hombros y miro mis manos llenas de espuma.

-Es verdad- rio- creo que si me pidiera mañana mismo que sea su mujer aceptaría sin dudar- contesto sonriendo como una tonta.

Igual, es muy pronto para eso también.

-Eh...acá hay más platos.

La voz de Sebastian nos hace sobresaltar.

-Jaja te cacharon- se burla de mi Daniel, quien se queja cuando lo mojo con el agua de la canilla.

-No escuche nada- dice Adams levantando las manos, aunque me guiña un ojo antes de desaparecer.

-Igual era BROMA, UN CHISTE- digo levantando la voz para que escuche.

Es muy pronto todavía.

O no

-Claaaaro, primero lo del bebe y ahora le dejas en claro que te queres casar, vos si que vas rápido, eh- me molesta Pilar hasta que escucha a su bebé llorar.

-Te odio, anda a atender a tu hijita y no me molestes más- le digo riendo.

Cuando la veo desaparecer sonrio feliz por tenerla conmigo, después de todo fue quien más intentó que todo estuviera tranquilo y nos sintiéramos cómodos, y eso es algo que le agradezco mucho.

Al final, puede que la noche termine mejor de lo que imaginé.

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