Muggle - Draco Lucius Malfoy

By lauramxlfoy

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||TERMINADA|| Draco Malfoy nunca creyó que ir a un internado muggle junto a sus compañeros de Hogwarts cambia... More

Prólogo & cast
Capítulo 1: La excursión
Capítulo 2: La sorpresa
Capítulo 3: La humillación
Capítulo 4: La primera clase
Capítulo 5: El castigo
Capítulo 6: La verdad
Capítulo 7: Todo está mal
Capítulo 8: Definitivamente sí, caí
Capítulo 9: El chico de los ojos grises
Capítulo 10: El juicio
Capítulo 11: Regulus Black
Capítulo 12: La culpa
Capítulo 13: Narcissa Malfoy
Capítulo 14: La representación
Capítulo 15: El Señor Oscuro
Capítulo 16: Adiós, Mary
Capítulo 17: Hampstead Garden Suburb
Capítulo final: Te quiero
SEGUNDA TEMPORADA
Acto II - Prólogo & cast
Capítulo 0: Las cartas
Capítulo 1: Fin de curso, otra vez
Capítulo 2: Te extrañé
Capítulo 3: Reencuentro
Capítulo 4: Lyra Hall
Capítulo 5: La luna
Capítulo 6: Investigación
Capítulo 7: Joe Keery
Capítulo 8: La traición
Epílogo

Capítulo final: El sacrificio

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By lauramxlfoy


Lyra amarró a Draco en una silla para que no se pudiera mover, el platinado aún estaba un poco desorientado después del hechizo que había recibido por parte de la rubia, y por lo tanto no se encontraba con muchas fuerzas.

- No entiendo. – Habló Draco. – ¿Qué ganáis haciendo esto?

- Todo. Lo ganamos todo. – Respondió Lyra. – Con ella descubriremos la cura para la enfermedad que tiene mi padre.

- ¿De qué hablas?

- Mi padre estaba sano, cuando yo tenía un año, él comenzó a empeorar y mi madre se asustó. Tuvieron que ir a hospitales muggles para preguntar que le podría estar pasando, pero ninguno daba una solución ni una respuesta coherente. Cientos de doctores le hicieron pruebas y ninguno daba con el problema que estaba consumiendo a mi padre.

Draco escuchaba atentamente, ¿qué tenía que ver Laura en eso?

- Los médicos dijeron que lo mejor era sedarlo ya que él lo estaba pasando realmente mal y los dolores eran insoportables. A todo esto, mis padres tenían una relación muy estrecha con Lucius Malfoy al haber sido compañeros mortífagos y tu padre les apoyaba en todo. También conocieron al señor Keery y los señores Bennet.

- Mi padre odia a los muggles, ¿por qué se relacionaría con ellos?

- Jacob es mago, y después de conocer a Rose, ella le apoyó en todo. Tuvieron que aislarse después de la Primera Guerra Mágica en el mundo muggle ya que no querían que Jacob fuera encerrado en Azkaban, él estudió en Ilvermorny y apoyaba los ideales de Voldemort, aunque se casó con una muggle, el señor tenebroso le perdonó e incluyó a Rose en sus planes. En cuanto al señor Keery, el fue la razón por la que tenemos una posible cura para mi padre, por lo que le tuvieron aprecio. – Lyra continuó al ver la cara de Draco, sin entender nada. – El señor Keery era un doctor del hospital donde mi padre estaba siendo atendido y el día en el que nació Roussel todo fueron buenas noticias para mi familia. Él dijo que esa niña cuando creciera sería la clave para la cura de mi padre, pero antes de ello necesitaba que lo congelaran para que sus órganos dejaran de ser dañados. Y ahí comenzó todo.

Noah Schnapp

Regulus, Sadie y yo escuchamos todo atentos. Laura iba a ser un sacrificio humano.

Que-puto-miedo.

Regulus no se pudo esperar a que trazáramos un plan y salió disparado hacia Lyra mientras le arrebataba la varita. Lyra quedó rodeada de nosotros e iba desarmada.

Sadie se dirigió a desatar a Draco. Este le agradeció y la pelirroja solo le dio un asentimiento de cabeza, ¿seguía enfadada?

Draco y Sadie se pusieron a mi lado, el platinado no podía hacer nada ya que no tenía su varita con él.

- Ahora nos vas a llevar a donde se encuentra Laura. – Ordenó Regulus mientras seguía apuntándola.

- ¿Estás asustado por tu ahijada, Regulus? – Preguntó Lyra burlonamente.

- No me hagas hechizarte. – Amenazó.

- No me das miedo, pronto se darán cuenta de que estáis aquí y os matarán uno por uno.

- Eso ya lo veremos, psicópata. – Espetó Sadie. – Ahora estás bajo nuestra merced, y si no confiesas, tú serás la que muera.

Sadie me daba miedo y admiración al mismo tiempo. Draco estaba igual que yo de sorprendido y orgulloso por ella, se le notaba en la cara.

- Ahora, vamos a ir a por Laura y la vamos a sacar de aquí de una puta vez, ¿entendido?

- ¡Sí, capitán! – Respondimos Draco, Regulus y yo a la vez. Lyra solo rodó los ojos.

Hall nos comenzó a guiar hacia donde se suponía que mi mejor amiga estaba, y notaba la tensión entre todos nosotros por como pudiera estar ella.

Al llegar Lyra nos dijo que detrás de esta puerta era donde estaba todo, y no mintió.

Al abrir se encontraban Lucius, el señor Keery, la madre de Lyra, Rose, Jacob y todos nuestros amigos.

Laura se encontraba inconsciente en una camilla con una bata que parecía ser de hospital. Al otro lado de la sala se encontraba una cúpula enorme que parecía congelada.

- Allí se encuentra su padre. – Murmuré para mí mismo.

Nuestros amigos magos se encontraban frente a los muggles para protegerles de cualquier mal. Los psicópatas parecían encontrarse muy tranquilos.

- Esto tendría que haber sido mucho más fácil. – Habló Lucius Malfoy.

- Que mi hijo supiera donde nos encontrábamos lo hizo un poco más difícil, pero no imposible. – Siguió el señor Keery. – Pero no importa, ahora todos vais a morir.

- ¡Eso ni de coña! – Exclamó Harry. – Vais a caer.

- Narcissa. – Llamó Malfoy. – Tú no deberías estar aquí.

- Cuando te conocí, no te vi capaz de hacer esto, Lucius. Sin embargo, cada día me queda más claro que eres un psicópata.

- No me dueles, querida. Sé lo que soy, y después de que mi señor muriera necesitaba hacer esto, lo que más necesitaba era curar a mi mejor amigo.

- ¡Siempre quieres conseguir lo que quieres! – Exclamó Draco, yo le miré, se encontraba muy angustiado. – Me lanzaste un Obliviate y eso no te lo voy a perdonar nunca, Lucius. Hace mucho que para mí solo eres mierda, y quiero que lo sepas. Felicidades, te has convertido en tu padre y en un monstruo para mí. – Lucius le miró con una cara que no supe descifrar. – Ahora vas a sacar a Laura de ahí si no quieres que yo mismo te mate.

- Noah. – Me llamó Sadie susurrando. – Me he dado cuenta de que todos se encuentran atentos a la pelea, iré a por Laura, pero necesito que me cubras.

- Ten cuidado.

Narrador omnisciente

Sadie salió disparada hacia la camilla donde su mejor amiga se encontraba. Vio la salvación demasiado pronto antes de que Lyra Hall se girara y se chivara.

La pelirroja tragó en seco al ver a todos mirándola, algunos con cara de pocos amigos, lo único que pudo hacer fue subir las manos y esperar a que no le hicieran nada y tuviera suerte.

- Me está empezando a cansar el jueguecito que os traéis por aquí. – Comentó Lucius. – ¡Crucio!

- ¡NOOOOOOOOO! – Gritaron casi todos al ver como la pelirroja caía al suelo adolorida. Noah, Finn y Millie se acercaron lo más rápido que pudieron a ella mientras Caleb se tapaba la boca para evitar un sollozo y Gaten se encontraba en shock.

Blaise, Theodore, Harry y Ron se cubrieron la boca con las manos mientras soltaban lágrimas silenciosas.

Hermione sacó su furia a relucir y le tiró el mismo hechizo al causante de que Sadie se encontrara así, poco le importaba que luego fueran en contra de ella. Lucius Malfoy estaba arruinando la vida de dos de las chicas a las que más cariño les había cogido y no se lo iba a perdonar.

Lucius se quejó del dolor cayendo al suelo.

- ¡Maldita sangre sucia! – Gritó el Malfoy mayor.

Millie no podía más, se encontraba llorando por sus dos mejores amigas mientras trataba de ser consolada por Noah.

Draco se acercó al centro de todo. – Espero que en algún momento experimenten con vosotros.

Al platinado poco le importó lo que le pudieran hacer en ese momento. Llegó a la camilla donde su novia estaba recostada y la tomó con cuidado haciendo que se sentara.

- Lau. – Susurró de manera que no le pudiera escuchar nadie más que ella si despertaba. – Escucha. Necesito que despiertes, hazlo por mí ¿sí?

Lyra veía todo esto desde una distancia lejana y se sintió furiosa, fuera del paripé de hacer que Draco y Laura se separaran, ella sí había desarrollado sentimientos por el platinado.

Luego pensó en lo estúpida que había podido ser y se preguntó que había visto Draco en la pequeña muggle. Por lo que sintiendo rabia en su interior tomó una jeringa para poder coger la sangre de Roussel y poder recuperar a su padre. Así saldría ganando.

Draco no llegó a ver sus intenciones por lo que al momento en que la bruja sacó sangre del brazo de la rubia fue demasiado tarde.

- ¿¡Qué coño haces!? Ni se te ocurra Lyra. Ya la has cagado lo suficiente.

- Necesito recuperar a mi padre y ella solo es un maldito estorbo. No te preocupes, la sangre que le he extraído no la echará de menos. Pronto morirá por todos los medicamentos que le hemos inyectado. – Lyra soltó una risa malévola y con sus palabras hizo que el mundo de Draco se le viniera encima.

Laura iba a morir.

Draco Malfoy

- Te podrás despedir de ella, no somos tan crueles. – Me dijo Lyra sonriendo. – Ella despertará, aunque pronto comenzará a ahogarse y pum, adiós muggle de mierda, adiós.

- Debe haber una solución. – Dije notando las lágrimas en mis mejillas. Regulus se acercó a mí también bastante conmovido.

- Oh, créeme querido, no la hay. – Dijo la madre de Lyra, Leah Hall.

Noté como Laura comenzaba a moverse en mis brazos, sin darme cuenta la había abrazado por completo.

- ¿Laura? – Pregunté llorando.

- ¿Por qué lloras? – Preguntó soñolienta. – Venga vamos a la cafetería a desayunar...

- Lau, escucha no estamos en el internado.

- ¿Reg? ¿Por qué estáis los dos llorando? – Preguntó esta vez preocupada.

Vi como los demás se iban acercando y pude ver a todos bastante afectados, entre lo de Sadie, lo de Laura y todo lo que estaba pasando, era difícil aguantarse las lágrimas.

- Por favor. – Suplicó Noah. – Debe haber algo que se pueda hacer. – Creo que no lo había visto así en mi vida, pero lo entendía.

- Noah. – Susurró Laura, seguía afectada. El castaño se giró hacia ella demasiado afectado para ser verdad.

- Laura, te pondrás bien ya lo verás, esto no es más que una broma estúpida.

- ¿Qué pasa? ¿Me muero? – Noah soltó un sollozo muy fuerte que hizo que Laura también comenzara a llorar y pusiera una mano en su mejilla. – Noah, escucha, te quiero, muchísimo, debes ser feliz ¿sí?

- ¡No! ¡Por qué no te vas a morir! ¡Te lo juro!

Vi como Finn se acercaba hacia nosotros y acarició la mejilla de su "prima". Después se giró enfrentándose a sus tíos.

Lo que pasó después fue sorprendente. Finn les había dado en la cabeza a ambos con una lámpara que se encontraba en una pequeña mesita, por lo que los dos quedaron inconscientes.

- Laura, te quiero, ¿lo sabes? – Ella se giró hacia mí, cuando me escuchó pronunciar esas palabras. – Me has cambiado la vida y no voy a dejar que la tuya se acabe, voy a buscar una maldita solución a esto, aunque tenga que surcar tierra y mar para encontrarla. Te lo prometo.

- Draco... No quiero morir, no estoy lista. – Sollozó Laura incontrolablemente.

- No vas a morir. – Dije yo también llorando. – Te lo juro por mi puta vida, te lo prometo Laura, pero no te vayas, grita si quieres, pero no te marches nunca lo hagas.

Theo y Blaise se acercaron por detrás de mí y pusieron sus manos en mi espalda tratando de reconfortarme, pero supe que ambos estaban llorando. Al igual que todos nuestros amigos.

Vi como Millie se acercaba cada vez más a Lyra y le pegaba un puñetazo en toda la cara, lo que ocasionó que comenzara a sangrar. La señora Hall corrió hacia la castaña con tal de defender a su hija, pero Millie fue más rápida y le puso el pie para que se diera de bruces contra la mesa.

- ¡Ahora vas a buscar algo para que Laura pueda sobrevivir, si la que no quiere morir eres tú! – Chilló bastante cabreada.

- Draco... – Susurró Laura. – Me...ahogo...

Laura comenzó a toser y a intentar respirar nerviosamente.

- No, no, no. Laura aguanta, encontraremos la solución.

El señor Keery vino hacia nosotros y le inyectó a Laura algo raro mediante una jeringa. Laura cayó inconsciente en mis brazos y temerosamente y gritándole al señor fui a buscar su pulso.

- ¿¡Qué coño has hecho!? – Gritó Regulus empujando al señor Keery.

- ¿¡Papá qué has hecho!? – Reclamó a la vez Joe respirando agitadamente.

Notaba el leve pulso de Laura y las pequeñas respiraciones que soltaba por la nariz.

- Está viva...

Casi todos los presentes se giraron sorprendidos hacia mí al escuchar aquellas palabras gratificantes, que hicieron que mi corazón saltara de esperanza por ver al amor de mi vida de nuevo conmigo y lejos de todas las cosas psicópatas que hemos tenido que vivir durante el último tiempo.

Lucius se levantó furioso y se acercó agresivamente al señor Keery.

- ¿¡Se puede saber por qué le has dado el maldito vial curativo a la asquerosa muggle!?

¿Vial curativo? ¡Había una maldita cura y Lyra mintió!

- Primero de todo, Lucius, te recuerdo que yo también soy lo que denominas muggle. Segundo, ¡esto no puede continuar así! ¡Esta gente tiene razón! Es de putos psicópatas.

- ¿¡Me estás diciendo que es de psicópatas que quiera recuperar a mi padre!? – Gritó Lyra aún tocándose el ojo adolorido.

- No, no estoy diciendo que querer recuperar a un familiar sea un acto psicópata, digo que la forma por la que lo queréis recuperar lo es.

- ¡Tú diste la maldita forma! ¡El día en que Roussel nació! ¡En el maldito hospital!

- Me equivoqué, creí que sería buena idea, pero destrozar la vida de una niña me ha hecho reflexionar lo gilipollas que hemos podido ser.

- ¡No importa! Tengo la sangre. – Lyra rebuscó entre sus bolsillos, pero al ver su cara de susto pude deducir que no la tenía.

- ¿Te refieres a esta muestra de sangre? – Volvió a hablar el señor Keery.

Lo siguiente que vimos fue como tiraba la muestra al suelo y está se rompía en mil pedazos. Tuve que tapar a Laura para que no le llegara ningún cristal, y de paso a mí.

- ¡No! – Gritaron Lyra y su madre desde el suelo con un chorro de sangre por su frente, obra de Millie.

- Maldito traidor. – Dijo Lucius entre dientes. – ¡Avada Kedavra!

Mierda. El cuerpo del señor Keery cayó al suelo en un ruido sordo y Joe fue corriendo a ver su estado mientras gritaba desesperado.

- ¡Expelliarmus! – Gritó Harry hacia mi padre, haciendo que su varita se le saliera de la mano y acabara en la de Ron.

Mi madre veía todo desde la lejanía, ya hacía rato que se había mantenido al margen y cuando le vi mirar a Lucius con una mirada venenosa, estuve orgulloso de ella.

- ¡Crucio! – Gritó mi madre, lo que hizo que Lucius volviera a caer al suelo adolorido. Casi se me salió una sonrisa. – ¡YA BASTA! Voy a llamar a la policía y al ministerio de magia y sabrán lo que hacer con vosotros.

Narrador omnisciente

Narcissa se acercó a su hijo a paso firme después de realizar las llamadas necesarias.

Harry, Ron y Hermione estaban atando a Rose y Jacob para que si por algún casual despertaran no pudieran escapar.

Millie, Noah y Finn se encontraban atendiendo el estado de Sadie, quien todavía se encontraba bastante afectada, tanto que no se dio cuenta de que su mejor amiga rubia estuvo a punto de morir.

Theodore, Blaise, Caleb y Gaten se encargaron de Lucius Malfoy realizando la misma acción que el trío de oro.

Joe le lloraba al cuerpo de su padre y Regulus se acercó a él para darle consuelo. Al fin y al cabo, el señor Keery había muerto tratando de ayudarles y por tratar de salvar a su hijo.

- Mamá, tienes que llamar también a una ambulancia. – Le dijo Draco a su madre observando el puro rostro de su novia mientras dormía.

- Ya está, Draco. Todo ha acabado. – Respondió Narcissa dándole un pequeño beso en la cabeza.

La policía, la ambulancia y los aurores y el ministro de magia no tardaron en llegar viendo el desastre que se había ocasionado.

Estudiaron todo y arrestaron después de varias declaraciones a los causantes del secuestro. El ministro de magia le dijo a la policía británica que ellos se encargarían y que se podían ir tranquilos.

A Laura se la llevaron en la ambulancia y Regulus se fue con ella al ser su tutor legal, dejando a Draco bastante impaciente de su estado.

Sadie también fue llevada en una ambulancia diferente y los señores Bennet al encontrarse inconscientes también se fueron, no sin antes tener una orden de arresto para cuando se pusieran bien.

A los demás heridos, se encargaron unos médicos que se quedaron en la casa ya que no había necesidad de llevarlos al hospital teniendo allí todo lo necesario.

Los doctores y la policía se llevaron el cuerpo del señor Keery y Joe se fue con ellos no sin antes despedirse muy a su pesar de todos y prometiéndoles que pronto les vería.

Al por fin irse todos los enfermeros, el ministro de magia habló.

- Tengo entendido por Dumbledore antes de que falleciera en la guerra mágica que algunos muggles estaban al tanto de la magia y de lo ocasionado por ella. Por lo que no pondremos cargos, después por las maldiciones imperdonables soltadas allí dentro, las consideraremos defensa personal. Ya están a salvo, no tienen por lo que preocuparse. Leah Hall y Lucius Malfoy irán a juicio y veremos que hacemos con Lyra Hall, aunque al ser mayor de edad será lo mismo creemos, pero tenemos que estudiar los posibles hechos. – Sonrió el ministro de magia despidiéndose.

Al salir los aurores y el ministro todos se miraron unos a otros sin saber muy bien que decir.

Narcissa se dio cuenta de que eran las tres de la mañana y fueron acompañando a cada uno a su casa para que llegaran a salvo.

Por el camino todos comenzaron a hacer turnos para ir a visitar a sus amigas para no aparecer tanta gente en el hospital.

Draco iba cabizbajo junto a su madre mientras escuchaba a sus amigos organizarse. Noah, Millie y Theodore irían junto a él ya que tenía que ir con Narcissa esa misma noche y también ver como estaba Regulus.

Al llegar al hospital Regulus se encontraba en la sala de espera bastante nervioso. También vieron a una señora pelirroja, la madre de Sadie.

- ¿Cómo están? – Preguntó Narcissa al llegar.

- Sadie ya ha despertado y le están dando el alta después de hacerle revisiones. Parece que todo está correcto y no quedaran secuelas. En cambio, los doctores me han dicho que a Laura le han inyectado demasiados medicamentos que efectivamente podían causar su muerte, pero que gracias al vial curativo ha mejorado todo, aunque aún seguimos a la espera.

Narcissa asintió y se acercó a la madre de Sadie. – Lamento lo de Sadie, señora Sink.

- No sé que ha pasado, pero al quedar Sadie herida me ha hecho replantearme si sus compañías son buena influencia.

- Señora Sink. – Habló Millie. – Lamentamos de verás lo ocurrido, pero por favor no nos separe de Sadie, ella es nuestra mejor amiga.

- Lo hablaré con ella al llegar a casa. – Zanjó seriamente.

Después de un rato de espera, Sadie salió acompañada de una enfermera y lo primero que hizo fue abrazar a sus amigos y preguntarles como se encontraba Laura.

- Estamos a la espera, pero lo último han sido buenas noticias. ¿Y tú? ¿Cómo te encuentras? – Dijo Draco después de abrazarla.

- Mejor, ya no me duele nada, pero ha sido un gran susto.

- ¡Sadie Elisabeth Sink! – Gritó la señora Sink.

- ¡Ya voy! – Respondió Sadie rodando los ojos. – Nos vemos pronto, vendré a ver como se encuentra Lau.

- Eso esperamos. – Respondió Millie dándole un último abrazo.

Pasaron unas horas más y comenzó a amanecer. Millie, Noah y Theo se quedaron dormidos en las sillas mientras Narcissa iba a por un café para ella y Regulus, quien se encontraba moviendo la pierna nerviosamente y Draco quien estaba cabizbajo y muy nervioso, por lo que no se pudo dormir.

- ¿Familiares de Laura Cassiopeia Roussel ? – Dijo un médico.

- Nosotros. – Respondió Narcissa.

- Ella se encuentra estable, pero aún no despierta y desafortunadamente no sabemos cuando lo hará.

- ¿Cuánto tiempo cree? – Preguntó Regulus temerosamente.

- No sabemos, puede ser que días, meses, años... Es cuestión de ver como evoluciona. Podemos decir que ha entrado en un estado de coma.

Al escuchar eso, a Draco se les rompió a pedazos el corazón ante la simple idea de que el amor de su vida no volviera a despertar nunca.

¿Y ahora qué? 







No sabéis la pena que me da despedirme de muggle, ha sido durante un año, ya que lo empecé hace un año justo, una de mis razones de vivir. Me ha encantado por fin poder soltarme como me gusta y haciendo lo que me gusta. 

Por cierto, ¡Feliz Año Nuevo!, espero que estéis pasando unas buenas vacaciones, yo de verdad lamento el haber estado tan desaparecida, pero he pasado unos meses un tanto difíciles donde sentía que me encontraba en bloqueo, entre escritor y sobre varias situaciones de mi vida. 

Pero ahora todo está mejor, Navidad es mi época favorita del año y noto como me encuentro mucho mejor. 

Falta el epílogo, que será publicado ahora. 

Besis, 

Lau

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