Capítulo 2: Te extrañé

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Cuatro de junio

Laura se encontraba en su habitación de la mansión Black organizando varios apuntes de su escuela, el próximo año entraría en el último y era muy importante seleccionar los apuntes que tiraría y los que no.

Esa tarde iba a ir con Regulus por primera vez al callejón Diagon, y aunque la idea de ir a un lugar mágico la entusiasmaba, la razón por la que iban no mucho. Iban a comprarle un regalo a Draco ya que al día siguiente era su cumpleaños.

La rubia no sabía que iba a hacer cuando lo viera después de un año. No se sentía preparada.

Su padrino la llamó desde la cocina y al escuchar su llamado salió rápidamente de sus pensamientos y salió de la habitación para bajar.

- Dime. – Dijo cuando llegó.

- ¿Comemos? – Preguntó Regulus sonriendo.

- Vale. – Respondió sonriendo también. – ¿A qué hora nos iremos esta tarde?

- Pronto, después tengo que arreglar varios asuntos en el ministerio, por lo que si quieres quedar con alguien puedes.

- Tal vez le envíe una carta a Hermione. ¿Me dejas tu lechuza?

- Te lo he dicho varias veces, la lechuza es de los dos. – Reclamó el castaño mirándola.

- Sí, lo siento, no me acostumbro.

- Tranquila, es normal.

Comieron mientras mantenían una charla agradable y después al terminar recogieron y lo pusieron todo para fregar.

Después cada uno se dirigió a su habitación para prepararse y quedaron en 20 minutos bajo para irse.

En su habitación Laura le escribió a Hermione. Al pasar los 20 minutos ambos bajaron y se dirigieron al callejón Diagon.

- ¿Tienes alguna idea de qué regalarle a tu novio? – Preguntó Regulus mientras entraban. Laura quedó entusiasmada al ver tantas tiendas mágicas y tantos magos y brujas.

- No tengo ni idea de que le pueda gustar. – Confesó la rubia mirando hacia todos los lados.

- Pero es tu novio, ¿cómo no lo vas a saber?

Laura se giró a mirarle mientras se mordía el labio. Hacia mucho tiempo que no hablaba con Draco y no sabía si sus gustos habían cambiado, además tampoco le interesaba comprarle un regalo después de pasar de ella.

- Puede que algo para el Quidditch. ¡Pero el es millonario! ¡Qué se le compra a un millonario qué no tenga!

Regulus rio. Ella tenía razón.

- Algo más bonito sería que le hicieras algo. – Aconsejó Regulus. – No me refiero a algo material, algo que le haga feliz.

Laura suspiró. – Tienes razón, pero ya que hemos venido aquí podemos mirar algo, cuando llegue a casa ya le haré algo.

Los dos entraron a la tienda de Fred y George Weasley.

- ¡Hola! – Exclamó Fred. Los gemelos y Laura se conocieron en la guerra mágica y por lo que habían hablado se llevaron muy bien.

- ¡Hola! – Exclamó de vuelta la rubia.

- No sabía que ya habíais acabado las clases. – Dijo George.

- Sí, las acabamos hace dos días, somos libres. – Respondió Laura.

- Nos alegramos de verte, Ron nos dijo que al final no os pudisteis ver ayer.

Muggle - Draco Lucius Malfoy حيث تعيش القصص. اكتشف الآن