Muggle - Draco Lucius Malfoy

Capítulo 6: Investigación

Después de ver a Lucius Malfoy, los Bennet y Lyra Hall juntos, no pensaron nada bueno.

Sadie, Millie, Laura y Draco corrieron como si sus vidas dependieran de ello. Y probablemente lo hacían.

Al pararse por la falta de aire, Sadie comenzó a divagar.

- ¡No entiendo! – Gritaba frustrada. – ¿Qué hacen juntos? ¡Qué maldita relación hay ahí!

- ¡Yo sí que no entiendo! ¡Creía que mi padre estaba escondido en algún lugar de Francia!

Laura estaba sorprendentemente callada, no paraba de pensar, no tenía ningún sentido que estuvieran juntos. Sorprendentemente, los cuatro eran personas que la odiaban de una manera u otra y eso no le alivió para nada.

- ¡Ya basta! – Exclamó Millie, nerviosa. – Sé que no tiene ningún sentido, pero no nos podemos poner nerviosos porque así no llegaremos a nada, ¡además Laura está afectada y no os habéis parado a observarlo!

- Es que no entiendo. – Soltó la rubia en un hilo de voz.

Draco se acercó a ella y la envolvió en un abrazo, Laura estaba demasiado en shock y Draco, Millie y Sadie también.

- Quiero saber que hacían juntos, no, necesito saberlo. – Enfatizó.

- Joder, Laura. Yo también quiero saberlo, pero podría ser peligroso. – Habló Draco tratando de ser razonable.

- ¡Ya lo sé! ¡Pero no me puedo quedar de brazos cruzados! ¡Es que solo falta que salga el señor Johanson y nos jodemos todos! – Laura se pasó las manos por la cara, frustrada.

Millie estaba asustada, su mejor amiga estaba mal y la situación la estaba carcomiendo.

- Creo que lo mejor será que volvamos a casa... – Murmuró Draco. Sadie asintió y se acercó a Laura.

- Te prometo que descubriremos que está pasando, ¿vale? Pero necesito que descanses y Mills también. – Prometió la pelirroja.

La rubia asintió suspirando para tranquilizarse y después se despidió de sus mejores amigas para dirigirse a su casa.

Por el camino, Laura y Draco iban en silencio, hasta que el platinado lo rompió.

- Lo mejor será que no les contemos nada a mi madre y Regulus, ¿vale?

- Sí... Creo que es lo mejor. Por cierto, lamento haberte gritado antes...

- ¡Oh! No te preocupes, te entiendo perfectamente, Lau, sé que te pusiste nerviosa y es completamente normal.

Laura le dio una media sonrisa y después siguieron caminando. Llegaron a la casa donde Narcissa y Regulus estaban pasando el tiempo.

- ¡Hola, chicos! – Exclamó Narcissa. – ¿Qué tal la vuelta?

- Bien. – Respondió Laura un poco seca. – Nos encontramos a Sadie y Millie y estuvimos con ellas. – Añadió para que no sonara tan borde. 

- ¡Qué bien!

- Mamá, ¿nos vamos? – Preguntó Draco. – Tengo que ponerme con unos asuntos al llegar a casa.

- Eh, vale. – Respondió Narcissa un poco confundida.

Los cuatro se despidieron y los Malfoy se fueron por la chimenea mediante polvos flu. Laura se quedó mirando la chimenea, pensativa.

- ¿Estás bien? – Preguntó Regulus notando la actitud de su ahijada.

- Estoy bien. – Mintió la rubia sonriéndole. – No tengo hambre, mejor voy a dormir. Te quiero. – Laura besó la mejilla de Regulus y subió a su habitación donde se tiró a la cama frustrada.