El vecino del K-9

By Finnale2412

2.6K 265 195

Renato, el inquilino del departamento K-9, está acostumbrado a su vida monótona y no desea cambiarla. Sin emb... More

Nota de la autora + Sinopsis
01
02
03
04
05
06
07
08
09
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
42
43
44
45
46
47
48
49
50
Capítulo Final
Epilogo
Palabras de la autora

41

20 2 7
By Finnale2412

Luego del desastroso final del taller de baile, me alejé del abuelo para evitar más problemas. Seguramente Julieta debió malinterpretar todo. Ahora estoy frente su habitación, tocando la puerta.

—Julieta —hablo desde la puerta, algo nerviosa—. Jenna y yo iremos a las aguas termales, ¿No quieres acompañarnos?

—Lo siento, hoy no —es lo único que responde.

En otras circunstancias, sería igual de terca e insistente, pero la verdad es que tampoco me gustaría hablar ahora. Mejor vendré una vez estemos más calmadas ambas.

Luego de un rato, estoy sumergida en las aguas que arrojan vapor a mi rostro. Qué relajante es. Había olvidado lo que es tomar un baño así, quizás era una de las cosas que más me gustaba de la casa del abuelo, mi abuelo real.

Maldición, ahora las palabras "Abuelo" se me han quedado grabadas para referirme a mi vecino. Me pregunto si él debe odiarme por ocasionarle este problema. Espero que no porque... no soportaría que alguien más que una vez estimé, me odie.

—¿Todo bien, Aurora? —Jenna me hace salir de mis pensamientos, qué bueno que está a mi lado.

—No, sigo pensando en lo que ocurrió con Julieta.

—Creo que la entiendo, me molestaría, pero creo que su actitud no es la mejor. Si fuera yo, le plantaría cara a mi novio y le pediría una explicación.

Jenna es muy directa en estas cosas. Me ha agradado eso de ella desde que la conozco.

—Yo también debería decirle que no tiene que preocuparse por mí. No veo a... Renato de esa manera.

Jenna se me queda mirando fijamente y se me acerca un poco.

—Aurora, sé sincera conmigo y, sobre todo, contigo. ¿Estás segura de que no sientes nada por él?

—¿Por qué la pregunta?

—Te veo muy contenta y feliz cuando estás a su lado, incluso... más de lo que una vez estuviste con Boran. —Frunce el ceño—. Recuerda que... incluso te ibas a casar con él.

—¿En serio... me veo así junto a Renato?

—¡Sí! Incluso tienes ese brillo especial en los ojos, como si ambos estuvieran demasiado conectados.

De inmediato, siento mis mejillas rojas y estoy segura de que no es por el calor del agua. ¿Será que es verdad? Pero... jamás quise... volver a involucrarme con el romance. Tuve suficiente con lo estúpido que fue Boran.

Pero... Renato...

Él no es el tipo de hombre que me gusta. No. Él es tan... desesperante y triste.

No había conocido hombre tan amargado como él.

Pero... también es atento, despistado, trabajador, ordenado cuando quiere y fuerte. Tiene un aire extrañamente atrapante.

No... no... él... él... para mí... es... alguien que no quiero que se vaya, quiero que sigamos juntos y conocerlo más. Me siento feliz cuando lo molesto, lo saludo, desayuno con él y... cuando hablamos.

Yo... yo... por él... siento eso llamado...

¿Amor?

Sí, estoy segura de que es eso.

. *: ☆ : * .

Al siguiente día, sábado, estamos desayunando panqueques en el comedor. Sin embargo, no puedo comer por dos razones: tengo que ir a hablar con Julieta y me pone nerviosa tener a Renato frente a mí.

Tengo que decirles a los dos lo que siento, es justo para ellos y para mí.

—Si me disculpan, iré al tocador.

Me levanto y me voy rápido hacia los sanitarios, ya que cerca de ahí está el elevador a los dormitorios. No puedo esperar más tiempo para hablar con Julieta.

Sin embargo, en cuanto llego al final del pasillo, justo en un cruce, mis pies se detienen de inmediato cuando ante mí, de la nada, pasa una figura tan familiar como aterradora. Es un hombre de cabello color castaño y peinado hacia su izquierda, de ojos marrones y piel blanca. Usa su asqueroso típico traje para parecer honorable, pero sé la perfecta basura de ser humano que es.

Sin embargo, el miedo se apodera de mí una vez él se percata de mi presencia y en su rostro se torna una mirada llena de sorpresa, para luego una asquerosa sonrisa de par en par.

—Vaya, vaya. Hasta que al fin aparece la hija menor —su maldita voz... me provoca ganas de vomitar—. Hola de nuevo, Aurora K.

El apellido que tanto me esforcé por ocultar, una vez más, me persigue.

—Boran —me cuesta mencionar su nombre—. Sigues siendo la maldita mierda de siempre.

—Uy, vaya lenguaje —se hace el indignado—. Me pregunto qué diría tu abuelo si te escuchara. Una dama no dice groserías.

—Yo voy a hablar como se me dé la puta gana. —No me voy a mostrar débil ante él, no más—. Así que acostúmbrate, imbécil.

—¿En serio sigues enojada? Ya te pedí perdón, incluso me arrodillé ante ti.

Ya ni siquiera disimula sus verdaderas intenciones, es peor que la mierda.

—Por favor, vete de aquí.

—No lo creo, querida. —Trata de acercarse, pero de inmediato doy un paso hacia atrás—. ¿Sabes? Me duele ver cómo te alejas de mí, ¿Acaso no recuerdas las veces que ambos hablábamos de nuestro futuro juntos?

—Pero... ¿Cómo eres tan sínico? —Ya no puedo seguir escuchándolo y seguir tranquila—. ¡Tú solo querías casarte conmigo por la herencia de mi familia!

Boran sigue con su estúpida sonrisa, ¡Quiero golpearlo en la cara!

—Sigues siendo una niña. ¿Sabes? El dinero no es lo único en esta vida. —Se acerca demasiado a mí con solo dos pasos tan rápidos que no me da tiempo de reaccionar—. No sabes la carga que me quita ya no tener que fingir, ahora sí que me siento conectado a ti.

Su mano está en mi mejilla y mi oreja. Me siento muy incómoda. Aléjate. Aléjate de mí. Quisiera gritar, llorar y romper todo, pero tengo miedo, estoy paralizada. Él... sigue teniendo poder sobre mí, me odio por permitir esto.

—Por... favor, vete —logro murmurar.

—¿Por qué? Aurora, tu piel sigue siendo tan suave —susurra con su voz seductora—. ¿Acaso has olvidado la forma en la que te tocaba y te besaba?

Acerca su rostro un poco más a mí. No... no... no... déjame.

—¿Por qué te cortaste y te pintaste el cabello de negro, Aurora? A mí me gustaba cuando tenías el cabello rubio y largo, eras como el oro, mi oro.

Me lo pinté de rubio porque tú no parabas de insistir en que me veía mejor, pero nunca me gustó. Me sentía mal.

—Sin embargo, sigues oliendo tan bien. —Junta su nariz con la mía. Yo ya no aguanto, quiero desmayarme y vomitar—. ¿Cómo puedes olvidar tres años de relación?

¿Cómo... dejé que esto pasara? ¿Por qué nadie me detuvo? Él tenía 25 y yo 17 cuando nos conocimos, salimos hasta después de un año. Supongo que a ellos no les importaba que esta persona fuera mayor... y tampoco a mí.

Después de todo, iba a morir en cualquier momento.

Siento... asco.

—¡ALÉJATE DE MÍ! —grito a todo pulmón.

Reúno toda mi ira y mi fuerza en un empujón para separarlo lo más pronto de mí. Incluso él se sorprende de casi caer al piso. Yo, por otra parte, trato de recuperar el aliento. Esto no es... bueno... para mí.

—Veo que el haberte escapado del hospital hace siete meses ha sido muy estúpido, ¿No lo crees? —sigue con su actitud prepotente.

—No me arrepiento de nada —respondo sin titubear.

—Tu mirada llena de ira es mucho mejor que la sumisa que antes eras. —Se muerde los labios—. Me gusta.

—¡Vete a la mierda!

—No, tengo un mejor plan. —Saca su teléfono—. Hablaré con tu abuelo para que venga por ti. Seguramente estará encantado de que por fin haya encontrado a mi querida prometida.

No, eso no. Si el abuelo viene por mí, será el fin. No. No.

—No lo hagas, por favor.

—Así me gusta, verte suplicando. —Vuelve a acercar su mano a mí—. Solo tienes que hacer lo que yo...

—Disculpe, señor. —Ambos volteamos y nos encontramos con Julieta. De inmediato, ella se coloca en medio de los dos y me oculta—. Deje de molestar a mi amiga, por favor o tendré que llamar a seguridad.

—¿Acaso no sabes quién soy, señorita? —se molesta.

—Sí, eres el candidato a alcalde de Ciudad K. —Julieta tampoco se dispone a ceder—. Por eso será mejor que se vaya, no queremos hacer un escándalo antes de las elecciones, ¿No lo cree?

—Eres una entrometida.

Boran empuja contra el piso a Julieta y aprovecha para tomarme de la muñeca.

—Me voy a llevar a esta mujer a casa, así que no estorbes —dice con una voz autoritaria.

Antes de que pudiera decir algo cualquiera de los tres, veo como alguien corre tan rápido hacia Boran y logra darle un puñetazo en la cara, arrojándolo al piso y soltándome en el proceso. Aprovecho y me acerco a Julieta para ayudarla a levantarse, así nos damos cuenta de que fue Renato el que intervino.

Ahora él tiene el rostro lleno de ira.

—¡IDIOTA! ¿CÓMO TE ATREVES A GOLPEAR A MI NOVIA Y MOLESTAR A MI AMIGA? ¡TE VOY A PARTIR TODA TU PUTA MADRE!

Boran, por su lado, se levanta y se da cuenta de que el golpe le ha provocado que le saliera sangre por la nariz. Uy, con lo que odia la sangre, se está poniendo pálido y sus ojos llorosos.

—¡Eres un maldito salvaje! ¿Sabes a quién golpeaste, imbécil? —dijo con su voz cobarde, actuando como víctima—. ¡Te va a caer una demanda que no vas a tener donde caer muerto de hambre!

—Pues nosotros podremos hacer una contrademanda por intimidación y daño físico. —Por atrás de nosotros, se acerca Jenna junto con Aaron y Víctor—. Mi amigo solo estaba actuando en legítima defensa.

—Tú también estás aquí, bruja —se molesta aún más—. ¿Cómo puedes probarlo? Recuerda que mi familia hay abogados muy buenos.

—Ya veo que el golpe te dejo más idiota de lo que ya eras. —Señala hacia la esquina del pasillo—. Hay cámaras por todo el lugar, ¿Recuerdas? Quizás puedas ganar la demanda, pero ¿Cómo tomaría el público si ve un video de un candidato a la alcaldía amenazando e intimidando a otros?

—¡Te tienen agarrado de las bolas! —grita Víctor.

Boran está a punto de explotar, por eso la cara roja. Sabes que no puede contra Jenna.

—También quiero que te vayas —dice Jenna, más seria—. Sabes que mi amigo es dueño de este lugar y puedo pedirle que te saque a le fuerza, pero prefiero que recojas la poca dignidad que tengas, ¿Queda claro?

Las manos de Boran reflejan la ira que tiene, pero agacha la cabeza y se aleja de todos nosotros hasta llegar al elevador, no sin antes voltear a verme una última vez. Está claro que le dirá al abuelo que estoy aquí o, con suerte, le dirá a Samuel.

Espero que sea lo último.

—Julieta —dice Renato mientras se acerca ella—, ¿Estás bien?

Ella levanta la manga de su suéter y revela que se raspó en el codo por la caída, hay poquita sangre.

—Mierda, te llevaré a la enfermería.

—No es... necesario...

Renato la ignora, le toma de la mano y ambos caminan hacia la enfermería. Yo solo me quedó mirando como los dos se van alejando. Qué linda pareja hacen los dos. Jenna, por su lado, les pide a Aaron y Víctor regresar al comedor, luego se acerca a mí.

—¿Estás bien?

En cuanto escucho esa pregunta, algo en mí deja de contenerse, me acerco para abrazarla fuertemente y comienzo a dejar que las lágrimas caigan sin parar. Julieta sabe perfectamente todo el daño que me ha provocado encontrarme con Boran, así que solo deja que yo me desahogue.

¿Por qué? Justo cuando había encontrado algo que me hacía feliz.

También este momento me ha dejado en claro mi peor temor.

Yo todavía no soy libre, mis cadenas siguen en mí, aunque ya no esté en esa jaula llamado hogar y pronto, me volverá a atrapar. 

—¡Mierda! —No otra vez.

—¡Aurora! —grita Jenna cuando ve que me tambaleo—. ¡Vamos a...!

—No. No. —Me trato de levantar—. Estoy bien. Seguro que solo fue por el susto de haberme encontrado a Boran.

—Pero...

—Jenna, estoy bien. Solo tomaré el medicamento.

La miro fijamente, casi suplicando en silencio. Lamento preocuparla, pero lo que menos quiero es que eso moleste.

Continue Reading

You'll Also Like

715K 53K 60
|||Terminada (sin editar)||| Hagamos una suma extraña. Un Amo con el título de príncipe + Una sumisa no tan sumisa + Un contrato = Una relación pelig...
43.4K 2.7K 52
¿Qué es una mala idea? Según Google, una mala idea está relacionado con una idea descabellada, imprudente, etc. Según Chloe, una mala idea es... lo...
11.2M 694K 96
PROHIBIDA LA COPIA Y/O ADAPTACIÓN. HISTORIA REGISTRADA. No porque él sea una reconocida figura mundial del espectáculo, tenga dinero, fama y una des...
106K 17K 50
Ella no es humana y él, que debe detestar a su especie, no puede dejar de pensar en ella. Max es un joven militar y su misión es defender a la ciuda...