Cho Chang esto, Cho Chang aquello. Estaba hasta las narices de esa maldita Ravenclaw. Quizá solo fuese porque era a ella a la que Cedric le había pedido que fuese su acompañante para el baile de invierno, pero la odiaba.
Ya no aguantaba encontrármela por los pasillos, o escucharla hablar en clase era completamente odiosa.
Y lo peor de todo era que sabía que ella no tenía la culpa, la pobre chica no tenía la culpa de que a mi mejor amigo le gustase, pero no podía evitarlo.
Estaba buscando a Cedric y, como no, e encontré con Cho.
—Lo siento Cedric, pero esque Harry....—escuché que le decía la morena a mi amigo.
Entonces me di cuenta de que no parecía ser una conversación muy feliz. Cedric estaba claramente triste. Me paré un poco lejos, no quería meterme en medio de su conversación. Me alejé lo suficiente como para no escucharles, pero desde donde podía ver a Cedric.
—¿Todo bien?—le pregunté a Cedric cuando se acercó a mi, dejando a Cho sola.
—Harry le ha pedido ir al baile. Y ella ha aceptado—respondió secamente, sentándose a mi lado.
—Pero.....—comencé una pregunta que acabé contestándome sola. Claramente si iba con Harry había cancelado a Cedric.
En cualquier otro momento habría estado feliz de no tener que aguantar a Cho nunca más, pero Cedric parecía estar realmente mal, y estaba demasiado preocupada por él como para alegrarme por nada.
Cedric tenía la cabeza gacha, mirando el suelo. Yo pasé mi brazo sobre sus hombros y le abracé.
—Yo puedo ir contigo si quieres...—dije mientras le masajeaba la cabeza con las yemas de los dedos.
—Yo quiero ir con alguien que me guste T/N—respondió él como si nada.
Sentí como se me retorcía el corazón. Maldito Cedric, que poca delicadeza.
Me levanté de golpe, Cedric me miró extrañado. Iba a ponerme a llorar, tenía un nudo en la garganta, y quería salir de allí.
—He....había quedado con Hermione... va a.... para ayudarme....con.... transformaciones..... tengo... tengo que irme—dije nerviosa. Yéndome de allí, sin atreverme a mirarla a la cara.
Lo pasé bastante mal, siempre había sabido que Cedric no sentía nada por mi, pero escucharle decirlo me había hecho bastante daño. Cada vez que me cruzaba con él, o lo observaba mirándome, volvía a sentir una punzada en el corazón.
—Vamos T/N, no te puedes quedar aquí...—me dijo Hermione.
Estábamos en la biblioteca, ya no había nadie, solo quedábamos ella y yo, pero Hermione estaba punto de irse para prepararse para el baile.
—¿Y qué voy a hacer ahí sola Herms?—le pregunté no de una manera muy amigable, la verdad es que estaba bastante irritada. Quería ir al baile a pasarlo bien, pero sabía que no lo pasaría bien, así que prefería no ir.
—Venga, lo pasaremos bien—dijo Hermione intentando convencerme haciendo pucheros.
—Si tienes un vestido esperándote en tu cuarto—continuó al ver que intentaba apartar la cara.
—Vale, pero si me quiero ir me iré—dije recogiendo mis cosas, y siguiendo a una feliz Hermione por los pasillos.
Tardamos bastante rato en prepararnos, íbamos a llegar algo tarde. Hermione y yo hacíamos un intento de carrera con los tacones, que ninguna solía llevar.
Nos quedamos al inicio de la escalera que llevaba al gran comedor. Había bastantes amigos nuestros al pie de la escalera, que se quedaron embobados al vernos.
La verdad es que íbamos radiantes e impresionantes. Nos habíamos encargado de ello, nos habíamos peinado bien, maquillado ligeramente y elegido los vestidos más espectaculares.
Incluso pude ver a Cedric, que estaba algo alejado, mirándome atentamente mientras bajaba la escalera.
Desgraciadamente Hermione se tuvo que ir con Krum para su gran entrada, por lo que me quedé sola. Ron estaba discutiendo con una de las hermanas Patil, por lo que no pensaba acercarme a él.
Los campeones abrieron el baile con una tradicional danza, que era realmente espectacular, la verdad es que me encontré pasando un buen rato, fue gracioso ver a Mcgonnagall y Dumbledore bailando. Los gemelos Weasley intentando echarle whiskey de fuego al ponche mientras Snape lo vigilaba...
Cedric había intentado acercarse a mi para hablar un par de veces, pero le había conseguido evitar, sabía que si hablábamos acabaría confesándole mis sentimientos, porque él haría preguntas, y yo no le podría mentir.
La verdad es que había muchísima gente, entre los estudiantes de Hogwarts, las francesas y los búlgaros el gran comedor estaba llenísimo. Estaba empezando a agobiarme, por lo que salí un rato a los jardines.
—¿Estás enfadada conmigo?—no me hizo falta darme la vuelta para saber quien era. Se me erizaron todos los pelos de la espalda al escucharle.
Cedric se sentó en el banco a mi lado, se le veía bastante preocupado.
—No...—respondí mirando nuestros pies, me daba vergüenza mirarle.
—Y ¿qué te pasa conmigo? Llevas ignorándome toda la semana—dijo él tomando mi barbilla para levantarme la mirada.
Yo me quedé mirándole. Tenía ganas de llorar, pero no quería hacerlo frente a él.
—¿Estás bien?—preguntó Cedric preocupado, recogiendo un par de lágrimas que me caían por las mejillas.
No podía responderle, si intentaba hablar me saldría un sollozo. Tenía un nudo en la garganta, que no paraba de crecer.
Cedric me tomó de los hombros y me abrazó. Yo me escondí en su pecho, dejándome llevar un poco y comenzando a llorar.
—Creo que estoy enamorada de ti...—susurré entre sollozos. Cedric no dijo nada, pero noté que se tensó. No tuvo más reacción que esa.
Al ver que seguía sollozando él me abrazó más fuerte, acariciándome la espalda con sus dedos.
Cuando conseguí controlarme me alejé de él. Cedric me miraba con pena. Odiaba eso, no podía aguantarlo.
Me levanté y salí de ahí prácticamente corriendo, dejando a Cedric solo allí. Salí del Gran comedor y me senté en las escaleras, sin poder evitar ponerme a llorar, de nuevo.
La gente que pasaba por mi lado, de una manera poco sutil, me miraban y susurraban. Me removí incómoda, intentando pegarme a la pared al máximo. Quería desaparecer.
Estaba abrazando mis piernas, con la noche había empezado a hacer algo de frío, y mi vestido no abrigaba demasiado.
Noté algo sobre mi. Cedric estaba a mi lado, pasándome su chaqueta sobre los hombros, sonriéndome de lado.
Me sentía chiquitita de la vergüenza. Cedric se quedó a mi lado el resto de la noche, abrazándome sin decir nada.
—¿Por eso estabas enfadada con Cho?—me preguntó Cedric sin moverse un solo pelo.
Yo solo asentí. Él, viendo que de nuevo intentaba evitar su mirada, me tomó de las mejillas y me hizo mirarle a los ojos.
—No sé si esto que siento por ti es lo mismo que sientes tú T/N, pero sé que estos días sin ti lo he pasado muy mal, que te he echado de menos, y que para mi eres mucho más que una simple amiga—continuó hablando Cedric, uniendo nuestras frentes y cerrando los ojos.
Yo coloqué mis manos en su nuca y comencé a masajearla, no sabía si lo que había dicho era lo que yo había entendido, y tenía mucho miedo de haber malinterpretado las cosas, por lo que no pensaba dar el paso.
Lentamente Cedric se alejó un poco de mi, abriendo los ojos para mirarme a los ojos. Pude ver como su miraba bajaba lentamente, de mis ojos a mis mejillas y después a mis labios.
No lo pude evitar, mis manos, colocadas en su nuca, le acercaron a mi. Podía notar como nuestras narices se rozaban.
No podía aguantarlo más. Me lancé y le besé.