Aquella tela blanca de seda que caía, tapando del fuerte sol a las dos personas comiendo debajo.
— Realmente te esforzaste esta vez, ¿no?. — La hermosa risa de Taehyung se hizo notar a medida que Jeon se ponía más y más colorado.
— Si, yo realmente quería hacerlo especial. — Respondió entre susurros.
— Qué espléndido es, joven Jeon. —
Taehyung ya sabía para donde iba la cosa, Jeon solía ser muy espléndido y especial cuando se trataba de él pero, algo característico del mismo es que aquel siempre se mostraba seguro ante todo.
Está fue la excepción. El mismisimo Jeon Jungkook se encontraba con sus manos entre los muslos y un semblante de terror que nunca antes vio.
— ¿Qué pasa? ¿Acaso puedes oler mí sangre? o ¿por qué la cara de asustado? — prosiguió con un poco de nervios —. aquí hay bastante ventilación, ¿Sabes?. Seguramente es por qué tomé ese jugo para el hierro. Una disculpa, es qué estoy intentando ganar mas peso; seokjin me dijo qué solo falta poco para qué esté a mí peso ideal. —
Oh, Taehyung no iba a dejar pasar esta oportunidad; en los meses que conocía a Jeon, jamás lo había visto nervioso. Aún así, debe aceptar que la idea de ser clavado en el cuello no es de lo mejor en estos momentos.
— Aparte... Primero debes comer. — él pelinegro aclaró su garganta para proseguir obligandose a tragar aquella asquerosa comida humana.
— Jungkook... No debes de hacerlo. Puedes traer tu reserva de sangre, yo puedo comer en paz, no me molesta. Vas a enfermar. — Taehyung susurró un tanto preocupado.
— Yo puedo, te juro que no importa.
Aquellas palabras fueron ignoradas, Taehyung sentía un recorer en su espalda un tanto raro.
— Sé qué estás esforzandote para darme un gusto o sentirme acompañado. ¿Te gustaría bailar en el salón?. Prefiero eso a qué comas algo que te haga mal. — Prosiguió tomando la mejilla de Jungkook suavemente.
Y aquel no dudo en decir que si.
No soportaria un bocado mas dé esa aberración. A pesar de ser una de las cosas más buenas qué Taehyung jamás probó.
Y sus cubiertos bajaron hacía el plato a casi nada de comer con una sonrisa.
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Y en aquel enorme salón la seda que vestía Taehyung se encontraba moviéndose de un lado a otro con aquella pieza de jazz que sonaba en el toca discos. Nadie más, solo ellos dos en su burbuja... De nuevo.
Jeon miraba con cariño a Taehyung, Tae miraba con algo de deseo a Jungkook. Y eso no estaba mal, los dos se amaban y era evidente.
Aunque Taehyung sabía que lo que estaba pensando estaba mal, si ya no tenía quince años. Debía plantarse en la idea de qué no podía ver de esa manera a Jeon. Más viendo las circunstancias en las qué están.
Taehyung aún no confiaba del todo en Jeon, y era evidente el porque; sin embargo, no era necesario si lo tenía en sus brazos.
Todo era tan tranquilo, tan lento que le encantaba.
Los ojos de Jungkook se empezaron a tornar de un fuerte rojo carmesí.
Había estado tan nervioso y atareado que nunca miró el calendario de lunas, estaba jodido.
Estaba muy jodido y ni siquiera lo sabía. De estar organizando la comida, las flores de Taehyung y arreglando asuntos del pueblo, ni siquiera miró el calendario ni un solo día.
Taehyung no entendía que pasaba, por más que bailarán el cuerpo de Jeon muy de repente se sintió tan tenso; que Taehyung pensó que estaba incómodo. Lo que no sabía, es que la boca de aquel pelinegro quemaba cómo nunca.
Su vista se volvió algo distorsionada y las manos sobre Taehyung salieron de dónde estaban cuando de dió cuenta de lo que estaba pasando.
— Jungkook, ¿Te sientes bien? Te dije que la comida humana no te haría bien. Siempre haces lo mismo y siempre te pasa lo mismo por terco — comentó Taehyung con clara preocupación.
Jungkook se estaba alejando de él mientras tapaba su boca, estaba tomando todo de sí para negarse qué eso estaba pasando. Su buena suerte lo había traicionado, o tal vez su disciplina con su calendario de lunas, consecuencia a no tomarle atención en los últimos meses.
— Taehyung, escúchame bien. Vas a salir de inmediato, busca a Jin. Busca un lugar seguro y cierra la puerta con llave —Jungkook se notaba nervioso, dijo apenas unas palabras entre pausas alejándose, hasta que su espalda chocó contra la pared tapizada y deslizó su espalda hacía el suelo. Su respiración se volvió más errática y Taehyung temió que lo había envenenado con su comida humana —. Busca a Seokjin, o a Namjoon. Cualquiera de los dos. Por favor, vete lo más rápido posible. — murmuró con la respiración agitada.
— Oye, ¿qué pasa?. No te dejare aquí, te dije que no comieras — Le siguió Taehyung —. ¿Los vampiros toman medicina?. Olvídalo, iré por algo de sangre, ¿Si?. ¿Qué te dieron cuando te enfermaste la última vez?. — se sentía algo desesperado al ver a Jungkook retorcerse en el piso mientras tapaba su boca.
— No entiendes, escúchame. Vete de aquí. Escúchame, no pasa nada, solo vete por ahora. — Su tono sono más fuerte, lo que asustó al peligris.
Taehyung estaba indagando en sus recuerdos para tener una pista de lo qué estaba pasando. Recordó una y otra vez las palabras de Seokjin, el cuál le había advertido sobre algunas cosas.
Camino rápidamente hacía las ventanas, y abrió las cortinas de par en par. La luz se dejó ver por la ventana.
La luna, quien a penas salía a dar su recorrido nocturno, estaba tintada en un hermoso rojo carmesí.
« Estoy jodido, estoy jodido. Es luna roja, necesito irme ». Se recordó a sí mismo.
—"Si llega el momento, corre. Si te atrapa y pierde el control, dale un golpe en el estómago. por nada del mundo, escúchame bien, nada del mundo, no dejes que te muerda el cuello."—
Así que el momento había llegado.
Una parte de él quería correr, y otra dejar de ver a Jeon retorcerse en el suelo.
« Veamos, ¿Qué es lo peor que puede pasar?. Necesito ayudarlo aunque sea una vez. No es como si estuviera obligado pero... ¡La curiosidad mató al gato Taehyung! Rápido, vete de aquí». Me recordé a mí mismo.
Tenía curiosidad de como sería, además, no perdía nada si no dejaba que Jungkook le mordiera el cuello, ¿Verdad?...
¿Verdad?.
Se acercó a Jeon y dejó sus largos cabellos detrás de su oreja, poniéndose a su nivel sobre el frío piso de madera.
Jungkook sintió un poco de alivio al sentir su cuerpo y olor tan cerca. Se encontraba sentado en aquel piso de caoba con las manos temblorosas en sus costados y la boca llena de saliva infernal. Con los ojos cerrados y sus colmillos apretándose entre si. No quería ver, no sería capaz de controlarse; sí abría los ojos y dejaba de controlar su respiración todo sería peor.
— Todo, menos el cuello.— se recordó en un susurro, Taehyung.
— Taehyung, te dije... — En tono firme y distorsionado, la voz furiosa de jungkook fue interrumpida.
— Hazlo, te ayudaré. Todo menos el cuello. — Le siguió Taehyung con un tono de voz demasiado decidido.
Su muñeca se mostraba frente al pelinegro, lo cuál le hizo abrir aquella intimidante mirada.
Taehyung no sentía miedo, él conocía a Jeon. Sabía que no haría nada malo, menos a él.
— No puedo, Tae yo..., por favor. Por favor vete. — volvió a ser interrumpido.
— Todo, menos el cuello. Jin me lo dijo, hazlo, te estoy dando mí consentimiento. Estoy consciente de las posibles consecuencias, las voy a tomar. Está bien. — contesto de la misma forma.
Ni una pizca de inseguridad, y a Jeon eso le encantaba. Jungkook se acercó lentamente a la muñeca de Taehyung, pegando su nariz contra aquella a penas y rozaba su piel con la del peligris.
Su sentido del olfato más desarrollado que nunca, absorbió por completo el aroma de Taehyung, el cuál dejaba el olor de su sangre salir por sus pequeños poros, azotando los sentidos de Jeon y quitándole la poca sanidad mental qué le quedaba.
Dejó un suave y húmedo beso en la muñeca de Taehyung, y cerró los ojos mientras sentía sus colmillos clavarse en la piel del mencionado, haciendo un sonido incómodo de la piel de Taehyung siendo perforada por el pelinegro.
Y Dios santo. Jeon había probado muchos tipos de sangre, pero la de Taehyung era la más deliciosa que jamás probó. Se sentía como un elixir prohibido entre sus papilas gustativas, le quemaba la garganta cuando sentía cada gota bajar por si traquea y sus cabeza sentia una presión muy agradable a su parecer.
Sus dientes se movían minimamente sobre la carne para no lastimar a Taehyung, y jadeos salían de él de lo delicioso que sabía. Aunque se detuvo cuando escucho a Taehyung quejarse.
— Oh, lo siento. Sigue, yo... solo me siento extraño, creo que es normal. — suspiró
Y en ese momento, cuando abrió su mirada al peligris miró la mejor escena jamás vista. Jeon dirigió la mirada hacía su amado, con los labios húmedos y la sangre qué sobró chorreando por su mentón.
Taehyung llegaba a ser extraño, pero parecía como si lo disfrutara.
Su piel amenazaba con sudar, lo miraba desde la rojiza luz. Taehyung tenía la otra mano recargada en la pared para más soporte, y sus ojos estaban cerrados con fuerza.
Eso lo hizo parar para apreciar aquella obra de arte. Aunque temía que Taehyung se sintiera mal a nivel de salud.
— Sigue, no me mires a mí. — Prosiguió Taehyung en un jadeo y una respiración profunda.
Un jadeo de dolor, que hizo que Jeon perdiera la cordura. Y sin dudarlo, pidió permiso con su mirada para tomar las piernas de Taehyung. Taehyung le miró nervioso y lo pensó por unos segundos.
Jungkook empujó suavemente el pecho de Taehyung, dejándo caer su espalda sobre el frío suelo, lo cuál le provocó tener los pelos de punta repentinamente.
« ¿Qué carajos quería hacer?». Se cuestionó cuando Jeon deslizó sus manos por lo holgado de su pantalón.
Un poco perdido en sí mismo, pasó saliva entre nervios y con de miedo. Sintiendo los dedos de Jeon deslizarse poco a poco.
« Mala idea, mala idea Taehyung. Siempre tomando malas decisiones ». Pensó de inmediato
— ¿Puedo?. Aquí, aquí no te dolerá tanto, tienes más carne de por medio. — repitió, para recibir un asentimiento del peligris, no haría nada que aquel no quisiera.
— Si, sí está bien. — el tono decidido de Taehyung lo terminó de convencer.
Su pecho subía y bajaba en nervios, la boca de jeon se tornaba de un labial sangre de su amado.
— ¿Seguro?. — volvió a preguntar Jeon, cuando Taehyung cayó sobre su espalda en el suelo — Todavía estoy en mis pocos sentidos, por favor se claro. Te dejaré ir de inmediato si me dices que no. —
Jungkook no dejaría qué Taehyung fuera herido, ni siquiera por él. Y ya todos lo sabían. El pelinegro era muy agresivo en su época de lunas rojas; pero, eso no le impidió proteger a Taehyung.
« La curiosidad mató al gato, pedazo de tonto». Pero Taehyung ya estaba lo suficientemente mayor para pensar qué, cualquier decisión que tomara, era la mejor.
— Hazlo. — susurró entre jadeos de dolor por su muñeca.
Y bajando aquellas aberturas de fina tela, tomo sus piernas, subiendo su pierna a su hombro, mientras dejaba pequeños y largos besos en ellas. Hasta llegar a su muslo, en el cuál volvió a morder fuertemente.
La espalda de Taehyung se arqueo, sacando un jadeo en seco.
« Oh dios, Dios voy a morir. ¿Qué fue esa corriente en mí espina dorsal?, morire aquí y jamás tendré oportunidad de leer “Dracula” de nuevo a pesar de estár en un castillo lleno de chupa sangres. ¿Acaso estaba enfermo o algo?. Me siento raro. ¡¿Y si los colmillos de Jeon son en realidad colmillos alienígenas con veneno y voy a morir?! ». Pensó rápidamente mientras su respiración entraba y salía por su boca.
Su mente se distorsionaba por las corrientes que recibía por su espina dorsal; se sentía tan extraño, más se sentía aún más extraño el qué le gustara la extraña sensación.
— Mierda...— Susurro jadeante y con la piel quemando a más no poder. Su espalda arremetió con el suelo, dejando salir todo el aire que tenía en los pulmones.
Las palmas de Taehyung sudorosas, se calcaban en la fría madera.
Sin embargo, al abrir los ojos miraba los ojos brillosos y tiernos del pelinegro; una mirada de permiso, aquello le llenó el alma de seguridad.
Antes de hacer otro movimiento u otra mordida el pelinegro le daba miradas de consentimiento, y eso derretía a Tae. Aunque estuviera perdiendo una considerable cantidad de sangre a manos de Jeon.
— Sí, está bien — Jadeante, Taehyung se encontraba ahora con sus manos en sus ojos, tratando de tapar su evidente sonrojo —. Estoy bien, no te preocupes. —
Y más allá de toques obscenos, el tacto de Jungkook a su piel se sentía más como un acto de cariño. No era brusco, no era incómodo; simplemente era aquel pasando suavemente sus huellas dactilares por las largas piernas de Tae.
Y otro mordisco cayó sobre su otro muslo.
— ¡Espera, Jungkook!. — gritó, cerrando sus palmas en el suelo. Los ojos de aquel peligris se tornaron cristalinos, su pecho subía y bajaba.
Jungkook quitó sus colmillos de la carne en cuanto escuchó el grito.
Sus labios estaban manchados de sangre y los alrededores parecía qué se desapareciera por las comisuras. Un hilo de sangre bajaba por su barbilla hasta las entradas de su camisa y su boca estaba completamente pintada de rojo carmesí.
Llegó un momento en donde sentía que se desmayaría por la sensación.
Jeon Jungkook. Él hombre más poderoso de su reino estaba embobado tanto en la figura sudorosa frente a él, cómo en la deliciosa sangre que estaba probando.
Sentía como sus sentidos querían tomar a Taehyung e ir a su cuello, sin embargo, su parte lógica y estable se lo negaban a capa y espada.
Aquellos labios entreabiertos tomando aire, junto con los hermosos ojos de Taehyung llorosos y hacía atrás, no volvería siquiera a ir a museos cuando tenía esa imagen en su cabeza desde ahora.
Ver a Taehyung disfrutar de aquello le aterraba, pero así mismo, le gustaba. Le gustaba ver a Taehyung disfrutar. Pero estaba comenzando a dudar de seguir.
Y ahí, fue en ese mágico momento en donde la tela por arriba del pantalón de Taehyung comenzó a tornar humeda, a su vez que Taehyung trató de tomarse de cualquier superficie; se dio cuenta que aquel había terminado en su ropa interior.
Jungkook había hecho venir a Taehyung con solo un par de mordidas, lo cuál le pareció muy extraño al pelinegro dejándolo sin capacidad de hablar o decir algo en esos momentos.
Y Taehyung no lo iba a negar, fue uno de los mejores momentos de su vida, pero, mañana al darse cuenta de aquello se daría con una pala en la cabeza él mismo hasta quedar inconsciente de la vergüenza.
Había dos polos opuestos, el ying y yang que ahora tomaban sentido. Por qué por un lado, había un peligris disfrutando de ser privado de su sangre.
Y por otro lado un pelinegro sumamente preocupado por dos cosas. La primera, que a Taehyung le gustó el acto extraño, y la segunda, la sangre de Taehyung tenía un exquisito sabor.
Ahora tendría que protegerlo él doble.
Cuando Jeon se percató de que los jadeos de Taehyung se tornaron en sollozos, a medida que su espalda bajaba dejó todas esas marcas en sus piernas, que aún soltaban un poco de aquella esencia roja y espesa.
— ¿Taehyung estás bien? Lo siento, fue mala idea... — Preguntó un asustado Jeon, sacando las manos de Taehyung de su mirada. Sabía que había hecho algo mal — Maldita sea, hice todo mal. Lo siento de verdad. ¡Seokjin!. — gritó Jeon, intentando no dañar más a Taehyung y pedir ayuda antes de volver a perder la conciencia.
Taehyung le tomó de la muñeca mientras negaba.
— Creo que tuve un accidente, me duele todo — entre sollozos no planeados de Taehyung, trató de volver a poner sus manos, actualmente sostenidas por el pelinegro —. Que vergüenza , lo siento tanto. Debes pensar que soy un raro —
— Tae — fue interrumpido por el pelinegro —. Me gustó, me gustó ver qué te gustara. No podría dañarte, por más mal que estuviera, yo quería hacerlo. No sabía si tú querías, por eso pedí permiso.— lo tomo entre sus brazos, dejando sus piernas a sus costados. Claramente teniendo cuidado con las marcas.
Taehyung se sentía débil, tal vez por la perdida de sangre.
— Me duelen las piernas. — Taehyung bajó su apenada mirada, ganándose una risa de su amado.
— Lo siento por no ver el calendario. Te agradezco por calmar mí sed, pero, revisaré mí calendario la próxima vez. — Miro a sus costados al ver la cara iluminada de Taehyung al decir aquello.
— No me molesta que lo vuelvas a hacer, ¡No es nada extraño, cabe aclarar!.— Exclamó Taehyung. aquella gran sonrisa hizo que Jeon se volviera a perder en su mirada.
Y una boba sonrisa sería suficiente para que los dos formarán de nuevo, aquella burbuja que tanto amaban.
— Kim Taehyung. ¿Quisieras crear un vínculo conmigo?... Es decir, los humanos le dicen "salir". Ya sabes... ¿Ser pareja?. — Prosiguió Jeon, con un claro tono de nerviosismo.
Taehyung tomó sus mejillas en sus manos y dió una cansada sonrisa con un suave golpe en la cabeza de Jeon.
— Primero me comes entero, ¿y ahora me preguntas eso? — reclamó Taehyung con aquella hermosa sonrisa que hacía a Jeon no poder salir de su cabeza —. Yo pensé que era obvio, la gente no hace esto casualmente, ¿Sabes? —
— ¿Eso es un sí?. — el bobo de Jeon aún seguía perdido en aquella mirada.
— Claro que sí, tonto. — respondió Taehyung perdiéndose en las miradas del pelinegro.
Y aquel lazo fue cerrado, con mucha de su, actualmente, sangre favorita en el sistema de Jeon. Junto a un largo y cálido abrazo que los fundío a los dos en su eterno "juntos".
Taehyung iba a necesitar muchas vendas, y Jeon un traje de armadura por los golpes que Jin y Hoseok le iban a dar.