Harry
-Perdí la confianza en ti Booby, y realmente no quiero en mi vida a una persona egoísta y manipuladora como tu.- Esas palabras salen de mi boca antes de que me de tiempo de arrepentirme. Booby me mira con los ojos llorosos y sale corriendo.
Todos me miran y yo no se que hacer, paso mis ojos de la puerta, al profesor y luego a la mochila de Booby. Un hilo de culpa me llena las entrañas, me siento como si hubiera pateado a un cachorro. Aprieto los puños y sin más me levanto y pongo la mochila de Booby sobre mi hombro, el profesor posa una mano sobre mi pecho deteniendome.
-¿A dónde cree que va Styles? Siéntese, ya interrumpieron suficiente tiempo mi clase con sus dramas.- Me hago a un lado y miro al profesor por unos segundos e ignorando sus palabras lo paso de largo. Se que esta a punto de gritarme y amenazarme con una expulsión pero aún así le cierro la puerta en las narices.
No me siento un rebelde por lo que acabo de hacer, es más no soy el tipo de chico que hace todo el tiempo lo que se le da la gana, pero se que si quisiera podría serlo; y más por la posición en la que ahora estoy en el equipo. Soy su mejor jugador y no se pueden dar el lujo de perderme, a menos no ahora a tan poco tiempo de las finales.
Cuando salgo del salón Booby está a unos cuantos pasos de mi, me mira de reojo y acelera el paso. En lugar de apresurarme yo también, saco mi celular y sigo caminando tranquilamente. Seguro Booby de cansara de correr y ahí le pediré una disculpa.
Checo mis mensajes y abro el de Zarah:
Nos vemos antes del descanso en la sala de maestros ;) xox
Sonrío, pero antes de que mis dedos puedan tocar la pantalla del celular para contestar el mensaje un fuerte ruido me hace levantar la mirada. - ¡Mierda, Booby!- corro hasta ella y me pongo de rodillas. Medio levanto su cuerpo y veo la mancha de sangre que ha dejado en el piso. Le doy unas palmadas en las mejillas.- ¡Mierda, esta muerta!
Suelto su cuerpo que vuelve a caer en el suelo y me sacudo el cabello con desesperación. Acabo de ser testigo y tal vez el culpable de la muerte de Booby. Mi cerebro comienza a maquinar distintas ideas de liberarme de esto, la más razonable y tentadora es marcharme del país.
-Harry.- murmura una voz chillona, miro a Booby con duda, por la mente me pasa la idea de que sea un zombie pero cuando me planteo lo estúpido que eso sería la tomo en mis brazos. El aire se sale de mis pulmones por el esfuerzo, pesa más de lo que esperaba.
Cuando estoy dentro de la enfermería dejo a Booby rápidamente sobre la camilla y me dejo caer en una de las sillas. La regordeta enfermera me hace algunas preguntas y yo las contesto sin dudar y con nada más que la verdad. Después del interrogatorio comienza a revisar a Booby.
El aburrimiento y la ansiedad comienzan a hacer estragos en mi cuerpo así miro a mi alrededor y por alguna razón mi vista se detiene en la mochila de Booby que he dejado sobre la silla que está a mi lado, miro a la enfermera distraída y sin más tomo la mochila y la abro.
En el interior sólo hay libretas y alguna que otra basura de un dulce. Hago una mueca cuando veo un chicle masticado pero antes de cerrar la mochila una pequeña libreta entre los libros llama mi atención. La tomo y disimuladamente comienzo a pasar las hojas, mi curiosidad se expande cuando leo lo que esta escrito con la perfecta caligrafía de Booby en la primera línea de la primera página. Querido diario.
Cuando veo que la regordeta enfermera era por terminar, cierro la mochila de Booby y me escondo el diario en alguna parte de la chamarra. Cuando Sally- así se llama la enfermera- me mira, le soy una de mis más unas de mis más inocentes y carismáticas sonrisas.
Miro el reloj que llevo en la muñeca y me levanto apresuradamente en cuanto veo la hora.- ¡Uf pero que tarde es!- expreso con dramatismo y me pongo una mano sobre el pecho.- Me encantaría quedarme aquí, pero tengo que irme, ¿Me promete que la cuidara por mi?- Sally asiente entusiasmada y la ternura se enciende en sus ojos.
Con un deje dramático salgo de la enfermería y aunque se que no ha sido mi culpa el accidente de Booby no puedo evitar sentirme responsable por ello. Cuando llego a la sala de maestros me siento ansioso. Abro la puerta sin pedir permiso ya que se que Zarah esta adentro, pero la imagen que captan mis ojos no es nada grata.
-¡Harry, mierda!- grita y avienta lejos al chico que estaba besando. Se acerca a mi.- ¿Qu-que haces aquí?
Esa pregunta me hace reaccionar y sin darme cuanta tengo las manos cerradas en un puño. Me esfuerzo por decir algo pero sólo sale un gruñido. Respiro y cuando ya me siento más controlado sonrío cínicamente.- Para la otra ten más cuidado a quién mandas los mensajes Zarah. No querrás que tus próximas conquistas se enteren de que eres el tipo de chica que sale con varios a la vez.
-Harry yo...- se que esta buscando alguna excusa.e dan ganas de dejarla hablar para ver que tan cínica puede llegar a ser, pero mi orgullo es mayor así que la interrumpo.
-Terminamos.
-¿Qué? ¡Harry, no...!- y por segunda vez en el día le cierro la puerta en las narices a una persona.
Por alguna razón término andando de nuevo hacia la enfermería, aunque esta vez ya no entro tan seguro como hace un rato. Además de que Brent ahora esta pegado a Booby como una sanguijuela.- ¿Cuándo le vas a decir que te gusta?- pregunto y el se exalta.
-¿Qué haces aquí?
-No has contestado mi pregunta.
Brent rueda los ojos.- Ya te dije que no me gusta, Harry. Tienes que aprender que una relación con una mujer no tiene que estar relacionada con atracción, existe la amistad.
Me encojo de hombros.- Existe la amistad, pero tu no eres uno de esos casos.- me siento en una de las sillas.
Brent no dice nada más y yo tampoco, miro a lo lejos los labios de Booby y por unos momentos me pregunto que se sentirá besarlos, son pequeños y carnosos. Me sacudo el cabello cuando mis pensamientos comienzan a tomar otro rumbo, Booby no me gusta. Sólo es una amiga, o bueno lo era.
*
Cuando llego a casa lo primero que hago es saludar a mi hermana Gemma que esta sentada en uno de los sillones de la sala leyendo, y luego me subo y me encierro en mi habitación. Mi madre ha salido esta tarde así que aprovechando la situación, enciendo el estéreo a todo volumen.
Me tiro en el piso dispuesto a hacer algunas lagartijas pero algo me lástima el abdomen, cuando recuerdo lo que llevo en el bolsillo me apresuro a sacarlo.
Con impaciencia y gran curiosidad leo la primera página:
Querido diario:
hoy fue mi primer día en la secundaria, debo admitir que antes de entrar a esa enorme escuela me sentía bastante nerviosa, y no sólo por el hecho de que mi madre me avergonzó delante de todos, tenía pavor en conocer a gente nueva. Pero después de todo no resulto tan malo, conocí a Brent, es un chico muy gracioso, y creo que seremos buenos amigos. También los maestros fueron bastante agradables, pero lo mejor de todo el día fue conocer a ese chico Harry Styles, uno de los amigos de Brent. ¡Es tan guapo y carismático! Además de que se ha ofrecido a enseñarme a jugar fútbol. Creo que me declaró eternamente enamorada de Harry Styles.
El sándwich que comí esta mañana se regresa hasta mi garganta y siento que las bolas se me caen hasta los pies. ¡No le puedo gustar a Booby! Mierda ¡Somos amigos, los amigos no se gustan entre ellos!
Con el corazón latiendo deprisa me paso hasta una de las últimas páginas con la esperanza de que esos sentimientos que Booby tenía hacia mi hayan desaparecido con el paso del tiempo.
Querido diario:
Hace demasiado tiempo que no escribo, la verdad la idea de seguir escribiendo en un diario a mi edad me parecía bastante estúpida. Pero ahora, contradiciendome a mi misma como hago comúnmente, aquí estoy de nuevo.
Y aunque me gustaría escribir cosas maravillosas, lo único que puedo decir es que me siento horrible. He hecho bastantes tonterías estos últimos meses, pero lo peor de todo y lo que más me duele de esas tonterías ha sido perder a mis amigos. Y lo que más me duele es que a Harry también esta enojado conmigo, creía que todo estaba bien y que retomaríamos nuestra amistad perdida, pero como siempre lo he arruinado todo.
Y es que aún lo quiero demasiado. Amo a Harry Styles.
Cierro el cuaderno de golpe y lo aviento a alguna parte de la habitación. No puedo seguir leyendo. ¿Cómo pude ser tan estúpido y no darme cuenta?
Las distintas imágenes de Booby me vienen a la cabeza, todo lo tenía delante de mi. Algo dentro de mi se retuerce al pensar en todo lo que le he dicho esta mañana, y más al recordar la mirada de súplica que me dio en la enfermería.
Mierda. Mierda. Mierda.
Mi cabeza comienza a colapsar, apago el esterero y hago lo único que se que me puede ayudar en estos momentos.- ¡Gemma!- pido ayuda de mi hermana.