13 de marzo. 17 de marzo. 25 de marzo. 1 de abril...
Los días pasaban y el curso también. Laura no había recibido ninguna carta de Draco Malfoy desde que el verano pasado comenzó. ¿Se sentía preocupada? Pues claro.
Su vida en el Internado cambió bastante al haber tantos cambios en el profesorado y al tener tantos alumnos nuevos y otros viejos que se habían cambiado de escuela, por miedo, según sus padres.
Elena Harris, la nueva profesora de interpretación, era odiada por casi toda la escuela. Había decidido a su manera sin tener el permiso de Stacy Williams que las clases se darían por cursos, así que ahora Sadie, Finn, Caleb y Gaten no compartían ninguna clase con Noah, Laura y Millie.
Stacy se rehusó a esta norma, pero se ve que Elena tenía un puesto muy importante en la sociedad y nadie podía contradecirla. Eso sacaba de sus casillas a todos los presentes en la escuela, alumnado y profesorado.
En ese momento se encontraban en la clase de interpretación Laura, Noah y Millie.
Laura había comenzado a odiar esa clase con todo su corazón, le recordaba a Mary y además odiaba a la profesora por como intentaba creerse la dueña de todo, antes de que acabara el curso anterior ya la habían conocido y Draco le dijo por cartas, (cuando aún le enviaba) que le recordaba a una antigua profesora suya llamada Dolores Umbridge.
- Estamos a 23 de mayo y en menos de un mes acabáis las clases. – Dijo Elena. – Quiero que hagamos un musical de despedida.
Todos los alumnos comenzaron a hablar entre ellos. Noah y Millie, estaban sentados delante de Laura y comenzaron a opinar sobre lo que había dicho la profesora.
Laura no había escuchado ninguna palabra de su profesora y sabía que eso le traería problemas, pero le daba completamente igual. Se encontraba haciendo dibujitos en su libreta y eso sacaba de sus casillas a Elena Harris.
La rubia había cambiado un poco en esos últimos meses y eso preocupaba a sus amigos muchísimo.
- Señorita Bennet. – La profesora de interpretación tenía la manía de llamarla por su antiguo apellido legal y eso la ponía nerviosa, por lo que no levantó su cabeza del cuaderno. – Le estoy hablando. – Habló ahora delante de ella. Ahí si subió la cabeza.
- Lo lamento, pero mi apellido no es Bennet, por lo que no haré caso a ningún llamado que tenga algo que ver con ese nombre. Mi apellido es Roussel, incluso Black se lo paso.
- No te pases de listilla conmigo. – Ordenó Elena.
- No me estoy haciendo la lista, le estoy diciendo que ese no es mi nombre. Fin.
- Vaya al despacho de la directora, me parece que le encantará verte allí de nuevo. – Dijo Elena con una sonrisa maliciosa.
Laura se levantó y recogió rápidamente sus cosas. Salió de allí lo más rápido que pudo y se dirigió al despacho de Stacy, donde esta la acogió felizmente.
- Hola, Laura. ¿Cómo estás?
La rubia se sentó en la silla de delante de la mesa y Stacy repitió su acción quedando enfrente de Laura.
- Me volvió a castigar. – Dijo solamente. Stacy suspiró.
- ¿Qué ha pasado esta vez?
- Me llamó señorita Bennet y no levanté la cabeza ante su llamado. Ese no es mi apellido, no voy a hacer caso a nadie que me llame así. Luego se lo dije y me mandó aquí.
- Créeme que si pudiera la despediría.
- ¿Por qué no lo hace? ¡Ella es horrible! Se aprovecha de nosotros y de usted.
- No es tan fácil, cariño. Ahora sal que la siguiente clase está por comenzar.
Laura salió de ahí y se dirigió a su segunda clase del día. Latín.
Otra profesora a la que odiaba. ¡Yuju!
Cuando entró al salón Noah y Millie ya estaban allí sentados.
Noah se giró a hablarle cuando Laura se sentó detrás de ellos.
- ¿Qué tal con Stacy? – Preguntó el castaño.
- Bien. No me dijo nada. – Respondió secamente ganándose un suspiro de Noah.
Las clases del día acabaron rápido y los amigos por fin se pudieron reencontrar. Estaban todos sentados en el patio descansando. Todos menos Laura.
- ¿Y Laura? – Preguntó Sadie mirando hacia los lados.
- No lo sé, pero me está empezando a cansar esa actitud de paso de todo. – Bufó Noah.
- Déjala Noah. Draco no le responde y además la nueva profesora de interpretación es un horror. – La defendió Finn.
- ¡Lo sé! ¡Pero que no la pague con nosotros! – Dijo enfadado.
Laura se encontraba en su habitación escribiendo una carta para Regulus. Hacia días que su padrino le había enviado una carta y a la rubia se le olvidó responderla. En ella le dijo simplemente que estaba bien y que el 2 de junio se acababan las clases, para que fuera a por ella.
Millie entró a la habitación un rato después y le preguntó que hacía.
- Una carta para Regulus. – Respondió encogiéndose de hombros.
- Oye, Lau. – Llamó Millie su atención. – Noah está enfadado por la actitud que estás tomando hacia nosotros cuando no tenemos la culpa de nada, ¿sí? Habla con él y con nosotros, sabes que te podemos ayudar, pero no te cierres. Nunca lo hagas.
Laura se giró a mirarla con culpa y la castaña pudo ver los ojos llorosos de su amiga, por lo que se preocupó.
- ¿Hice algo mal? – Preguntó Laura en un sollozo. Millie se acercó a ella y la envolvió entre sus brazos. – Lo siento, Mills, de verdad que lo siento.
- Shh, tranquila, estoy aquí. Estamos aquí, todos.
- ¿Por qué no responde?
- No lo sé. – Respondió Millie sinceramente. – Pero no te vamos a dejar sola.
- Gracias...
A la mañana siguiente Laura y Millie bajaron al comedor para desayunar. Cuando entraron Laura miró a Noah sentado en la mesa y se acercó a él rápidamente.
Tocó su hombro, lo que hizo que Noah se girara con el ceño fruncido. Laura le abrazó sin decir nada y el castaño lo aceptó confundido.
- Perdóname Noah, perdóname por favor. No te quiero perder a ti también.
Noah sonrió con ternura y se separó del abrazo para mirarla a la cara.
- Eres mi mejor amiga, no te librarás de mí tan fácilmente.
- Trataré de controlar mis emociones.
- Vale. Estamos aquí para lo que quieras, ¿verdad? – Dijo mirando a Millie quien asintió sonriendo.
Sadie no tardó en llegar y también se confundió al ver que la rubia se había lanzado a sus brazos mientras repetía todo el rato lo siento.
- ¡Eh! ¡Lau! No hay nada que perdonar, ¿sí? – Dijo Sadie sonriendo.
Cuando Finn, Caleb y Gaten llegaron la rubia repitió la acción de antes y se lanzó a ellos.
Desayunaron como lo solían hacer antes de que todo hubiera pasado y se sentían muy bien.
- ¡Os dais cuenta de que nos graduamos! – Exclamó Sadie contenta.
- Sí, y nos vais a abandonar por un año completo aquí. – Dijo Noah con una mueca. – ¿Por qué no podíamos ser todos del mismo año?
- Da igual, ¿quién los necesita? – Bromeó Millie.
- Sí, sí. Ya vendréis llorando porque nos habéis echado de menos. – Dijo Sadie.
- Un año más y seremos libres. – Dijo Laura sonriendo.
Los días pasaron rápidos y el 2 de junio llegó volando. El día de antes había sido la graduación de los del curso superior y todos fueron a verla.
En cuanto el musical que había propuesto Elena Harris había sido un desastre ante la falta de organización de la profesora. Lo que hizo sentir bien a Laura.
Estaban Laura y Millie haciendo sus maletas para irse a sus casas mientras hablaban. Sadie entró en la habitación de sus amigas.
- No me puedo creer que no vaya a volver aquí el año que viene. – Susurró Sadie nostálgicamente.
- Oh, Sads. – Dijo Laura levantándose a abrazar a la pelirroja que había comenzado a llorar.
- Podrás venir de visita, ya escuchaste a Stacy ayer en la graduación. – Dijo Millie consolándola.
- Lo sé, pero no va a ser lo mismo y lo voy a echar mucho de menos. Aquí os conocí. Aquí he vivido una maldita guerra con un mago tenebroso.
Las tres amigas rieron ante eso ya que sí que sonaba loco.
- Pero no nos vamos a separar por esto. ¡Este verano va a ser el mejor de nuestras vidas! Veremos a Herms, Ron y Harry después de mucho tiempo.
- ¿Sabéis algo de Theo o Blaise? – Preguntó Laura mientras acababa de cerrar su maleta.
- ¡Sí! Están muy bien, también los veremos este verano.
Ninguna de las tres quiso mencionar a Draco. Nadie sabía lo que le pasaba y cada vez que alguno le preguntaba a Hermione, Harry, Ron, Blaise o Theo nadie decía nada que les aclarara algo.
En sus cartas decían que no iba con ellos y que se la pasaba todo el día pegado a Lyra Hall.
Laura no se quería sentir celosa porque confiaba en Draco y en ningún momento lo habían dejado, pero le provocaba inseguridades horribles, además de que el platinado parecía haberse olvidado de ella.
Laura pensaba en Draco cada día y siempre tenía la esperanza de que le llegara alguna carta de él. Pero nunca pasaba.
Regulus llegó a por Laura y antes de irse se quedaron hablando todos por bastante rato.
- Supe que os graduasteis, felicidades. – Dijo Regulus sonriendo.
- ¿A nosotros no nos felicitarás por pasar de curso? – Preguntó Noah sonriendo angelicalmente.
- Felicidades Noah por ser un año más viejo. – Respondió Regulus mientras reía al ver que Noah se había "ofendido".
Todos le habían cogido muchísimo cariño y confianza al padrino de Laura.
- Bueno que, ¿nos vamos? – Preguntó Regulus hacia Laura.
- Sí. – Respondió sonriendo. – Espera que me despida.
- ¡Os vais a ver mañana!
Laura abrazó a todos y se despidió.
- Nos vemos mañana, chicos.
Laura y Regulus aparecieron en el 12 de Grimmauld Place. Allí se encontraba Kreacher, el elfo doméstico de la noble casa de la familia Black.
Kreacher solía mirar con odio a Laura y eso la hacía sentirse incómoda, pero llegaba Regulus y se sentía mejor.
El castaño tuvo que quitar también el cuadro de su madre para que no estuviera insultando todo el tiempo a la rubia.
Sirius había decidido vivir con Harry en un lugar más tranquilo, y a Regulus le encantaba haber podido recuperar la relación con su hermano y que pudieran convivir.
Laura y Regulus se encontraban cenando en la cocina mientras hablaban de diversos temas como las notas, los profesores, la escuela... Hasta que Regulus sacó un tema que hizo que Laura se entristeciera.
- Sabes que el 5 es el cumpleaños de Draco, ¿no? Dudo que no lo sepas. ¿Ya le has comprado algo? – Preguntó Regulus sonriendo burlonamente y es que no, Laura no le había contado nada a cerca de que el platinado parecía haberse olvidado de ella, por lo que le mintió.
- Aún no. No he encontrado nada que pueda gustarle. – Susurró mientras removía la comida distraídamente.
- Hablé con Narcissa y me dijo que fuéramos el cinco para celebrarlo, ya que como están en el último año en Hogwarts acaban las clases antes al haber hecho ya los ÉXTASIS.
Laura sabía que esos exámenes eran los más importantes en el mundo mágico y los que te darían puestos de trabajo en el futuro.
- Si quieres vamos en unos días al callejón Diagon y le compramos algún regalo.
- Vale... Me voy a dormir ya, ¿vale? Estoy muy cansada.
- Vale, cariño, descansa.
Laura le dio un beso en la mejilla, se despidió de Kreacher y luego subió hacia su habitación en la mansión.
La rubia se puso el pijama, se lavó los dientes y se dirigió a la cama. Cuando se sentó soltó un gran suspiro.
Esa noche no pudo dormir pensando en cierto platinado al que vería en tres días.
¡Hola! Muy introductorio este capítulo, pero a partir del siguiente en mi opinión se viene lo bueno.
Espero igualmente que os guste mucho.
En dos días empieza la Pascua, al menos aquí en mi ciudad, ya que sé que casi toda España está ya de vacaciones. Tendré vacaciones hasta el 24 de abril. ¿Sabéis lo que significa eso? Leer, escribir, dormir y quedar con mis amigas.
Hoy he tenido un examen de francés que me ha salido bastante regular, pero en fin, el año que viene ya me lo quito. Amo el idioma, pero estudiarlo me resulta demasiado difícil. Mañana tengo una pruebecita de matemáticas y tendría que estar practicando, pero no es casi nada así que no me preocupa.
¡El viernes vi Animales Fantásticos: Los Secretos de Dumbledore! En mi opinión me ha encantado y la recomiendo 100%.
Feliz semana,
Lau