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6 MESES DESPUÉS.
"Tienes razón. Nunca sé cuándo rendirme."
-Zootropolis
Hola, Arthur.
Esté es el último correo de reflexión que te voy a mandar. Sí, el último. Y te lo dedico a ti y solo a ti, ya no va a ser a todos mis seguidores imaginarios que has hecho que me cree... No.
Hoy seguramente sea de los últimos días en los que pueda acercarme a la hora que quiera y cuando quiera y comentarte todos los ámbitos de mi vida, y lo voy a echar tanto de menos.
Podría haber comenzado a hacerte la reflexión semanal sobre una de esas citas que tanto te gustan para después reflexionar sobre ellas y irme por las ramas... como siempre. Pero he decidido que un último correo se merece unas últimas palabras.
Durante el tiempo que he estado yendo a ti para que me ayudes a afrontar todos mis problemas he estado hablándote sobre mis amigos, familia, padres (porque por mucho que me digas, lo siento. No los puedo llamar familia y aún me cuesta el llamarles padres) y bueno, alguna vez también te he hablado de lo mucho que me apasiona la música...
Mi sueño siempre fue irme a Australia cuando terminará el instituto, y ahora que mis "padres" han prometido estar pendientes de mis hermanos y tengo a grandes amigos que estarán dispuestos a comentarme si no fuera así, he decidido ir.
Sé que me vas a decir que haga lo que quiera y solo lo que yo quiera, pero en serio, no va a ser como ir allí a estudiar cualquier cosa de cualquier manera. Hace unas semanas mande un video mío cantando una canción a una de las mejores academias de artes de Australia, y aunque me han comentado que debo aprender más cosas además de bailar y cantar... ¡Parece qué les he gustado! En unos meses estaré volando directa a mi sueño...
Y todo esto es gracias a ti. Pensé que mi sueño estaba quebrado cuando eso pasó... porque sigue siendo "eso", no estoy preparada para dominar completamente el tema, por eso mismo me gustaría seguir con nuestras sesiones a distancia con horas establecidas, claro.
Necesito recuperarme al completo, y aunque irme lejos no será la decisión definitiva estoy segura de que será una de ellas.
No estoy bien, pero creo que eso ya lo sabes. En todo este tiempo te he estado hablando de todos mis amigos por separado, de sus virtudes y defectos y de lo ligada que estoy a cada uno de ellos. Va a ser difícil separarme pero es necesario que me aleje por un tiempo de ellos y de mis hermanos, no soy buena compañía y seguramente por todas estas cosas que te estoy diciendo luego tendremos una larga conversación (no creas que no lo sé). Pero esta es mi verdad, la única verdad que admito en estos momentos.
Puede que la academia sea dura, posiblemente lo sea, pero necesito hacer esto tanto por mí como por las personas que quiero. Necesito estar bien, recuperarme y volver a ser la persona de antes. Cuando lo consiga volveré, no creas que me voy a olvidar de Dublín tan fácilmente. Este lugar me ha dado la vida, y siempre tendrá un pequeño hueco en mi corazón.
Por último, quería decirte que has sido una gran inspiración para mí y me has transmitido una esperanza que creía haber perdido, porque no te considero un psicólogo, si no un amigo más al que contarle mis problemas.
Me alegra que estas palabras por fin tengan un destinatario real.
Adiós, Arthur.
Thebe.
-Cerré el ordenador.-
Estamos viendo el rey león en casa de Ilkay. Sí como lo digo, la idea de ir al cine con sus hermanos y los míos parece que no les ha parecido tan buena idea como ir a su casa a ver una película de la que han salido muchos motes "ocurrentes".
En fin, para que intentar entenderlo, si no lo voy a entender.
Estamos todos en los sofás menos los mellizos y Zach que no paran de reírse en el suelo cada vez que Ilkay hace una de sus bromas, no creo que haga falta mencionar que todas van hacia mí. Las peques están entretenidas observando a Simba así que tampoco es que se fijen mucho en la situación.
La película termina antes de la hora de la cena, pero decidimos hacer unas pizzas y poner una de Spider-Man para completar la tarde. El tiempo se pasa rápido entre bromas y risas, aunque yo y Ilkay vivimos con una tensión constante, una tensión buena, de esas que quieres romper, pero a la vez te gustan. Desde el día de la playa en que estuvimos apunto de besarnos hemos tenido una infinidad más de momentos similares, aunque creo que le da miedo acercarse mucho por si las moscas. No le falta razón.
-¿Estáis nerviosos?-Pregunta Mario, uno de los hermanos mellizos de Ilkay.
Suena el teléfono como unas cuarenta veces antes, y aunque los mellizos miran a Ilkay incómodos él parece no hacerles caso, ni a sus miradas ni al teléfono.
-¿Por qué?-Respondemos al unísono.
Tanto los mellizos como Zach nos miran como si creyeran que estamos fingiendo o algo parecido.
-La graduación.-Decimos de nuevo al unísono al acordarnos, nos miramos y nos reímos sin poder evitar la ridiculez del momento.
-Bueno y lo estáis o qué.-Dice Clara.
-No lo sé, creo que no. Tampoco es que haya asimilado que nos vamos a graduar.
-Nadie lo ha asimilado.-Me da la razón Ilkay.
-Pues debéis de empezar a hacerlo, mañana cerráis una etapa.
Y otro con eso de decir cosas obvias, el poco tiempo que hemos pasado con mis primos le ha sentado mal.
Suena el timbre y Ilkay se levanta para abrir la puerta al mismo tiempo que yo les comento a todos que es hora de irnos, comenzamos a recoger la mesa a la vez que ordenamos el sofá. Pero Ilkay tarda demasiado y parece que no soy la única que lo piensa porque Clara y Mario se miran inquietos.
-Chicos, ¿Pasa algo?-Le pregunto a los dos.
Guardan silencio durante un momento, pero parece que los nervios les ganan.
-¿Puedes ir tú a ver?-Me pide Mario retorciéndose las manos.
-Sí, claro. Aunque si me dijerais la razón de que salga ahí fuera...-Digo mientras señalo el camino por donde se ha ido Ilkay.-Quizás me ayudaríais un poco.
Lo reconsideran un momento, pero parece que no lo encuentran necesario.
-Solo ves, seguro que te hace más caso a ti.-Finaliza Clara.
En ese momento escucho como alguien cierra la puerta con fuerza, espero a que Ilkay aparezca, pero al ver que no lo hace les digo a todos que esperen mientras salgo al jardín.
-Ilkay, hijo escúchanos.-Es lo primero que oigo cuando cierro la puerta tras de mí, parece la voz de un hombre y suena consternado.
También hay una mujer frente a Ilkay, parecen desesperados y no me extraña al ver la forma en la que Ilkay los mira, como si fueran el origen de todos sus problemas.
-Iros de aquí, no queremos tener esta conversación.-Les advierte.
-Hijo, nosotros solo queremos ver cómo te va, ver tus notas, tu instituto, tu nueva familia...
-¡¿Y qué pasa si yo no quiero que lo veáis?!-Les grita.
Me quedo petrificada al ver la escena, y por raro que parezca la cabeza me va a mil por hora, intento atar cabos, pero solo hace que esté cada vez más confusa.
La mujer y el hombre parecen personas normales, incluso me atrevería a decir que no les sobra el dinero, pero por la forma en la que hablan estan demacrados.
-Ilkay, espera un momento, deja que nos expliquemos.-Le suplica el hombre.
-No me llames así...-Lo dice de forma tan baja que da miedo, y esa es la única señal que necesito para acercarme a ellos.
-Buenas...-Todos me miran sorprendidos ya que no se esperaban una cuarta presencia.-No sé qué pasa, pero quizás no sea el mejor momento...
No. Puede. Ser. Los dos son idénticos a Ilkay, la mujer tiene los mismos labios y ojos, y el hombre comparte con él su pómulo marcado y su pelo castaño.
Son familia. Esa certeza se abre paso en mi mente hasta ser lo único que la ocupa. No tengo pruebas, pero tampoco dudas, no sé qué serán pero algo son seguro.
-Nos gustaría hablar con nuestro hijo asolas, si no es mucho pedir.-Me contesta bruscamente la mujer.
¿Hijo? Los había escuchado antes nombrarlo de esa forma, pero pensaba que era un apelativo cariñoso no me había imaginado que lo dijeran en serio.
Ilkay se interpone entre los que creo que son sus padres y yo con una mirada que helaría el infierno.
-Como le vuelvas a dirigir una sola, UNA SOLA , palabra no me vuelves a ver en la vida.-La forma calmada en la que lo dice es la que realmente le da la autoridad que conllevan esas palabras.-Fuera de mi casa, antes de que llame a mis padres.
Eso último parece afectarles y me riño a mí misma por sentirme culpable de aumentar el enfado de Ilkay.
-Esos no son tus padres, nosotros...-Comienza a replicar la mujer.
-Esos son mis padres, lo han sido siempre y lo seguirán siendo. Vosotros tomasteis una decisión, dijisteis no estar seguros de tenerme, pese a que no os faltaban los recursos ni os sobraba la edad, ahora dejarme vivir sin lo que conlleva tener a dos mierdas de personas en mi vida.
-Ilkay...-Intenta hablar la mujer de nuevo.
-Para ti es Gisli, y ahora ¡LARGO!
Los dos se apresuran a salir por la valla del jardín, y aunque Ilkay me ha revelado muchas cosas sobre ellos, cosas que no sabía y que en otro momento me harían tener la mandíbula por el suelo, siento lástima por ellos.
-Thebe yo...
-No hace falta, cuando estés listo.
-Ellos no son mis padres, simplemente un día se descuidaron y se dieron cuenta de que no querían un niño en sus vidas. No creas que el trato a sido injustificado porque son ellos los que han decidido que las cosas sean así, yo nunca les pedí nada, tampoco creo que hubieran accedido a darme...
Le abrazo durante unos segundos, cuando me aparto veo necesario decirle lo que llevo pensando desde que esas dos personas han abandonado el jardín.
-Ilkay, está bien. Aunque la próxima vez que vengan escúchalos, parecía importante.
-¿Qué te hace creer que volverán?-Me pregunta en tono de broma, aunque en sus ojos veo un brillo de esperanza que más que hacerme sonreír me produce una profunda tristeza.
-Ya han venido una vez, quien vuelve una vuelve dos, aunque igual tres no vuelve así que procura aprovechar las oportunidades.
Me mira y me acaricia la mejilla en un acto de cariño que hace que me estremezca de pies a cabeza, después deposita un beso en mi mejilla antes de cogerme la mano y conducirme de nuevo dentro.
El día de la graduación, día que nadie espera que llegue nunca y siempre llega, aunque luego se pase como un respiro. Pensándolo bien, hay bastantes graduaciones a lo largo de nuestra vida, solo que las vemos como los cumpleaños, tan lejanas y a la vez tan cercanas que nunca sabemos si ya ha pasado o si todavía nos queda un tiempo para que ocurra.
Sea como sea, hoy en el último día en el que podremos nombrar este instituto como nuestro estamos todos preciosos.
Ana va con un mono purpura a juego con su cabello corto que lleva suelto sin ningún orden, Collin se ha puesto una camisa blanca y unos pantalones elegantes color crema, Rai se ha decantado por llevar un esmoquin azul marino con corbata incluida y Ilkay por sorprendente que parezca a seguido los pasos de Rai pero ¡Cómo no! va todo de negro, menos la camisa que la lleva de un gris perla bastante bonito. Yo por el contrario he decidido trenzarme el pelo y hacerme un moño con la trenza que me ha quedado mejor de lo esperado, llevo un vestido verde que se abre en el muslo y cae hasta mis tobillos de una forma sofisticada y preciosa, además llevo unos tacones a conjunto con el vestido que aunque está feo decirlo me quedan de maravilla.
Aunque todos llevamos esas horribles tocas rojas que no nos favorecen nada, estoy contenta de estar aquí.
-Chicos ir a sentaros.-Nos dice el entrenador Levi.
La ceremonia sigue sin nada interesante, subimos al escenario nos dan un diploma, sonreímos para la foto y volvemos a nuestros asientos. Todos subimos, desde mis amigos hasta John, Niu, Dana, Mia, Devory...
Cada una de las personas que han formado parte de mi vida durante estos años y que probablemente no veré en mucho tiempo están aquí. Algunos han sido unos completos capullos durante este año y posiblemente no se merezcan ni un poco de cariño por mi parte pero al fin y al cabo han formado parte de mí durante un tiempo. Por eso cuando John se acerca a darme un abrazo lo acepto sonriente.
-Estás preciosa Thebe.
-Tú también.-Le respondo a un John que parece estar al borde de las lágrimas.
-Gracias por haberme dado la oportunidad de conocerte.
-¿Aunque no te la merecieras?-Digo, pero sabe que es una broma porque me rio al decirlo.
-Te echare de menos.-Dice con melancolía.
-Nos volveremos a ver.-Respondo. Me niego a aceptar que hoy será el último día que los vea.
-Los dos sabemos que es muy posible que eso no sea cierto, además ya me han mencionado lo de tu viaje.
-Eso no cambia nada.
-Eso lo cambia todo.
Y me callo, porque puede que tenga razón y esto lo vaya a cambiar todo.
-¡THEBE TU TURNO!
-Creo que te están reclamando.-Me informa John.
Le doy un rápido abrazo de despedida y me dirijo hacía el estenario donde ya me esperan con el micrófono.
-Hola a todos, me gustaría cantar una última canción para despedir este año y para despedirnos a nosotros, para cerrar este gran capítulo. Por eso hoy voy a cantar junto a mis compañeros Capítulos, Dvicio.
Tantas veces me dejaste atrás
Tonto y ciego, siempre quise másY ahora a punto de olvidarte, vuelvesTres semanas de la última vezQue juré no volver a caerY yo aquí a punto de borrarte, vuelves
Llegaste sin llamar
Te fuiste cuando más duele
Valiente para entrar
Cobarde para quererme
Capítulos que enciendes y apagas
Capítulos que no dices nada
Capítulos que olvidas mi cama
Capítulos que pierdo y tú ganas
Capítulos que juras que me extrañas
Con títulos que acaban en llamas
Capítulos que nunca se acaban
Llevamos más de mil temporadas
No quiero más
-¡Gracias, y ahora a disfrutar del último capítulo!-Me despido.