Nota Autor: Investigando mucho y dedicando tiempo a repasar mis apuntes de lingüística e historia medieval, he conseguido reunir los idiomas que se hablaban en el siglo X, que es donde se desarrolla esta historia. A modo de aclaración, Salazar es de Escocia, concretamente de las zonas donde vivían los nórdicos, por lo que habla un dialecto del nórdico antiguo, pero debido a Rowena y Helga, también es capaz de hablar inglés antiguo, como era más común en la zona de Inglaterra de las islas británicas. Godric es de Gales, y como tal habla el inglés antiguo de algunos de los asentamientos de la zona, es un celta. Así que también habla galés antiguo. Helga y Rowena son las que proceden de Inglaterra propiamente dicha y, al ser de la aristocracia, también hablan latín e inglés antiguo. Harry los conocerá todos por haberlos escuchado durante su infancia. Sólo aprenderá el inglés moderno cuando se le lance un hechizo en el presente. Habrá signos que indiquen qué idioma se está hablando para ayudar a diferenciarlo bien. También habrá consistencias para ayudar.
Inglés moderno: -...-
Inglés antiguo: ^...^
Nórdico antiguo: /.../
Galés antiguo: *...*
Latín: ~...~
Lengua parsel: ¡Negrilla!
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Lily se tumbó de lado mientras sus dedos acariciaban el pelo color sal y pimienta de su amante. Sonrió un poco cuando el hombre abrió sus ojos carmesí. Le besó la nariz. El hombre la atrajo contra él, provocando un chillido. Ella le dedicó otra sonrisa. Lily no se movió mientras esperaba que el hombre mayor hiciera algo. La mano de él bajó por su espalda vestida. Ella dio un pequeño respingo al notar las cosquillas. -Tom, vamos, es temprano en la mañana-.
Sus ojos brillaron con un carmesí más intenso durante apenas un segundo. -Y para ti, querida, es demasiado temprano para escuchar ese nombre, aunque sea de tus bonitos labios color de rosa-. Ella se rió de su cumplido. Ella no tenía ninguna duda sobre el cumplido; sólo que era raro que él los hiciera. Normalmente le mostraba pequeñas cosas que significaban algo para ella. Una de esas cosas era dejar ir a un muggle o nacido de muggles. No le gustaba cómo torturaba a la gente, pero se alegraba de que al menos dejara ir a uno de vez en cuando. Por supuesto, se salía con la suya dejando ir a casi todos.
-Bueno mi querida serpiente, parece que estás sufriendo por la falta de sueño-. Ella apoyó su cabeza en el pecho cubierto de su camisa. -Sigo diciendo esto, pero no eres la persona que todos creen que eres-. Ella dejó escapar un suspiro de satisfacción. Él la miró. Sabía que algo pasaba por su mente, pero no sabía qué era.
Hizo rodar a Lily hacia su lado de la cama y se sentó. Lily lo observó mientras se levantaba de la cama. -No tengo tiempo para esto. El mundo no va a esperar-. Lily frunció el ceño. Se dio la vuelta con un zumbido. Esto no era la primera vez para ella, y estaba acostumbrada.
-Bien, pero incluso a mí me gusta un poco de atención de vez en cuando-. Lily estaba actuando de forma demasiado extraña para Tom en ese momento. No estaba seguro de qué hacer con su extraño comportamiento. Ella se negó a mirarlo cuando él le tocó el hombro. -Sólo vete Tom-. Él frunció el ceño y se fue, sin querer lidiar con su estado de ánimo.
Lily se tumbó en la cama en silencio, pasándose una mano por la cara. -No hay absolutamente ninguna manera de que llegue a decírselo. Dudo que siquiera me escuche-. Se sentó, pero una oleada de mareos la hizo volcar hacia atrás. Un gemido escapó de sus labios. -Oh, esto es cada vez peor. O se lo digo o me escondo-. Un sollozo pasó por sus labios. -No quiero dejar a Tom, pero él no me dará opción. No quiero perder a mi bebé-. Se sentó con cuidado, evitando el mareo esa vez. Finalmente se puso de pie para empacar. -Oh, Merlín, por favor, permíteme salir de aquí. Necesito mantener a mi bebé a salvo-. Siguió metiendo ropa en una maleta conjurada.
La casa de los Potter
James estaba sentado solo, su casa estaba en silencio. Dejó escapar un suspiro mientras miraba una foto de una mujer de pelo castaño y él el día de su boda. Era la única foto que tenía de su mujer antes de que muriera. Levantó la foto y miró fijamente a la mujer que se inclinó para besar su foto. No sabía cómo había muerto, pero podía adivinarlo.
La cabeza de James se levantó al oír que llamaban a la puerta. Dejó la foto en la mesa. -Ya voy-. Otro golpe resonó en toda la casa, esta vez un poco más urgente.
Finalmente abrió la puerta y vio a Lily al otro lado. Se sorprendió al ver a la mujer que había desaparecido después de la graduación. -Lily, ¿dónde, cómo?- No estaba seguro de qué pregunta debía hacer primero. Lily tenía una capa envuelta alrededor de sus hombros. Temblaba un poco. No era por el frío, pero James no lo sabía.
-Puedo entrar, por favor, James; hace un poco de frío aquí fuera-. James se hizo a un lado para dejarla entrar. Ella entró, sacó su varita y apuntó a James.
Él retrocedió en el momento en que la varita le apuntaba a él. No se lo esperaba y no tenía su propia varita en la mano. -Lily, ¿qué estás haciendo?- Cogió su propia varita. No quería luchar contra ella. Era el tipo de hombre al que no le gustaba pelear con las mujeres.
Por otro lado, Lily ya sabía lo que quería. -¡Olbliviate!- La maldición alcanzó a James antes de que pudiera apartarse. Esperó a que el hechizo surtiera todo su efecto. Una vez que estuvo segura, soltó un suspiro. -Soy tu esposa, tu única esposa. También vamos a tener un bebé-. Bajó la varita. Esperó un poco a que las palabras calaran.
James volvió a negar con la cabeza. Sus ojos color avellana se centraron en Lily y sonrió. -¿Estás bien Lily?- Ella asintió. Él le besó la mejilla. -Bien, tengo que ir a hacer algo-. Luego se fue. Lily lo vio salir de la casa. Miró la foto de la boda de James con su verdadera esposa y la borró. Colocó una imagen falsa en su lugar. No quería que él cuestionara la modificación si podía controlarla.
Un año y medio después, 31 de octubre de 1981
Lily estaba sentada en una mecedora, con su hijo en brazos. Sonrió al niño, recibiendo una sonrisa a cambio. La joven pelirroja suspiró. Quitó el pelo negro de su hijo de la frente mientras él se acurrucaba en ella. Su hijo era completamente ajeno a su secreto.
Le besó la cabeza. -Pequeño Harry, eres tan inocente. Es muy difícil guardar secretos a los que quieres. Si James se enterara de lo que he hecho... se daría la vuelta. Eres el hijo de alguien que todos consideran malvado. No es del todo malvado Harry; puede ser un hombre cariñoso. Me gustaría que lo conocieras. Claro que no quería tener hijos-. Le besó la frente y se levantó. Lo dejó en su cuna que estaba cerca. Él se levantó y le tendió los brazos. -No cariño, tienes que ir a la cama-. Él hizo el ruido que ella sabía que significaba levantarlo.
Un golpe resonó en toda la casa. Lily se giró. -Lily, es ÉL, saca a Harry de aquí-. A Lily se le cortó la respiración. No había visto a su amante y verdadero padre de Harry desde que lo había dejado antes de que el niño naciera.
Fue a recogerlo, pero la puerta se abrió de golpe y aterrizó con un sonoro golpe. Lily se giró para ver a su amor de pie en la puerta. Sus ojos rojos se estrecharon hacia ella, deslizándose brevemente para mirar a Harry. No dejó sus ojos en él por mucho tiempo. Habría visto el parecido si lo hubiera hecho. -Vaya si es el traidor. En eso te convertiste en el momento en que te enrolaste con ese... Potter-. Sus fosas nasales se encendieron un poco, aunque aún no había levantado su varita hacia ella. Lily había soltado la suya en cuanto supo que Tom estaba en la casa.
Se deslizó frente a Harry. Sabía que era a él a quien buscaba. -Tom, por favor, escucha, no te he traicionado. No puedo-. El hombre se burló de sus palabras. Ella no se movió.
-Quítate de en medio y puede que te lleve de vuelta. Ese mocoso de Potter no puede vivir-. La postura de Lily se volvió aún más firme ante esas palabras. Ella sabía lo que probablemente significaba, pero, aunque amaba a Tom, Harry era su vida. Se levantó desafiante. -¡He dicho que te muevas mujer!- Tom no parecía contento.
Ella levantó la barbilla. -¡No! No puedes dañar a Harry, no a él-. Los ojos de Tom se entrecerraron ante ella. Sabía que James estaba muerto, por haber protegido a un niño que no era suyo. -¡Adelante, mátame! ¡Mátame Tom! Si quieres a mi hijo, tendrás que matarme-. Sus ojos brillaban hacia Tom, con lágrimas formándose en las esquinas.
El ceño de Tom se frunció. Dudó un poco en levantar su varita hacia ella. Fue en ese momento cuando algo entró en la habitación sin que los dos se dieran cuenta. Una aparición, parecida a un fantasma pero incapaz de ser vista, observaba como Tom tenía una lucha interna contra el asesinato de Lily. La figura miró al niño en la cuna. Estaba oculto por el cuerpo de su madre. Alargó la mano y tocó la cabeza del niño. El pequeño tampoco se dio cuenta.
La cabeza de la aparición se levantó de golpe cuando las palabras fueron pronunciadas por Tom. -¡Bien, que sea así! Si quieres morir por ese despreciable niño, te lo permitiré, pero pronto se reunirá contigo-. Levantó su varita hacia ella. Sus ojos mostraron un poco de arrepentimiento, pero desapareció rápidamente. -Avada Kedavra-. Una luz verde salió de su varita y golpeó a Lily en el centro del pecho. Toda la vida se apagó de sus ojos. Las lágrimas aún brillaban en las esquinas. Su cuerpo cayó al suelo como una muñeca de trapo. Él miró su cuerpo sin vida. -Lo siento Lily, no me diste opción-. Se acercó a la cuna. Harry había comenzado a llorar cuando vio a Lily caer. Era como si supiera lo que había pasado.
Tom frunció el ceño hacia Harry y levantó su varita. -Vas a morir Potter; Lily me engaña y te tiene con ese tonto. Ahora dicen que debes vencerme, un infante-. Resopló. -Eso ya lo veremos. Avada Kedavra!- La luz verde volvió a salir de su varita. La aparición tuvo suficiente. Murmuró algo que ninguno de los vivos pudo oír. Una luz brilló sobre los dos. Tom vio la luz y sus ojos se abrieron de par en par. No se dio cuenta de su propio resplandor. Su hechizo alcanzó a Harry, pero no lo tocó. La mandíbula de Tom estuvo a punto de caer, pero evitó que lo hiciera. -No, esta luz... ¡Sólo afecta a los miembros de la familia Slytherin!- Su hechizo se reflejó de repente y le golpeó antes de que pudiera apartarse. Tom gritó mientras su cuerpo prácticamente se desgarraba por las cosas que había hecho para asegurar su vida.
Cayó, una sombra oscura dejó su cuerpo sin vida momentos antes de que se convirtiera en cenizas. Todo el proceso parecía una especie de exorcismo retorcido mezclado con una matanza de vampiros. Harry seguía llorando. El espectro que había estado observando se volvió sólido. Un suspiro escapó de sus labios. El sonido detuvo los sollozos de Harry. Observó al extraño hombre. Sacudió la cabeza. /Bueno joven, seguramente estás en un aprieto/ Harry lo observó confundido, no había entendido lo que se decía. Era otro idioma. /Aprenderás con el tiempo. Hm... Hay una idea. Ah joven Harry, te llevaré a mí mismo cuando estaba vivo. Correrás mucho peligro si te quedas aquí/. Levantó al niño y con un destello se fueron, dejando dos cuerpos y un montón de cenizas a su paso. Ninguno de los dos estaba allí para ver las consecuencias, pero el espectro lo sabía. Llevaba a Harry a un lugar más seguro, era su deber. Se tomaba ese deber muy en serio. Lo mantendría a salvo. Si alguien se lo hubiera dicho a la gente, pero era su familia y Salazar Slytherin siempre se tomaba en serio cuando se trataba de la familia. Este asesinato sin sentido había dejado a Harry como el último de sus descendientes, y él lo mantendría a salvo.