«Siento que te conozco hace tiempo,
de otro milenio, de otro cielo.
Dime si me recuerdas aún,
solo con tocar tus manos puedo revelarte mi alma.
Dime si reconoces mi voz».
Adriana Mezzadri—Marcas del ayer.
Fuente desconocida
Velos se cruzaron en su camino, hombres gritándole que compre un killim o tal o cual artesanía, todos eran sólo obstáculos que le impedían llegar hasta el bailarín que caminaba por esas calles con la misma soltura con la que bailaba en una mesa llena de platos. Lo había seguido trescientos metros de giros, esquinas, personas, estorbos, molestias, contratiempos y muy pronto todas esas cosas dejaron de estar para dar paso a un paisaje casi desolado. Malik se apresuró hasta internarse en unas ruinas de piedra que nadie visitaba. Ya el doctor Güneş les había advertido a los extranjeros sobre no acercarse a ese lugar cuyas bases estaban tan derruidas que era peligroso un accidente, pero Kyungsoo se sorprendió pensando que entraría al mismo infierno si en la puerta bailara ese odalisco.
Las paredes de barro amarillo estaban agrietadas y cada una tenía muchas ventanas, varias incluso se habían derrumbado en grandes trozos que entonces descansaban sobre el suelo de arena. Hacía calor, el sol de la tarde formaba hilos de luz que se colaban como dedos mágicos por las esquinas rotas de la construcción. A pesar de lo acabado del lugar, había una sensación mágica en él, como todo lo que hasta ese momento el coreano había apreciado en Turquía. Empezó a caminar con cuidado de no tocar nada para no verse envuelto en un accidente. No encontraba a Malik por ningún lado hasta que llegó a pensar que lo había perdido, pero en ese instante un velo rojo semi transparente cayó sobre su cabeza. Asombrado, se volteó rápidamente y pudo ver a través del tinte rojo de la tela cómo Malik le sonreía de manera traviesa.
Él bajó el velo de su cabeza, lentamente y la bruma roja despareció de forma que le fue posible apreciar al bailarín con sus colores reales, y de algún modo cada vez que lo miraba era más apuesto. Extendió su mano para devolver al odalisco su trozo de tela y éste también alargó la suya para recibirla, pero Kyungsoo era tramposo y le sujetó los dedos antes de tirar un poco de él hacia sí mismo, no demasiado fuerte sino como una invitación que podría ser tomada o rechazada. Malik la aceptó y se permitió acercarse hasta estar muy cerca de ese extranjero que estaba buscando vivir dentro de sus ojos.
—Çikolata —pidió una vez más.
Kyungsoo revisó sus bolsillos y gracias a todos los dioses aún tenía tres bolas más de chocolate, mismas que dejó en las manos del bailarín quien se entusiasmó como un niño y se sentó en el suelo, colocó los tres dulces sobre su velo rojo y les quitó su envoltura, luego los metió a su boca uno tras otro, casi al mismo tiempo. Una serie de pequeños gemidos seductores salieron de su garganta mientras pasaba su legua sobre su labio superior. Estaba mirando directamente a los ojos de Kyungsoo y el doctor sintió que su corazón era un dulce que se derretía con el calor anticipado de esa lengua húmeda y del sol que brillaba en aquel paisaje lunar. Se sabía excitado solamente viéndolo comer de un modo tan erótico, pero a la vez experimentaba tanta fascinación por aquella criatura exótica que no era capaz de lanzarse sobre él y besarlo como si fuera cualquier ser mortal. A cambio, decidió tomar el pie herido para revisar su avance. Malik se lo permitió y se acercó más a él mientras le quitaban las vendas. La herida había sanado favorablemente, quedaría una fea cicatriz como Kyungsoo predijo, sin embargo, eso no afectaría en nada a su salud.
Ya había terminado de revisarlo, pero no podía sólo soltar su pie, por el contrario, Kyungsoo lo acarició pasando su dedo índice desde el talón hasta el dedo medio causando que Malik hiciera una curva en su pie y se riera porque tenía un poco de cosquillas. Fue hasta ese momento en que Kyungsoo se percató de que el bailarín estaba prácticamente sobre su cuello. No supo en qué momento se habían sentado tan cerca el uno del otro, pero la risa de Malik le golpeó con su respiración. Cuando volteó a verlo estaba a sólo unos centímetros de su rostro, encontró una mancha de chocolate en el labio inferior y lo que todo su cuerpo gritó fue que debía limpiarlo con su propia boca.
¿Estaría bien besar a un dios turco? ¿Era casado? ¿Era gai? ¿Se ofendería? ¿Deseaba ser besado?
Sin embargo, Malik no se apartaba. El médico despegó la vista de aquellos sensuales labios para intentar encontrarse con los ojos del bailarín, pero halló la mirada del chico puesta sobre su boca. No importaba de cuál país o cultura fuera, si estabas así de cerca de otra persona y mirabas de ese modo sus labios, no había otra interpretación más que la del deseo de un beso.
Kyungsoo estaba suspendido en una mezcla de nervios y sueños, pero su valor fue suficiente para acortar un par de centímetros entre ellos, ladeó su cabeza buscando la posición exacta para el beso y con alegría observó el modo en que el bailarín también buscaba una posición adecuada, entreabrieron sus labios... Cada segundo era un disparo de adrenalina, el corazón del médico latía con tanta fuerza que Kai casi podía escucharlo. Los segundos antes de un beso eran como el instante en que un postre delicioso tocaba sus labios. Malik era su postre y olía a incienso y chocolate.
Sus labios apenas se rozaron un poco y el bailarín se apartó ligeramente con un siseo. Estaba jugando y a Kyungsoo le gustaba su manera de encantarlo. El médico se acercó una vez más y a punto de fundir sus bocas, Malik lamió el chocolate de su labio inferior, al hacerlo su lengua se paseó de un lado a otro, acariciando tanto su labio como el del extranjero. El pene de Kyungsoo tuvo una sacudida placentera y se abultó dentro de sus pantalones. Éste suspiró flotando entre el placer y la frustración. Malik sonrió, pero al encontrarse con la mirada necesitada del médico, su rostro se convirtió en un serio compromiso. Con su mano derecha acarició levemente la mejilla del extranjero quién cerró los ojos para disfrutar del contacto y luego los abrió para intentar besarlo otra vez. Esa ocasión Malik no se apartó, pero justo cuando sus labios se encontraron, un sonido causó que Kyungsoo se sobresaltara. Se puso en pie con rapidez y al mirar tras una ventana descubrió a Rabih.
—Kyungsoo, mi señor; ¿qué hace aquí? Estás ruinas son peligrosas... —preguntó como si ignorara el hecho de que había interrumpido el plan de Malik quien había echado a correr como un animalillo asustado, perdiéndose entre aquellos escombros.
—No sabía que eran peligrosas... ¿entonces, qué hace usted aquí, Rabih?
—Salí a comprar sedas con Malik y lo he perdido en el bazar, alguien me dijo que lo vio dirigirse hasta acá. ¿Lo ha visto usted, mi estimado?
Kyungsoo se planteó la posibilidad de mentir, pero siempre estaba la opción de ser descubierto y por las dudas respondió con la mejor versión que podía dar.
—Sí lo he visto, echó a correr adentrándose aún más en las ruinas.
—Oh, ¿en serio? A él le encanta este lugar, le hemos dicho que no se arriesgue, pero es un poco caprichoso... Supongo que lo mejor será volver a Aşk Sarayı y esperarlo ahí.
Tres horas después Kris estaba al tanto de las quejas de Malik.
—Le dije que me dejara hacerlo solo, lo hubiera conseguido de no haberse entrometido en las ruinas... —informó el bailarín.
—Me entrometí porque no quería perderte de vista —acusó Rabih.
—¿Cómo puedo seducirlo si no estoy a solas con él? —se defendió de la manera más atrevida que había hablado desde que aprendió el turco. No dijo mucho, pero ello le bastó para que sus manos comenzaran a temblar, así que las sujetó tras su espalada con la esperanza de que Kris no lo notara.
—A partir de ahora le darás más libertad a Malik cuando se trate de ese médico —ordenó Kris a Rabih—. Y tú, Malik, no te equivoques, no pretendas que puedes decirme qué hacer. Si le digo a mi esclavo que silbe, que brinque, que baile; tú silbarás, brincarás y bailarás. Si le digo a mi califa que me limpie los zapatos, ¿tú qué harás?
Malik inclinó su cabeza antes de responder en un susurro.
—Sacaré la lengua...
—No te escuché, Malik. Si le digo a mi califa que limpie mis zapatos, ¿tú qué harás?
—Sacaré la lengua...
—Malik, tu apodo podrá significar «dios», pero ¿eres un dios de qué? Un dios entre esclavos... Nunca olvides que soy yo el verdadero y poderoso dios de este lugar. Ahora, vete, Malik —ordenó burlista.
Geyik llegó a su lecho en la madrugada después de su trabajo y lo encontró ocupado, Malik estaba esperándolo bajo las sábanas. Suspiró, se metió junto a él y se fundieron en un fuerte abrazo. El moreno hundió la cabeza en su cuello como si buscara consuelo.
—Mi diamante del desierto, dime qué anda mal... —se preocupó el esclavo.
—Estaba recordando...
—Los recuerdos no pueden dañarte, mi joya —dejó un beso en la frente Malik.
—Pero lo hacen... Desearía ser como tú, mi pequeño oasis; desearía no recordar el horrible viaje, el momento en que comprendí que me había alejado demasiado de casa y rompí a llorar; desearía no recordar las largas horas de camino junto a esos hombres que no respondían a mis preguntas, que cansados de mí me golpearon para obligarme a callar y que luego me sedaron para sacarme del país; desearía no saber que mi tío me vendió con personas tan horribles; desearía haberle gritado a Taemin que algo malo estaba pasando para que fuera por ayuda; desearía no haber soltado ese ratón... se ha quedado en la calle, se ha perdido en un pasado al que es imposible volver... —lloró.
—Eres un hombre con tantos deseos como estrellas en el cielo, mi querido. Yo en cambio, sólo deseo una cosa: que podamos salir de aquí —Malik se fundió más en el cuerpo de su amigo—. Escuché lo que pasó con Rabih en las ruinas...
—Lo arruinó todo —se quejó el bailarín.
—Si el doctor tiene memoria, vendrá por ti... —lo tranquilizó acariciando su cabeza.
Continuará...
Malik: Rey.
Yo sé que Zayn Malik está muy guapo, pero no es él este personaje de aquí, cuando escribí Ballisaray no sabía que Zayn existía. Lo siento mucho u.u Rabih tampoco es el muchacho de VIXX. Pero bueno, imagínenlos si les place.
Recuerden que pueden enviarme sus fanarts o selfies #ballisaray para publicar en redes sociales <3