Eᴊᴇʀᴄᴇ ᴇʟ ᴄᴏɴᴛʀᴏʟ sᴏʙʀᴇ ᴍí ||...

By almightyy-

322K 19.7K 5.1K

❝Melissa Hetfield, una oficial de policía con honores, es enviada por su jefe a territorio "enemigo" para ser... More

Ejerce el control sobre mí || Zayn Malik
Capítulo » 1
Capítulo » 2
Capítulo » 3
Capítulo » 4
Capítulo » 5
Capítulo » 6
Capítulo » 7
Capítulo » 8
Capítulo » 9
Capítulo » 10
Capítulo » 11
Capítulo » 12
Capítulo » 13
Capítulo » 14
Capítulo » 15
Capítulo » 16
Capítulo » 17
Capítulo » 18
Capítulo » 19
Capítulo » 20
Capítulo » 21
Capítulo » 22
Capítulo » 23
Capítulo » 24
Capítulo » 25
Capítulo » 26
Capítulo » 27
No es un capítulo, sólo quiero desahogarme :).
Capítulo » 29
Capítulo » 30
Capítulo » 31
Capítulo » 32
Capítulo » 33
Capítulo » 34
Capítulo » 35
Capítulo » 36
Capítulo » 37
Capítulo » 38
Capítulo » 39
Capítulo » 40
Capítulo » 41
Capítulo » 42
Capítulo » 43
Capítulo » 44
Capítulo » 45
Capítulo » 46
Capítulo » 47
Capítulo » 48
Capítulo » 49
Capítulo » 50
Capítulo » 51
Epílogo
Típico apartado que nadie lee

Capítulo » 28

5.9K 409 142
By almightyy-

¡Hola!

Nuevamente me quiero disculpar por la demora, pero aquí está el capítulo. Creo que será un poco aburrido, pero aún así, importante para el desarrollo de la historia.

De ahora en adelante creo, CREO, que empezaré a actualizar más seguido porque volví a mi casa y tengo harto tiempo ksjdha. Bueno, un beso a todas. ¡Espero que les guste! x

______________________________________________________

Melissa’s POV.

Calor. Eso era todo lo que mi cuerpo se permitía sentir, ¡Y cómo no! Estaba tapada hasta el cuello con un millón de frazadas, y encima, sentía que Cuddles había aumentado su peso y longitud. ¿Cómo era posible que un gato pudiese pesar tanto, y aun más, aprisionar tu cuerpo de la manera en que mí pequeño lo estaba haciendo? Bufé. Sin lugar a dudas no podía moverme.  Y sumado a eso, ¿Qué jodida hora era? Necesitaba levantarme ahora mismo si no quería llegar tarde al FBI.

Moví lentamente una de mis piernas, sintiendo un ronco gruñido como respuesta. ¿¿Qué?? Los gatos no hacían esos jodidos sonidos… Me quedé estática unos segundos, y de pronto, la realidad golpeó mi frente fuertemente. Lo que me aprisionaba no era un gato, ni siquiera era un animal —bueno, quizás a veces sí—, ¡Era el gran cuerpo de Zayn Malik!, ¿¡Qué rayos estaba haciendo yo con Zayn Malik en una cama!? Una cama que ni siquiera era mía…

Mordí mis labios frenéticamente y miré hacia el techo, intentando buscar una explicación racional. Alcé las frazadas y miré hacia mi pelvis. Levanté mi tanga y revisé si algo andaba mal… Pero parecía que no había nada en desorden. ¡Dios! Es que… No. 

Uno de los morenos brazos de Zayn se acomodó alrededor de mi cuerpo —como si no estuviese lo suficiente apretada ya—, y tras darme un pequeño beso en mi hombro, siguió durmiendo. Miré a lo largo de su cuerpo, y me di cuenta de algo que, realmente, no quería notar. O quizás sí.

—¡Ay, no! —chillé algo fuerte, sin poder despegar mi vista de su erguido pene—. Deja de mirar, deja de mirar. Melissa, deja de hacerlo.

Pero no podía. Llamaba mi atención el hecho de que era lo único que tenía la capacidad para levantar todas las frazadas. Era increíble. 

Cerré los ojos y miré hacia la ventana que tenía en mi lado, pero justo en ese instante, un despertador comenzó a sonar dentro de la habitación. Y para mi mala suerte, estaba en la mesita de noche del lado de Zayn. Mi instinto me decía que debía apagarlo, pero mi sentido común gritaba que, si me acercaba más a Él, nada terminaría bien.

La pesada musiquita comenzó a retumbarme los oídos, y encima, ¡Él seguía durmiendo como si nada!, por lo que sin darle más importancia estiré mi mano hacia su mesa de noche, creando presión… Pero en ese mismo instante, sus brazos me atrajeron más a Él, haciendo que, sin querer, mi mano se apoyara en su erecto problema. 

Dios, qué vergüenza.

—Oh, Dios —gruñó Él, dejando el timbre de la alarma en segundo plano. Mordió su labio con dolor y abrió los ojos en un segundo—. Hetfield, si tanto me quieres tocar, ¡Hazlo!, pero no aplastes a mi pequeño.

—¿Pequeño? —susurré sin darme cuenta. Al parecer, mi filtro de la “discreción” estaba apagado.

—¿No crees que sea pequeño? —apretó su mano en mi cintura y se acomodó de lado, mirándome—. He notado que lo observabas mucho. ¿Tienes algo que decir sobre…? —contempló nuevamente a su pene, luego a mí. Mis mejillas ardían—. ¿… Sobre él? 

—No… —susurré, apretando mis labios.

—No entiendo por qué sientes tanta vergüenza sobre un pene, Melissa —escupió, soltándome—. Digo, no es una novedad que los hombres despertemos así —apuntó de nuevo, y de manera tonta, miré otra vez—. Tú sabes, erec…

—Cállate, cállate —negué un par de veces y me tapé la cara. ¡Qué estúpida reacción la mía! 

—¿Te avergüenza hablar sobre esto? —asentí lentamente—. ¿Y por qué? No es primera vez que escuchas la palabra —quitó todas las frazadas que cubrían su cuerpo, quedándose solo con sus bóxers—. Y estoy seguro que no es primera vez que ves uno… —colocó sus dedos en el borde de su ropa interior y comenzó a deslizarlo hacia abajo. Mi primer instinto fue salirme de la cama.

—¡No te atrevas a hacer eso, Zayn Malik! —lo apunté con mi dedo índice y fruncí mi ceño. Ahora estaba avergonzada y algo molesta. Él sonrió engreídamente.

—Reitero… No es primera vez que ves uno, si no, preguntémosle a Harry Styles… —alzó una ceja, luego añadió—: O a Niall Horan.

En ese momento apretó su mandíbula y salió de su cama. Apagó la puta alarma de su teléfono celular y desapareció de la habitación, dejándome con mis mejillas ardiendo y un amargo sabor dentro de mi boca. Ese último comentario había estado cargado de celos, y mi mente se debatía en dos posturas: ese sentimiento agradable que te hace sentir especial cuando un hombre te cela, y el otro, disgusto… Porque no es quien para inventar cosas y meterse en mi jodida vida privada. 

Nuevamente me senté en su cama, con las rodillas dobladas. No sabía qué diablos hacer o decir, por lo que me quedé quieta por largos minutos, hasta que un angelito bajó del cielo para ayudarme y sonó mi teléfono celular. 

Dios bendiga a Olive.

“¿Estás viva?” Fue lo primero que escuché por medio del micrófono. 

“Diablos” Susurré, frunciendo el ceño. “¿Qué clase de pregunta es esa?”

“Responde, Mel” La voz de Olive sonaba totalmente seria.

“Es innecesario…”

“¡Responde!”

“Hmm… Pues, verás… No, no estoy viva. Estoy muerta, ¡Booh!” Rodé los ojos y me recosté en el lado que había sido mío la noche anterior.

“¡Ay, Dios!, ¡No, no!” Comenzó a caminar rápidamente, podía sentirlo aún con la distancia que teníamos.

“Olive Pearle, no seas estúpida. ¿Quier…?”

“¿Y…?” Indagó, olvidándose de todo lo anterior.

“¿Y…?” Imité, no comprendiendo el sentido de su pregunta.

“¿Qué tal el porte?, ¿La técnica?, ¿El grosor?” 

Su pregunta me dejó, sin lugar a dudas, estática y muda. No lo esperaba. Sentí que mis mejillas nuevamente se tornaron de un color rosadito y de una sensación térmica sobre cincuenta grados Celsius. De pronto mis bragas me daban mucho calor y mi memoria decidió recordar al gran amigo de Zayn Malik. Sabía que no lo había visto en primer plano, pero aún así, también sabía que tendría buena técnica y grosor.

“¿Estás ahí?” Inquirió Olive tras unos segundos. Aclaré mi garganta, y eso le dio más pie para hablar “¿Acabas de hacer sonar tu garganta por lo que creo que hiciste anoche, o…?”

“Primero que todo, ¿Qué crees que hice anoche?” Coloqué una mano en mi frente y esperé.

“Sexo, claramente. Duh.”

“Que mal concepto tienes de mí, jovencita” Empecé a reír fuertemente, cosa que atrajo la atención del chico del paquete prominente, ya que apareció frente a la puerta con una ceja levantada.

—Ya está el desayuno, ven —ordenó con un delicado gesto que jamás había visto en su rostro. Yo asentí y Él se alejó otra vez.

“¿Desayuno?, ¿Acabo de escuchar desayuno?” Chilló Olive, aún más impactada “Es mi idea o… ¿Está haciendo méritos? Primero el sexo, luego… ¿Durmieron juntos, verdad?” Solté un simple ‘ajá’ y ella enloqueció más. “Primero el sexo, luego duermen juntos y ahora el desayuno. ¡Dios!, ¡Está enamorado de ti!” 

Nuevamente me quedé perpleja ante su comentario. Puta Olive, ¡Siempre me hacía cuestionar todo! ¿Será que tiene razón sobre Zayn? Sabía que no habíamos intimado, pero gracias a mi estado de ayer, también sabía que las ganas no habían faltado… Pero vamos, era Zayn Malik. Jamás podría enamorarse de mí. Hasta pensarlo era estúpido y me daba risa.

“No, amiga. Estás completamente equivocada, porque primero, no tuvimos sexo y segundo…” 

—¡Se va a enfriar tu desayuno! —escuché su ronca voz en la sala de estar, lo que me hizo apretar los labios y sonreír.

“¿Segundo?” Preguntó.

“Segundo… Es Zayn Malik” Contesté, un suspiro se escapó de mi pecho.

“Diría que lo estás subestimando un poco, Melissa. No me llamo Olive Pearle por nada, tengo un presentimiento y algo entre ustedes va a suceder. Acuérdate de mí” Ambas nos quedamos en silencio unos segundos, pero ella nuevamente cacareó como sabe hacerlo: “Edmond, tu cartero…” La interrumpí.

“Se llama Ernie” Rodé los ojos.

“Bueno, Ernie…” Enfatizó en el nombre y sonreí. “Acaba de venir a tu casa por dos cosas. Primero, te trajo una de las miles de cartas que siempre llegan a tu casa del Banco de Nueva York y lo otro… Dijo que te espera a las siete de la tarde en su casa. Habló sobre una cena con tu novio, el cual yo desconozco, y su esposa”.

Oh, Dios mío. ¡La cena!... ¡La cena con Zayn Malik! 

“Como tengo un trato con Zayn de que debe traerte a casa a las diez en punto, te veré. Me contarás de qué se trata la cena y te elegiré un atuendo acorde a la celebración. Adiós”.

Ni siquiera me dio tiempo para decirle ‘adiós’, porque cortó enseguida. Me quedé mirando hacia la pared que tenía en frente un poco incierta. ¿Cómo diablos iba a decirle a Zayn que Ernie creía que Él era mi novio?, ¿Cómo le iba a pedir que me acompañase a esa cena?, ¿Qué diablos haría? 

Justo en ese momento sentí un par de ojos viéndome, por lo que posé mi vista en la puerta de la habitación y lo vi.

—¿Qué tienes? —preguntó, frunciendo su entrecejo—. Luces… Horrible.

—Hmm… Gracias —sin querer, sonreí ampliamente.

—No me refería a aspecto físico… Aunque bueno, sí. Un poco —también sonrió, acercándose a mí—. Luces como si algo estuviese molestándote. Ven, vamos a desayunar y me cuentas lo que te tiene incómoda. 

Me tendió su mano y, conmocionada, la tomé. ¡No podía creer lo que estaba ocurriendo! 

Cuando logré divisar la mesa del comedor por primera vez, quedé alucinada. Zayn tenía preparado un banquete; huevos revueltos en el sartén, dos vasos de jugo de naranja natural —podía ver las cáscaras sobre la cocina—, unas cuantas tostadas de pan blanco, galletitas, dos tazas de café y un poco de fruta picada en un gran plato. Mi pecho sintió una emoción que no pude obviar, y no sé por qué, tenía hasta ganas de llorar. 

—Creo que va siendo hora de que dejes de supervisar toda la mesa como una policía y comas. Son las nueve y veintiocho y debo llevarte a casa las diez. —demandó, empujándome levemente por la espalda. 

—Da la casualidad de que sí soy una policía y mi trabajo es supervisar —una leve sonrisa se dibujó en su rostro, pero al mismo tiempo, su gesto serio la borró—. ¿Tú has hecho todo esto?

—Sí, ¿Sorprendida? Yo también —se encogió de hombros y tomó el jugo de naranja de un simple y gran sorbo.

—Gracias. Es… Es perfecto, Zayn.

—Está bien, pero come —hizo una sonrisa falsa apretando sus labios y luego se enfocó solo en la comida.

Lo aceptarlo, tenía bastante hambre, y además, como que Zayn cocinaba rico. Odiaba admitirlo. Ambos terminamos casi al mismo tiempo, aunque Él comió muchas más cosas que yo. Hubo un momento en que había olvidado el tema de la cena, pero cuando Él mencionó que iría a buscar el correo hacia el buzón, Ernie y su puta cena vinieron a mi cabeza otra vez. 

¿¡Cómo diablos le iba a decir!?

—De nuevo luces horrible. ¿Qué te pasa? —llamó mi atención desde la puerta de entrada. Lo observé, tenía un par cartas en su mano.

—No es nada…

—No me jodas —rodó sus ojos—. Has estado en silencio la mayor parte del desayuno, y no eres así. ¿Qué anda mal?, ¿Debo golpear a alguien? —sonrió otra vez. Diablos, ¡Este tipo de Zayn Malik hacía que un ejército de mariposas marcharan dentro de mi estómago! Y tetas. Sí.

—Verás… —alargué la letra ‘s’ para permitirme pensar cómo soltar todo—. Es una historia algo cómica y… De seguro que te reirás por las ocurrencias que tienen ciertas personas… —solté un par de “jajá’s”, pero Él se mantenía serio. 

—Bien… —tomó asiento frente a mí de nuevo—. Explícame esa historia tan cómica que tienes guardada por ahí.

—Está bien, pero no te alarmes… Y si dices que no, todo bien también, no es que me importe. En absoluto —mordí mis labios y sonreí. Él observó mis gestos todo el tiempo, sin decir nada. 

—Te escucho, Melissa.

—Verás… —hice sonar mi garganta y comencé—: Resulta que hay un cartero en mi distrito llamado Ernie. Es mi cartero estrella al cual yo quiero un montón, por lo tanto, lo considero como un abuelo —noté que Zayn se tensó un poco. ¿Qué?, ¿Acaso también estaba celoso de Erns?—. Bueno, resulta que el otro día Él me preguntó si yo tenía novio… Y le dije que sí, porque aún estaba bien con Niall y pensé que éramos algo.

—Basura —comentó.

—Sí, basura —me encogí de hombros y me crucé de brazos—. Pero el gran tema que me acompleja viene aquí. Ernie me contó hace unas noches atrás que había visto a un hombre moreno, de cabello negro y buen porte afuera de mi departamento… —Zayn se puso más incómodo aún con mi relato, lo que me daba a comprender que sí, había sido Él—. … El hombre lucía desesperado por hablar conmigo y disculparse y…

—¿Crees que era yo? —su actitud tierna y atenta que había tenido en la mañana desapareció por completo, dejándome confundida—. Porque te lo digo ahora, no. No he sido yo.

—Ni siquiera pensé que eras tú. ¡Deja terminar! —rodé los ojos y ambos nos miramos con el ceño fruncido—. Ernie me invitó a una cena en su casa hoy en la tarde, con su esposa y mi supuesto novio… Y tú eres el único que encaja en esa descripción —suavicé mi mirada y chasqueé la lengua—. ¿Puedes ir conmigo?

—¿Quieres que sea tu novio? —inquirió, ladeando su cabeza.

—¡No!... ¡Sí! Quiero decir, no. Duh. —sonreí avergonzada—. Sólo quiero que vayas conmigo esta noche y actúes como tal. Es a las siete de la tarde, y quizás nos quedemos dos horas. No más… Por favor, ayúdame. Ernie es importante para mí y necesito darle una buena impresión.

—¡Quieres que sea tu novio? —preguntó otra vez. Su semblante era serio.

—¿Sí…? —contesté, haciendo que se tensara—. Pero solo por unas horas, te lo suplico…

—Vístete, iré a dejarte a tu casa.

—¡Pero no me has respondido! 

—Iré a dejarte, son casi las diez.

Se levantó de la silla que tenía frente a mí y desapareció dentro de una habitación que yo no había visto nunca. ¡Qué hombre más inestable! A las doce del día está feliz, pero a las doce con cinco minutos está totalmente enojado. ¡Es incluso peor que una mujer! 

Sin ganas de intentar hacerlo cambiar de opinión me fui a su pieza, recolecté mi ropa y me vestí, pensando al mismo tiempo qué excusa barata le tendría que dar a Ernie por asistir sola. 

Zayn’s POV.

Cerca de diez minutos más tarde me encontré aparcando el auto frente al edificio en que vivía Melissa. Eran las diez con un minuto, Olive no podía sacarme en cara nada porque había llegado a la hora. Observé a Melissa, quien estuvo completamente muda en todo el viaje desde mi casa y cuando iba a decir algo, salió de mi auto sin más... Pero segundos después volvió y exigió que bajase la ventana del copiloto.

—He estado pensando toda la maldita mañana sobre lo que dijiste sobre los penes… —se sonrojó al decir eso, por lo que reprimí una sonrisa—. ¡Y no! —gritó—. ¡No conozco el pene de Harry Styles! Adiós.

Me quedé bastante perplejo ante su confesión, y al mismo tiempo, muy, demasiado aliviado. 

Pensé en su propuesta nuevamente, pero no sabía qué hacer al respecto. Sería demasiado para mí y no sabría cómo actuar, ¡Y es más!, ¿Cómo iba a comportarme como su jodido novio? Ni siquiera podía pensarlo. No, no iba a hacerlo.

Marqué el número de Liam, necesitaba hablar con mi mejor amigo. 

“¿Dónde estás?” Gruñí, sin miramientos. 

“En casa. Estoy ejercitando un poco antes de ir al trabajo” Contestó pacíficamente.

“Voy para allá, necesito conversar”

“¿Estás bien? Suenas un poco acelerado…” Sugirió.

“No, no lo estoy.”

Y corté la comunicación. 

Estaba decidido a confesarle a Liam lo que me estaba pasando y no tardaría ningún segundo más. ¡No podía! Ya me estaba matando por dentro. 

Tomé la avenida Navy Pier por la izquierda y aceleré a ochenta kilómetros por hora. Encendí la radio de mi automóvil para escuchar algo más que mis estúpidos pensamientos y comencé a tararear la cancioncilla que ésta emitía. 

Yo. Estaba cantando. 

Cerca de las diez con quince minutos estaba en la dependencia Payne. Me bajé de mi carro y corrí hacia su entrada. Toqué la puerta con fuerza desmedida dos veces y mi amigo no tardó en salir a socorrerme. Abrió la puerta y apoyé mis manos en sus hombros.

—¡Amigo! —gritó Él, al ver mi cara de confusión—. Luces… Horrible. 

—Lo sé —sonreí algo nervioso al recordar que yo también le había dicho eso a Mel.

—¿Qué pasa? 

—Debo… Debo decirte algo —suspiré estrepitosamente y Payne frunció el ceño.

—¡Suéltalo! 

Retrocedí dos pasos lejos de Él, y tras dar una estúpida vuelta en trescientos sesenta grados y poner las manos sobre mi cabeza, admití:

—Tengo  la leve sospecha de que Hetfield me gusta. —gruñí, sintiéndome infeliz por estar contando mi verdad frente a otra persona—. Y mucho. 

Continue Reading

You'll Also Like

4.7K 365 11
Olivia quiere escapar de lo que catalogó como su infierno personal. La vida le pone a un desconocido en el camino y con él viene una oportunidad de s...
579K 91.1K 36
Park Jimin, un padre soltero. Por culpa de una estafa termina viviendo con un completo extraño. Min Yoongi, un hombre solitario que guarda un triste...
Issues By :)

Teen Fiction

285K 20K 77
"Él me mostraba el lado más amargo y crudo del amor, pero también me mostraba lo más dulce y maravilloso". 🏅No. 1 || #novelajuvenil || 05.08.18 🏅N...
843K 125K 101
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decían ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque s...