Este es un pedido de Anonimo ☺
Espero que te guste 💕
*Smut 😏*
⭐ ⭐ ⭐
Pov Brett.
Mi mirada se centro en mi pequeña y hermosa novia, mi brujita Atenea. La cual me estaba ignorando, al estar tan concentrada en reírse y divertirse con la estúpida de la Quimera, Theo Raekan.
La verdad no me interesaba mucho de lo que hablaban, pero el echo de que el estuviera tan cerca de mi compañera no me gustaba para nada, menos que menos que la toque o la abrace.
Lori: ¿Brett, estas bien?
Brett: excelente.
Lori: ¿entonces, porque hueles a celoso?
Brett: es que… Atenea esta muy cerca de Raekan.
Lori: ¿otra vez con eso? Ellos son mejores amigos, hermano.
Brett: igual, no me gusta.
Vuelvo a centrar mi mirada en ellos dos, perdiendo toda paciencia, al ver como Raekan la estaba por besar si no fuera porque ella le aparto la cara “de forma amistosa".
Fui hacta donde ellos estaban, que por cierto estábamos en el Loft de Derek. Agarro a Atenea como costal de papas, tapando su trasero por el echo que llevaba falda y no quería que nadie viera lo que era mío. Sin decir nada y escuchando algunas risas de la manada, voy hacta mi coche.
Aunque en vez de sentirla en el asiento de copiloto, me siento en el de piloto con ella a horcajadas encima mío. Comenzó a conducir con ella encima, hacta llegar al bosque. Era el lugar más cercano y solitario que teníamos, ya que nuestras casas quedaban lejos de aquella dirección.
Sin dejara hablar siquiera, la agarro de las caderas estampado mis labios contra los suyos crenado un beso hambriento y fogoso. Ella me lo respondió al instante, intentando seguirme el paso, reposando sus manos en mi pecho mientras las mías se colocaban debajo de su falda apretando su trasero.
Atenea: Brett…
Brett: quiero escucharte princesa, quiero que todos se enteren de quien eres. Quiero hacerte mía y que tu me hagas tuyo.
Ella sonrió de forma picara y un tanto divertida, para volver a besarme, esta vez comenzando a quitarme la camiseta, mientras yo la ayudaba con la suya. Sus manos recorrieron todo mi torso hacta llegar a mi pantalón, desabrocharlo y comenzar a jugar con mi falo sobre la tela de mi bóxer.
Yo aproveche para romperle su falda, para facilitarme el camino a sus bragas. Aunque recibí un quejido de su parte, que se volvió un gemido ahogado contra mis labios, cuando comencé a hacer círculos sobre su clítoris. Ella tiro la cabeza para atrás, dejándome una perfecta imagen de su cuello y pechos, todavía cubiertos por su sostén de encaje.
Me acerque a su cuello, comenzando a dejar besos húmedos y ligeras mordidas con mis dientes lobunos, para su dejar mi olor en ella y dejar marcas. Mientras que a todo esto, yo seguía jugando en su intimidad mojándola más y más.
Al final en un movimiento desesperado por sentir piel con piel, le termine rompiendo también la ropa interior. Jugué por unos segundos mas con mis dedos, en su entrada dejándola muy mojadita para mi.
Atenea: me debes r-ropa interior… ahg… y una falda.
Brett: no te preocupes amor. Te comprare lo que quieras, pero la lencería me la dejas a mi.
Ella soltó una risa ahogada, saque mis dedos de su parte baja, viendo como estos estaba cubiertos por sus jugos, para después poder alinear mi miembro y comenzar a introducirme lenta y tranquila mente en ella, sintiendo como la llenaba y como ambos gemíamos en la boca del otro.
Atenea: Brett… por favor…
Brett: ¿que quieres, mi Brujita?
Atenea: follame. Márcame. Por favor..
Sin previo aviso, salí de ella para volver a entrar de una sacándole el aire, y poniéndole los ojos en blanco. Sus gemidos se hicieron presentes, en el carro, mientras yo entraba y salía de ella con fuerza y rapidez, manejando la velocidad mientras la tomaba de las caderas.
Con una mano aproveche para tirar a tras el asiento, quedándome totalmente acostado y por la sorpresa ella se termino callando en mi pecho, sin dejarle un segundo de respiro la tome por el trasero moviendo con fuerza y dureza, mientras ella ahogaba sus gemidos en la curva de mi cuello.
Brett: quiero escucharte, princesa.
Atenea: Brett…
En un movimiento rápido, sentí como toque su punto G. Además, de tener en cuenta que ella pego un gritillo. Así que rápidamente acelere mis embestidas tocando su oreja ese punto logrando escuchar sus gemidos a más no poder.
No se cuanto tiempo seguimos así, pero cuando nos vinimos yo aproveche para morder entre su cuello y hombro, para así marcarla sobre la vida marca que ya hacia allí.
Brett: mia?
Atenea: tuya. Mío?
Brett: desde siempre y para siempre.
De un movimiento de su mano, quedamos en el garaje de mi casa. Con sumo cuidado nos saque a ambos para ir en dirección a mi cuarto, donde deje a mi Brujita en la cama, fui a buscar una toalla para limpiarla y luego acostarme a su lado.
Atenea: celosos.
Brett: ya duerme, Brujita.
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