Reina el amor duele (COMPLETA...

Oleh Saxney_

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ojos grises. pelo negro azabache. brazos con más tatuajes de los que puedes contar y una mirada escalofriante... Lebih Banyak

antes de leer (?)
sinopsis
epígrafe.
prólogo.
capitulo 1🔪🩸
capítulo 2🔪🩸
capítulo 3🔪🩸
capitulo 4🔪🩸
capítulo 5🔪🩸
capítulo 6🔪🩸
capítulo 7 🔪🩸
capítulo 8🔪🩸
capítulo 9🔪🩸
capítulo 10🔪🩸
capítulo 11🔪🩸
capítulo 12🔪🩸
capítulo 13🔪🩸
capítulo 14🔪🩸
capítulo 15🔪🩸
capítulo 16🔪🩸
capítulo 17🔪🩸
capítulo 18🔪🩸
capítulo 19🔪🩸
capítulo 20🔪🩸
capítulo 21🔪🩸
capítulo 22🔪🩸
capítulo 23🔪🩸
capítulo 24🔪🩸
capítulo 25🔪🩸
capítulo 26🔪🩸
capítulo 27 (pt.1 🔪🩸)
capítulo 27 (pt. 2🔪🩸)
capítulo 28🔪🩸
capitulo 29🔪🩸
Capitulo 30🔪🩸
capítulo 31🔪🩸
capítulo 32🔪🩸
capítulo 33🔪🩸
capitulo 34🔪🩸
capítulo 35🔪🩸
capítulo 36🔪🩸
capítulo 37🔪🩸
capítulo 38🔪🩸
capítulo 39🔪🩸
capitulo 40🔪🩸
capítulo 41🔪🩸
capitulo 42🔪🩸
capítulo 43🔪🩸
capitulo 45🔪🩸
capítulo 46🔪🩸
capítulo 47🔪🩸
capitulo 48🔪🩸
capítulo 49🔪🩸
capítulo 50🔪🩸
capítulo 51🔪🩸
capítulo 52🔪🩸
capítulo 53🔪🩸
capítulo 54🔪🩸
capítulo 55🔪🩸
epílogo
<3

capitulo 44 🔪🩸

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Oleh Saxney_

Han pasado exactamente 6 días desde la cita en el cementerio y tengo que admitir que fueron unos días con miles de cosas que hacer. Las tareas, los entrenamientos por la tarde y las largas caminatas por el bosque me dejaron en la misma mierda.

Ojeras y moretones es lo que describen mi cuerpo y cara en estos momentos.

Había avanzado muchísimo en el entrenamiento con los cuchillos sin embargo la universidad estaba siendo una tortura, el profesor de ciencias políticas, el de psicología y la de fotoperiodismo se había contactado conmigo para saber si me encontraba bien o si necesitaba ayuda con alguna cosa.

— Tuve algunos problemas familiares pero ya está todo bien— les había dicho a la vez que les prometí entregar todos y cada uno de los trabajos para el martes.

Los insaciables ruidos de la cafetería, la risa de Penny y la voz de Bastián no resultan ser más que una distracción. Así que cierro el libro de psicología que estaba leyendo y miró a ambos entrecerrando los ojos.

— Podrían hacer silencio.— les pido pero ellos se dirigen una mirada cómplice y comienzan a reír.

—¿Cuántos trabajos tienes que hacer?— Pregunta Penny.

— Seis de fotoperiodismo, dos de psicología y cuatro de ciencias periodísticas—le respondo mientras pongo mi frente sobre la mesa alejando la bandeja de comida y cuadernos.

Bastián agarra las preguntas de los trabajos de psicología y comienza a leer las preguntas en voz alta mientras acompaña aquella acción moviendo las manos.

— Estos dejamelos a mi. Son pan comido.— acaba diciendo y mis ojos comienzan a brillar de emoción.

—¿En serio?— pregunto.

— Son una tontería, yo los hago y luego tú los repasas por si te preguntan algo— Bastián guarda las hojas en su mochila y luego le da un largo sorbo al jugo de manzana que tenía a un costado.

Penny chequea las demás hojas y mientras ella hace eso yo observo la curita que lleva en la frente, el golpe que había recibido comenzaba a sanar y por eso mismo había optado un color violeta oscuro que desentonaba bastante con el color de su piel.

—¿Y si vamos al departamento, acabamos con todos tus trabajos y luego nos vamos de fiesta? Escuché que Raymond dará una fiesta esta noche.— dice Penny.

Me haría bien salir de fiesta, despegar un poco mi mente de tanta tarea y entrenamiento pero por algún motivo la idea no acaba de ser de mi agrado.

— ¿Van a salir esta noche?— Victoria se sienta en nuestra mesa inundando todo el lugar con el aroma a rosas de su perfume que me recuerda a cuando seguí a Devon hasta el edificio abandonado.

—¿Chloë?— preguntan Bastián y Penny al mismo tiempo.

(...)

¿Cuáles fueron las principales fotografías de periodísticas que marcaron a la humanidad? Decía la última pregunta del maldito trabajo de fotoperiodismo que estaba por acabar.

Penny ya había terminado de hacer cuatro trabajos de ciencias políticas, Bastián en un abrir y cerrar de ojos hizo los de psicología y cuatro horas después de comenzar a estudiar logre terminar los de fotoperiodismo.

— Me salvaron la vida esta noche.— afirmo una vez ya guarde todos los trabajos en folios distintos para que no se pierdan.

— Ahora debemos irnos asi que cámbiate y vamos— dice Penny mientras se sube el cierre del short engomado que se puso.

Salgo disparada a mi cuarto donde me pongo un vestido ajustado negro, unas zapatillas converse, un poco de sombras marrones y brillo de labios.

Una vez estoy lista me pregunto por unos segundos en sí debería avisarle a Devon algo al respecto pero rápidamente descarto esa idea cuando me siento tonta.

— Pero que preciosa.— dice Penny cuando me ve salir— Ese vestido te queda de diez.

Bastián golpea la puerta del departamento y seguido de esto entra al lugar con Dylan, su compañero de cuarto, siguiéndolo detrás. Estos dos traen consigo una mochila con varias botellas de alcohol que según ellos es para hacer previa antes de ir.

Debí saber que tomar antes de tiempo solo haría que las cosas salgan mal pero no, como los demás querían hacer previa hice lo mismo que ellos.

Para cuando llegamos a la casa mi cuerpo ya estaba relajado y en un estado que claramente me decía que estaba entrando al mundo de la ebriedad. ¿Pero qué más daba? Comportarme como un adolescente normal tampoco era un crimen.

— ¿Qué tal vienen las cosas con Devon?— pregunta Penny cuando nos sentamos en un sillón.

— Genial— le doy un sorbo a la botella de cerveza— nunca creí que él podría llegar a tener un lado sensible.—me quedo en silencio por unos segundos mientras dejo que la música se coloque en el medio de nuestra conversación— ¿Y Connor y tú que tal?

La rubia también le da un trago a su bebida y luego de un suspiro sale de sus labios.

— Se que las cosas se van a poner difíciles.— sus ojos se empañan pero levanta la cabeza para mirar el techo y evitar que las lágrimas rueden por sus mejillas.

— Ey, tranquila.— estiro mi mano para tocar la suya y noto que tiene un anillo dorado que me resulta familiar — No llores porque voy a llorar contigo— digo intentando animarla.

Penny aparta su mano de la mia mientras me sonríe.

— Voy a ir hasta el baño, cuando venga Bastián dile que enseguida regreso.

—¿Quieres que te acompañe?— pregunto.

—No, está bien si no perderemos el lugar.

Rizos desaparece entre la multitud de personas y me quedo sola en el sillón tomando cerveza y mirando cómo las personas bailan.

Solo me quedaré una hora más a lo mucho. Pienso ya que mañana por la mañana también tengo entrenamiento.

Bastián aparece por unos segundos pero con la misma rapidez que aparece desaparece diciendo que va ir hasta arriba a lo que solo sonrió y asiento.

— Cree que tiene alguna chance de ligarse a alguien— dice Dylan riendo— le dije que se quitara esa camisa floreada, que lo hacía lucir ridículamente tierno.

— Creo que se le ve bien— respondo mientras le doy el último trago a la cerveza.

Dylan me mira por unos segundos y luego chasquea los dedos— Tú estas con Monssonman ¿Verdad?

Entrecierro los ojos mientras pienso en que responder ¿Estoy con él?

—Algo así.— le digo.

— Se rumorea que es un asesino— me cuenta como si fuese un secreto que nadie debe oír.— Y que para desayunar toma sangre.

Una carcajada sale de mi garganta y él también se ríe, si tan solo supiera que lo que Devon hace es peor que tomar sangre de desayuno.

— No se de donde salen eses rumores pero no es un vampiro— le respondo mientras me pongo en pie y le digo que voy a ir por algo de tomar, que se quede cuidando el asiento para que nadie lo ocupe.

Cuando llego a la barra le pido un cóctel de vodka con zumo de piña y naranja, una mezcla rara que producirá algo nada bueno en mi estómago.

Minutos después el alcohol claramente me esta jugando una mala pasada, llevo varios minutos caminando entre la multitud sin rumbo alguno. Quiero encontrar a Bastián y Penny pero no hay rastros de ellos por ninguna parte, me siento mareada y las ganas de vomitar todo el alcohol ingerido no faltan.

Me siento en una silla que esta en un rincón alejado de todo barullo para recuperar el aliento y concentrarme en volver con mis amigos. ¿Cuánto había bebido? No lo sé.

Busco en mi bolsillo hasta encontrar mi celular para enviar un mensaje pero... ¿A quién? Mis amigos estan perdidos por la casa, mi madre a miles de kilómetros y a Devon no lo puede llamar de ninguna forma en este estado.

—¿Hola?— dice él del otro lado del celular.
 
Bien. La acabo de joder.

— Cuervo, lo siento— digo mientras bebo el último trago del vaso de cerveza.— No era mi intención molestarte.

—¿Estas borracha?— pregunta y estoy casi segura de que ha brincado de la cama.

—¿Sabes? Creo que sí.

Corto la comunicación y vuelvo a ponerme en pie mientras me tambaleo para ambos lados, el celular vuelve a sonar pero ignoró la llamada y en cuanto lo hago me acuerdo de lo raro que había sido como se corto la llamada con mi madre. Vuelvo a encender el celular y marco su número pero no me da y simplemente me lleva a la casilla de mensajes.

Raro.

Ella siempre atiende las llamadas, sea la hora que sea siempre duerme con el celular a un costado de la cama por si la llaman de la empresa o algo.

Cuando Devon vuelve a llamar lo atiendo y la firmeza de su voz me deja congelada en el lugar.

—¿Dónde demonios estás?

— En una fiesta— le respondo mientras camino hasta la barra para pedir un vaso de cerveza.
 
—¿Sólo uno?— responde el chico y yo asiento.

— Chloë, no bebas más voy para ahí— dice y creo que ya se ha subido al auto— ¿La fiesta de quién es?

El chico de la barra me da el vaso de cerveza y en cuatro largos tragos me lo termino.

— Creo que Penny dijo que en la fiesta de Raymond, no sé quién sea ese pero estoy en su casa.— le digo y entonces veo a Harley a lo lejos— Oh, está tu hermano.

Espero unos segundos por su respuesta pero al ver que solo hay silencio guardo mi celular en el bolsillo y caminó hasta el hermano del Cuervo.

Harley, el chico de piel morena que se había convertido en algo así como un ¿Amigo? Quizás, no lo sé. Con todo el tema de los asesinos y psicópatas no sé quién realmente es mi amigo y quien finge serlo para matarme minutos más tardes.

— Chloë, —dice sorprendido cuando me ve.

— Harley.— saludo.

— Creí que estabas con los entrenamientos y todo eso.— dice elevando la voz para que no se pierda entre la música.

— Lo estoy, pero quise salir para despegar un poco la mente.

Mis piernas fallan por tanto alcohol ingerido así que le pregunto si podemos salir afuera para respirar algo de aire fresco y en cuanto lo hacemos tiro al jardín el vaso vacío de cerveza. No más alcohol, debía estar viva para mañana por la tarde tomar un avión e ir a ver a mi madre.

— No deberías beber tanto— dice mientras sonríe y me ayuda a sentarme en los escalones que hay en la puerta principal.

— Lo sé, solo quería fingir ser un adolescente más sin asesinos de por medio— Harley niega con la cabeza entonces me apresuro a corregir— No me estoy quejando, solo que luego del diecinueve nada será del todo normal.

— Será mejor— asegura.

—¿Lo crees?

— Si, significa que Devon va en serio contigo.

Un ligero viento hace que mis pelos revoloteen por mi rostro y tenga que atarlos en una cola de caballo baja.

— Me llevo a una cita por el cementerio— le cuento sintiendo como se alargan cada una de las palabras por el alcohol.

— Siempre tan romántico— dice mientras ríe y le da un trago a su bebida azúl.

— Fuimos a la tumba de sus padres,— continúo mientras el recuerdo de su voz triste contame un trozo de su historia me inunda— No quiero hacer nada para lastimarlo.

Apoyo mi cabeza en su hombro mientras él comienza a acariciar mi mejilla con movimientos dulces.

— No llores.

Mierda. 

— Lo siento, es que no lo sé... Estuve apunto de traicionarlos, creí que entregar mi estúpido informe a los policías me ayudaría a alcanzar la fama.— mi respiración se entrecorta— Y ahora Evans no confía en mí pero yo te juro que eliminé todo, lo tire al fuego.

Un auto negro se estaciona delante de la casa y limpio rápidamente mis lagrimas al ver que es Devon quien baja del vehículo.

— ¿Qué es lo que pasa contigo?— pregunta con un tono de voz entre molesto y preocupado.

— Solo quería divertirse— responde Harley.

— Divertirse mis bolas, ¿Que tal si te pasaba algo?— me tiende su mano para ayudarme a ponerme en pie y yo la acepto.

— No paso nada,— le contestó y en cuanto sus ojos grises se posan en mi me jala de la mano y me atrae a su cuerpo en una especie de abrazo raro.

— Tú vuelve con cuidado, no andes hasta tarde — le dice a Harley quién asiente con la cabeza.

En cuanto me monto en el auto las ganas de vomitar me invaden y acabo devolviendo todo sobre el césped verde, Devon me aparta algunos mechones que se han escapado de la colita para que no los ensucie y cuando por fin termino me ayuda a entrar al auto nuevamente sin decir una palabra.

(...)

— Vamos,— Murmura mientras me ayuda a quitarme el vestido ajustado que llevo puesto— Acuéstate, voy a buscar una botella de agua para que tomes.— dice y desaparece por la puerta de su habitación.
 
El mundo da vueltas bajo mis pies así que me siento al borde de la cama mientras me quito el brasier y lo dejo a un costado, las ganas de vomitar habían aminorado pero todo parecía ir de mal en peor.

Definitivamente no me sentía bien.

— Te dije que te acostaras— dice entrando con una botella de agua y cerrando la puerta del cuarto.
 
Se sienta a mi lado mientras intenta pasar por alto el hecho de que solo llevo puesto las bragas, lo miro por unos instante y vuelvo a pensar lo mismo de siempre. ¿Como coño puede ser tan misterioso, caliente, sexy y peligroso a la vez?

—Toma un trago para mañana no tener tanta resaca ya que vamos a entrenar de todas formas.— acepto la botella, tomo un largo trago y se la devuelvo.

Su ojos bajan por una milésima de segundo a mis pechos pero rápidamente aparta la mirada mientras su mandíbula se tensa y deja la botella de agua en el suelo, por mi parte sonrío y coloco una de mis manos en su polla que no tarda en reaccionar.

—Chloë, no— Dice quitando mi mano con lentitud—Estas ebria.

Yo sonrío aún más.

—Yo quiero.

—Yo también, pero así no.—responde.
 
Me subo a sus piernas mientras envuelvo su cuello con mis manos y comienzo a hacer círculos lentos con mi cadera.

—¿Si no quieres porque estás tan duro?—susurro y él sonríe y niega con la cabeza.

— Siempre se pone así cuánto te veo— Suelta mientras me toma por la cintura y me aparta de encima suyo —Ahora solo duerme, mañana verás el castigo que te espera por torturarme de esta manera.

Me acuesto en la cama y él también.

Pasamos unos segundos en silencio pero justo antes de caer rendida en el mundo de los sueños lo escucho decirme:

— Aeternum.

Entonces me doy vuelta para quedar cara a cara con él.

— ¿Que significa eso?— susurro mientras le quito un mechón de pelo de los ojos.

— Significa voy a matarte si vuelves a tomar de esa manera.— espeta haciéndome reír.— No te rías, voy a matarte enserio.

Bien, esa última oración podría ser tanto literal como una simple broma viniendo de él.

Aeternum: Palabra que se utiliza en la expresión latina in aetérnum, que significa 'para toda la eternidad'

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