Reina el amor duele (COMPLETA...

Von Saxney_

4.6M 339K 115K

ojos grises. pelo negro azabache. brazos con más tatuajes de los que puedes contar y una mirada escalofriante... Mehr

antes de leer (?)
sinopsis
epígrafe.
prólogo.
capitulo 1🔪🩸
capítulo 2🔪🩸
capítulo 3🔪🩸
capitulo 4🔪🩸
capítulo 5🔪🩸
capítulo 6🔪🩸
capítulo 7 🔪🩸
capítulo 8🔪🩸
capítulo 9🔪🩸
capítulo 10🔪🩸
capítulo 11🔪🩸
capítulo 12🔪🩸
capítulo 13🔪🩸
capítulo 14🔪🩸
capítulo 15🔪🩸
capítulo 16🔪🩸
capítulo 17🔪🩸
capítulo 18🔪🩸
capítulo 19🔪🩸
capítulo 20🔪🩸
capítulo 21🔪🩸
capítulo 22🔪🩸
capítulo 23🔪🩸
capítulo 24🔪🩸
capítulo 25🔪🩸
capítulo 26🔪🩸
capítulo 27 (pt.1 🔪🩸)
capítulo 27 (pt. 2🔪🩸)
capítulo 28🔪🩸
capitulo 29🔪🩸
Capitulo 30🔪🩸
capítulo 31🔪🩸
capítulo 32🔪🩸
capítulo 33🔪🩸
capitulo 34🔪🩸
capítulo 35🔪🩸
capítulo 36🔪🩸
capítulo 37🔪🩸
capítulo 38🔪🩸
capítulo 39🔪🩸
capítulo 41🔪🩸
capitulo 42🔪🩸
capítulo 43🔪🩸
capitulo 44 🔪🩸
capitulo 45🔪🩸
capítulo 46🔪🩸
capítulo 47🔪🩸
capitulo 48🔪🩸
capítulo 49🔪🩸
capítulo 50🔪🩸
capítulo 51🔪🩸
capítulo 52🔪🩸
capítulo 53🔪🩸
capítulo 54🔪🩸
capítulo 55🔪🩸
epílogo
<3

capitulo 40🔪🩸

57.2K 4K 886
Von Saxney_

Devon Monssonman.


—Eres un idiota si crees que podrás cambiar el tema de conversación con esto.—declara mirando mi boca.

—¿Y no puedo?—pregunto mientras paso la lengua por mi labio inferior haciendo que sus mejillas se ruboricen.

—No.—afirma segura.

Le doy la espalda para comenzar a caminar hacia el escritorio y sentarme en la silla que este tiene al lado, tal y como aquella primera vez.

Sus ojos azules se encuentran con los míos y no puedo evitar sonreír ante su ligero nerviosismo.

—¿Y que te hace pensar que no puedo?—cuestiono haciendo que aparte la mirada.

Me enloquecía demasiado el hecho de pensar que su corazón va tan rápido como el mío.

—Que continúes hablando conmigo.—dice luego de unos instantes.

A pesar de que no podía saberlo con seguridad pondría mi mano en el fuego y juraría que jamás me traicionaría, ella ya era parte de nosotros había asesinado y guardado secretos. Que quemara toda la evidencia representaba más que simplemente papeles reducidos a cenizas, Evans estaba esperando el momento justo en el que ella fallará para acabar con su vida, para asesinarla, pero Chloë era astuta y no había dado ningún paso en falso.

Sola una advertencia. Habían dicho Connor y Evans, claro me había obsesionado con una estúpida estudiante de periodismo que estaba empecinada en acabar con nuestras vidas solo por un poco de reconocimiento.

— ¿Acaso quieres saber más de pasado para hacer una biografía de mi vida en tu artículo?

Cuando creo que mis palabras la han dejado pasmada suelta una larga y fuerte carcajada que inunda el salón de clase, sus ojos se mantienen firmes en mi, está esperando a que continúe para saber hasta dónde se pero no hago nada de lo que ella espera. Solo me limito a guardar silencio.

Ella estaba jugando con recursos básicos de psicología sin saber que yo estaba en otro nivel por lo que los papeles se invierten a mi favor, jamás le haría daño pero me agrada el hecho de que crea que si.

Con un movimiento lento y delicado saco el arma de fuego que llevo a la espalda, por unos segundos se respira un aire denso y eso provoca que una cínica sonrisa se abra paso en los labios rosados de la chica que está delante mío.

— Que bonito y metafórico.—dice con seguridad pero la voz le falla en la última palabra— ¿Vas a matarme donde todo comenzó?

— ¿Todavía dudas de mi capacidad para cambiar el tema de conversación?— la pregunta la desconcierta haciendo que su rostro se vuelva una mueca insegura.

Suelto un suspiro, áspero, tosco inundando las cuatro paredes cargadas de silencio. Quería llevarla a la locura, quería saber hasta dónde era capaz de llegar e impulsarla hasta sus límites aunque eso significaba hacer una estupidez. 

Vuelvo a tomar el arma en mis manos sintiendo el metal frío sobre mis dedos, Chloë se para aún más derecha ¿Que intentaba probar? ¿Que era valiente...? 

Le doy el objetivo y con la duda carcomiendo sus ojos lo toma en sus manos.

Las palabras fuertes y claras salen de mi boca antes de que pueda detenerlas.

— Disparame.

Su cuerpo se encorva ligeramente mientras una sonrisa irónica vuelve a hacer presencia en su rostro. Claro, era algo absurdo lo que le estaba pidiendo.

—¿Que paso con la valentía que supuestamente tenías, hum?

Debía provocarla si quería saber hasta dónde es capaz de llegar, debía meter el dedo en la herida y hacer que se arrodille de dolor para que haga lo que quiera aunque eso significaba sacar sus peores recuerdos a la luz.

—¿Tienes miedo? ¿O tener el arma en la mano te recuerda a cuando tu padre casi te mata?— Mis palabras eran pequeñas espinas clavándose en su escudo, un escudó que se había creado con los años para que nadie vuelva a dañarla de aquella manera tan horrible.
 
Su mira se levanta con rapidez y resulta ser fulminante, sus manos tiemblan. Los recuerdos la están atormentando.

Yo había logrado contarle lo que me había ocurrido, sin embargo todo lo que sabía de su pasado era algo superficial y sin ninguna valor.

— Comienzas a darme lástima, Chloë.— ella se muerde con fuerza la parte inferior del labio— Te estoy pidiendo algo que requiere valentía olvidando por completo que tu apodo es Bambi, siempre corriendo atemorizada...

—¡Basta! —El grito cargado de cólera irrumpe en el salón.

—Dispárame, ¡Vamos, hazlo!— retruco haciendo que levanté el arma y apunte directo a mi corazón.

—Ni siquiera debe tener balas— gruñe.

— Entonces dispara, joder.

Su dedo índice se coloca en el gatillo y un clic seguido del disparo ensordecedor  llega a mis oídos haciéndome sentirme satisfecho, mis hombros se tensa al ver cómo el arma cae al suelo y luego ella no hace más que romper en llanto. Había disparado hacia el techo.

Odio ver su preocupación pero también adoro el hecho de pensar que si tuvo las agallas de disparar cuando le dije que debía hacerlo, eso demostraba que estaba a la altura. Desesperada por sobrevivir y escapar de sus pensamientos.

Le tiendo la mano pero ella niega con la cabeza mientras con la manga de su camiseta elimina todo rastro de humedad, se pone en pie e intenta irse pero la detengo con rapidez. Ahora está mirándome de esa manera que suele hacer cuando intenta comprender, es como si pudiera entran en mi mente con tan solo una mirada.

No me gusta para nada esa sensación que me transmiten sus ojos.

— ¡Imbécil! Podría haberte matado.—dice, sus rostro vuelve ser un mar de lágrimas pero ya no me observa con terror si no que me mira furiosa y desafiante.

— Pero no pasó— le recuerdo.

La atraigo hacia mi haciendo que quede demasiado cerca, su respiración es áspera y su mirada aún luce como el fuego.

— No quiero continuar con esto— responde en un susurro— Ni siquiera se si vale la pena, mate a un hombre, fui cómplice de asesinato y ahora casi acabo con tu vida en un intento estúpido de mostrarte que si doy la talla... No puedo, no soy lo suficiente.

¿Que no era lo suficiente? Tenía delante a una misma guerrera, había protegido miles de veces a su madre de su padre, había luchado para poder acabar el instituto con notas altas e intentar aparentar normalidad, había acabado en un centro de rehabilitación sin necesitarlo y aún así estaba de pie.

— Es la mayor idiotez que te oí decir, Bambi. 

— ¿Por qué demonios no me asesinaste?

Había pensado siento de veces en ese momento, en su sangre recorriendo mis manos en sus ojos sin vida y en cómo se escucharían sus últimos sonidos. Pero la realidad era que no quiera hacerlo, cada vez que la observaba mi asombro por seguir viéndola aumentaba.

— Pensé varias veces en hacerlo— admito.— Pero no pude.

—¿Y por qué no?— indaga.

— Supongo que fue algo así como cuando el cazador debía matar a Blancanieves, iba seguro de lo que debía hacer pero al verla no fue lo suficiente fuerte.— respondo aún teniéndola cerca.

Pasando algunos segundos, sus ojos divagan por mi rostro y cuando creo que ya no dirá nada se coloca de puntillas de pie para darme un corto y delicado beso en los labios, su roce provoca que una nueva corriente eléctrica recorra mi cuerpo haciéndome sentir ese remolino de sensaciones que solo puede provocar ella.

La tomó por la cintura, no es un movimiento tierno si no que todo lo contrario, es brusco y cargado de un deseo irracional por hacerla mía, por curar todas esas heridas y apartar por completo toda inseguridad.

Beso su cuello, su clavícula y vuelvo a subir hasta su mejilla para escuchar el momento exacto en el que un suspiro de placer sale de sus labios provocando que se ponga tan tenso que mi entrepierna comienza a doler. 

Joder. ¿Es posible que solo un suspiro me ponga así?

La tomó del mentón para obligarla a mirarme, sus ojos me analiza con precaución como si yo fuera una peligrosa tormenta que puede arrasar con todo a su paso, niego con la cabeza mientras siento cómo sus manos acarician mi entrepierna. 

— Estás entrando a partida en el infierno sin saber que a quien te enfrentas es al diablo.— murmuró antes de que se ponga de rodillas.

— ¿Se supone que tú eres el diablo?—pregunta mientras que con un movimiento torturador baja el cierre de mi pantalón.

— ¿Por qué no lo averiguas?

Mis manos se enroscan en su cabello y la obligó a mirarme, un ligero rubor de vergüenza sube por sus mejillas y me niego a mi mismo la opción de reaccionar como un impulsivo y hacerla mía en aquel instante, debía controlarme porque de no ser así todo acabaría mal.

Chloë pasa con lentitud sus manos por el borde del bóxer y lo baja poco a poco, toma mi polla en sus manos y cuando está por llevarla a su boca me aparto sin darle ninguna explicación. Miró con atención cada detalle de su gesto de confusión y niego con la cabeza mientras me vuelvo a subir el boxer.

— Quítate la ropa.— le pido.

— Quitamela— me reta y siento que mi polla va a explotar en cualquier momento.

— Bambi.— advierto.

Ella se está por poner en pie pero entonces le digo que lo haga de rodillas, pasan algunos segundos y finalmente comienza a quitarse la ropa para dejarme ver un conjunto de ropa interior completamente negro que hace resaltar aún más su piel pálida.

Doy unos pasos en su dirección y ahora sí dejo que sus manos desnuden mi entre pierna, en el momento en el que el boxer cae al suelo siento un alivio indescriptible que rápidamente es reemplazada por la necesidad de sentir su tacto.

— Ven aquí.—sesio.

Ella se pone en pie y en el mismo momento en el que lo hace la tomó de la cintura para cargarla en mis brazos y subirla al escritorio, de esta manera tenía una excelente vista de su cuerpo que aún llevaba ropa interior.

La pongo al borde de la mesa provocando que nuestras zonas íntimas se rocen ligeramente, nuestros labios se unen en un beso tosco que me lleva al borde de la locura, acarició con desesperación cada parte de su cuerpo y ella no hace más que aferrarse a mi espalda clavando sus uñas y dejando su huella con pequeñas líneas rojas en mi piel.

Nos separamos por unos instante para recojer aire y entonces aprovecho la oportunidad para escabullirme entre sus piernas, gesto que la hace abrir los ojos de par en par y tensarse en cuanto mi boca caliente hace contacto con su sexo. Una textura suave y algo resbaladiza me da la bienvenida mientras siento cómo su cuerpo se relaja para luego volverse a tensar al sentir como mi lengua se desliza arriba y abajo con lentitud, sus gemidos van al compás de mis movimientos cosa que resulta ser más excitante de lo que debería.

Siento mi polla hincharse hasta el punto de hacerme creer que va a explotar, levanto mi cara de sus piernas e introduzco dos dedos dentro de ella para comenzar a moverlos rápidamente haciendo que le sea imposible contener los gemidos, con la mano que me queda libre la llevó hasta su cuello para hacer que se recueste sobre el escritorio y seguido de esto retiro mis dedos para colocar mi polla en su entrada mientras acarició su abdomen con ambas manos.

1...

Suenan las sirenas.

2...

Es la policía.

3...

La miro a los ojos, los míos se oscurecen al notar lo excitada y deseosa que está de sentirme dentro. Respiró profundamente mientras escucho como se abre la puerta del establecimiento en un fuerte estruendo, saber que en cualquier momento la policía estaría aquí me pone aún más.

Inclinó la cabeza hacia delante cortando por completo el contacto de nuestra zona íntima, llevó mis manos hacia su espalda y desabrochó el brasier dejando al descubierto sus pechos para luego besarlos con lentitud, su espalda vuelve a curvarse y entonces no puedo aguantar más. Colocó nuevamente mi polla en su entrada pero esta vez ni siquiera lo dudo y la introduzco en una embestida brusca que la hace soltar varios gemidos, todo mi cuerpo de estremece y se enrojece de calor, me muevo con más velocidad mientras la tomo por las caderas para acomodarla nuevamente al borde del escritorio.

— Devon...— Gruñe intentando advertirme que la policía está cerca.

Sacudo la cabeza sutilmente haciendo que una sonrisa vergonzosa y traviesa se pose en sus labios,— Eres mía, dilo.

Ella niega mientras se muerde el labio inferior en un intento fallido por reprimir un gemido, siento mi polla palpitar. Está volviéndome loco.

La follo más fuerte y tan profundo que incluso la mesa cruje advirtiendo que si los movimientos siguen así de brusco está va a derrumbarse en cualquier momento, los gemidos de Chloë comienzan a retumbar por toda el aula.

—Dilo— exigo. Su respiración se vuelve irregular mientras coloco una de mis manos alrededor de su cuello nuevamente.

— No. — Dice en un suspiro haciendo que mi longitud se vuelva aún más grande y tensa— No soy tuya.

—¿Ah, no?— Gruño mientras aprieto aún más mi agarre en su cuello y la embisto con fuerza pero suavidad a la vez.

—No...—Sostiene en cuanto está por llegar al clímax y entonces me aparto haciendo que cierre los ojos con fuerza— ¿Que haces?—pregunta frustrada.

—No estoy interesado en alguien que no quiere acceder a ser mía— gruñó utilizando todo mi control para no volver a penetrarla con fuerza, el hecho de que se negara a hacer lo que yo quería era más excitante de lo que me gustaría admitir.

Los pasos comienzan a escucharse tan cerca que me veo obligado a quitarme la remera y lanzársela para que cubra su cuerpo.

— Esto no acaba aquí.—dice mientras observa cómo vuelvo a colocarme el boxer y subir mi pantalón dejando completamente cubierta mi erección.

—Claro que no, Bambi.—respondo comenzando a caminar hacia la ventana.

La policía está demasiado cerca y a estás alturas de seguro ya había rodeado el edificio, el disparo debío alarmarlos.

Observo el techo del aula y veo la pequeña ranura del ducto de ventilación, había pasado por ahí varias veces por lo que sabía a dónde llevaba cada camino. Me paro sobre el escritorio en el que segundos antes estaba Chloë recostada, tiró de la ranura y se abre rápidamente.

Le hago un gesto a la rubia para que también suba al escritorio y en pocos minutos cuánto los policías han entrado al salón nosotros ya no estamos ahí y tampoco hay evidencia de que lo estuvimos.

Weiterlesen

Das wird dir gefallen

321K 15.9K 48
Una historia que promete atraparte desde el principio hasta el final. Camila es una chica humilded, Ignacio Besnier es el heredero de un imperio empr...
23.2K 1.3K 82
Julian Anderson es un joven frio, sexy y multi millonario, gran empresario y dueño de varias empresas. Pero la perfección esconde un secreto, bajo to...
837 285 39
Sinopsis:: Sus carcajadas, su hermosa sonrisa y sus graciosas locuras, fue lo que llamó tanta la atención de ella. Ese chico chispa y activo de su gr...
15K 1.8K 60
A veces era ver a Perrie bailando mientras que ambos limpiábamos nuestro departamento. A veces era ver a Blas riéndose de alguna tontería que dije. A...