Sueños quebrados

By innnaaa_

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¿Qué ocurre cuándo lo único que te queda es la esperanza? Thebe se ha pasado toda su vida protegiendo y cuida... More

SINOPSIS
Sueños quebrados
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Epílogo

Capítulo 13

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By innnaaa_

13

"No cambiaría tu amistad por nada, nunca, nunca. Tu amistad es el mejor regalo."

-Winnie the Pooh

La amistad entre dos personas es algo maravilloso, el momento en el que sabes que puedes contarle cualquier cosa a una persona y tienes la certeza de que no te juzgara. Simplemente te dará su opinión más sincera. Ese tipo de amistad es precioso pero en cambio hay otro tipo... Del otro tipo es del que me gustaría hablar, la amistad sana la dejaremos para otro momento.

Existe una amistad que es como un móvil  mojado por el agua, intacto por fuera pero oxidado por dentro. Existen las amistades tóxicas, solo que son más difíciles de ver y aceptar que si fueran una relación romántica. Muchas veces he hecho referencia a ellas pero es un tema del que vale la pena profundizar.

Esas relaciones tienen bastantes alarmas que pueden saltar en cualquier momento, esta amistad no es ni mucho menos una amistad falsa todo lo contrario, es la amistad más verdadera dependiendo del punto en el que la mires. Donde nos dejamos llevar de formas inexplicables, cuando nos pasamos el día discutiendo pero luego cuando nos quedamos solos aunque también discutamos conseguimos enfrascarnos en una conversación interesante con miles de puntos de vista diferentes, miles de opiniones y de información. Nunca falta tema de conversación sabes que a su lado no te puedes aburrir y que aunque nunca os lo hayáis dicho y enfrente de los demás podáis parecer casi enemigos os queréis. Porque sois como hermanos lo que pasa es que a veces esa certeza no te deja ver la verdad de lo ocurrido. En esas discursiones os tratáis mal, os decís cosas horribles y después nunca os disculpáis. Ya sea por el orgullo o por creer que el otro a dicho cosas peores, y puede que sea así.

Al final comenzáis una rutina de mentiras, malos gestos y acciones. Sois malos el uno para el otro, todo lo que un día os ayudo ahora os está destruyendo y puede que no llores por ello, que llegue un momento que ni te importe lo que pase con vosotros dos porque eso también pasará. Aunque en el fondo siempre os vais a tener cariño. Él a sido uno de los pilares fundamentales de tu vida y aunque en su momento tú hubieras estado allí para él en todo quizás él nunca estuvo igual para ti. 

En ese momento debes coger toda la fuerza de voluntad que puedas y parar. Simplemente parar, decir un ya basta y dejar que las cosas sigan su curso porque al fin y al cabo solo es una persona más que ha pasado por tu vida y que se ha ido. Si esa persona no hubiera querido realmente marcharse, no lo hubiera hecho hubiera intentado hasta con su último respiro quedarse y estar ahí para ti igual que en su momento tú estuviste ahí para él.

No vivimos en un cuento en el que el final siempre sea fantástico o apoteósico. Hay veces que no hay final simplemente ocurre, la vida os lleva por caminos diferentes y eso está bien porque esa persona apareció en tu vida para enseñarte una lección y una vez la has aprendido se ha ido. Si piensas de forma positiva a estado el tiempo suficiente para aprender que hay veces que con un error es suficiente a veces estamos dando círculos por el mismo tramo del camino y tropezando con la misma piedra una y otra vez, y es bonito. Es bonito el momento en el que te das cuenta de que el camino que llevas siguiendo tanto tiempo es el mismo y coges la piedra la tiras entre los arbustos y sigues el camino de las flores en vez de volver a hacerte paso entre las plantas trepadoras. 

-Cerré el ordenador.-Cogí la chaqueta y la mochila a la vez que llamaba a Lyra y Samy. Salimos por la puerta las tres mientras Lyra saltaba de la alegría por finalmente ir al parque de bolas y Samy fingía que no le hacía la misma ilusión, aunque sinceramente actriz no iba a ser.

La semana pasada había terminado la primera tanda de exámenes. Ha estas alturas nos encontrábamos a finales de octubre y aunque falta bastante para navidad en mi casa ya notamos la presencia. Nunca nos han gustado las navidades, es una época en la que solamente recordamos el vacío que existe entre nuestros padres y nosotros, la mayoría de las navidades trabajan, menos los días como noche buena, noche vieja, año nuevo... Que solemos reunirnos con los abuelos y el resto de familiares en una comida en la que nos dedicamos a juntarnos con nuestros primos mientras nuestros padres fardan de la gran relación que tienen con nosotros, hay veces que se han inventado tantas cosas que solamente nos sale reírnos mientras los escuchamos desde la otra punta de la mesa.

Debería de comenzar a decidir a que universidad quiero ir o al menos a que me quiero dedicar, siempre me ha gustado bailar, escribir y cantar pero mis padres no saben nada de esto ni siquiera recuerdo si les conté que me gustaría estudiar en Australia.

En cuanto llegamos al parque de bolas Samy y Lyra comienzan a descalzarse para poder adentrarse en el parque. El parque es pequeño y hay una diminuta cafetería con unas mesas adorables a la que me dirijo, desde aquí puedo controlar todo lo que hacen y a la vez pensar en la forma en la que quiero presentar la canción que he escogido al equipo, la canción está clara será Haz de luz, Rayden.  Me gustaría hacer algo parecido al videoclip pero dándole una perspectiva diferente ya que sería muy difícil que de un momento para otro las animadoras y futbolistas se hicieran actores.

Tras unas horas nos fuimos del parque de bolas ya que tenía que hacer la cena y antes de ello pasear a los perros, cuando llegué se encontraban en el comedor Zach y Ilkay hablando. Me acerqué hacia ellos mientras mandaba a Lyra y Samy ponerse el pijama.

Ilkay nunca había venido a mi casa de imprevisto, y mucho menos si no estaba el resto del grupo junto a nosotros. 

-No sabía que ibas a venir.-Dije mirando a Ilkay, para después dirigir mi mirada hacia mi hermano,-Tampoco sabía que ibas a llegar tan pronto, tenía pensado hacer la cena y pasear a los perros con las peques pero si estas aquí podrías hacerla tú mientras yo paseo a los perros y ellas se ponen el pijama, intenta que se preparen la mochila. ¡Ah! Y los deberes ya los tienen hechos. Voy a pasear a los perrros ahora vuelvo. 

Zach ya parecía querer tirarse del pelo cuando estaba saliendo de la casa.

-Espera, te acompaño.-Dice Ilkay antes de que pueda cruzar el umbral de la puerta.

Maldecí hacia mis adentros, hoy me apetecía subir la colina necesito algo de tiempo para mí y mis comidas de cabeza aunque parece que hoy no es el día.

Ilkay se ofreció a llevar a uno de los perros y sin darle tiempo a elegir le di a Alger, pareció confuso pero tras explicarle los problemas que tiene Older con la socialización asintió con la cabeza sin darle mayor importancia.

-¿Por qué has venido a mi casa? ¿A pasado algo?-Digo tranquilamente.

-No, simplemente me encontré a tu hermano volviendo a casa y me invitó a pasar un rato con vosotros.

-Me alegro de que os llevéis mejor.-Digo sinceramente.

-No fue su culpa lo que pasó aquel día.-Parece culpable cuando lo dice.

-Todavía no me has contado esas horribles razones que os llevaron a esa terrible discusión.-Digo acordándome. Mi voz tiene un ligero tono de burla.

-Tienes razón, es la tercera vez que hablamos de esto.

-Entonces no te hagas de rogar y suéltalo ya.-Se me escapa una sonrisa.

-Quizás debería dejarte con  la duda para mantener el misterio, si no recuerdo mal es algo que a ti se te da muy bien.-Dice fingiendo pensar.

Le doy un empujón juguetón a lo que él suspira y comienza con la historia.

-El día de la fiesta nos contaron que uno de los novatos había puesto ketamina en varios vasos.

Directo y al grano, di que sí.

La sonrisa se me borra al instante, yo estuve sirviendo bebidas en la fiesta y no noté nada extraño en ellas aunque tampoco me fije lo suficiente para decirlo con total certeza.

-En cuanto nos enteramos quisimos saber quien era el imbécil que había hecho algo así, nos dijeron que había sido tu hermano entonces fue cuando pasó todo, luego apareciste tú y ya sabes como terminó.

Mi hermano no ha hecho eso, no hace falta que lo pregunte en voz alta sé que él no ha hecho algo así, lo conozco. Aunque para ser totalmente sincera se me pone la piel de gallina y casi no puedo hacer la siguiente pregunta.

-¿Y después?

-Descubrimos que tu hermano no había sido.

Gracias a Dios.

-Me lo imaginaba.-Asentí pensativa.

Ilkay me dedicó una pequeña sonrisa antes de continuar.

-La otra noche Niu te dijo que había estado contigo hablando ese día, aunque no lo recuerdes, nos enteramos de que estuvo todo el tiempo en el mismo lugar que tú sirviendo bebidas.

Mierda. Tendría que haberlo supuesto, aunque igual él no hizo nada. 

Te lo está diciendo el grandullón, ¿Vas a dudar de él?

No.

Bien, así me gusta.

Pero todos somos culpables hasta que demuestren lo contrario.

Idiota.

Ca...

CALLATÉ TÚ PESADA.

Vaya, que humos.

-Eso no demuestra nada, como has dicho yo también estuve allí.

-Es verdad, solo que lo vieron. Echo a todas las bebidas que pudo la droga y después entabló una conversación contigo mientras dejaba que nos peleáramos en el jardín.

Tiene sentido, aunque Niu siempre a sido muy bueno conmigo él estaba allí y ahora que lo miro desde otra perspectiva en la última fiesta quiso provocar a Ilkay aunque luego se vio amenazado y le falto tiempo para correr.

-¿Desde cuando sabes eso?

-Una semana después de que ocurriera.

-Por eso en la fiesta me ofreció bebida, Niu sabía que tú conocías la verdad de lo que pasó en la fiesta y quiso provocarte con ello.

Ilkay asintió mientras apretaba tanto los puños que los nudillos se le pusieron blancos.

-Pero... Mi hermano por qué.

-Para serte totalmente sincero tampoco es que estuviera muy sobrio como para pararme a pensarlo.

Ojalá pudiera enfadarme con él, pero cualquiera hubiera hecho lo mismo sin pensárselo dos veces o al menos Ilkay se paró ha hablar con él. 

Nos quedamos en silencio durante varios segundos y Ilkay comienza a balancearse de un pie a otro inquieto.

-No te enfades, de verdad que no sabía nada y tu hermano parecía culpable. Cuando fuimos a hablar con él ni siquiera lo desmintió comenzó a reírse y a burlarse de nosotros. Siento decirte esto pero no tiene mucho instinto de supervivencia.

Lo dice en forma de broma pero la verdad es que en lo que a supervivencia se refiere Zach y yo somos los reyes, si no lo fuéramos posiblemente seriamos uno de los drogadictos que se esconcen en los baños para hacerse un nuevo agujero en el cuerpo y evadirse un rato más. No me duelen las palabras, solo me recuerdan lo diferentes que somos. Él tiene una familia increíble, sus padres le quieren y intentan estar con ellos el mayor tiempo posible y aunque seguramente el grandullón se intuya como están las cosas en mi casa no se las podría imaginar ni aunque lo deseara. Ilkay me conoce, pero solo como la mayoría de personas de mi entorno. Al final del día siempre volvemos a ser mis hermanos y yo contra todo y todos. Puede que la autocompasión sea mi fuerte, realmente me importa bien poco. Hay que vivir algo para poder juzgarlo.

-Zach no se deja intimidar por nadie, tiene un instinto de supervivencia por encima de la media mundial eso te lo aseguro.-Me acerco a él fingiendo una postura amenazante.- Que los Breen no nos dejemos intimidar por ti y tus amigos no nos hace más insensatos.-Le digo apuntándolo con el dedo, aunque mi sonrisa me delata.

Ilkay me coge por la muñeca y me atrae hacia él hasta que nuestros rostros quedan a unos pocos centímetros de distancia, siento como su pecho se hincha con cada nueva bocanada de aire. Mi corazón se acelera notablemente y cuando alzo la mirada hacia él lo descubro mirándome los labios.

Gisli.

Es preciosa. Es tan bonita que no puedo evitar dejar de mirarla, tenerla tan cerca no puede ser bueno y menos sabiendo que a nuestros labios los separan unos pocos centímetros de distancia. Siento el impulso de romper el poco espacio que separa nuestros rostros y besarla, solo que no lo hago porque ella se aparta haciendo que sienta un insoportable frio en todos los sitios donde antes nos tocábamos. No puedo evitar sentir decepción, igual ella solo me ve como el amigo pesado que se a acoplado en su grupo, no la juzgaría si fuera así.

-Deberíamos volver ya, seguramente ya hayan preparado la cena y... eso.-Dice visiblemente incomoda.

-Claro, si quieres te acompaño.-Ahora parece más confusa que incomoda.

-¿Por qué? ¿No vienes?-Vaya, me ha invitado a su casa a cenar con su familia bueno con casi toda su familia. 

Igual es ridículo que me haga ilusiones pero el caso es que me las hago.

-Si tu quieres que vaya...-Me hago el interesante...

-¡Pues claro que quiero que vengas!-Dice indignada.

Punto para mí. RING, RING. ¡Quiere que vaya! 

-Está bien, solo por que tú me lo pides.-Digo dándole un toque juguetón en la nariz, fingiendo que mi corazón no se acaba de saltar un latido.

Llegamos a casa de Nala en una media hora y como ella predecía la cena ya está lista. Parece que todos daban por hecho que me quedaría a cenar ya que mi plato y mis cubiertos están sobre la mesa. Han preparado salmón y la verdad es que está riquísimo, las pequeñas se relamen los labios a cada bocado y estoy a punto de imitarlas.

De repente se escuchan varios truenos y al asomarme a la ventana como ya había intuido está lloviendo a cantaros, si la lluvia sigue así además de que posiblemente no podré irme a casa, el colegio seguramente será cerrado por unos días. Cosa que a todos nos alegrará.

-Tengo mantas arriba si quieres puedes dormir hoy con Zach y mañana cuando este más despejado llamas a tus padres para que te recojan.-Sugiere Nala a mis espaldas.

-¿A tus padres no les importará?

La mención de sus padres hace que un silencio incomodo se instale en toda la mesa, hasta los perros parecen notar el cambio de humor ya que nos miran con curiosidad. Al final es Samy la que me responde.

-Ni se enterarán.-Dice mientras se encoge de hombros.

Creo que lo que les había sorprendido no era la pregunta si  no la naturalidad con la que la había realizado, supongo que en una vida en la que tus padres son invisibles nunca esperas que exista la opción de que de verdad se preocupen o simplemente estén contigo. Samy y Lyra me darían muchísima pena si no fuera porque Zach y Nala las tratan como a sus propias hijas.

Está claro que sus padres no hacen de padres ni la mitad de tiempo del que deberían, sería un ingenuo si no me hubiera percatado pero de todas formas conocer a está familia es todo un torrente de risas y esperanza que nunca te esperarías. Está familia no la componen dos adultos estables y con un amor incondicional hacia sus hijos sino dos adolescentes que son una bomba de relojería a punto de explotar pero que al tener dos mechas más a los lados consiguen estabilizarse el mayor tiempo posible para no hacer un desastre. Solo por eso los admiro.

-Está bien.-Digo mientras le resto importancia al incomodo silencio que parece no querer irse de la habitación.

-¿Queréis que veamos una película?-Sugiere Zach.

Al momento Samy y Lyra se miran mientras en sus pequeñas cabezas comienza a crearse una idea mejor. Parece que todos estén conectados porque Zach y Nala se miran con una mueca de horror al instante. Yo al contrario estoy un poco perdido con la situación.

-¿Qué pasa?-Pregunto cada vez más confuso.

-Noche de juegos.-Escupe Zach.

-¡NOCHE DE JUEGOS!-Gritan las pequeñas al instante.

-¡YUPI!-Dice un muy sarcástico Zach.

Mientras suben los tres por la escalera para buscar los juegos me acerco a Nala que se ha quedado con la mueca de horror plasmada en el rostro. Ella no se da cuenta de que me encuentro justo detrás suya y me acerco hasta que mi boca roza su oído para pegar un pequeño grito.

-¡BU!-Grito mientras hago presión en su cadera para un mejor resultado.

-¡AHHHHHHHHHHHH!

PUM. 

-Me cago en...

-¡Mierda! Lo siento, lo siento.-Dice mientras se acerca preocupada.

Me he peleado bastante veces en toda mi vida pero lo que es que me crucen la cara nunca lo han hecho, normalmente no me gusta llegar a las manos. Pero esta mujer lo ha dado en el clavo, mano abierta y golpe seco el efecto es doloroso para que nos vamos a mentir. 

-¿Estás bien?-Dice mientras mira entre sus dedos asustada.

-Bueno...-Me sobo la mejilla.-Digamos que he estado mejor.

-¡Ha sido culpa tuya!-Dice indignada mientras me señala con un dedo acusador.

-Perdona por no pensar que podrías cruzarme la cara.

Ella parece estar pensando en algo cuando comienza a hablar.

-Mi abuela me solía decir una cosa.-Dice haciéndose la interesante.

-¿Y que cosa era?

-¡ACCIÓN, REACCIÓN!

Y me pega un empujón que consigue tirarme varios pasos hacia atrás mientras ella aprovecha para subir las escaleras corriendo, cuando consigo recuperarme de la sorpresa la sigo al mismo paso y consigo pillarla al final de las escaleras.

La cojo por la cintura y la elevo a la vez que doy vueltas.

-¡BAJAME!-Exige.

-Te estas portando muy mal hoy señorita.

-¡HE DICHO QUE ME BAJES!

-¿Por qué debería de hacerlo?

-¡ME ESTOY MAREANDO!

-Vaya que casualidad, porque yo estoy perfectamente.

-¡BAJAME!

-No.

-¡QUÉ ME BAJES!

-No.

-¡BA-JA-ME!

-No.

-¡BAJA...

-No.

-BA...

-No.

-¿Qué hacéis?-Dice Zach.

Acaban de salir de la habitación y mientras Samy se ríe abiertamente y Zach intenta aguantarse las carcajadas Lyra me mira como si estuviera matando a su hermana. La pequeña se acerca con uno de los juegos en la mano en pose de ataque y comienza a azotarme con él. Sus hermanos se ríen ahora a carcajada limpia.

-¡MUY BIEN, LY! ¡MÁS FUERTE, MÁS FUERTE!-La incita Nala.

Cuando veo que Lyra comienza a hacerle caso bajo a Nala rápidamente y levanto las manos en signo de paz.

-Ya está, ya está.

Lyra por su parte nos rodea y empieza a bajar las escaleras satisfecha, Nala en cambio parece estar a punto de vomitar mientras el resto siguen a Lyra.

-¿Estás bien?-Le digo a Nala usando sus propias palabras.

Cuando levanta la cabeza parece estar a punto de empujarme de nuevo, solo que está vez hacia las escaleras.

-Está noche mientras duermas asegúrate de tener un ojo abierto porque allí voy a estar yo esperando para ahogarte con la almohada.-Dice con una mirada fulminante.

-Ven pequeña Nala no te enfades.

Ella se cruza de brazos muy digna y baja las escaleras, me recuerda a Lyra cuando lo ha hecho anteriormente aunque claro, a la pequeña no le he mirado el trasero mientras bajaba.



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