Laura se encontraba pensativa. Su mejor amiga pelirroja le estaba hablando de algo, pero ella no se estaba enterando realmente de nada.
- ¿Me estás escuchando? – Preguntó la pelirroja al ver la cara de su amiga.
- Lo siento... Estaba pensando. – Dijo la rubia mirándole a los ojos.
- Pensando ¿en qué? ¿En cierto chico platinado? – Laura se sonrojó, Sadie tenía razón, ella estaba pensando en Draco. Pero lo negaría.
- No digas tonterías, la profesora Jones nos ha mandado demasiados ejercicios de diferentes asignaturas, y no creo que me de tiempo de acabarlo todo.
Sadie pareció creerle, porque le siguió la corriente.
- Ya, a nosotros también nos ha mandado un montón. No sé cuando nos van a poner nuevo profesor de matemáticas y ciencias, pero espero que no sea nunca.
- Mary me ha dicho que habló ayer con la directora Stacy y le dijo que mañana sería el juicio, tengo que llevar a un testigo ya que lo hay. Sadie tengo mucho miedo. – Confesó la rubia bajando la cabeza.
Sadie miró preocupada a su amiga.
- Vamos a estar contigo siempre. Es algo que tienes que saber. – Dijo mientras le abrazaba.
Ambas chicas se encontraban en la clase de interpretación, no había nadie y Mary les había dejado pasar ahí un rato. Millie estaba en el entrenamiento y realmente no sabían donde estaba Hermione. Esta última en estos dos últimos días había estado muy distante, solo iba a clases, a la cafetería a comer y a la biblioteca.
Ron y Harry les habían dicho que no se preocuparan, que Hermione solía hacer eso, pero realmente el pelirrojo y el castaño sabían la verdadera razón del porqué Herms no parecía salir de la biblioteca.
El trío de oro tenía la sospecha de que Draco Malfoy era un mortífago, desde la vez que lo vieron entrar en la tienda de Borgin and Burkes en el callejón Diagon antes de comenzar el curso, y Harry muy amablemente le había pedido a Hermione que investigara, ya que la chica era la más inteligente de los tres y la única que se había llevado cosas específicas de su mundo.
- ¿Cómo llevas las canciones? – Preguntó Sadie después de un rato.
Laura suspiró. – Desgraciadamente no muy bien, aún no hemos hecho casi nada.
- Laura, no falta mucho para la representación. Tenéis que poneros las pilas.
- Lo sé... Cuando tengamos clase de interpretación hablaré con él. – Dijo y Sadie sólo asintió.
Las dos se sumergieron en un silencio, no incómodo, ambas estaban acostumbradas a eso, cuando se abrió la puerta de la clase.
Laura y Sadie miraron hacia la puerta y les sorprendió ver a Draco Malfoy entrando y cerrando la puerta.
- Ehh, admito que esto me lo esperaba. – Sadie fue la primera en hablar. Draco sólo rodó los ojos, esa chica no le caía bien, no después de haberle pegado.
- Me ha dicho la directora que mañana te tengo que acompañar a los juzgados. – Dijo Draco ignorando a la pelirroja.
- ¿Él? ¿Él por qué Laura? – Preguntó Sadie confundida.
- Él es el testigo, te he contado la historia varias veces Sadie. – Le respondió Laura a su amiga. – Sí... vale, gracias.
Después del encuentro en el baño, Draco había estado bastante distante y siempre la ignoraba. Los dos se prometieron cuando salieron del baño el no contárselo a nadie.
Draco se iba a ir cuando Laura le cortó.
- ¡Espera! – Draco se giró a mirarla. – Tenemos que ponernos en serio, dentro de nada es la representación y necesito que salga bien.
Malfoy asintió y se fue.
- ¿Soy la única que ha sentido la tensión? – Preguntó Sadie mas bien para nadie. - ¿Algo que no me hayas contado, pequeña Laura?
- No. No hay nada que no te haya contado. – Mintió la rubia sin mirarle a la cara.
Sadie sabía que mentía. Hacía nada el chico le había dicho que no le volviera a hablar nunca, y dos días después ambos hablaban más tranquilamente en la clase de interpretación.
- Haré como que te creo, pero no vas a ocultarlo siempre.
En ese momento el timbre de inicio de clases comenzó, y para su suerte no tuvieron que moverse porque su primera clase era interpretación.
Mary entró y saludó a las chicas bastante contenta.
- ¡Dentro de nada es la representación! ¡Tengo muchas ganas! – Exclamó emocionada. - ¿Cómo lo lleváis, chicas?
- Ronald y yo lo llevamos bastante bien, pero Laura y Malfoy van bastante mal. – Mary se giró hacia la rubia exigiendo una respuesta.
- A ver, las letras nos las sabemos, lo que pasa es que no hemos practicado.
- ¡Laura! No hay tanto tiempo, esta tarde sin falta quiero que ensayéis y mañana os preguntaré que tal ha ido.
- Vale... pero espero que él acepte.
- Lo hará, sino lo tendré que obligar.
Los estudiantes comenzaron a entrar y Mary fue a saludarles y a decirles que se pusieran de inmediato con sus canciones.
Ron llegó con Hermione y Harry, así que Sadie se acercó al trío y ambos pelirrojos se fueron a preparar sus canciones. Hermione se fue con Noah que también acababa de llegar y Harry con Emily ya que desgraciadamente era su pareja.
Draco entró también con Blaise y Theo. Los tres chicos iban riéndose de algo, y Laura pudo apreciar la risa de Malfoy. Le gustó. Mucho.
El platinado se alejó de sus amigos y cogió sitio al lado de la rubia.
- Hola de nuevo. – Dijo Draco.
- Hola. – Respondió Laura sonriendo.
- ¿Por dónde quieres empezar? – Preguntó el platinado abriendo su libreta con las canciones.
- Mary me ha dicho que tenemos que practicar cuanto antes y que esta tarde sin falta tenemos que hacerlo.
Draco sólo asintió.
- ¿Y dónde quieres practicar?
- Bueno, como sabes el profesor... sí bueno ya sabes quien, no está. Sus clases están libres y podemos ir a alguna, no nos molestarán.
Draco rio porque el ya sabes quién le recordó a Voldemort y a como le llamaba la gente ya que su nombre les daba miedo. Luego recordó de que profesor estaban hablando y se calló de golpe.
- No me reía de lo del profesor yo... - Comenzó Draco.
Laura sonrió.
- No te preocupes.
- Entonces en el aula de biolugía. – Afirmó Draco. Laura rio ante como había dicho biología. - ¿Qué pasa?
- No nada, es que es biología, no biolugía.
- Lo mismo. Comencemos.
Pasaron media hora subrayando y viendo ritmos de las canciones hasta que Draco dijo una cosa que sorprendió mucho a Laura.
- Lo admito. La canción esta de Por fin ya veo la luz, me gusta.
La rubia se emocionó, era de sus canciones favoritas de Disney.
- ¡Es preciosa! – Asintió sonriendo, luego se sonrojó al ver que había gritado bastante y Blaise y Theo que estaban cerca se rieron, no tratando de ser malos, les había causado ternura. Sobre todo, a Draco, quien solo sonrió mirándola.
- Bueno, que no se te suba a la cabeza. – Dijo este aún con la sonrisa en su cara. Esa niña le hacía olvidarse de sus deberes como mortífago y de la situación que estaba teniendo en su familia. Y mentalmente se lo agradecía.
- ¿Puedo preguntarte algo? – Dijo tímida mientras seguía escribiendo algo en su libreta.
- Sí.
- ¿Por qué te alejaste después de lo ocurrido en el baño? – Preguntó lo último susurrando para que nadie se enterara.
Draco suspiró. – Me daba vergüenza. Nunca me había mostrado tan vulnerable delante de nadie, y menos de alguien como tú.
- ¿Cómo yo?
- Sí, bueno, de una chica. – Ahora el que sonrojó fue Draco.
- Si me permites decírtelo creo que los dos estamos rotos por dentro. – Dijo esta que no se había dado cuenta del sonrojo de Draco. Blaise y Theo sí que lo hicieron y se miraron sonriendo.
- Tienes razón.
- Lo superaremos. – Sonrió la rubia mirándolo a los ojos.
Sadie que había estado mirando sonrió feliz de su amiga. Ron a su lado le miró extrañado.
- ¿Por qué sonríes? – Preguntó Ron.
- Aunque Malfoy me caiga mal, estoy feliz de como trata a Laura.
- Sí, bueno, me sabe mal decirlo, pero no te fíes del todo. Malfoy no es una persona que nos haya tratado muy bien.
- Lo sé, me lo contó Hermione. Pero no sé, es raro. – Ron asintió ante lo dicho por la pelirroja.
- Me gustan sus mejillas sonrojadas. La hacen ver tierna. – Habló Ron mirando las mejillas de Laura.
- Lo es. Ella para mí es todo, obviamente junto a Millie y a los chicos. Pero desde que la conocí cuando ella tenía seis años, llorando porque sus padres le habían dejado ahí sin despedirse de ella supe que la tenía que cuidar siempre.
- ¿Por eso siempre te metes en peleas?
- Supongo. No soporto ver como se burlan de ella. Normalmente sólo lo hacía Emily y algunos más, pero que desde que llegó la Parkinson, parece que lo único que sepa hacer es pelear.
- Parkinson a veces se lo merece. Lleva enamorada de Malfoy desde siempre, y este no le hace caso. Eso a veces me da pena, pero luego veo como trata a las personas y se me pasa. – Dijo Ron pensativo.
La clase acabó y Mary les dijo que podían ir saliendo.
- Hasta la clase de biología, rubia. – Dijo Draco despidiéndose.
- Adiós. – Respondió Laura. Después de recoger todo se acercó a Millie y le preguntó si había hecho los deberes de la profesora Jones.
Mills le dijo que no, y ambas se miraron horrorizadas. Laura se lo iba a pedir a Millie y viceversa. Las dos se miraron sonriendo y se acercaron a Noah quien las miró confundido, y con miedo. Sobre todo, con miedo.
- ¿Qué queréis? – Preguntó Noah al ver la cara de sus amigas.
- Noah, ¿has visto lo guapo que estás hoy? – Dijo Millie inocentemente. Noah le miró con la ceja alzada.
- Siempre lo estoy Millie, no hace falta que me lo digas. – Respondió egocéntrico.
- ¿Nos dejarías tus deberes para la clase de la profesora Jones? – Esta vez Laura fue la que habló, poniéndose delante de su amigo castaño.
- Hum, ¿por qué haría eso? – Preguntó comenzando a recoger su mochila.
- ¡Por qué serías nuestra salvación! – Exclamó Millie exageradamente. – ¡Eres nuestra única esperanza, Noah! ¿Es que no lo entiendes?
- Porfa Noah, déjanoslos.
- Esta bien. – Laura y Millie se miraron emocionadas. – Solo si me os hacéis mis esclavas por una semana.
La rubia y la castaña pusieron una cara de horror. Una vez Noah hizo de su esclavo a Caleb, y el moreno no había salido muy satisfecho.
- Lo haremos. – Afirmó Millie refiriéndose a las dos. Laura le dirigió una mirada confundida. Ella no había aceptado.
- Un placer hacer negocios con ustedes señoritas, pasen un buen día.
- Nos va a matar... - Dijo Laura exageradamente a lo que Millie rodó los ojos.
- No seas exagerada, Noah no nos hará nada. No somos Caleb. – Dijo orgullosa mientras copiaba los ejercicios del castaño.
- ¡Caleb! – Dijo Laura al ver a su amigo pasar por ahí riendo con Finn.
- Dime. – Respondió sonriendo.
- ¿Qué te hizo hacer Noah cuando eras su "esclavo"? – Preguntó la rubia.
Caleb se quedó callado sorprendido y Finn comenzó a reír.
- Mi querida primita, nuestro amigo Caleb quedó traumatizado con eso.
- ¿Qué le hizo hacer? – Preguntó al ver como Caleb había salido corriendo. Exagerado. Pensó Finn.
- Noah lo humillaba, no cosas que perjudicaran el futuro de Caleb, obviamente. Pero si que es verdad que se pasaba. ¿Por qué? – Preguntó mientras pasaba un brazo por los hombros de su prima y comenzaban a caminar.
- Pues Millie ha aceptado que ella y yo seamos sus esclavas por una semana porque nos ha dejado los deberes de la clase de la profesora Jones.
- Mills no sabe donde se ha metido. – Dijo riendo. – ¿Tienes algo que hacer esta tarde?
- Tengo que practicar para la representación con Draco ¿por?
Finn puso una mueca al escuchar el nombre del platinado. Sí que es verdad que, gracias a él, Laura estaba bien, pero desde el día en que le había pegado básicamente sin razón, no se atrevía a mirarlo ni a pedirle perdón.
- Por nada... Curiosidad. – Le sonrió. Laura vio la mueca que había puesto su primo.
- Deberías pedirle perdón, sé que te cuesta, pero no se merecía que le pegarais así. Además, entre él y yo está todo bien. – Dijo sonriendo como tonta al final de lo que había dicho.
Finn palideció al ver la sonrisa de la rubia al hablar de Draco. Y se temió lo peor, a su parecer.
- ¿Él... te gusta? – Preguntó bastante temeroso lo que causó que Laura frunciera el ceño.
- No... bueno... ¿te puedo ser sincera? – Al ver que Finn asintió, ella prosiguió: - ¿Es normal que no pueda parar de pensar en él?
Finn y Laura se sentaron en unos bancos que había en el jardín del internado.
El pelinegro sonrió, su prima estaba enamorada. Y aunque, no le gustó mucho la idea, se alegró por ella. Laura no había recibido el amor de sus padres y no sabía mucho sobre ello.
- Aunque no me guste para nada. Tú, mí pequeña rubia, estás enamorada.
- ¿¡Enamorada!? Eso es una palabra muy grande, Finn. – Dijo está sonrojándose. – Además, no me puedo enamorar tan rápido. Lo conozco de hace nada.
- A lo tonto va a hacer dos semanas que están aquí. Y pronto se tendrán que ir.
- Oí a la directora Stacy hablar con el profesor Dumbledore y el profesor le dijo que se quedarían por más tiempo.
- ¡Eso es genial! ¡Podrás darte cuenta de tus sentimientos!
- Aunque estuviera enamorada de él, no creo que Draco sienta lo mismo. – Dijo Laura agachando la cabeza. – Emily dijo...
- ¡Lo que Emily dijo no nos importa una mierda! – Interrumpió el pelinegro. – Es una niña mimada, y ya.
Laura le sonrió a Finn y se lanzó a sus brazos. Finn aceptó con mucho gusto el abrazo. Quería demasiado a la rubia.
- Tal vez, si que me esté enamorando un poquito de él...
Draco Malfoy
Podía sentir como Theo me estaba hablando sobre algo, pero no le estaba haciendo ni caso. No porque no me interesara, sino porque mi mente estaba ocupada por otra cosa, por otra persona, mejor dicho.
O mejor pensado, idiota.
Cállate consciencia de mierda. Y sí, aplausos para Draco Malfoy, el chico que se insulta a sí mismo. ¡Yei!
Aunque me lo merezco. Desde que llegamos a este sitio mi mente ha estado hecha un lío.
Resumamos: primero me toca con una chica que entró llorando a clase el primer día que la conocí, después Parkinson pelea con la mejor amiga de la chica, intimido a la chica, tenemos la primera clase juntos, conozco canciones que no había escuchado en mi vida, me castigan con esa chica, el gilipollas del profesor trata de abusar a esa chica, salvó a esa chica, me pegan los amigos de la chica, la tomo con ella, nos disculpamos y sinceramos en un baño de madrugada...
Esa chica, chica, chica, chica... Esa chica, o, mejor dicho, niña, no puede salir de mis pensamientos. Y estoy confundido. Lo raro es que Draco Malfoy no está confundido, nunca.
La marca de mi antebrazo me está volviendo loco...
O ella me está volviendo loco. Ni siquiera se de lo que hablo. ¡He tenido los impulsos de ir a Granger, Weasley y Potter a disculparme!
Roussel, sal de mi puta cabeza.
- ¿Me estás escuchando? – Preguntó Theo delante de mí. – Sé que no, no me respondas. Además, se que estabas pensando en cierta rubia.
Fruncí el ceño, ¿qué diablos sabía Nott?
- No pongas esa cara hurón. – Habló Blaise uniéndose a la conversación. Ni siquiera sabía en qué momento había llegado. – Admítelo, te has enamorado.
Lo mire horrorizado, ¿por qué ambos estaban tan raros?
- No trates de ocultárnoslo, Draco. Vimos tu cara cuando la mirabas en interpretación y como te sonrojaste. Eso no lo causa nadie en el gran Draco Malfoy. – Dijo lo último con un poco de ironía. – Además, me parece mejor partido que Parkinson, yo te apoyo. – Me dijo sonriéndome y poniendo una mano en mi hombro.
Ignoré lo último que dijo y me puse a recapacitar mientras dejaba a mis dos amigos con sonrisas burlonas en sus caras. Admito que me sonrojé, pero ahí a que digan que me he enamorado. Puaj. Es muggle. Definitivamente están locos.
Te hemos pillado Draquito, te gustan las rubias, bajitas, lloronas y sobre todo muggles.
Estúpida consciencia. Ella no es llorona, es valiente y fuerte. No todo el mundo ha pasado por lo que ha pasado ella. Además, nunca había conocido a nadie como ella.
Sonreí como idiota. Y Blaise y Theo gritaron emocionados mientras se abrazaban.
Mierda.
¡Me ha encantado! Sobre todo porque llevo demasiados días estancada y no paraba de llorar porque no me salía nada. Creo que lo mejor del capítulo es que lo hayan admitido y que ambos se hayan quedado sonriendo como idiotas pensando en el otro.
He amado poner un punto de vista de Draco, aunque haya sido cortito. Me encantaría también hacerlo desde el punto de vista de Laura.
Esta semana en cuanto a exámenes y deberes voy perfecta, porque no tengo nada, así que espero poder escribir más. La semana pasada tenía el viernes un examen de física y química bastante complicado y me centré toda la semana en ese examen. Me ha salido bastante bien y sobre todo estoy orgullosa de haber sido de las pocas en sacar un ejercicio de química que casi nadie entendía, admito que yo al principio tampoco, pero al final lo hice bien.
Mi colegio ha organizado una semana de proyecto interdisciplinar básicamente se trata de una semana toda en inglés donde hacemos proyectos de diferentes asignaturas y nos juntan en grupos con otras clases.
Hoy vimos una película un poco aburrida a mi parecer, pero en fin, podría haber sido peor.
¿Soy la única que ama demasiado a Blaise y a Theo shippers? Los amo siendo shippers o no, pero los dos gritando y abrazándose emocionados me ha encantado, básicamente ha sido de mis partes favoritas de este capítulo. Siempre me enrollo como una persiana.
Tened feliz semana :)
Lau