Efecto Mariposa ©

By dayzaccardi

2.3M 190K 219K

"En el bosque hay un psicópata suelto, ¿tú te atreverías a convivir con él?" Jade Greco se adentra a un bosqu... More

ANTES DE LEER
DEDICATORIA
MAPA
PRÓLOGO
0
1
2
3
4
5
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
EPÍLOGO
EXTRA 1
EXTRA 2
EXTRA 3
NOTA FINAL
AVISO SABROSO :)
ESPECIAL 1M
SECUELA Y AVISOS
🦋EM EN FÍSICO🦋

6

48.3K 4.8K 5K
By dayzaccardi

*Se pide por favor al lector que reproduzca la canción que se encuentra en la portada del capítulo para más placer auditivo y visual cuando Jade mencione el nombre, luego de leer el capítulo pueden leer la letra para entender*

Tal vez solo debo aprender a escuchar o a escucharlo, o ambas.

—Jade, el profesor Miller pidió que miremos un jodido email —masculló por lo bajo pero logré escucharlo—. Habrá una fiesta de bienvenida en la que debes ir obligatoriamente o directamente te expulsarán a la mierda. Era eso. ¿Feliz?

No comprendí en qué momento había robado esa información pero de alguna forma le creí. Tenía lógica. Retrocedí unos pasos y le guiñé un ojo imitando como él lo hacía. 

—Gracias cosita, me acabas de facilitar la forma de no verte nunca más —bromeé haciendo mi voz en un tono más grave.

—¿Irás?

—¿Quieres que vaya?

—Sí. 

Ese "sí" lo pronunció de una forma afirmativa pero al mismo tiempo llena de ironía. Venía de parte de Liam, cualquier cosa dicha por él nunca tenía sentido emocional fuera del sarcasmo.

—Entonces no. Ha sido un placer charlar contigo en esta especie de carrera pero mis pies no dan más y mi respiración menos. 

No dijo nada. Se quedó quieto como si estuviera en pleno Juego del calamar. Lo miré confundida hasta que él regresó al planeta tierra y comenzó a regresar a la cabaña, seco y distante. No dijo ni una palabra en todo el camino y yo terminé haciendo lo mismo. Al fin y al cabo no dormiría con Liam, dormiría en el piso de la cabaña. Sin más.

El pelinegro apenas cruzó el marco de la puerta nuevamente no me dirigió ni una palabra, se limitó a irse al baño, prender la ducha y meterse allí dentro sin más. En lo que Liam estaba duchándose sentí la necesidad de hablar con mi padre, lo extrañaba; luego recordé que no había Wifi en el bosque y que me tocaría gastar los últimos datos que tenía en el móvil. Sin embargo lo hice.

Marqué el número, emocionada.

—¿Hola? —me contestó confundido—. ¿Quién habla?

Suspiré.

—Tu hija favorita.

—De hecho no tengo otra.

—Igual lo sería, ¿no? —bromeé sonriendo al teléfono.

—Claro cariño, ¿qué tal todo? Extrañaba tus llamadas —murmuró cerca del micrófono del celular.

—El campamento es… es especial.

"Especial" una palabra que definitivamente definía al campamento a la perfección, el problema era que no sabía si especial para mal o para bien. Quizás un punto medio.

—Me alegro que así sea —se lo notaba contento— pero si la estuvieras pasando  demasiado bien directamente no pensarías en llamarme, ¿realmente está todo correcto, hija?

—Sí, de hecho estoy haciendo tiempo para ir a una fiesta —mentí.

Liam regresó a la habitación con su pecho desnudo lleno de tatuajes y cubierto por varias gotitas de agua. Su pelo estaba húmero y alrededor de sus caderas había una toalla blanca.

—¿No era que no ibas? —interrogó él apropósito.

Tapé el celular con la almohada.

—Cierra la boca.

Volví a tomar el celular cuando escuché que mi padre seguía hablando.

—Lo siento, debo colgar. Se me hace tarde —susurré al celular.

—Adiós jadecita.

Colgué el teléfono y miré con mala cara a Liam que me estaba sonriendo de punta a punta.

—¡¿Qué?! 

—Jadecita.

—Vete a la mierda, Liam.

Volteé mis ojos y me tapé la cara con la almohada mientras escuchaba como él seguía riéndose. Al destaparla lo ví prácticamente a punto de cambiarse. Sí,  allí, en el medio de toda la habitación.

—¡Tapate con algo, joder! ¡Ve al baño al menos! —Tapé mis ojos con la palma de mi mano.

—No sabía que estábamos jugando a las escondidas.

—¡Lo digo en serio!  

—Mhmm déjame pensar —casi pude ver como sonreía maliciosamente— el baño está mojado, afuera hace frío, y… cierto ¡no hay otra jodida habitación! Quizás es porque estamos en una cabaña y no en una mansión, ¿no, Jade?

Respiré hondo.

—Bien. Cámbiate no miro.

Volví a colocar la almohada sobre mis ojos. A ver, ¿me esperaba una tortura? Sí, ¿terminó siendo peor de lo que pensaba? También. 

—¿Negro o blanco? Para la camisa.

Se escuchó el ruido del armario abrirse.

—Negro.

A Liam lo relacionaba con ese color. La oscuridad, no saber qué hay dentro de ella, otro mundo, no lo sé.

—Vale —por el minuto de silencio supuse que se estaba cambiando—. ¿Jeans negros o…?

Dios, paciencia ven a mí.

—Ve todo de negro, anda.

No dijo nada. Sólo escuché como se cambiaba una y otra vez. Al terminar me dijo que abriera los ojos y eso hice. 

¿Por dónde empiezo? Llevaba una remera negra con una cadena colgando de su cuello, eso le daba el toque especial. Definitivamente el color negro fue una muy buena opción, sus tatuajes se veían más bonitos que antes, o al menos me llamaban más la atención. Luego en sus piernas tenía una bermuda gris un poco ajustada para mi gusto, pero en las partes justas y eso... pues estaba ¿Bien?

Vamos a admitirlo, le quedaba genial.

Sacudió su pelo mojado y sonrió.

—¿Te gusta?

—No.

Crack, ese fue el corazón del pelinegro. No iba a admitir que me gustaba su atuendo, eso estaba claro; sin embargo, solté una carcajada para que no se sienta tan mal, lo detestaba pero joder, seguía siendo una persona con sentimientos, o no, quizás ni eso.

De un segundo al otro su sonrisa se esfumó, cogió una chaqueta de cuero que había por ahí tirada, abrió la puerta de la cabaña y salió.

Me precipité a seguirlo.

—¿Qué haces? —le pregunté, confundida.

—¿Irme? No quiero llegar tarde, y mucho menos por ti —dijo sin dejar de caminar dándome la espalda.

Crack. Ese fue mi corazón. Mentira ya no, pero sonaba gracioso.

—Al fin coincidimos en algo. Ve. 

Dio unos pasos más y yo me quedé observándolo hasta que se rotó de la nada misma y nuestras miradas chocaron.

—Jade —pronunció en medio de una neblina que comenzaba a hacerse notar en el ambiente.

De fondo escuchaba el ruido de unos grillos.

—¿Sí?

—Era en serio que no ibas a ir. —Él mismo se lo afirmó en voz alta.

—Lo era.

Y así fue como Liam se desvaneció en medio de la niebla. Simplemente desapareció.

*** 
¿Slown Down? ¿En serio?

Ya habían pasado unos minutos, estaba por colocarme el pijama cuando de repente algo totalmente inesperado pasó. Miré a la ventana y vi a Melany Rodder corriendo con el vestido, el mismo que había visto en el tótem. Y en su mano… en su mano tenía una cámara muy similar a la que vi al final del flash. Lucía tan contenta, estaba segura que se dirigía hacia la gran fiesta y eso… eso no me dejaba para nada tranquila.

Una fiesta.

Un evento para socializar.

Un evento en el que podría morir alguien tranquilamente sin que el resto lo notara.

No podía verla así y quedarme sin hacer nada. Si le pasaba algo la culpa me iba a consumir por completo, joder. Entonces lo decidí. Decidí ir a la jodida fiesta y cuidar a esa melliza como si la vida dependiera de eso. Decidí ir a la jodida fiesta y no quedar expulsada del campamento. Decidí hacerle caso a un pelinegro con problemas de ego. Bueno ya.

Creo que la idea de haber visto su muerte me generó un trauma, pero sí, yo la salvaría y Alex me ayudaría porque él ya creía que eso era una advertencia, claro.

Un vestido rojo fue lo primero que encontré, recuerdo que era pegado al cuerpo y simple. En cuanto a maquillaje solo me puse un labial bordó para no parecer una perra muerta, y solté mi cabello —que antes tenía resguardado en una gorra, como siempre— ya que pues… gorra y vestido no combinan ni con cola como diría mi padre.

En fin.

Salí casi corriendo hacia la locación: era una parte del bosque rodeada de árboles amarillentos, cerca de ellos había una especie de palos llenos de pequeñas lamparitas que irradiaban una luz tenue y familiar. Creaban una estética genial y una sensación acogedora.

Más al centro estaba la gente, o mejor dicho la multitud. Estaba repleto el lugar pero nadie estaba bailando, supuse que todavía no había llegado la tanda de baile. A una izquierda había un pequeño escenario de madera con una banda tocando Riptide con un ukelele, al frente de ellos estaba el profesor Miller que aplaudía como un padre emocionado en un acto escolar de sus hijos.

En una esquina estaban las mellizas Rodder… ¿firmando autógrafos? Y varias personas con grandes cámaras sacando fotos a todo, dentro de esas personas está el famoso moreno del grupo de Liam, ese que nos sacó la foto con Alex al comienzo del campamento. Me daba vibras raras, no sé, sentía que me observaba.

Por último pero no menos importante llegaron Kate y Alex a recibirme, fueron los únicos que notaron mi maldita presencia. El morocho sostenía una hamburguesa en su mano y Kat dos paquetes de patatas fritas muy crujientes.

—Estás… estás muy bonita —intentó decir Alex mordisqueando la comida.

Kat hizo un ademán de ofrecerme papas pero negué con la cabeza.

Sonreí.

—Gracias, tú y Kate también —solté sin más. Sinceramente estaba concentrada en no perder de vista a Melany.

—Voy a por un trago, ¿vienes? —interrogó el morocho. Él entendió al instante que no me quería mover demasiado y se corrigió—: Olvídalo, ya vuelvo y te traigo algo, ¿sí?

Asentí.

Vi como Alex se escabullía entre la gente sin sacar la mirada de mi, otra vez casi se tropieza pero me hace una seña de "estoy bien" con su dedo pulgar y eso me tranquilizó. Pasaron dos minutos y lo perdí de vista. Me quedé a solas con Kate en silencio, como siempre.

Ella lucía genial esa noche. Fue simple pero bonita: vestido blanco, aros grandes colgando de sus orejas y un moño en el cabello que le daba un toque especial (sin contar sus lentes, claro, sin eso no sería Kat).

Decidí cortar el silencio:

—Parece que te cayó demasiado bien Alex —murmuré buscando a Liam entre la gente con mi mirada. No sé porqué lo estaba haciendo, supongo que me pareció raro no verlo ahí en el centro llamando la atención rodeado de chicas y…

—Sí, es simpático —confiesa ella—. ¿Buscas a alguien? 

Asentí con la cabeza.

—A Alex, me parece que se está tardando mucho y… —mentí.

—¡He regresado! —dijo de una forma rara el morocho.

Llegó en el momento exacto con tres tragos en sus manos. Sí tres; es decir, con sus manos sostenía dos, y en su boca tenía otro sujetado a sus dientes, por eso lo escuchaba extraño. Creo que nadie puede hablar bien con un vaso en su boca.

—Y esto es… 

—Vodka creo. Si no me dieron algo equivocado, sí.

Lo tomé sin más, Kate también cogió su vaso sin problema y nos pusimos a beber de a sorbos pequeños.

—¡Esperen! Un brindis por el nuevo y mejor campamento de nuestra vida —propuso Alex.

Los tres levantamos los vasos y los chocamos entre carcajadas. Mientras bebía un sorbo largo observaba a mi alrededor, buscando a Melany y también quizás a Liam. Mel estaba junto a su hermana cantando el coro de Riptide otra vez a todo pulmón y el pelinegro… el pelinegro no estaba.

Igual esa no fue mi gran sorpresa, mi gran sorpresa fue ver que de un segundo a otro Pum se cortó la música de los parlantes. La gente se comenzó a quejar y a aplaudir para que vuelva, y nosotros tres nos unimos a ese grupo de gente. No nos íbamos a quedar atrás. Lo siento, pero hay que aclarar que dábamos risa. Parecíamos focas epilépticas. Ese trago no nos hizo bien.

—¿Escuchan eso? —preguntó Alex entre risas.

Un sonido lejano de la pista de una canción comenzaba a sonar por lo bajo. Cada vez se acercaba más y más haciéndose oír más fuerte.

—Sí, es como…. 

—Música que viene de un parlante enorme que viene cargado por… ¿¡Los amigos de Liam?! —Kate gritó emocionada.

Y así era. Eran sus amigos, venían sosteniendo unos parlantes en sus hombros, de ahí salía la música. Ellos llevaban unos lentes negros y ropa casi veraniega, pero lo más raro era que Liam no estaba con ellos entonces… ¿dónde estaba?

Slow down de Chase Atlantic empezó a sonar. La melodía retumbaba con mucha fuerza, las notas iban resonando en el lugar y la gente se notaba confundida pero sin embargo aplaudía. En cuanto la voz del cantante empezó a escucharse en el lugar lo supe:

—¿Esa no es la voz de…? —intenté decir pero Kate me interrumpió:

—¡¿Ese es Liam?! —gritó señalando detrás del pequeño escenario.

Oh mierda.

Sí lo era.

Liam entró en escena con un micrófono en sus manos revoloteando su cabello con una seguridad de la hostia. Él era el que estaba cantando. No lo podía creer. Las chicas comenzaron a gritar como locas, incluyendo a Kate y a Alex, sí a Alex. 

—Perdón me emocioné —soltó el morocho—. Sí fuera gay ya le hubiera dado como cajón que no cierra.

Volteé mis ojos.

El pelinegro arriba del escenario era una cosa completamente diferente a lo que solía mostrar a menudo, de hecho se lo veía más seguro de lo que ya era; es decir, exceso de seguridad. Sabía lo que hacía, y también sabía que lo hacía de puta madre. Cantaba de una forma tan...

—¡¿A qué es super sexy?! —cuestionó una muchacha a mi espalda, diría que casi en forma de afirmación.

Todo el campamento, incluyendo el profesor que parecía estar más perdido que yo, estaba saltando y gritando la canción a todo pulmón; y eso aumentó cuando la banda que anteriormente estaba tocando Riptide se subió al escenario para acompañarlo con la música. Liam tenía el micrófono en una especie de trípode y jugaba con eso a su antojo, señalaba a las chicas, ellas gritaban, él sonreía pícaramente y así miles de veces hasta que nuestras miradas se juntaron.

Lo peor fue el estribillo, porque él me vio entre medio de toda la gente y nuestras miradas chocaron con una inensidad impresionante y joder, casi me desmayo. Eso no estaba planeado. Kate se quedó embobada gritándome cosas en el oído como: “¡Te está mirando fijo, Jade!”, “¡Te va a follar con la mirada!”, “¡Viene el estribillo!”, “¡Creo que voy a morir”. Volteé los ojos y… llegó el estribillo. Lo cantó con un tono ronco muy similar al del cantante original y no apartó su mirada de la mía en ningún momento. Estaba nerviosa pero lo ocultaba haciéndole muecas de asco. Al terminar la canción me guiñó el ojo y apartó la mirada. 

Y esos fueron los veinte segundos más lentos de mi vida.

Luego todo el campamento aplaudió por más de dos horas y...

—¡Te ha dedicado el estribillo! ¡Te guiñó el ojo! —gritaba emocionada Kate sin parar.

Solté el aire que nunca creí haber mantenido y aparté la mirada del escenario.

—Seguro se taró.

—No me quiero meter pero el estribillo no dice cosas muy sanas que digamos —Alex frunció el ceño.

—¡¿Pueden callarse?!

***
Nota de la autora: ¡Hola bonitos! Acá feliz con este capitulazo. ¡Uff que tensión que todo!

Liam cantando es lo mejor del put* universo. A qué no se lo esperaban...

Nos vemos en la próxima actualización para saber que pasa ahora...

POR CIERTO: creé una playslist con las canciones que aparecen en este libro/van aparecer o simplemente tiene que ver con la trama o me hacen acordar a ella. Esta en SPOTIFY y la pueden encontrar como EFECTO MARIPOSA.

Si les está gustando la historia me serviría de una gran ayuda que la compartan, voten, o que simplemente la publiquen en el tablón de su perfil con la opción de "compartir".

El capítulo está en edición, si encuentran errores, correcciones que creen que irían mejor etc. me lo dicen amablemente y yo veré si aplicarlo o no. Estoy amando esto y quiero hacerlo de forma lenta, sin forzarme en las actualizaciones para exprimir todo lo que quiero plasmar y como ya mencioné: disfrutarlo. Que al fin y al cabo por eso escribo, ¿no?

Ulala<3

Los dejo con el espacio de # para que ustedes los armen: 

Continue Reading

You'll Also Like

360 76 5
Un bajista malhumorado y engreído llamado Drex Rizzo. Una intrépida periodista musical llamada Bianca Ferretti. Un artículo sobre uno de los secretos...
10.2K 2.2K 60
Yo, Alexis Underwood, tenía todo lo que una chica de 17 años puede pedir. Una familia pequeña pero muy unida, a la que no le sobraba nada salvo amor...
1.1K 280 62
Andrea es una joven estudiante apasionada por los misterios, pero cuando su mejor amigo desaparece, se adentra en un mundo oscuro y peligroso donde n...
3.8K 452 45
Lucas es el chico más popular y guapo del colegio, está acostumbrado a conseguir siempre lo que quiere. De buena posición económica, estrella del equ...