¡¿Soy Hermione Granger?!

By yuiCervantes7

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Jade Baker es una chica fan de Harry Potter, ella muere en un accidente y reencarna en uno de los personajes... More

Capítulo 1: Recuerdos
Capítulo 2: Trabajo
Capítulo 3: Hogwarts
Capítulo 4: Clases
Capítulo 5: Troll
Capítulo 6: Quidditch y Navidad
Capítulo 7: Adiós Norberto y Hola Castigo
Capítulo 8: ¡Memoria no me falles!
Capítulo 9: Acechada
Capítulo 10: la historia debe continuar
Capítulo 11: La prodigio
Capítulo 12: Sangre sucia
Capítulo 13: Ayudando a un camarada
Capítulo 14: Una duelista con talento
Capítulo 15: Sinceridad
Capítulo 16: El diario de Tom
Capítulo 17: Una batalla contra el destino
Capítulo 18: Esperanza
Capítulo 19:Venganza/Revancha
Capítulo 20: Otro final feliz
Capítulo 21: Maldición
Capítulo 22: Crookshanks
Capítulo 23: Dementores
Capítulo 24: La loca y Buckbeak
Capítulo 25: Culpa
Capítulo 26: Boggart
Capítulo 27: ¿Descubierta?
Capítulo 28: Siguiendo el curso
Capítulo 29: Quidditch, Dementores y problemas
Capítulo 30: El mapa del merodeador
Capítulo 31: Nuevo problema
Capítulo 32: Regalos
Capítulo 33: Feliz navidad
Capítulo 34: Feliz cumpleaños
Capítulo 35: Patronus y ¿Qué somos?
Capítulo 37: Escarmiento
Capítulo 38: La final de quidditch
Capítulo 39: Sentencia
Capítulo 40: Comienza al juego
Capítulo 41: Traidor
Capítulo 42: Giratiempo y Dementores
Capítulo 43: Diluvio de corazones
Capítulo 44: paso a paso
Capítulo 45: Madriguera
Capítulo 46: Reencuentro
Capitulo 47: Rumbo al Mundial
Capítulo 48: Mundial de Quidditch
Capítulo 49: ¡No eres mi madre!
Capítulo 50: ¿Explicaciones?
Capitulo 51: Slytherins
Capítulo 52: ¿Amigos?
Capítulo 53: Hurón albino
Capítulo 54: Maldiciones e imperdonables
Capítulo 55: Colegios
Capítulo 56: Cáliz de fuego
Capítulo 57: ¿Quién fue?
Capítulo 58: Búlgaro sensual
Capítulo 59: Apuestas
Capítulo 60: Confusión
Capítulo 61: ¡No es una cita!
Capítulo 62: Te creo
Capítulo 63: ¿quieres ir conmigo?
Capitulo 64: Baile de navidad
Capítulo 65: ¿Qué paso ayer?
Capitulo 66: Segunda Prueba
Capítulo 67: ¿Tregua?
Capítulo 68: Irremplazables
Capítulo 69: ¿Qué perdí?
Capítulo 70: Te perdí
Capítulo 71: Persuasión
Capítulo 72: Cerrando ciclos
Capítulo 73: Caminemos juntos
Capítulo 74: ¿Pitufisuerte?
Capitulo 75: Todo es confuso
Capítulo 76: Percy
Capítulo 77: Ministerio
Capítulo 78: Juicio
Capitulo 79: Tristan
Capítulo 80: Nostalgia
Capítulo 81: La Orden
Capítulo 82: Regreso
Capítulo 83: Unidos
Capítulo 84: Intenta callarme
Capítulo 85: Venganza
Capítulo 86: Castigo con el Sapo
Capítulo 87: La suma Inquisición
Capítulo 88: Reunión
Capítulo 89: Drecreto Número 24
Capítulo 90: Ejercito de Dumbledore
Capítulo 91: Hermanos
Capítulo 92: Partido
Capítulo 93: El regreso de Hagrid
Capítulo 94: Thestrals
Capítulo 95: Relicario
Capítulo 96: a salvo
Capítulo 97: Nuevas oportunidades
Capitulo 98: Fin de vacaciones

Capítulo 36: Perro sarnoso

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By yuiCervantes7

POV Jade/Hermione
Harry y Ron habían llegado mientras me encontraba adelantando algunas tareas, se acercaron a mi asiento mientras dejaba unos pergaminos secando, realmente me gustaba escribir con plumas, pero extrañaba los lapiceros por su eficiencia, era mucho más fácil y no tardaban en secar como la tinta.

— ¿Me puedo sentar? — me preguntó Harry.

— Supongo que sí — contesté verificando con la mirada que mis trabajos no estuvieran en riesgo, retiré un montón de pergaminos que había sobre la silla.

— ¿Qué tal lo llevas? —preguntó Harry.

— Bien. Ya sabes, trabajando duro — respondí sonriendo, Tom me ayudaba con una que otra materia, pero no lo dejaba hacer mis tareas, aun así, era de mucha ayuda.

— ¿Por qué no dejas un par de asignaturas? —preguntó de repente.

Ante eso me detuve, esta conversación marcaba algo importante en el libro ¿no es así?, al instante suspiré.

— No creo poder Harry — respondí regalándole una sonrisa suave.

— La Aritmancia parece horrible —observó Harry, cogiendo una tabla de números particularmente abstrusa.

— Bueno, para mi es una materia interesante — dije con sinceridad — Es una de mis asignaturas favoritas.

Pero antes de poder proseguir, en aquel preciso instante resonó un grito ahogado en la escalera de los chicos. Cerré los ojos con fuerza, ya imaginaba que había pasado. Todos los de la sala común se quedaron en silencio, petrificados por el grito de horror, mirando hacia la entrada. Se acercaban unos pasos apresurados que se oían cada vez más fuerte. Y entonces apareció Ron arrastrando una sábana.

— ¡MIRA! — gritó, acercándose a zancadas tan grandes como sus piernas le permitían en dirección a mi mesa — ¡MIRA! — repitió, sacudiendo la sábana delante de mi cara.

— ¿Qué pasa, Ron? — dijo Harry intentando alejarlo un poco de mí.

— ¡SCABBERS! ¡MIRA! ¡SCABBERS!

Al instante me aparté de Ron, echándome hacia atrás. Harry y yo observamos la sábana que sostenía Ron. Había algo rojo en ella. Mejor dicho, había sangre…

— ¡SANGRE! — exclamó Ron en medio del silencio —. ¡NO ESTÁ! ¿Y SABES LO QUE HABÍA EN EL SUELO?

— ¡mi gato no le hizo nada! — dije con voz firme.

Ron tiró algo encima de mi traducción rúnica, sabía lo que era. Harry se inclinó hacia delante. Sobre las inscripciones extrañas y espigadas había unos pelos de gato, largos y de color canela.

— Eso no significa nada Ronald, mi gato no lo hizo — dije seriamente.

— ¡¿Cómo lo sabrías?! ¡no puedo creer que te atrevas a negarlo! ¡es ovio que fue tu gato! ¡díselo, Harry! — dijo y Harry no parecía querer meterse en la discusión.

— No importa lo que me digas Ron, conozco a mi gato — dije mi se puso rojo de la furia.

— ¡entonces eres una niña tonta! ¡no quieres ver la verdad! — dije siendo sostenido por Harry y Neville antes de que pudiese lanzarse contra mí.

— Tu rata sigue viva, y solo piensas desquitar tu furia conmigo — dije recogiendo todo con un movimiento de varita, ante la mirada de sorpresa de todos.

— ¡¿Cómo estás tan segura?! ¡maldita mocosa! ¡s-sangre sucia! — dijo y todo se sumió en un muy incómodo silencio.

Vi el arrepentimiento en los ojos de Ron, mientras lo miré inexpresiva, pronto vi como los gemelos entraban junto a Lee Jordan, pero se detenían ante la tensión que estaba en la sala común. Mis manos se hicieron puño, pero no me atrevía a golpearlo, era insensato, por muy idiota que fuera, nunca pensé que me diría eso.

— ¿qué cómo estoy tan segura? — vi como todos se estremecían, mi voz era helada — porque mi gato no come porquerías — dije elevando mis cosas y yendo a mi dormitorio.

Lavender y las demás miraron inseguras hacia Harry y Ron, pero después vinieron detrás mío. 

(…)

Dejé de hablarle a Ron el resto del día, esa noche las chicas me llevaron la cena, decidieron platicar conmigo, evitando tocar el tema de Crookshanks y mi discusión con Ronald, poco después, cuando ellas se quedaron dormidas, me adentré en la maleta, siendo recibida por los brazos de mi novio.

(…)

Me encargué de evitar a Ron con el paso de los días, por lo que el arrepentimiento de sus palabras se desvaneció y parecía estar aún más enojado conmigo, las tareas comenzaba a hacerlas nuevamente en mi maleta, por lo que ya no me veían tanto los chicos, mas que en los entrenamientos y las clases.

Volví a utilizar mis portales para sacar libros de la biblioteca, por otro lado, Tom parecía encantado con el hecho de que pasara más tiempo con él, no me preguntó las razones, simplemente hacía las tareas y él repasaba conmigo.

(…)

Se acercaba nuestro próximo partido, Oliver estaba preocupado tras mi desaparición, ya que dejé de ir a los desayunos, que era la única comida a la que me presentaba, mencionó que debía comer correctamente, aunque Ron se presentó en el último entrenamiento.

Los gemelos también intentaron en numerosas ocasiones el hablar conmigo durante los entrenamientos, pero Oliver siempre los interrumpía dándoles una orden, cuando terminó el entrenamiento, no dudé en bajar para irme rápidamente, por el ambiente de tensión impuesto gracias a Ron.

Cuando salí del campo fui interceptada por los gemelos, ambos se interpusieron en mi camino, aunque realmente no estaba enojada con ellos, realmente no deseaba entablar conversación con nadie, los chicos parecían algo heridos y desanimados por haberlos evitado todo este tiempo.

— Hermione — comenzaron a decir.

— Sabemos lo que pasó — dijo Fred.

— Sabemos lo que te dijo Ron — siguió George.

— No queremos que te alejes de nosotros solo por eso — dijo Fred.

— ¿ustedes no están molestos? — dije insegura.

— ¿por qué? — preguntó George.

— Si tu gato se comió o no a la moribunda rata de mi hermano, no tenemos por qué enojarnos, esa rata ya estaba muy enferma — dijo Fred. — jamás nos molestaríamos contigo por algo así.

— Queremos disculparnos por lo que dijo Ron — dijo George.

— Ustedes no tienen que hacerlo — dije frunciendo levemente el ceño.

— Lo sabemos, pero no queremos que te alejes de nosotros por eso… además… — intentó decir George, pero se detuvo buscando las palabras.

— Sabemos que te afectaron sus palabras — dijo Fred.

— Está bien, es un niño, solo lo dijo por la rabia — dije restándole importancia.

— Eso no significa que no te haya lastimado con sus palabras… es tu amigo… te encantaba pasar tiempo con ellos y burlarte de Ron... — dijo Fred, y eso fue suficiente para que mis ojos que cristalizaran y me rompiera.

Ellos abrieron sus brazos para recibirme en ellos con una sonrisa comprensible, no me resistí y los abracé ¿Quién iba a pensar que este par de gemelos bromistas iban a ser uno de mis pilares más fuertes para mantener mi cordura?

— No te vuelvas a aislar Herms… no nos gusta que nos alejes y te quedes sola — dijo George envolviéndome junto a Fred en un abrazo.

— Nos hace sentir tristes… y desorientados — dijo Fred.

— Perdidos más bien — corrigió George.

— Y no quieres ver a estos bromistas alegres perdidos ¿o sí? — dijo Fred y negué con la cabeza — entonces no desaparezcas de esa forma… — ante eso me sorprendí.

— ¿qué? — dije haciéndome la tonta.

— No nos mientras Hermione — dijo George. — una vez estuvimos tan preocupados por ti, ya que cada vez que preguntábamos por ti nos decían que estabas en tu habitación. — comenzó a decir — así que decidimos pedirle a Harry el mapa, pero este decía que no estabas en la torre — ante eso comencé a reír con nervios.

— Te buscamos en la sala de menesteres que nos mostraste, además de que revisamos todo el mapa y no estabas por ningún lado… —dijo Fred.

— Sabemos que puedes hacer esos portales raros — dijo imitando mis movimientos — y que puedes ir a donde quieras, pero eso no significa que no nos preocupemos. — dijo cruzándose de brazos al lado de su gemelo.

— No salí de Hogwarts, si eso es lo que piensan — dije alzando una ceja con cierta incredulidad.

— ¿entonces dónde estabas? — preguntaron al mismo tiempo. — ¡¿estabas en la cámara?! — dijeron alarmados.

— ¡claro que no! — dije y me los llevé de ahí cuando vi a unos alumnos por el pasillo.

Caminé tomada de la mano de los chicos, hasta llegar al baño de Myrtle, donde ella no estaba, miré por todos lados, verificando que efectivamente no hubiera nadie, para después abrir otro portal directo a la maleta que era como una biblioteca personalizada, donde tenía todos los regalos de mis lectores y cartas de mis fanáticos, todavía no leía todo, apenas había tenido tiempo, y todavía me faltaban unos obsequios más de navidad.

— ¿Dónde estamos? — dijeron viendo todo con asombro.

— Es mi santuario especial, no he salido de Hogwarts, pero tampoco he salido de la torre… — dije y me miraron buscando un explicación. — ¡esta es una de mis maletas! — dije extendiendo los brazos con orgullo mientras exclamaba orgullosa.

— No puedo creerlo — dijo George embobado — ya veo porque la pequeña Herms no sale de la torre.

— Exacto, solo salgo cuando Dobby me hace el favor de traer mi comida, así que solo subo. — dije señalando la escalera.

— Sabíamos que escondías ciertas cosas, pero no pensé que pudieras hacer algo como esto… — dijo viendo todo a su alrededor.

— Si, dependiendo de como me sienta van cambiando de color las paredes y muebles — dije y me vieron con sorpresa — es una novedad que recién “instalé” — dije encogiéndome de hombros.

— ¿por qué los suéter Weasley que te tejió nuestra madre están en esos maniquís? — preguntó Fred, viéndolos con interés.

— Si, pero se te olvidó lo más relevante — dijo George mientras los rodeaba — ¿por qué esta dentro de una caja de cristal? — ante eso me sonrojé, ellos no podían entender el privilegio que muchos potterhead quieren, y ese es tener un suéter Weasley.

— Es una vitrina — corregí y me miró con cierta gracia. — me gustó mucho… están hechos a mano… — dije nerviosa.

— Es muy dulce de tu parte… — dijeron ambos — ¿y estas ilustraciones? — dijeron mientras señalaban unas cuantas de ellas hasta que llegaron a las más grandes — Wow…

— Si… muchas fueron hechas por fans, y en base a eso también hice la mía, solo que la hice con magia, salió bien, así que las puse en cuadros, son los personajes de mis historias… Tal vez algún día las comparta con mis lectores — dije y después pasaron de largo para observarlas.

— Seguro que les encantará… — dijeron ambos.

— ¿Esa es Keyla? — dijo con emoción Fred.

— ¿Ese es “Eduardo”? — dijo George.

— ¿Ese es Anthony? — volvió a decir Fred.

— ¿Ese es Diego?

— Si, y Elinor, Emily, Mirtha, Raffe, Nathaniel, Monty, Leonardo, Donatello, Raphael, Mikey, Kara y los demás, agradezco que leyeran mis libros — dije riendo suavemente.

— Por supuesto que pasaría — dijo Fred.

— Después de todo, mamá nos hizo leer los de Lockhart — dijo George encogiéndose de hombros.

— Es más divertido el saber que tu los escribiste, son muy interesantes y diferentes a la vez — mencionó Fred.

— No podíamos soltarlos, ahora entiendo la obsesión de mamá por tus libros y por supuesto, la comida mexicana — dijo George con gracia.

— Es deliciosa — dije encogiéndome de hombros con un poco de vergüenza.

— Mamá y papá consiguieron un libro de recetas, además de que plantó semillas para cultivar “elotes”, quiere hacer comida lo más mexicana posible — contó Fred.

— Así que estas invitada formalmente a la fabulosa casa Weasley — dijeron ambos.

— Lo pensaré, probablemente haga caso al llamado de la comida y la buena compañía — dije sonriendo a ellos con complicidad.

— Pues estaremos esperando — dijeron contentos. 

(…)

Después del largo Tour por mi maleta donde “ocurre la magia” ellos parecían más tranquilos, aunque estaban decididos a ayudarme a aligerar trabajo, o por lo menos dejar de lado los entrenamientos, argumentando que me esfuerzo de más, cuando mi técnica de vuelo es “perfecta”.

Si supieran las nuevas técnicas que estoy haciendo en la escoba… tal vez pegarían el grito en el cielo, aunque seguramente las verían, pero no en el próximo partido.

(…)

Llegado el día, la mayoría de los chicos de Gryffindor parecían hacerle escolta a la saeta de fuego que tenía Harry, la cual comenzó a utilizar y manejaba muy bien, con eso todos estaban seguros de que Gryffindor ganaría, Draco se vio igual de desanimado, a lo que Harry y Ron parecían disfrutarlo.

Oliver también parecía disfrutar de la presencia de la saeta de fuego incluso más que el propio Harry.

— Déjala aquí, Harry — dijo Oliver, poniendo la escoba en el centro de la mesa y dándole la vuelta con cuidado, para que el nombre quedara visible.

Los de Ravenclaw y Hufflepuff se acercaron para verla. Cedric Diggory fue a felicitar a Harry por haber conseguido una escoba tan soberbia. Y la novia de Percy, Penélope Clearwater, de Ravenclaw, pidió permiso para tomarla.

— Sin sabotajes, ¿eh, Penélope? — le dijo efusivamente Percy mientras la joven examinaba detenidamente la Saeta de Fuego — Penélope y yo hemos hecho una apuesta — dijo al equipo — Diez galeones a ver quién gana.

Penélope dejó la Saeta de Fuego, le dio las gracias a Harry y volvió a la mesa.

— Harry, procura ganar —le dijo Percy en un susurro apremiante — porque no tengo diez galeones. ¡Ya voy, Penélope! —Y fue con ella al terminarse la tostada.

— ¿Estás seguro de que puedes manejarla, Potter? — dijo Draco con una voz fría y arrastrada.

— Sí, creo que sí — contestó Harry.

— Muchas prestaciones especiales, ¿verdad? — dijo Malfoy, con un brillo de malicia en los ojos — Es una pena que no incluya paracaídas, por si aparece algún dementor. — Crabbe y Goyle se rieron.

— Y es una pena que no tengas tres brazos — le contestó Harry — De esa forma podrías coger la snitch.

El equipo de Gryffindor se rio con ganas, yo solo observé todo, se lo había ganado, no me podía meter en esa discusión. Malfoy entornó sus ojos claros y se marchó ofendido, aunque pude ver que su mirada se desvió un poco a mi posición para después seguir con su camino.

A las once menos cuarto me dirigí con el equipo de Gryffindor a los vestidores. El tiempo no podía ser más distinto del que había imperado en el partido contra Hufflepuff. Hacía un día fresco y despejado, con una brisa muy ligera. Esta ve Oían al resto del colegio que se dirigía al estadio. Harry y yo al salir, nos miramos y asentimos, dando a entender que teníamos las varitas con nosotros.

— Ya saben lo que tienen que hacer — dijo Wood cuando se disponían a salir del vestuario — sólo tienen que hacerlo como en el entrenamiento de ayer y todo irá de perlas.

Salimos al campo y fueron recibidos con un aplauso tumultuoso. El equipo de Ravenclaw, de color azul, aguardaba ya en el campo. Cho Chang, como buscadora, era la única chica del equipo. Harry actuó como enamorado frente a la chica, yo lo miré tomando todo el auto control para no reír.

— Wood, Davies, dense la mano —ordenó la señora Hooch. Y Wood le estrechó la mano al capitán de Ravenclaw. —Monten sus escobas… Cuando suene el silbato… ¡Tres, dos, uno!

Harry despegó del suelo y la Saeta de Fuego más rápido que ninguna otra escoba. Comenzamos a jugar, aunque no le quitaba del todo la mirada a Harry, escuchando todo el tiempo los comentarios de Lee Jordan.

— Han empezado a jugar y el objeto de expectación en este partido es la Saeta de Fuego que monta Harry Potter, del equipo de Gryffindor. Según la revista El mundo de la escoba, la Saeta es la escoba elegida por los equipos nacionales para el campeonato mundial de este año.

— Jordan, ¿te importaría explicar lo que ocurre en el partido? — interrumpió la voz de la profesora McGonagall.

— Tiene razón, profesora. Sólo daba algo de información complementaria. La Saeta de Fuego, por cierto, está dotada de frenos automáticos y…

— ¡Jordan! — exclamó.

— Bueno, está bien. Gryffindor tiene la pelota. Hermione se dirige a la meta… Harry pasó como un rayo al lado de Hermione y en dirección contraria, buscando a su alrededor un resplandor dorado y notando que Cho Chang le pisaba los talones.

— Enséñale cómo se acelera, Harry — le gritó Fred al pasar velozmente por su lado en persecución de una bludger.

Decidida a ignorar gran parte de lo que sucedía, me concentré en el partido comenzando a anotar puntos al lado de Oliver, los vítores eran evidentes, fue entonces que vi a Draco mirándome, ¿no se supone que debía estar mirando a Harry? A su lado estaban Theo, Pansy y Blaise Zabini.

Entrecerré los ojos cuando miraron con cierta sorpresa, en mi dirección, entendiendo la situación y columpiándome cual chimpancé, devolví la Bludger que Fred intentó detener para que no me golpeara, justo a tiempo para desviar la que iba hacia Harry y anotar más puntos a nuestro favor. 

— ¡Gryffindor gana por ochenta a cero! ¡Y miren esa Saeta de Fuego! Vean cómo gira. La Cometa de Chang no está a su altura. La precisión y equilibrio de la Saeta es realmente evidente en estos largos…

— ¡JORDAN! ¿TE PAGAN PARA QUE HAGAS PUBLICIDAD DE LAS SAETAS DE FUEGO? ¡SIGUE COMENTANDO EL PARTIDO!
Cuando Ravenclaw comenzó a concentrarse más en marcar puntos, comencé a meterme ayudando a Oliver a que ninguna pasara, pero se estaba volviendo más cansado, cuando anotaron un punto.

— ¡HARRY, NO ES MOMENTO PARA PORTARSE COMO UN CABALLERO! — gritó Wood cuando Harry viró para evitar una colisión — ¡SI ES NECESARIO, TÍRALA DE LA ESCOBA!

Harry volvió a bajar en picado; Cho, creyendo que había vuelto a ver la snitch, quiso seguirle.

Harry frenó muy bruscamente. Cho se precipitó hacia abajo. Harry, una vez más, ascendió veloz como un rayo y entonces la vio por tercera vez: la snitch brillaba por encima del medio campo de Ravenclaw. Aceleró; también lo hizo Cho, muchos metros por debajo. Harry iba delante, acercándose cada vez más a la snitch. Entonces…

— ¡Ah! — gritó Cho, señalando hacia abajo.

Harry se distrajo y bajó la vista. Tres dementores altos, encapuchados y vestidos de negro lo miraban. No se detuvo a pensar. Metió la mano por el cuello de la ropa.

— ¡Expecto patronum! — gritó sacando su varita.

Algo blanco y plateado, enorme, salió de la punta de la varita. Lo había hecho bien, sonreí a Oliver alzando mi mano en signo de paz, a lo que él me sonrió. Se oyó el silbato de la señora Hooch y al instante volamos en dirección a Harry. Llegando cerca de Harry me lancé a él con confianza sorprendiéndolos .

Al momento siguiente, todo el equipo nos abrazaba tan fuerte que casi nos derriban de la escoba. Desde abajo se escuchaban los vítores, Gryffindor había ganado.

— ¡esos son mis valientes! — exclamaba Wood una y otra vez.

Alicia y Angelina besaron a Harry, mientras despeinaban mi cabello y Fred nos dio un abrazo tan fuerte que Harry y yo creímos que se nos iba a salir la cabeza. En completo desorden, el equipo se las ingenió para abrirse camino y volver al terreno de juego. Harry descendió de la escoba y vio a un montón de seguidores de Gryffindor saltando al campo, con Ron en cabeza. Antes de que se diera cuenta, lo rodeaba una multitud alegre que le ovacionaba.

Yo por mi parte, dejé que Harry disfrutara del momento, yéndome a los vestidores. Pero pronto sentí que era seguida por unas personas, así que en la esquina me detuve viendo hacia atrás haciendo un sonido de pisadas perdiéndose. ¿por qué Draco no se disfrazó de dementor para intentar asustar a Harry? Bueno, Crabbe y Goyle seguramente siguieron sus instrucciones.

Al instante el rostro de Draco apareció frente a mí, junto a Blaise, Theo y Pansy, los miré con incredulidad, pero todos parecían sorprendidos, yo sonreí satisfecha, parecían tener muchos sentimientos encontrados.

— ¿Por qué no fuiste por el dementor? — dijo Blaise con voz golpeada y en tono demandante.  

— Porque no eran dementores — dije con simpleza.

— Aun así… ¿por qué dejarlo solo? —  dijo son comprender Draco — es tu amigo ¿no? — frunció el ceño.

— Quería que demostrara que si se podía defender ¿Quién crees que le enseñó a invocar un patronus? — dije y me miró aturdido — ¿o creerás que no consideré que podías intentar molestarlo de esta manera? — dije y los chicos se mostraron sorprendidos, aunque no solo creo que haya sido por mi deducción acertada, creo que tenía más que ver con el sonrojo en la cara de Draco.

— Así que lo sabías — dijo Pansy con sorpresa.

— Claro — dije encogiéndome de hombros. Pero antes de seguir los gemelos aparecieron junto a Oliver.

— ¿Qué están haciendo frente a los vestidores de Gryffindor? — dijeron ambos gemelos mirando a los chicos con sospecha.

— Solo venían a hablar conmigo, está bien. — dije restándole importancia. — si me disculpan, tengo que cambiarme, y ustedes igual chicos — dije hacia ellos.

— Bien, agradecería que se retiraran — dijo Oliver decidiendo meterse — cualquier situación, puede ser después de que se cambien por algo más cómodo. — dijo mientras me tomaba de la mano y nos encaminábamos a los vestidores, separándonos cuando yo entré al de chicas.

Al fin de cuentas, creo que Oliver realmente sabe como resolver las situaciones sin violencia… “por lo menos fuera del campo” pensé mientras recordaba lo que gritó en el campo “¡HARRY, NO ES MOMENTO PARA PORTARSE COMO UN CABALLERO!” seguido de “¡SI ES NECESARIO, TÍRALA DE LA ESCOBA!”. El quidditch puede volverlo loco.

(…)

Era como si hubiéramos ganado ya la copa de quidditch; la fiesta se prolongó todo el día y hasta bien entrada la noche. Fred y George desaparecieron un par de horas y volvieron con los brazos cargados con botellas de cerveza de mantequilla, refresco de calabaza y bolsas de dulces de Honeydukes.

— ¿Cómo lo habéis hecho? — preguntó Angelina Johnson, mientras George arrojaba sapos de menta a todos.

— Con la ayuda de Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta — susurró Fred en mi dirección, mientras George decía lo mismo en dirección a Harry.

Yo solo negué con gracia en su dirección, Harry dejó la mesa en que Fred y George habían empezado a hacer juegos malabares con botellas de cerveza de mantequilla, y se acercó a mí, ya que no me veía involucrada en la celebración, aunque solo esperaba el momento adecuado para escapar nuevamente, tal vez no estaba de más el celebrar con Tom nuestra victoria.

— ¿No estas feliz? Ganamos el partido — me preguntó acercándose para iniciar la conversación.

— Claro que sí —respondí mientras miraba feliz a los chicos — ¿Cómo no estarlo? Nuestra meta este año es ganar la copa de quidditch y parece que vamos por el camino correcto.

— Vamos, Hermione, ven a tomar algo — dijo Harry, mirando hacia Ron.

— No puedo, Harry, aún tengo que leer cuatrocientas veintidós páginas — contesté mientras alzaba un libro que tenía detrás de mí, pero antes de que el dijera otra cosa lo detuve — Además… —miré a Ron y después a Harry — él no quiere que vaya. — dije, y justo después escuché a Ron.

— Si Scabbers no hubiera muerto, podría comerse ahora unas cuantas moscas de café con leche, le gustaban tanto… — dijo lo suficientemente fuerte para que escuchara, por lo que rodee los ojos.

Después de eso subí a mi dormitorio dejando a los chicos atrás, si las cosas salían como pensaba, hoy mismo tendría a canuto frente a mi recibiendo toda mi furia…

(…)

La fiesta terminó y fue esa la señal perfecta para comenzar a montar guardia, después de que Tom se quedara dormida, me escabullí colocando una almohada como sustituto, mis entrenamientos esa misma semana habían dado ciertos frutos, ya que la posibilidad de entrar a la dimensión espejo me dieron muchas ventajas.

Cuando escuché los gritos de Ron, fue momento de esperar, vi como Sirius bajaba a paso apresurado, por lo que yo lo tomé por el cuello arrastrándolo a la dimensión, para su gran sorpresa y suerte, ya que varios alumnos comenzaron a salir, era curioso, podía ver muchas cosas que sucedían, incluso como se alteraban y decían que seguro fue una pesadilla de Ron.

Mentiría si dijera que no disfruté eso, por lo menos hasta que sir Cadogan reveló que de verdad Sirius había pasado, por lo que la responsabilidad cayó en Neville, Sirius estaba sorprendido, mientras se ponía de pie y veía todo con admiración, incluso se acercó a Harry para verlo mejor.

— Así que… — dije mientras lo volteaba a ver y el se estremecía para despues tensarse — ¡CANUTO, PERRO SARNOSO! ¡UNA MUGROSA CARTA! — comencé a vociferar mientras el cerraba los ojos — ¡Y AQUÍ ESTOY VOLVIENDO A ARRIESGAR MI PELLEJO POR EL TUYO! ¡¿SABES LO PREOCUPADA QUE ESTUVE POR TI TODO ESTE TIEMPO?! ¡NI EL MISMISIMO SALAZAR TENÍA TUS MODALES!

— ¿L-lo siento? — dijo algo aturdido cuando terminé.

— Bien… — dije más tranquila y me miró raro — ya habiendo resulto el pequeño dilema ¿Qué se te metió en la cabeza? ¿estiércol, harina, aserrín? Sirius Orion Black, volviste a meterte donde no debías… y ¿un cuchillo? Por Merlín, dios ¡por Obama! ¡mis tontos amigos van a tener pesadillas! Fue irresponsable de tu parte.

— Me recuerdas a la pelirroja — dijo frunciendo el ceño extrañado.

— Oh, créeme, eso será poco si vuelves a hacerme la misma puñalada.

— Entendido — dijo volviendo a prestar atención a su alrededor — gracias por salvarme el pellejo… sino te importa ¿me podrías decir dónde estamos? 

— Es algo nuevo que aprendí — dije orgullosa — es a lo que llamo, la dimensión espejo, aunque apenas lo dominé recientemente, es mi lugar seguro… dado que nadie más aquí lo tiene.

— Entiendo… ¿Cómo el hechizo de Dumbledore? — dijo y yo lo miré raro.

— El encantamiento Fidelio es algo diferente y demasiado complejo — dije encogiéndome de hombros.

— Pues esta “zona segura” me parece mucho más compleja que ese hechizo, incluso parece algo imposible de imaginar — dijo mirando todo con admiración.

— Procuro llenar mi vida de imposibilidades — dije encogiéndome de hombros.

— Ya lo creo… — dijo volviéndose hacia mi — el patronus es un hechizo avanzado, incluso es difícil de dominar para aurores y tu no solo lo hiciste, lo enseñaste a Harry, eso ya es mucho.

— Vamos, también Harry tiene mucho talento, es un gran pupilo — dije sonriendo al recordar las clases que tuve con él.

— Se parece a sus padres — dijo con orgullo y nostálgico.

— No lo dudo — dije con gracia.  

Esa noche, en la torre de Gryffindor nadie pudo dormir, por lo que llevé a Sirius a mi habitación, adentrándolo nuevamente a mi maleta, mañana lo dejaría ir nuevamente, le pasé algunas pocas cosas que tenía para comer y bajé haciéndome la tonta con mis amigos, ya tenía una nueva excusa para Tom…

* .:。✧*゚ ゚・ ✧.。. * * .:。✧*゚ ゚・ ✧.。. *

Gracias por leer todo los capítulos que les traigo, por hoy con este término el día, adoro sus comentarios que también me sirven para tomarlos en cuenta.

Espero que las actualizaciones hayan sido de su agrado ♥️

Nos leemos pronto ♥️

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