Sueños quebrados

By innnaaa_

556 93 12

¿Qué ocurre cuándo lo único que te queda es la esperanza? Thebe se ha pasado toda su vida protegiendo y cuida... More

SINOPSIS
Sueños quebrados
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Epílogo

Capítulo 12

13 3 0
By innnaaa_

12

"Solo se muere cuando se olvida, y yo nunca te olvido"

-Coco.

Es curioso la forma en la que percibimos la muerte, como un gran peso en la espalda que nunca podemos llegar a arrancar. Sabiendo que algún día nos consumirá pero con la esperanza de que tarde lo suficiente como para escapar. "De la muerte no se puede escapar" Dicen. La muerte te sigue como el placer más intenso que puede llegar, como el sol en un día de verano que arde sobre tu piel con la intensidad de mil soles. La muerte es miedo y el miedo es dolor. 

Nos pasamos desde que nacemos imaginando que pasará el día que llegue ese demonio con alas negras y nos arrebate lo único que algún día creímos que nos perteneció, pero igual el demonio no es demonio sino ángel de alas rotas vagando por el abismo del recuerdo y el olvido. 

Algunos desean que llegue, otros le temen y muchos anhelan su efecto, el ángel de alas rotas te acecha en las sombras esperando su gran momento. Puede llegar mientras duermes, cuando cruzas la carretera, en un viaje de ensueño, un día de pesca, en tu aburrido trabajo, junto a tu amable esposo, habiendo pasado unos largos años o en cambio sin poder llegar a disfrutar de una agradable niñez. La única certeza de la muerte es que no tiene preferencias de ningún tipo, ni joven ni anciano ni rubio ni moreno ni alto ni bajo ni grueso ni delgado ni rico ni pobre ni feliz ni triste ni amable ni borde ni bueno ni malo ni futuro ni pasado... Solo abismo, solo oscuridad y cuando te fundes en ella... llega la paz y el desaliento de tus amados.

Quizás tenerle miedo es lo más sensato, pero tenerle miedo desde que momento y sobre todo a qué precio. Cuando tenemos diez años sufrimos porque les llegue a nuestras personas más cercanas, cuando cumplimos los treinta ya hemos visto el efecto que ejerce y el dolor que arrastra y solo podemos plantearnos preguntas sin respuestas, a los cincuenta ya comienzas a plantearte seriamente su efecto, cuando llegará y comienzas a cambiar hábitos de tu vida cotidiana para alargar todo el tiempo posible vuestro encuentro, a los setenta piensas en ello solamente temiendo si tus seres queridos podrán vivir con ello, si consigues llegar a los ochenta simplemente dejas correr el tiempo y esperas con los brazos abiertos su llegada y cuando llega... Bueno, eso no lo sabe realmente nadie. Solo sabemos lo que arrastra consigo.

La muerte es enemiga de muchos y amiga de otros muchos pero su peso es como tu propia sombra, ojalá los humanos no fuéramos tan frágiles pero la verdad es, que somos como el cristal un mal golpe y ya te encuentras en el olvido, te recogen del suelo te tiran a la basura y en unos cinco minutos nada hace referencia a que tú has estado allí.

Si  has tenido la suerte de no haber perdido a nadie durante toda tu vida ni animal ni persona tienes la certeza de que en algún momento pasará.  Hacerme un favor, pensar en una persona ya sea abuelo, abuela, hermana, hermano, amigo, amiga, tío, tía, padre, madre, hijo, hija, perro, gato... Solamente imaginar que eso pasa. Aunque sepas que eso todavía no ha pasado todos sabemos que en algún momento pasará y sufriremos, porque dolerá con la intensidad de mil espadas cortando tú piel y en el fondo de tú corazón una llama te abrasará lentamente hasta que decidas que es el momento de coger la manguera.

Podría despedirme diciendo que es el ciclo de la vida que aunque nadie a mi alrededor halla fallecido no me aterra la idea, que no pensemos que solo disfrutemos... Pero sería mentira. En algún momento vamos a pensar en nuestro ángel de alas rotas y solo podemos darle la mano y caminar juntos hacia el abismo.

-Cerré el ordenador.- Me dispuse a coger la mochila y colgarla sobre mis hombros, mientras eche una rápida mirada en el espejo de cuerpo entero situado a un lado de mi escritorio. Hoy en especial me había decidido por un conjunto que apreciaba, como nos encontramos en la época donde comienza ha hacer algo de frio me decidí por unos vaqueros anchos de color negro, un cinturón canela, un top de tirantes básico de color canela a conjunto con el cinturón y por último una trenza que lucia hermosa sobre mi espalda. No solía maquillarme pero hoy había decidido ponerme mascara de pestañas y aprovechando que se me habían cortado los labios cacao de fresa.

Venía a recogernos a mí y a mi hermano Rai ya que todavía no había cumplido la edad mínima para poder conducir, asique nos encontramos delante de la puerta de mi casa mientras observamos un coche blanco acercarse a la velocidad estipulada. Una vez arriba me percaté de la forma en la que me observaban dos de mis grandes confidentes. El sábado cuando me entere de la noticia después de haber estado reflexionando en el jardín junto a mis perros y entré dentro de la casa me encontré con que estaban sumergidos en un expectante silencio, no lloré, no chillé, no me enfadé, simplemente les propuse ir a comprar palomitas y ver una película todos juntos. Soy consciente de que todos menos mi hermano parecieron sorprenderse, en realidad creo que esperan que el torrente de lagrimas llegué hoy. 

No llegará, tendré una conversación con John donde hablaré de forma serena y educada. Mentiría si dijera que no me he pasado toda la noche recreando las palabras concretas para decirle pero nunca a sido un problema para mí decir la verdad. Simplemente intentaré superar las dos primeras horas y en el momento que yo elija como indicado ir ha hablar con él.

Bajamos del coche unos cinco minutos después cuando Rai aparcó justo en el centro del aparcamiento, en la puerta nos esperaban Ana y Ilkay que estaban hablando sobre el nuevo examen de música. Apenas compartíamos algunas clases entre nosotros, pero por suerte menos con Zach ya que cursaba en un curso menos, con el resto de mis amigos compartía una clase o dos.

A primera hora tengo biología, clase en la que el profesor Louise intenta que sea lo más dinámica posible pero nunca acaba consiguiéndolo, no tendrá más de cuarenta años pero su forma de hablar te recuerda a una persona de noventa. Ocupo uno de los asientos del centro, lo suficientemente cerca para coger los apuntes necesarios y lo suficientemente lejos para no tener que estar respondiendo a sus preguntas continuamente. La clase pasa sin incidentes al igual que las dos siguientes por suerte la cuarta que es historia del arte la comparto con Ilkay que me espera sonriente junto a la puerta.

-Mi pequeña Nala, ¿Qué haría sin ti durante está aburrida clase?

-Posiblemente morirías de sobredosis de información.-Respondo resuelta, a lo que él ensancha su sonrisa.

-Cierto. Si me gustara Historia tendría un pase pero igual al ser nefasto en ella aunque quizás no se me da tan mal... No. Definitivamente no es lo mío.

-¿Y qué es lo tuyo?

-Todo.-Dice indignado.-Aunque no lo parezca mis notas son totalmente excelentes, ¡Por quién me tomas! Mis estudios son lo primero.-Bufo.

-Nadie se cree eso sacas notas normales ni horribles ni excelentes totalmente normales, a veces un seis, otras un siete y otras un ocho y alguna con mucha suerte consigues llegar al sobresaliente pero solo si la asignatura se te da muy bien.-Conozco a Ilkay y él me conoce a mí mejor de lo que nos gustaría a los dos pero es divertido hablar sobre temas totalmente cotidianas.

Comienzo a pensar y verme reflejada en mis palabras, y parece que a Ilkay le hace mucha gracia, porque ahora Ilkay me mira con suficiencia. En mi defensa diré que soy muy fácil de leer.

-¿Qué pasa? Te has visto identificada.-No era una pregunta, como he dicho anteriormente nos conocemos más de lo que me gustaría.

-No te lo creas tanto, en mis mejores asignaturas saco sobresalientes.

-Como casi todo el mundo, totalmente ¿Cómo decías? -Fingió pensarlo.- ¡Ah! ¡Sí! Normal.

-Puede ser.-Me encogí de hombros.-Lo normal no es sinónimo de malo.

Al decir esas palabras me acordé de lo que me solía decir mi padre, intenté no cambiar mi humor y creo que lo conseguí ya que Ilkay no hizo ningún tipo de comentario aunque como he dicho soy muy fácil de leer.

-¿Has pensado lo que harás con John?-Cambia de tema bruscamente.

-Ehh... Sí, lo cierto es que sí.-Digo abrumada por el rumbo de la conversación.

-¿Y bien?-Dijo cuando vio que no entraba en detalles.

-Nada, te mantendré con la incertidumbre hasta el último momento.

-Eres malvada.

Le guiñé un ojo mientras entrabamos en la clase riéndonos y empujándonos juguetonamente. Está vez cogí asiento al final de la clase junto a Ilkay que no paraba de mirarme con interés.

-¿En dos días tienes que proponer la canción?

-Sí.-Dije mientras asentía con la cabeza.

-¿Algún spoiler?

-Como he dicho anteriormente mantendré la incertidumbre hasta el último momento.

Hace unos días los entrenadores, el director y yo nos reunimos y me propusieron hacer algo diferente. Creían que debía elegir una canción inspiradora en la que pudiera contar una historia para interpretarla al comienzo del próximo partido aunque era algo precipitado elegirlo con tan poco tiempo y ensayar algo tan diferente me pareció una buena idea, innovar solo podría traer cosas buenas al equipo y aunque a las animadoras les encantan las canciones y las coreografías para cada partido. Por mi parte continuamente estoy proponiendo pasos nuevos, canciones diferentes, gestos que desentonaran... Solamente para salir y sacar un poco a todos de nuestra zona de confort.

En mi opinión la idea de contar una historia a través de la música y el baile es una de las mejores ideas que podría haber tenido el centro. Si conseguíamos llevarla acabo perfectamente quizás pudiéramos repetirlo más a menudo y por supuesto es un idea que me ilusiona y me encanta a parte iguales.

-¿Cómo puedes dejarme durante dos días a la espera? ¿Al menos dime la idea principal?

-¿Eres del equipo?

-Sí.-Contesta confuso.

-Entonces espera como los demás.-Digo con burla sacándole la lengua a lo que él me responde de la misma forma divertido.

Después de esto comenzó la clase y salvo alguna conversación más junto a mi nuevo amigo no hubo nada interesante.

Se acerca la hora de ir al comedor y todavía no me he cruzado con John, igual no ha venido hoy a la escuela o me está evitando las dos opciones son igual de validas y razonables aunque si yo hubiera jugado de esa forma con alguien lo primero que hubiera hecho habría sido buscarla y explicarle las cosas tanto si me arrepiento como si no. Claro que eso es lo que yo haría y no todo el mundo soy yo, de hecho nadie es la misma persona que yo.

Me rio ante la absurdez de mis pensamientos y Ilkay me mira con una pequeña sonrisa.

-No pensaba que después de lo de John fueras a estar tan bien, siempre tienes nuevas sorpresas que ofrecer.-Notó la admiración en su voz lo que hace que me sonroje ligeramente.

-Supongo que es mejor aceptar la realidad y vivir con ella que hundirte en ella.-Me encojo de hombros sonriente.

-Supongo.-Imita mi gesto.

Mi sonrisa se incremente cuando veo a John aparecer por la esquina cosa que a mi ahora exnovio solo parece aumentarle los nervios. No parecía querer encontrarse conmigo pero me conoce lo suficiente para saber que no tiene opción. Cuando las cosas se acaban no me gusta que se queden con finales abiertos, son interesantes en las novelas pero innecesarios en la vida real. Las cosas se acaban pero si no les pones punto y final se quedaran con un continuo etcétera.

John se planta delante de mí y dedica una mirada nerviosa hacía Ilkay que esta sorprendentemente serio, pero Ilkay no le mira a él, en cambio me está observando con la mandíbula apretada esperando mi respuesta, cuando asiento casi imperceptiblemente con la cabeza es suficiente señal para él como para irse, aunque solamente se aleja unos metros atento a nuestra conversación.

John no se hace derogar y comienza ha hablar.

-Thebe me gustaría hablarte sobre el video, supongo que ya lo habrás visto.-Antes de responder me corta.-Por favor por está vez deja que me explique antes de decir nada.

Vaya, no sabía que solía interrumpirle ni mucho menos no dejarle explicarse, ya no me debería de importar puesto que ya no somos novios ni cualquier otra cosa pero no me gusta como comienza la conversación aunque le hago caso y guardo silencio. 

Al ver que no respondo continua.

-Aunque no lo parezca siento lo que ha pasado, no quería hacerte daño.-Difícil de creer pienso, pero le dejo continuar.-Simplemente se me fue de las manos, en una fiesta mis amigos me propusieron gastarte una broma y yo pensaba que me rechazarías pensaba que todos sabían de mi orientación sexual pero parece ser que no era así. Me equivoqué, mi intención no era que fuera algo serio ni haber estado tantos meses juntos ni haberte enamorado.-Un momento. ¿Enamorado?

-John, no estoy enamorada de ti. 

-¿No?

-Por supuesto que no.-Niego mientras una sonrisa vuelve a inundar mi rostro, ni siquiera me había dado cuenta de haberla perdido.

-¿Entonces por qué estabas conmigo?

-No creo que seas el más oportuno para preguntar eso.-Pese a mis palabras lo digo en un tono amable.

-Tienes razón, perdona.-Dice avergonzado.

-Mira no es ahí hasta donde quería llegar me refiero a que al principio nos lo pasábamos bien pero realmente nunca fuimos una verdadera pareja.-Él hizo un ademán de contestar pero entonces fui yo quien le corte.- Lo sabes tan bien como yo, en el fondo sabía que si cortábamos nuestra amistad se rompería y no era algo que yo quisiera pero entonces llegaron las peleas y cada vez sentía más el impulso de cortar contigo pero entonces me decía que no, que eras mi amigo y esto.-Hice un gesto con el dedo señalándonos a los dos.-Se podía solucionar si me esforzaba un poco más.

-Me sentía igual, eres una chica genial y de verdad que te considero mi amiga y no quiero perderte.-Parecía cómodo con la conversación y notaba sinceridad en sus palabras, pero en estos momentos todo lo que salía de su boca podía ser tanto mentira como verdad.

-No me estas entendiendo.-John lucia ahora confuso.-Pensaba que eras mi amigo y si en cualquier momento me hubieras comentado la verdadera naturaleza de tú interés por mí podríamos haber seguido siendo amigos perfectamente, pero en el video dijiste cosas horribles que aunque no hubieran sido para mí no hubiera querido escuchar ni toleraría ese tipo de acciones y palabras hacia otras personas. Yo no quiero a alguien así en mi vida, en su momento fuiste genial conmigo pese a las discusiones y te tengo cariño por el tiempo que hemos pasado juntos, pero realmente no creo que nos hagamos bien.

-Se que lo he hecho mal pero por favor perdóname.-Dice mientras en su rostro se va tiñendo de desesperación y culpabilidad.

-No he dicho que no te perdone.-Aseguró.

-¿Me perdonas?-Dice sorprendido.

-Sí y puede que en un futuro podamos reanudar nuestra amistad pero necesito tiempo.

-Lo entiendo y de verdad que nunca quise decir esas palabras ni ponerte en ridículo de esa forma pero se que eres fuerte, es algo que he aprendido en nuestro tiempo juntos.-Dice sonriente.

-Está bien.-Sus palabras me incomodan, yo no debería de ser fuerte por algo así.

No creo que quede mucho más que decir, nuestra relación no volverá a ser la misma y eso es algo tanto bueno como malo, pero quién sabe igual en un tiempo nuestra relación pueda renacer de sus cenizas y convertirse de nuevo en un Félix precioso de plumas rojas, pero plumas rojas brillantes no como las antiguas que estaban viejas, estropeadas y sobre todo rotas. 

-¿Me das un abrazo?-Dice con una mueca.

Le abrazo sabiendo que este es un punto y final perfecto, antes de que él se separe y se marche me susurra al oído.

-Te quiero, igual no de la forma en la que te esperabas pero te quiero. Nunca dejes que nadie te vuelva a tratar como yo te he tratado.

Son las palabras más bonitas que me ha dicho en todo el tiempo que llevábamos juntos y solo por eso se merece que le responda.

-Yo también te quiero.-Le susurro de vuelta.

Él se separa con una gran sonrisa en sus labios y da media vuelta rehaciendo su camino.

En ese  momento es cuando más siento el espacio que nos separa y la sensación de haber perdido un pilar importante en mi vida se hace presente. Lo sé, nuestra relación a muerto. Pero todavía queda la esperanza de que reviva de una forma más bonita y sana.

John desaparece tras la pared y junto a él el ángel de alas rotas que nos unía.


Continue Reading

You'll Also Like

105K 17.7K 44
¿Y si es muy tarde para empezar de cero? Cuando Gia Davies se muda a Nueva York, está huyendo. Se ha dado cuenta de que su carrera no le gusta, su re...
41.8K 2.2K 27
Selena quiere cumplir su sueño siendo la protagonista de la nueva película Zombies 4, pero la vida le pone algún que otro obstáculo de por medio, ent...
277K 27.7K 46
[LIBRO 1] No respires cerca de él. No lo mires a los ojos. No le preguntes por su collar. No busques las razones. Es él, la imagen de la perfección m...
2.6M 238K 36
Zoe y Axel son polos opuestos y, a la vez, muy similares. A él le encantan las matemáticas; ella las odia. Él es reflexivo; ella le da muy pocas vuel...