• EXPLOTA Y LUCHA •
NARRADOR OMNISIENTE
Mientras que las cinco chicas corrían por sus vidas, los Julap y Abdo perdían la cabeza; primero les tomaban desprevenidos y los atacaban con todo y ahora descubrían que tenían fugitivas por la casa.
Mauricio estaba inquieto, la mujer que amaba o eso creía, lo estaba traicionando y quien pago el costo de su enojo fue Alisha quien ahora era uno más de los cadáveres.
Rhet y Lorenzo estaban descontrolados, habían sido muy cuidadosos con todo, no habían dejado ni una marca para que los encontraban, pero como raro todo les salió mal.
Gamal ya había matado a unos cuantos de sus hombres, no quería ser el idiota del cuento y dejarse pisotear.
Por otro lado; Sathiel estaba desatando el infierno por todo el lugar. Dhack dejaba cuerpo tras cuerpo con cada paso. Bael succionaba cada alma como el demonio que era. Hades destruía a quien se le atravesase junto con sus fieles caninos.
Simón y Nick demostraban todo lo que habían aprendido, en el campo se complementaban perfectamente como hace unos años. Los mellizos Mort-Shiro parecían máquinas de matar, disfrutaban cada cuchillada y golpe.
Cuando estaban a punto de ingresar, la puerta trasera fue abierta. Por ella salieron Athalia, Coral, Mérida y Afrodita; la pequeña niña cuando vio a dos bellos perritos que tanto amaba sintió alivio.
Las bestias sintieron el aroma de la pequeña que siempre les daba comida por la noche y jugaba todo el día con ellos, pronto ladraron y empezaron a correr hacia su dirección.
-BESTIAS HERMOSAS – grito la niña
Todos pararon, Hades dirigió su mirada a sus mascotas y luego vio a la pequeña niña correr. Rápidamente reacciono y corrió hacia ella y cuando la tuvo en brazos la apretó mientras la consentí, sentía que su alma volvía.
-Papi – susurro Afrodita
-hay princesa, te amo...Dios no sé qué haría sin ti.
Los hombres y mujeres hicieron un escudo para protegerlos, mientras todos saludaban a las recién llegadas pronto preguntaron sobre la pelinegra y castaña.
Que en ese momento estaban subiendo a la terraza, las habían rodeado y no tuvieron de otra que subir. Por su suerte lograron librarse de ellos, pero les faltaba sus peores enemigos, los cuales estaban a punto de tomar un helicóptero en el mismo lugar.
Y cuando vieron a las dos chicas no disputaron en apuntar, ahora ellas estaban en muy malas circunstancias; sin balas ni cuchillos, solo un poco de munición y eso no era nada contra ellos.
-seguramente si cogieron por este lado, estarán en la terraza – explico Coral señalando en el mapa – entonces deben de estar en la terraza o cerca de esta.
-bien, ustedes acompáñenlas y sáquenlas lo más rápido de aquí –ordena Simón –los demás, muévanse.
Empezaron a moverse siguiendo las instrucciones de la Coral, su camino fue fácil pues hombres del otro bando ya no habían. Antes de girar para subir las escaleras, Mauricio junto con unos quince hombres les detuvieron los pasos.
- ¡Ah este cabron se las cobro! – dice Nick apuntándole sin titubeos
Mauricio había sido el causante del sufrimiento de su esposa, ahora era el momento para matarlo y darle paz a su mujer y a él.
-NI MIER...
El sonido sordo de una bala, corta las palabras del difunto Mauricio Julap. Nick baja el arma y sonríe con satisfacción, los quince hombres sobrantes tienen la intención de disparar, pero los demás reaccionan antes y les meten tiros por donde se les vea.
Continúan su paso, han visto más muertos que perdieron la cuenta; paran en seco al escuchar un grito, uno que Hades conoce bastante bien. El susodicho empuja a los de al frente y llega a la azotea; donde un helicóptero, Gamal, Rhet y Lorenzo junto a unos cinco hombres, es lo primero que ve.
-HERMANA –grita Adam al terminar de subir, detrás de él llegan los demás poniéndose atentos al panorama.
Ava quien esta tirada en el suelo, con una herida en su pie derecho; levanta la mirada y siente como su mundo se completa al verlos. Anaita levanta la mirada y nota la presencia de los recién llegados, significa que ellas salieron piensa y sonríe a medias.
-están jodidos, ahorrémonos la marikada –grita Ming
Lorenzo le apunta a Ava; recibiendo a si las armas de Hades, Adam, Ming y Wen. Rhet le apunta a Sathiel, quien apunta a Gamal cuando este apunta a Anaita, los demás se dividen los blancos. Es una guerra de miradas, donde o salen ahora o todos lo cobran.
-Bajen sus armas, nosotros nos iremos y los dejaremos en paz – habla Lorenzo
Wen suelta una carcajada ante severa idiotez – Estas podrido si piensas que tendremos más mientras que ustedes respiren.
-ya hemos cobrado cuentas con Mauricio – expresa Bael – le siguen
Sathiel no despega su arma de Rhet, aun así, mira de reojo a su pequeña; al igual que Dhack que no disimula nada en revisarla y ambos sintiendo la misma angustia que los consume.
Anaita está adolorida, apenas si llega a estar consiente. El golpe del ladrillo la dejo muy mal, aun así, le tira un vidrio roto a su amiga, Ava lo recibe y se lo entierra a Lorenzo para que dejara de apuntarle dándole una oportunidad.
Ava se levanta con el dolor a mil, y es su hermano quien la recibe llevándola atrás de los demás para revisarla.
-estas bien.
-si, por suerte salió, solo hay que cerrar la herida – explica ella dándole una mirada a su prometido, un Estoy bien.
Ahora todos se concentran en Anaita, notablemente no se puede defender, pero tienen que actuar o será demasiado tarde y eso lo saben todos.
Gamal aun procesa las palabras de Bael, su padre ha muerto, sus madres probablemente ya lo estén y su hermana ya debe ser polvo. Le entra un grande resentimiento y en un ataque de rabia, se estira lo suficiente para agarrar del pelo a la pelinegra.
Los latidos de todos se disparan y mientras Gamal la levanta utilizándola de escudo sujetando un cuchillo en su cuello, Rhet ve la oportunidad de escapar.
Ya le han cortado un hala al ángel, aun así, ella podrá volar.
-SUELTALA -grita Simón tendiendo de un hilo
-HAGANLO DISPAREN Y LA VIDA DE ESTE ANGEL VOLARA -responde con veneno Gamal apretando mas su agarre
Wen se siente rodeada, le cogió tanto cariño a su cuñada que pensar en un desayuno sin que ella y su mellizo se tiren comida o que su hermano mayor sonrisa como lo hacia hace tantos años, le cuesta. Ming solo tiene una cosa en su mente, aquella vez que Anaita llego a su cuarto quejándose por que se había comido su Nutella y empezaron a tirarse las almohadas a tal punto que la habitación se pinto de plumas; ella lo entendía.
Nick sentía sus manos sudar, sus hijos eran sus pilares y verlos desbordarse por que aquella alegría que los había juntado a todos estaba tan cerca pero aun así sentía que no la podía coger desprevenida a altas horas de la noche y ponerse a charlar mientras comían durarnos, le jodia.
Ava no podía perderla, ella le dio la fortaleza para salir de su forma de confort y sin ella no tendría el amor que ahora le daban, sin su mejor amiga no podría hacer sus maldades, no sabia como decirle a su hija que ya no tendría a su tía regalándole todo lo que quisiera.
Bael no sabría como decirle a su mujer que la madrina de su hijo no estará presente; o tal solo pensar en que ya no tendría a una compañera para molestar a su hermano le dolía. Hades veía a esa pequeña niña que siempre lo perseguía por toda la casa, su hermanita que siempre lo impulsaba a cometer sus sueños y lo ayudaba con sus locuras. Perderla cuando la habían recuperado, no ella.
Simón no soportaría perder a esa carismática niña, que siempre le llevaba leche cuando se trasnorchaba en su despacho; verla cumplir su sueño de ser una gran empresaria y manejar su imperio junto con sus hermanos.
Dhack recordaba la cara de susto que puso la pelinegra cuando la pillo entre los arboles, nunca pensó que llegaría a amarla tanto que imaginaba una vida con ella, la familia que una vez llegaron a darle sus padre. Sathiel sabia que si ella se iba, no dejaría ni un alma en paz, se convertiría en el diablo que tanto a resguardado; pensar que ella ya no estaría hay para decirle un insulto o hacerlo reír.