Advertencia: Violencia.
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—¿Que dijiste?— Dazai parecía genuinamente sorprendido por la declaración de Chuuya, tenía sus sospechas de su relación con el Arahabaki, pero confirmarlo así era demasiado. Hizo una seña a la joven de manera cautelosa marco el teléfono de Mori, pero apenas entró la llamada colgó.
—Solo tengo recuerdos de la mitad de mi vida, no los perdí por la conmoción como tú. Es como si no tuviera vida antes de ese día de hace ocho años—Chuuya miraba de reojo a Jane, quien solo lo contemplaba en silencio—. Lo anterior es oscuridad, flotaba en un lugar desconocido, hasta que la mano de alguien rompió el sello, y me sacó al exterior— los ojos azules se encontraron con los color ambar de Randou—. Esa mano era tuya, ¿No?.
El más alto sonreía, no contestó ninguna de sus preguntas en ese momento, lo haría después de enfrentarlo. Formó un subespacio en su mano, y lo arrojó en dirección a Nakahara, este se protegió con la gravedad, pero aún así salió volando.
—¿Por qué no usaste la gravedad?— el de gabardina negra giro la cabeza más nervioso—. Jane, detrás de mí...
—A diferencia de las balas, mi subespacio no recibe influencia de las leyes físicas— el adulto formó otro pero este lo dejo caer—. Además, es un espacio separado del mundo real.
Jane observó como tocó el suelo, pero no impacto contra el piso, más bien lo absorbió, y sin darse cuenta Dazai estaba en una especie de jaula. Era el peor de los escenarios, sin Osamu cerca ella también estaba en peligro, y morirían.
—Sin mi permiso, nadie puede entrar o salir de el— al decir eso toda la zona industrial dónde estaban quedó rodeada por su habilidad—. Son niños, actúan como tal.
—Creaste un subespacio evitándome— el castaño hablaba serio—. ¿Sabes cuál es mi poder?.
—¡Desgraciado!— Nakahara salió volando listo para golpearlo
—Sobreviviste. No esperaba menos del Arahabaki— el de ojos ámbar evitó su patada, levito con ayuda de su poder, y cuando Chuuya estaba listo para atacar apareció un subespacio frente a el.
Jane dudaba si avanzar contra Randou, recordo las palabras de Mori. "Solo puedes intervenir si las cosas salen mal, confío en ti Jane". Las cosas pintaban mal ahora mismo. La joven ató su cabello rápidamente en una coleta alta, siempre cargaba una liga consigo por si era necesario pelear, alzo la vista para ver cómo Nakahara era apaleado con ataques directos del mayor.
Este estaba tan distraído que no se dió cuenta cuando Jane apareció detrás de él, asentando una patada en su cabeza. Chuuya se resguardaba detrás del subespacio que encerraba a Dazai.
—¿El infinito te permite hacer eso?— el de orejeras medito unos segundos—. ¡Claro, tiene sentido! Creas un espacio hipotético entre los objetos y tú cuerpo...¡Fascinante! ¡Me sorprendes, Jane!
—Me alegra no tener que explicarlo, pero debo informarte que la Port Mafia no estará contenta con un ejecutivo muerto— la joven lo miro, hasta que el sujeto friolento lanzo muchas descargas de su poder en contra de la menor. Jane estaba confiada de que no la tocarían, pero al no ser influenciados por la realidad y solo seguir el orden que Randou les daba estás avanzaban a una velocidad increíble, combinadas con su fuerza la menor fué arrojada a una pared cercana.
—¡Jane!— Dazai corrió para alcanzar una pared de la prisión, pero el más grande la expandió—. Solo aguanta un poco, me haré cargo.
—Maravilloso— susurró el mayor mirando de reojo a los chicos—. Las nuevas generaciones son muy hábiles y con buenos poderes, los quiero a ambos.
—Idiota, cancela ese maldito poder ahora —Chuuya miró al enemigo con recelo, especialmente después de lo que le hizo a Jane—. Si despliegas tu espacio, para aislarlo a mi me sirve de cobertura —trataba de desviar la atención para poder acercarse a la niña y verificar que estuviera bien—. Anulará tu poder en algún momento.
—Su mera existencia es una herejía, ni siquiera en Europa existe alguien capaz de cancelar poderes— exclamó el de abrigó—. ¡Me empiezo a sentir cálido!
La joven tomaba aire, sus pulmones se contrajeron debido al golpe, pensaba que ninguna habilidad era capaz de tocarla más que el poder del castaño, no la tocó, más bien solo la empujó, esto lo logró deformando su infinito. Tenía tantas preguntas que después le haría a Mori.
—¿Estás bien?— Dazai la miraba con esa cara estoica, ignoró que estaba encerrado para dedicarle gran parte de su atención.
—D-detrás de tí —Jane alzó la mano señalando algo.
El joven giro su cuerpo encontrando la guadaña del anterior jefe. Le rasgo parte del pecho, la sangre carmín broto enseguida, manchando la camisa blanca.
—¿Cómo estás, mocoso?— el anciano recargo el arma en su hombro.
—Tienes un buen color para estar muerto, jefe, perdón ex jefe —comentó burlon, tenía que salir del subespacio, de lo contrario su pequeña compañera moriría.
—Un poder no puede lastimar a ese idiota— Una gota de sudor bajo por la frente de Nakahara.
Jane se puso de pie un poco tambaleante. Logrando recargar la mano en una estructura del lugar—. Osamu, eso no es una ilusión, es un cadáver, es físico.
—¿Qué hago ahora, Jane?— la voz de Dazai la hizo sonreír a medias—. La guadaña del anterior jefe es un objeto físico, no un poder.
—Eso significa que puede matarte con ella-—habló bajito para si misma, la presión en su pecho incremento—. No creo ser de ayuda...
—El anterior jefe está muerto— aún en el piso el joven castaño presionaba la herida—. ¿Qué hiciste Randou-san?.
—Mi poder me permite controlar cadáveres que hay dentro de mi subespacio— el de cabellos largos suspiro frustrado—. Pero no puedo controlar a más de uno a la vez.
—Impresionante, le escondías tu verdadero poder a la organización— se puso de pie, hizo contacto visual por unos segundos con los ojos verdes que se agitaban—. Estoy bien, ahora debería importarte salir de aquí.
—¿Se puede saber quién demonios eres? —cuestionó la azabache visiblemente irritada.
—Solía trabajar como espía para Europa, vine a este país a robar al ser de alta energía que descubrió el gobierno japonés— fué interrumpido por el castaño.
—¿El Arahabaki?— Asintió para después mirar al pelinaranja.
—Chuuya-kun, mi plan era encontrarte, matarte y controlar tu cadáver en lugar de al anterior jefe— sonrió para voltear a la joven—. Tu poder también es cautivador, lo necesito, y en cuanto a ti, Dazai si el jefe lo descubre enviará asesinos por mi, lo siento, pero morirás con ellos.
—¿Morir dices?— La joven le dedico esa mirada gélida—. El único que morirá eres tú, Randou —sin dar tiempo de una respuesta avanzo hasta él creando un espacio ficticio entre el sueño y ella dando la impresión de que volaba.
—Es inútil— puso un subespacio enfrente, deteniendo el puño de la chica, trató de asentar otro con la mano libre pero también fallo —¿Lo ves?, no podemos tocarnos mientras tú no cedas el espacio.
Jane apretó los dientes, no podía hacerlo, desactivar su poder estando tan alto la lastimaría, solo podía insistir, dió una patada en el costado del hombre, haciendo que se doblará un poco. Se alejo tocando el piso, durante unos segundos antes tuvo el presentimiento que Dazai tendría un plan.
—Solo te daré tres minutos— decretó y el chico asintió.
—¿Tu no quería morir?— Chuuya estaba un poco confundido por su cambio de actitud dirigió la mirada a la niña quién aún temblaba por el golpe de hace unos minutos "Ella es sorprendente" pensó.
La joven saco un arma, sabía que no sería útil, pero el ruido lo distraía un poco. Disparó contra su cuerpo, las balas desaparecieron en su subespacio, y Jane frunció el ceño por su ingenuidad—. Mori sabía que esto pasaría.
—Es interesante trabajar en la Port mafia, la muerte se aleja en un mundo normal, pero en la mafia ocurre algo curioso, se aleja pero forma parte de ella, creo que así debe ser— relataba el de ojos avellana, mirando de vez en cuando a su compañera—. La muerte es parte de la vida y me gusta eso.
La menor se acercó de la misma forma que antes, ella era consiente de que su poder era más defensivo que del tipo ofensivo, pero si no podía ganar sola, al menos abriría el espacio para sus compañeros.
Chuuya necesitaba moverse pronto, pero no tenía un plan—. ¡Deja eso para después, haz un maldito plan estratega!— soltó un jadeo al ver sangre bajar por la cara de la ojiverde por el traumatismo que hasta ahora habían ignorado.
—Espero que no me hagas decirlo en voz alta— corrió directo a su "abuelo" esquivando su ataque.
—Es hora de morir, mocoso— le señaló con el arma, listo para matarlo
—No es oportuno, Jane está en peligro— del mismo modo se movió hasta Chuuya quien fue repelido por el espacio que Randou desplazó.
Con mucho esfuerzo la ojiverde se puso de pie, juntando ambas manos, Randou la ignoró, concentrándose en los varones. Parecía que contenía un pequeño remolino entre sus palmas, lo mando directo al hombre, quien no sintió nada por su subespacio, pero vió como este a distorsionó atrayendose entre el.
—Dime ¿qué fué eso?— los ojos ámbar se abrían sin ninguna emoción—. ¿Qué hiciste, Jane?
—Tú ya lo sabes, mi habilidad es una alteración del espacio, al igual que el tuyo es una violación al orden natural, al tratar de darle un sentido a lo abstracto, este no lo soporta y distorsiona todo lo que toca— sonrió limpiando la sangre que caía en su ojo con el dedo medio—. Mi habilidad se basa en el espacio infinito.
—Increíble, tú también eres un caso extraordinario— sonrió lanzando más subespacios que la joven evitaba. Al poder controlar la trayectoria de cada proyectil la mantenía tan ocupada, cuando tomó un respiro fue levantada por una placa amarilla, era obra de Randou—. Tantas son tus ganas para que controlé tu cuerpo— con un sonrisa sádica envolvió su cuello con una mano, la menor pataleaba, y trataba de soltarse.
—Oye, deja a la mocosa— el de cabellos naranjas dió una patada que fue retenida fácilmente, Randou podía evitarlos con solo una mano.
—Hace ocho años, también intenté controlarte, como cadáver, pero en cuanto apareciste, provocaste una explicación, no dejaré que eso pase otra vez— atrapó su pie en el subespacio, logrando torcerlo.
Jane desesperada arañaba su brazo, soltaba patadas a sus abdomen, pero no tenían efecto. Al escuchar el grito de dolor del joven dejo de luchar, vió como Randou tomaba su pierna para lanzarlo lejos, pero no hubo un impacto, Randou al ver la cara casi morada de la chica ni siquiera lo noto, solo arrojó otro proyectil. El de bufanda miro esperando encontrar un cadáver, pero Chuuya estaba en buen estado.
—¿Fue por la gravedad?, no puede ser— la risa de la ojiverde lo hizo entender—. ¿Puedes mover el infinito de tu cuerpo?.
—No creí necesario decírtelo— mencionó con mucho esfuerzo, su voz sonaba distorsionada por la falta de aire. Randou soltó a Jane, quien apenas pudo cubrir su cabeza.
—¿Sabes por qué no uso las manos para pelear?— el joven aumento su densidad—. Así si un día me arrinconaban, imaginé que entendería mejor mi humanidad...pero acabas de lastimar a esa mocosa.
—¡Magnífico!, Si los controlo ni tendré frio— el hombre reía como un loco.
—¡Ven, Chuuya!— gritó el de vendas evitando la afilada hoja metálica del cadáver.
El joven totalmente firme gracias a su poder estiró la mano, antes de tocar el subespacio hizo uso de sus habilidades para resistir el impacto por si solo—. Ambos ya hicimos el trabajo, te toca moverte a ti, maldito Dazai— miraba de reojo a la menor.
—Se acabo, maldito mocoso— el anciano calvo la guadaña en su mano, al ver eso Jane sintió como su corazón se agitó.
—¡Oye!— el de la gravedad se alteró, si el moria todo se acababa.
—¡Chuuya!— corrió dejando ver una placa de metal en su brazo.
—¡Ven Dazai!.
—No tan rápido— el hombre trato de extender su espacio, este fue capaz de retenerlo.
—¡Imposible!— el de bufanda gritó. Ambos jóvenes tocaron sus manos, logrando así desactivar el poder de Randou, quien caía al no ser sostenido por su espacio.
—Se acabo— Chuuya flotaba con ayuda de un pedazo de piso, le dió un puñetazo que lo mando lejos —No puedes escapar de la gravedad.
—Si el subespacio desaparece tu también, pero— Dazai dió un puñetazo rompiendo su quijada con ayuda de aquel metal—, deja que te dé un regalo de despedida, como agradecimiento, abuelo.
Jane luchaba por mantener los ojos abiertos, debía estar segura de que la pelea terminó. El suicida corrió hasta ella, sujetando su cabeza en ambas manos, examinando un poco la herida —Estoy bien— la muchacha reprimió un quejido cuando el chico tocaba su frente—. ¿Te duele mucho?.
—¡Tonta!— la soltó enseguida mientras la regañaba—. ¡Sabes que no tienes que intervenir en estas cosas!
—Pero estabas en peligro— fué interrumpida por la voz del varón.
—¡Me preocupe mas por ti, que por ganar! —tomó su mano para sostenerla—. ¡Si solo darás problemas, es mejor que no vengas conmigo! —La ayudo a ponerse de pie mientras el de ojos azules la miraba atento, era ilógico que la regañara, fué por ella que tuvieron una oportunidad de ganar.
—¿Acaso eres mago, maldito Dazai?— camino hasta Randou—. Ella hizo casi todo, no le grites.
—Chuuya, no te metas en peleas que no te incumben— sostenía la cintura de la joven quien paso su mano por su hombro.
—Te ves fatal, ¿estás despierta si quiera?— Chuuya se dirigió a Jane y está alzo el pulgar como respuesta.
—Nos lo contarás todo ¿Verdad Randou-san?— el de vendas pregunto ganando una afirmación por el sujeto del suelo.
—Hace ocho años, me infiltré este país con mi compañero otro espía. Vinimos a robar al ser de alta energía qué el ejército sello en las instalaciones secretas pero al obtenerlo mi compañero nos traicionó. Nos peleamos por eso, y el ejército nos atrapó, para escapar pensé en usar a ese ser, es decir tu Chuuya. Rompí el sello para convertirlo en un cadáver bajo mi control, pero destruyó las instalaciones en cuanto lo liberé, yo perdí la memoria por la conmoción. No me llamo Randou, alguien lo vió en mi sombrero pero lo transcribió mal— hubo un silencio cortado por Dazai.
—¿Qué le pasó a tu compañero?— Jane le dió un codazo.
—Lo mate yo mismo —respondió con su tono monótono—. Chuuya, tu no eres el Arahabaki en si, solo eres el humano elegido como recipiente, pero tú fuerza no es la de un dios, eres fuerte como un se humano.
—Gracias— apenado giro su cuerpo evitando verlo.
—Sin importar lo que tengas dentro tu eres tú, eso es lo que cuenta — aunque las palabras iban dirigida para el menor se las repetia a si mismo—. Todos los humanos, todo la vida, vivimos sin saber quiénes somos— suspiro tomando aire—. Que curioso, ya no tengo nada de frío.
La vida se escapó de sus ojos. Los presentes quedaron en silencio unos minutos—. Mori mandará un equipo especial para encargarse del cuerpo.
—Oye, no puedes ni caminar — el de ojos azules miro al castaño—. Cargala, está toda débil.
—No, él también está herido — intervino Jane agitando las manos a modo de negación—. No siento mucho dolor.
—Entonces ven aquí — el joven más bajo se inclino mostrando su espalda—. Sube, te cargaré.
—Tu pie tampoco está en condiciones de llevar más peso — Austen rio tratando de cambiar el tema—. Mejor hay que darnos prisa...
—¡Apúrate!— está vez su voz fue más severa.
—No puedes tomar a mi amada flor de loto así nada más — Dazai mostró una mueca de asco —, Ya se, eres mi perro, te ordenó que la lleves en tu espalda.
—Maldito loco — se habría preparado para pelear si el peso de la joven no hubiera reposado en su espalda, era más liviana de lo que pensaba.
—Gracias Nakahara — rodeó su cuello con sus brazos, y recargó su cabeza en su hombro. El muchacho sentía su respiración en la nuca, estaba nervioso, pero aún así avanzó para salir de ese lugar.
—¡Lo estás gozando idiota enano!— Dazai se retorcía de furia.
—¿Enano?, Maldita momia estúpida— contraatacó Chuuya más molesto —¿Dónde es el punto de extracción? — el de ojos azules sacudió su cuerpo esperando mantenerla despierta.
—La pastelería llamada "Nobleza"— su voz sonaba adormilada.
—¡Eso queda a veinte minutos de aquí!— intervino Dazai quien frotaba su sien con los dedos.
—No pensé en las consecuencias — miró al castaño—. Lo siento, fué mi descuido.
—Maldición, eso no es nada— el que la cargaba avanzó mas rápido para demostrar que no había cometido ningún error.
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Caminaron hasta ver un auto negro enfrente de la pastelería, Hirotsu era quien esperaba a los jóvenes —Jane-san— la examinó solamente con la vista.
—Todo está bien — Chuuya cuidadosamente la dejo en el asiento del auto.
— ¿Necesita algo? — el del monóculo asomó la cabeza esperando indicaciones.
—¿Puedes comparar algunos postres de aquí?— al escuchar eso el mayor suspiro cansado —Tienen mucha variedad.
—Lo haré enseguida- sacó su billetera, después le pediría dinero a Mori, de dirigió a Chuuya —Usted también suba.
—No gracias— se pensaba alejar cuando el hombre habló de nuevo.
—El jefe quiere verlo, y atenderemos sus heridas— se alejo del auto para entrar a la tienda.
—Jane, ¿te sientes cómoda?- la joven asintió, para dejar espacio para el tercer integrante —¡¿Por qué viene aquí?!— suspiró mirando por la ventana como un niño pequeño.
—Idiota, tu jefe quiere verme— refunfuño mientras se acomodaba en el asiento.
—No me hables, enano. Sería bueno que aprenderás a respetar a tu amo.
La muchacha empezaba a sufrir los estragos de los múltiples golpes que recibió y los ruidos no eran favorables.
—¿Quiere pelea ahora?— ambos pararon al ver cómo la menor inclino su cabeza sobre en hombro de Dazai.
—No hagas ruido, está durmiendo— Susurró el castaño.
—Creo que se desmayó— de igual forma hablaba el de ojos azules —La usaste como distracción.
—Hoy se esforzo mucho, realmente ha mejorado — comentó el de ojos avellana—. Jane confía en mis métodos aún si no son seguros. Nos confiamos el uno al otro.
Chuuya apretó el interior de su mejilla—. No me importa, es una niña, igual que tú, ambos son malditos mafiosos.
La joven sonrió, no estaba soñando, pero esperaba que dejarán de pelear para tener paz, Dazai lo noto de inmediato pero la dejo mentirle.
~Le dije que no había nada de que preocuparse, señor gato...
Fragmento perdido:
Al llegar la menor bajo cuidadosamente con ayuda del castaño.
El hombre del monóculo fué el encargado de llevarlos a la enfermería. Jane tenía una contusión simple, por su parte al castaño le podría quedar una cicatriz en el pecho.
-Jane, ¿estabas preocupada por mi?- el de vendas gritaba desde la otra camilla.
-Si, pensé que morirías- contesto la de ojos verdes con cierta indiferencia.
El muchacho soltó una carcajada, enternecido por Jane -Parece que no puedo morir.
-Creo que en el fondo no quieres morir— esto apenas fue un susurro, que el más alto no logro escuchar bien.