—¿Por qué hacemos nosotros las compras?
—Es tiempo en familia y XianXian dijo que lo vio en su bola de cristal.
Explico Lan Yao al recordar la emoción de su cuñado viniendo a la biblioteca a gritar contento sobre su descubrimiento de las personas en el futuro yendo a hacer compras en el mercado en familia. En especial cuando habían fechas importantes por acercarse.
—¿Entonces por qué nos separamos?
—Nos dividimos una lista de compras
Explico con una suave sonrisa, Lan Wuxian se encargaría de hacer las compras para su pequeña reunión y Lan Yao se haría cargo de las compras para la comida en Gusu de todos los días.
—No he salido a comprar a un mercado nunca...— admitió su esposo avergonzado
Lan Yao se detuvo y observo el rostro de su esposo, al ver que no bromeaba se mordió el labio para no soltar una carcajada. Realmente era de esperarse que alguien como Lan Xichen no hiciera ese tipo de cosas.
—Entonces está será tu primera vez, tienes al mejor guía.
Se señaló a si mismo y sonriendo ampliamente tomo la mano de su esposo para guiarlo a un puesto de verduras.
—Tú tacharas de la lista lo que ya tengamos y yo los compraré.
—Tambien puedo comprarlos yo— hizo un puchero
—No esto seguro de que puedas identificar cuáles no están echados a perder
Lan Xichen parpadeo varias veces confundido, acto que a su pequeño esposo le pareció sumamente tierno por lo que no se resistió a ponerse de puntas y tomar el rostro de su esposo para depositar un beso.
—Sera que mejor que nos apuremos o más podrían venir, asegúrate de no ser empujado por las señoras y que no te intimiden sus miradas, ¿de acuerdo?
Lan Xichen solo pudo atinar a asentir fervientemente, aún seguía confundido y no entendía porque unas señoras querrían intimidarlo si no había hecho nada malo.
Pronto lo entendió, un grupo de señoras arremolinandose alrededor del puesto de verduras, todas alzando la mano y gritándole al vendedor porque les hiciera caso. Habían tantas, se empujaban entre ellas y miraban con enojo.
Oh no, habían tantas señoras, tantas personas pero no veía por ningún lado a su esposo.
—¿A-yao?
Se movió inquieto de un lado a otro, hace solo unos segundos estaba a un lado suyo encargandole bolsas de compras y ahora no podía verlo.
Una señora choco su codo con su estómago y lo miro con enojo.
—Oiga, hágase a un lado si no va a comprar nada
Lan Xichen se inclinó en disculpa y se apartó, las compras no eran importantes en este punto. Su esposo estaba desaparecido y temía que habría sido aplastado o llevado por alguien.
—¡Alejense de esas zanahorias, las ví primero!
Escucho su voz gritar y sus ojos buscaron con rapidez de dónde venía.
Su esposo estaba peleándose con unas señoras por unas zanahorias, una de ellas que era más alta que él lo sostenía en el aire y lo miraba hacia abajo con diversión; Lan Xichen estaba por acercarse cuando vio como su esposo había dado un salto y mordió la mano de la mujer que en un acto de reflejo soltó las zanahorias que fueron a dar en las manos extendidas de su esposo.
La mujer lo miro con furia y alzó su mano dispuesta a golpearlo, Lan Xichen dió pasos rápidos y justo a tiempo se paró a un lado de su esposo, sosteniendo la mano extendida de la mujer que ahora lo veía sorprendida.
—Lamento que haya resultado con una mordida
Vio de reojo a su esposo sacarle la lengua a la mujer que gruño pero no hizo ningún intento de mover su mano.
—Vamonos A-huan, ya tengo todo lo que nesecitamos.
El más bajo se alejo con una sonrisa, dando casi pequeños saltos de felicidad. Lan Xichen soltó una suave risa por la infantil escena que había presenciado.