┏━━━━━━༻❁༺━━━━━━┓ CAPÍTULO TREINTA Y SEIS
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—CARIÑO, SÓLO ABRAZALO
—No
—No se autodestruirá si lo tocas
—No, pero podría
Samuel puso los ojos en blanco ante la terquedad de su novio, abrazando al pequeño Max contra su pecho.
—Vamos, Oliva confía en ti. ¿Verdad, Liv?
—Sí—murmuró Olivia distraídamente mientras fruncía el ceño, tratando de averiguar cómo trenzar correctamente el cabello de Nymphadora
Tanto Charlie Weasley como Lucas la miran atentamente, esperando el turno que Olivia les prometió.
—No creo que eso signifique mucho considerando que está dejando que Sirius ponga a su hija en una escoba—comento Remus, haciendo que Olivia voltee rápido
—¡¿Qué?!—Olivia exclamó, y efectivamente, vio a Sirius en una escoba flotando a más o menos de cinco pies sobre el suelo, y Mari riendo feliz en su regazo—¡Sirius Orion maldito Black! ¡Si no bajas a mi hija, te despellejaré vivo! ¡James!—llamó Olivia al hombre que charlaba con Kat y Lily—Descubre cómo trenzar su cabello, voy a salvar a nuestra hija de tu verdadero amor
—¡Hey, Pads!—James llamó envolviendo un brazo alrededor de la cintura de Olivia para detener su marcha hacia la dirección de Sirius—Deja a Mari, ¿No?
—¡Pero se está divirtiendo!
—¡No se divertirá en absoluto si se cae y se rompe sus frágiles y pequeños huesos!—Olivia gritó en respuesta
Incluso desde lejos, Olivia podía ver a Sirius poner los ojos en blanco mientras descendía lentamente.
—Bien
—Y tú—James giro a Olivia, dándole esa maldita sonrisa—Pensé que habíamos hablado de dejar que nuestros amigos se encargaran de los mellizos un poco para que podamos relajarnos
Olivia exhaló un suspiro—Realmente no puedo relajarme cuando mi hija está flotando cinco pies
—Sabes que no quiere hacerle daño—explicó James con calma
—Lo sé. Eso no me impide preocuparme
—Deja de preocuparte, Liv—Lily interviene, todavía con su ropa de trabajo pero ya se ha quitado la sudadera—Le quitare a Mari al idiota dos que esta ahí
Olivia dejó escapar un suspiro de alivio.
—Sí, por favor. Y gracias, Lils
La pelirroja le dedicó una amplia sonrisa, como una niña de preescolar que recibió una estrella de su maestra.
—Por supuesto
—Bien, ahora, ¿Te calmarás?—pregunto James
—Bien, pero mantén a mis hijos alejados de las escobas—murmuró
Lily tomó a Mari de Sirius. Max se reía felizmente mientras era abrazado por su tío, por lo que Olivia se permitió relajarse. Se quedó mirando el cabello de Nymphadora, dándose cuenta de que todavía no tenía ni idea de cómo trenzar correctamente su cabello.
Teniendo suficiente, murmuró un hechizo en voz baja y el cabello de Dora se trenzó por sí solo. Hizo lo mismo por Lucas y Charlie, y finalmente consiguió alejar a los niños de ella.
Fue entonces cuando la elfa doméstica de los Potter, Winnie, apareció con un Regulus dubitativo siguiéndola. Una sonrisa apareció en el rostro de Olivia mientras traía al hombre hacia sus brazos. Regulus la abrazó con la misma fuerza. Con lo que pasaron, es imposible que no sean cercanos.
Olivia confía en Regulus más que en nadie, quizás incluso más que en James. Considera a Regulus un hermano tanto como a Samuel.
—¿Estás segura de que debería estar aquí?—le pregunto en voz baja, sintiendo la mirada de todos clavada en su espalda, siendo su hermano mayor el más obvio
—Por supuesto—Olivia no dudó en responder—Quiero que conozcas a Mari y a Max. Si alguno de ellos tiene un problema con eso, tendrán que lidiar conmigo
—¡Oye, Reggie!—Samuel le llamó, entregando a Max a Kat para que pueda jalar al chico más joven hacia el—Qué bueno que hayas venido. Estaba a punto de arrastrarte hasta aquí yo mismo
Regulus puso los ojos en blanco pero, sin embargo, le devolvió el abrazo.
—Hey—saludó James, con una gran sonrisa mientras miraba al Black más joven—Solo quiero darte las gracias
Los ojos de Regulus se dirigieron hacia Olivia, en un ligero pánico por el hecho de que el mejor amigo de su hermano está hablando con él.
—Uh... Si, ni lo menciones
—No—dice James, abrazando al chico—Tengo a mi familia gracias a ti
Olivia casi quería reírse de lo incómodo que se encontraba Regulus, tenía las manos colgando de su costado mientras James básicamente lo aplastaba.
—Realmente espero que sea el último abrazo que reciba o me iré de aquí—murmuró una vez que el chico de anteojos finalmente lo soltói
—Oh, pero según estas fotos—bromea Samuel, sacando las polaroids de su bolsillo, las mismas que estaban en la cabaña de Regulus y Maxwell—No te importan los abrazos
—¿Tuviste tiempo para robar eso?—Regulus se mantuvo inexpresivo, tratando de arrebatar las fotos
—Sí—contestó Samuel con aire de suficiencia
—Y lo guardo como chantaje—Remus camino hacia el, tomó las fotos y se las entregó a Regulus—Sabes, Sammy, para alguien tres años mayor que el resto de nosotros, seguro que tienes la madurez de un niño de tres años
Samuel hizo un puchero—Eres un novio aburrido
—Y tú eres un dolor en el trasero. Supéralo—Remus sonrió a Regulus y le dio una bebida—La próxima vez que te moleste, dímelo. Alguien podría estar durmiendo en el sofá esta noche
—Asegúrate de no dejar que Lucas los vea—les dijo Olivia mientras Regulus sonreía incómodamente, viendo a Remus arrastrar a Samuel antes de enfrentarse una vez más a James y Olivia
—Está bien, ¿Por qué ustedes dos me invitaron aquí? No es por ser un aguafiestas, pero Sirius y yo no estamos exactamente en buenos términos. Solo están haciendo que su reunión sea incómoda
—Deja de lloriquear—dijo Olivia, poniendo los ojos en blanco mientras rodeaba el brazo de Regulus—Y no, no solo te invité aquí por diversión. De hecho, tenemos un anuncio que tiene algo que ver contigo
—¡Oigan, idiotas!—James llamó, haciendo que todos se volvieran hacia ellos—Denme a mis hijos
—Mira quien habla, Potter—dijo Lily, entregándole a Mari como Kat lo hizo con Max—Eres el idiota más grande aquí
—Tus palabras duelen, Lilyflor
—Lucas, ven aquí, cariño—llamó Olivia, colocando su mano sobre el hombro del chico—Bien, ahora estamos completos, excepto Wormy, pero Dios sabe dónde está
—Continúa—dijo Samuel, sentándose en el regazo de Remus—Tenemos hambre
—Cállate, Samuel, ni siquiera fuiste invitado
—¡Yo soy tu hermano!
—Exactamente y se trata de los padrinos de mis hijos
—¡Esperen!—Sirius exclamó, su rostro instantáneamente se iluminó—Gracias, gracias; he estado esperando este-
—Cállate, Pads—reprochó James—También descubrimos que Lucas no tiene padrinos y que ustedes son nueve, sin contar a Sammy
—Está bien, entonces todos vamos a ser padrinos, genial—dijo Sirius de nuevo—Ahora díganme a qué niño me asignaron para malcriar
Olivia lo ignoro.
—Decidimos que los padrinos de Mari, sean Kat y Lily
—¡Lo sabía!—la pelirroja vitoreó, quitando a Mari de los brazos de James—Esta bebé es mía
—Nuestra, en realidad—dijo Kat, pellizcando ligeramente las mejillas sonrosadas de Mari
—Mía, en realidad—corrigió Olivia antes de enfrentar la cara de expectación de Sirius—No te orines en los pantalones, Black
—Sólo dime cuál es el mío
—Vamos a aclarar una cosa aquí, está bien—dijo Olivia—No son tus hijos. Siguen siendo mis hijos
—Sí, sí, lo sabemos—interrumpió Sirius—Ahora dime cuál es mi hijo
—Decidimos—continuó James—Para Lucas, elegimos a Remus y Peter
Con eso, Lucas corrió hacia Remus, envolviendo sus brazos alrededor del hombre lobo.
—Está bien, ¿Yo tendré a Maxi?—Sirius vitoreó, tomando al bebé de manos de James, provocando que un montón de risitas salieran de los labios del bebé—Vamos a divertirnos mucho juntos
—Cálmate, Sirius—dice Olivia, esta vez con calma, sabiendo que las próximas palabras que está a punto de decir desenterrarán algunos problemas sin resolver—Regulus también es el padrino de Max
Ante eso, todos se quedaron en silencio y la risa de Sirius desapareció. Regulus dejó escapar un suspiro.
—Mira, Liv-
—Confío en los dos, ¿De acuerdo?—Olivia interrumpió antes de que Regulus pudiera decir algo más—Confío en todos ustedes más que en nadie. Confío tanto en todos ustedes que les confío a mis hijos. Ustedes son mi familia
Regulus dejó escapar otro suspiro, enterrando su mano en los bolsillos de su suéter.
—¿Por qué yo?
—Lleva el nombre de Maxwell—comenzó Olivia—Y cuando crezca, quiero que sepa quién era Maxwell. Quiero que sepa lo valiente y jodidamente increíble que era su tío
—Detén eso—se quejo Regulus—Estás usando a Maxwell en mi contra
Olivia lo ignoró.
—Y quiero que seas tú quien le diga quien fue. Porque nadie conoció a Maxwell mejor que tú, Reg
—Bien, bien—exhaló Regulus—Seré el padrino del mocoso
—¡Hurra!—Olivia vitoreó, saltando a los brazos de Regulus
—Pensé que habíamos hablado de no más abrazos
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—OLIVIA—LLAMÓ SAMUEL MIENTRAS SE DIRIGÍA A LA COCINA A buscar más bebidas.
—Por favor, no me digas que vas a seguir lloriqueando por no ser padrino. Eres mi hermano, Sam. No pensé que necesitarías un título legal para saber cuánto confío en ti con mis hijos
—Eso no es lo que iba a decir—dijo Samuel—Aunque hablaremos de eso más tarde
—¿Qué ibas a decir?
Samuel miró a su alrededor, asegurándose de que no hubiera nadie cerca para escuchar su conversación, y bajó la voz.
—Quería hablar sobre la Orden
—No
—Olivia, necesitas protección—insistió Samuel
—No quiero ser parte de eso, ¿De acuerdo?—ella le dijo—No quiero ser la niña de la profecía o la hija de Voldemort o la heredera de Slytherin. Solo quiero ser la madre de mis hijos
—Piénsalo, ¿De acuerdo? ¡Solo piénsalo!—pidio, levantando la voz mientras miraba a su hermanita—¿De verdad crees que te dejara en paz? ¿A ti, a Max y Mari? Ya no eres la única heredera, Olivia. La profecía podría estar hablando de uno de ellos ahora
La jarra se resbaló de las manos de Olivia y cayó al suelo cuando ella se dio cuenta de lo que quería decir.
—Eso no es posible. La profecía se refiere a alguien nacido al final del último mes
—¡Y tu cumpleaños es en noviembre! Puede que la profecía no se refiera a ti ni a Max y Mari, pero ¿Como estás segura de que no será uno de tus futuros hijos? ¿O los hijos de tus hijos?
—Detente
—No, tienes que escuchar esto—dijo Samuel—No pareces darte cuenta, Olivia, de que cada hijo que tienes será un heredero de Slytherin
—¡Samuel, detente!
—Puede que no seas la niña de la profecía, pero te estás engañando a ti misma si crees que todo esto no acabará
—¡Entonces nos esconderemos!
—¿De verdad crees que eso lo detendrá?—Samuel preguntó con incredulidad, como si Olivia acabara de decir la cosa más ridícula del mundo—No te dejará ir, Olivia, y eres una idiota si crees que lo hará