—Me niego— espeto Lan Qiren
—No es justo, ya no quiere que gastemos dinero del clan así que estamos trabajando honradamente— se quejo Lan Wuxian mientras Lan Yao asentía fervientemente
—Entonces llevense su trabajo honrado a otro lugar, me niego a que sigan haciendo disturbios aquí.
—¡Bien!— Lan Yao y Lan Wuxian hablaron al unisono y se fueron de ahí con la frente en alto
💙💛
Lan Wuxian y Lan Yao habían colmado la paciencia de Lan Qiren, gastando dinero cada que lo desearan y sus esposos jamás se negarian a complacerlos. Por lo qué ordeno a ambos hermanos dejar de darle dinero, si lo hacían serían castigados y sus esposos enviados al clan Yummeng Jiang para que el líder les enseñará a base de latigazos con Zidian.
Así que ambos hombres habían decidido empezar un trabajó simple y fácil, dar abrazos a cambio de dinero.
No había quien no deseara recibir un abrazo de ambos hombres, ambos eran muy queridos y admirados por su belleza, inteligencia, astucia y mucho más, sin duda eran algo de lo que siempre se comentaba en el mundo del cultivo. Una oportunidad así, entonces era algo que no debía desaprovecharse y al estar ubicado en el clan Jiang les facilitaba el acceso.
Ciertamente fue una sorpresa ver ambos jades llegar a Yummeng Jiang y caminar directamente a dónde sus parejas.
Los discípulos que los acompañaban les ordenaron a todos que se retirarán, porque ninguno recibiría un abrazo.
—¡Lan Zhan! ¿Vienes a ver cómo va nuestro negocio?
—Hm
Un par de discípulos se acercaron hasta la mesa que instalaron y pusieron bolsas de dinero llenas encima, atrayendo la rápida atención de los contrarios.
—Pagaremos todo lo que neseciten— explico Lan Xichen
Ambos hombres se acercaron a su respectiva pareja y tomandolos de la mano procedieron a subirse a los barcos, cada uno en uno diferente. Era más fácil ir en espada, pero también demasiado rápido para disfrutar de la compañía de su pareja.
—A-huan— llamo el más bajo
—Shh, ven aquí.
Extendió sus brazos y envolvió el cuerpo de su esposo contra el suyo, disfrutando de la cercania, el calor, la comodidad que le transmitía estar así con su pareja. Ambos eran uno mismo.
—¿El tío no nos enviaría devuelta con el líder Jiang?
—Practicamente les estamos pagando por un trabajo que hacen, no cuenta.
Presionó su cuerpo un poco más contra el suyo y comenzó a repartir besos por todo su rostro, causando que riera y cerrara sus ojos con diversión.