⊱┊BROKEN TIE 【Given OMEGAVERS...

By UchihaKari94

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⊱┊Uenoyama Ritsuka es un joven doctor especializado en lazos rotos. Sato Mafuyu, su más reciente caso, lo tie... More

❝Introducción❞
Capítulo I. ❝Dr. Uenoyama❞
Capítulo II ❝Tú❞
Capítulo III ❝ Halloween❞
Capítulo IV. ❝ Mi verdad❞
Capítulo V. ❝ Angel of music❞
Capítulo VI. ❝Quiero oírte otra vez❞
Capítulo VII ❝Doctor of the year❞
Capítulo VIII ❝El festival navideño❞
Capítulo IX ❝Noche Buena❞
Capítulo X ❝CELOs❞ 🔞
Capítulo XI ❝Decisión❞
Capítulo XII ❝ L.E ❞
Capítulo XIII ❝ Planes ❞
Capítulo XIV ❝New Year❞ 🔞
Capítulo XV ❝ Cambios ❞
Capítulo XVI ❝ El malentendido de San Valentín❞🔞
Capítulo XVII ❝ Comienza el juego ❞
Capítulo XVIII ❝Estrategia❞
Capítulo XIX ❝Una verdad incomoda❞🔞
Capítulo XX ❝El plan❞
Capítulo XXI ❝ Consecuencias ❞
Capítulo XXII ❝ Corazón ❞ 🔞
Capítulo XXIV ❝¿Niña o niño?❞ 🔞
Capítulo XXV ❝Enlace❞ 🔞
Capítulo XXVI ❝El Babyshower❞🔞
Capítulo XXVII ❝La fiesta de Akihiko❞
Capítulo XXVIII ❝Esperanza❞
Capítulo XXIX ❝Felicidad❞ 🔞
Capítulo XXX ❝Final❞
NOTAS DE AUTORA : ᕱ ᕱ ❛ ♡
🧡 Nueva historia 🧡

Capítulo XXIII ❝La Gala❞ 🔞

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By UchihaKari94

(◕‿◕)Capítulo especial. Akihiko, Haruki y Ugetsu (っ˘ω˘ς )♡

──── ·  ·  ·  · ♡ ♡ ·  ·  ·  · ────

— Akihiko, suéltame, vas a arrugar mi traje

Akihiko se aferraba a la cintura de Haruki con fuerza, formando pequeños pliegues en el perfecto traje negro a la medida, pero ¿Alguien podía culparlo? No tenía idea de lo hermoso que se vería Haruki en aquel atuendo. Todo lo que quería era desvestirlo y follarlo toda la noche...¡Al diablo la gala! Sin embargo, aquello se quedaría en su sucia mente pervertida. Haruki le rompería una muñeca si en realidad intentara detenerlo de cumplir con un compromiso. Era una de las cosas que más odiaba y amaba de él, lo responsable que podía ser.

— ¿Podemos hacerlo rápido una vez antes de que te vayas? — suplicó, aún aferrándose a la cintura de Haruki. Dios, amaba su cintura, era tan diminuta y al mismo tiempo tan varonil. Tan sexy, tan perfecto.

— Lo hicimos dos veces mientras nos bañábamos, y una vez antes de que comenzara a vestirme — le recordó — ¿Qué tanta estamina puedes tener?

— Es que no puedo tener suficiente de ti — lloriqueó, y Haruki le dio un manotazo en las manos para que soltara el agarre del traje — ¡Que cruel eres, Haru!

— Es tarde, debo irme ya...— dijo Haruki, suavizando su tono y acercándose a Akihiko para plantarle un tierno beso en la frente — Podemos hacerlo cuando regrese

— ¿Te dejarás el traje puesto?

— Si es lo que quieres, si 

—¡Es un trato entonces! — dijo Akihiko, más animado, soltando por fin a Haruki

— Nos vemos en unas horas — se despidió Haruki con una sonrisa, sin tener la mínima idea de la noche que estaba a punto de tener. Si lo hubiese sabido, tal vez hubiese decidido quedarse en casa con Akihiko tal y como quería

...

El hotel donde se llevaba a cabo la gala era uno de los más elegantes de Japón. El enorme salón de eventos del hotel fue reservado en su totalidad para la gala, donde se reunirían los omegas más sobresalientes de los distintos hospitales de cada una de las prefecturas de Japón, desde Tokio hasta prefecturas más remotas como Hokkaido. Ugetsu y él iban representando al hospital principal en Tokio -la sede-, por lo que tenían que causar una impresión especialmente buena. 

El lugar parecía sacado de algún libro como "El Gran Gatsby". El salón resplandecía con el brillo de la cristalería cara, los candelabros y las joyas que lucían lo más pretenciosos. Haruki volteó a ver su propio traje y soltó una risa sarcástica, el también lucía bastante pretencioso. 

Tomó una copa de champagne que le ofreció uno de los meseros y se acabó el contenido de un solo trago. No podía evitar sentirse pequeño -y fuera de lugar- en ese enorme salón, rodeado de gente extravagante. Era sorprendente también la cantidad de alfas que había para ser un evento dedicado a los omegas, pero tampoco es que le sorprendiera demasiado. Incluso en la actualidad, donde los omegas eran más reconocidos y respetados, siempre existía esa jerarquía invisible pero poderosa y muy presente entre alfas y omegas.

Tampoco ayudaba el hecho de que sintió la mirada de todos encima de él desde que llegó, y apenas llevaba cinco minutos en el lugar. Se había limpiado el rostro ya tres veces, creyendo que tenía algo en el, pero nada. ¿Acaso era tan evidente que no pertenecía a un lugar así? Si tan solo tuviese un rostro amigable cerca, aquello sería más fácil.

— ¡Woooow! Haruki, luces como un millón de dólares 

Haruki volteó el rostro al escuchar la única voz conocida en el salón. Conocida, pero no de su total agrado. Ugetsu estaba frente a él luciendo no como un millón, como cien millones. Llevaba un traje gris a la medida, con una corbata azul oscuro que favorecía sus ojos y una gabardina negra de diseñador. Su atuendo gritaba costoso por todos lados. 

— Oh...hola — saludó, un poco incomodo — También te ves muy bien, ese traje te queda increíble — añadió, regresándole el cumplido

Haruki estaba usando un traje de cashmere y seda, completamente negro, hecho a la medida. En el frente tenía como detalle seis pequeños botones brillantes, y en las mangas, en los gemelos, tenía tres pequeños botones tan brillantes que parecían diamantes. Akihiko lo había sorprendido regalándole aquel traje el día que iban a salir a comprar. Simplemente llegó con aquel hermoso traje en una caja negra. A simple vista lucía costoso, y Haruki se negó a aceptarlo, pero Akihiko le juró que no era tan costoso como lucía. De todos modos, ¿De dónde rayos sacaría Akihiko el dinero para un traje así? A veces, Akihiko podía sorprenderlo al grado de sentir que había cosas de él que aún desconocía. Como aquel yate que rentó para los dos en San Valentín, o el traje que llevaba puesto ahora. Haruki se seguía preguntando ¿Es Akihiko secretamente rico?

— Gracias...— le agradeció Ugetsu con una sonrisa — Pero decía la verdad al decir que lucías como un millón de dólares. No puedo creer que estés usando diamantes reales en tu traje. Eres la sensación de la noche. ¿No has notado como te miran todos?

Haruki se tensó, sintiendo que le faltaba el aire en los pulmones, de repente siendo muy consiente de si mismo. Sintió las mejillas calientes de la vergüenza y sintió la necesidad de esconderse, pero ¿Para que? Ya todos lo habían visto, paseándose por ahí como un cisne engreído. ¡AAAAH!, iba a matar a Akihiko. ¿Quién rayos donaría a un hospital en el que los doctores aparentemente ganaban tan bien como para vestirse con putos diamantes?

Su sonrisa se tensó, y la vena de su frente se alteró imaginando como molería a golpes a Akihiko al llegar a casa, pero también sentía calor en el pecho, una mezcla de vergüenza y algo más. Su alfa realmente le había comprado algo tan costoso. Maldita sea, tenía que admitir que eso lo calentaba. Pero eso no quitaba que estaba furioso, y que Akihiko era hombre muerto por no decirle la verdad acerca del traje.

— Por la expresión de sorpresa en tu rostro puedo ver que no tenías idea — agregó Ugetsu, aguantándose las ganas de reír ante la adorable cara de confusión de Haruki — Akihiko a veces puede ser un poco excesivo con sus regalos, ¿Verdad?

Haruki sintió una punzada en el estomago. Claro, Ugetsu sabría aquello a la perfección. ¿Cuántos regalos le habrá dado Akihiko en el pasado? Ugetsu no lo había mencionado con mala intención, pero la mente de Haruki siempre se encargaba de tomarlo de la manera equivocada

— Ayúdame a quitarlos, por favor — suplicó, intentando ignorar lo ultimo que le había dicho Ugetsu, e ignorando la leve punzada que todavía palpitaba en su estomago

— ¿Por qué? Te ves muy bien — lo animó — Hemos perdido mucho tiempo hablando entre nosotros. Esos patrocinadores no se ganarán solos, vamos a socializar un poco — Ugetsu lo agarró de la mano y lo jaló con él para ir a conocer algunos peces gordos. Haruki envidiaba eso de Ugetsu, la brillante confianza que desprendía

Ugetsu provenía de una importante y adinerada familia, por lo que no era ninguna sorpresa que conociera a muchas personas en aquel lugar. Se movía por el salón como si hubiese nacido para eso, como si estuviera en su madre nodriza. Seguramente acostumbrado a asistir a esos eventos desde que era muy pequeño -muy al contrario de Haruki que se sentía como un alienígena en aquel lugar- 

Barón Antoine, quelle surprise de te voir ici— saludó Ugetsu en un perfecto francés. Haruki hizo una mini rabieta en su interior. ¡¿Es que acaso había algo que ese hombre no hiciera bien?!

Haruki ya se había dado cuenta de que habían bastantes extranjeros en aquella gala, cosa que le sorprendió. El evento parecía más grande de lo que había esperado. El hombre frente a ellos se veía en sus 30's, era bastante atractivo y lucía muy, muy adinerado. Haruki se sintió mal, porque aquella noche seguro regresarían con varios patrocinios, pero ninguno conseguido por él. Ugetsu en verdad era alguien fascinante. Nunca antes había presenciado tan claramente la brecha entre los omegas dominantes con el resto de los omegas. Esa noche, le había quedado más claro que nunca. Ugetsu estaba en un nivel completamente diferente, muy, muy superior.

Ugetsu Murata, mon beau petit chat noir — le saludó de regreso aquel hombre, besando su mano por lo que parecieron más segundos de los necesarios. El hombre entonces, notó a Haruki parado a un lado de Ugetsu, con la mirada en el piso — ¿Quién es esta adorable criatura, Ugetsu?— preguntó esta vez, en japonés 

Haruki levantó la mirada enseguida. ¿Criatura? Tal vez Ugetsu era su lindo y pequeño gato negro -así es, había tomado un curso de francés en la universidad y entendía algunas palabras básicas- pero él no era nada suyo. ¿Creía que por ser un alfa adinerado podía hablarle como le pegara la gana? No es que la palabra tuviera algo de malo, pero lo hacía sentir como un objeto en lugar de una persona. Tal vez por el tono que utilizó, por la manera en la que sus ojos recorrieron su cuerpo descaradamente, o porque simplemente estaba de muy mal humor ya.

— Oh, es el doctor Haruki Nakayama, un colega en el hospital donde trabajo actualmente. Hemos venido juntos — contestó rápido Ugetsu, siendo perfectamente consciente del cambio de actitud en Haruki. Ugetsu lo miró y Haruki sintió que le dijo "Tranquilízate" con la mirada

Rayon de soleil — el hombre se dirigió a Haruki y besó su mano de la misma manera que había besado la de Ugetsu, y sus ojos inspiraban desconfianza. Haruki tenía un sexto sentido con las personas, y aquel hombre encendía todas sus banderas rojas— précieux, divin

— Un gusto — respondió Haruki, algo frío, retirando su mano con un poco más de fuerza de la necesaria

tes cheveux sont comme le soleil

Haruki lo miró con expresión confundida. Estaba bastante seguro de que aquella persona podía hablar japonés perfectamente, lo había escuchado apenas unos segundos atrás. Si estás en Japón y sabes hablar japonés, entonces háblalo, pensó molesto

— Dije que tu cabello es como el sol —  explicó, con una sonrisa arrogante — ¿Está bien si te llamo por tu nombre?

— Como desee — respondió, esquivo, y sin contestar al extraño cumplido, que por cierto le pareció fuera de lugar

—  Haruki — dijo, saboreando el nombre en sus labios — Un nombre hermoso para una persona hermosa

— Creo que tal vez ha tenido muchos Martini de manzana, Barón —  dijo Ugetsu, intentando aligerar la tensión del ambiente. Si las cosas continuaban así Haruki seguramente le contestaría algo, y estaba en todo su derecho, pero aquello podría costarles la noche entera y una sanción en el hospital

— Haruki, eres la persona más hermosa que he visto en toda mi vida, ¿Qué será esto? Creo que me has hechizado — continuó el hombre, insistente

La ceja de Haruki tembló de la rabia. Se suponía que aquel evento tenía la finalidad de reconocer su talento y aportaciones a la medicina, no era un burdel o un bar para conquistar omegas. A aquel hombre poco le importaban sus estudios o su titulo. Para aquel hombre, no era Haruki, el doctor, era Haruki, el omega. Lo peor era, que incluso teniendo la razón, el hombre tenía la ventaja siendo un alfa rico.

— Lo siento, Barón Antoine, creí que esta gala era para donar a los hospitales, no para coquetear con los doctores invitados —  dijo Haruki, lo más sereno que pudo

— También tienes una personalidad interesante...—  el hombre se relamió los labios — Bien, hablemos de donaciones entonces. Dime una cantidad, Haruki, donaré a tu hospital y a tu departamento lo que me digas

Haruki se quedó callado por unos segundos. Aquel hombre le desagradaba demasiado. Solo mirar su sonrisa engreída le hacía hervir la sangre, pero aquella oportunidad podría marcar un cambio para muchas personas.

Antes de poder contestar, otro hombre se acercó repentinamente, incluyéndose en la conversación. Era japonés, también en sus 30's. Tenía una cicatriz cerca del ojo y Haruki podía notar algunos tatuajes sobresaliendo de su cuello, donde la ropa no alcanzaba a taparlos. ¿Era un maldito Yakuza? No, no debería juzgar a las personas por su apariencia

— Doctor Nakayama, perdón por interrumpirlo tan groseramente, pero he estado esperando por un buen rato para poder intercambiar unas palabras con usted —  dijo, metiéndose entre Haruki y el francés. Ugetsu estaba parado a un lado, intentando contener la situación 

— H...Hola —  dijo Haruki, nervioso. ¿Qué rayos estaba pasando? Se sentía como el protagonista de una de las series de Akihiko, pero él no era un protagonista, nunca lo había sido y tampoco quería serlo. Las personas como Uenoyama o Ugetsu eran protagonistas, eran perfectos y llamativos. Él estaba feliz siendo un personaje secundario en la vida, pero aquella noche, aquella noche todo parecía patas arriba

— Mi nombre es Satoshi Kimihiro, representante del Grupo Financiero Mizuho, soy un gran fan de su trabajo. Leí su tesis de doctorado y me pareció brillante

 — Gracias...— agradeció Haruki, confundido, sin saber muy bien como continuar aquella conversación. Además, el Barón Antoine estaba detrás de aquel "Yakuza", ardiendo en furia

— Caballeros, discúlpenos por un segundo — interrumpió Ugetsu, para salvar a Haruki de la incomoda situación. Por primera vez, Haruki se sintió agradecido de que Ugetsu estuviera ahí con él, y por dentro se compadeció de él. ¿Cuántas situaciones similares habrá enfrentado él en el pasado? Sospechaba que muchas. La diferencia es que Ugetsu había tenido que enfrentarlas solo, y Haruki lo tenía a él. Ahora entendía un poco más aquella mascara fría y sin emociones que mostraba Ugetsu al mundo, aquello tenía que se alguna clase de escudo contra ese tipo de personas

Ugetsu lo tomó de la muñeca y lo arrastró hasta el baño. Haruki se dejó arrastrar sin decir una palabra, sintiéndose abrumado por la situación

— ¿Estás bien? — preguntó Ugetsu una vez estuvieron en el baño. Haruki quiso encontrar aunque sea una pizca de falsedad en su tono, pero le fue imposible. Le estaba preguntando con preocupación genuina

— ¿Qué rayos fue eso? ¿Quiénes son esas personas? ¿Los conoces? — contestó la pregunta de Ugetsu con más preguntas

— Al japonés de tatuajes no....pero conozco al Barón, es un socio de mi padre y siempre ha sido algo...excéntrico — Ugetsu hizo una pausa y bajó la mirada — Lamento que intentara cortejarte de una manera tan inapropiada...él es un hombre muy poderoso, Haruki

— Sé lo que estás intentando decirme — dijo Haruki, serio — Y comienzo a darme cuenta de que esta gala es como un acuario y nosotros somos la atracción

— El mundo entero lo es — dijo Ugetsu con tono sombrío — Solo que a veces lo olvidamos hasta que pasan cosas así

— No entiendo como puedes soportarlo...solo quiero irme

— Será peor si nos vamos — reflexionó Ugetsu

— Lo sé...— Haruki le dio la razón, lo sabía, pero no dejaba de apestar

La puerta del baño se abrió repentinamente, dos omegas tenían una conversación y por sus tonos sonaban molestos

—¿Puedes creer que harán una subasta? Dios, odio a los alfas poderosos con toda mi alma

— Gala del orgullo omega...que chiste, debieron llamarla Gala de la cosificación omega

Ugetsu y Haruki no pudieron evitar escuchar aquella acalorada conversación. Haruki no dudó en preguntar

— Disculpen...¿Subasta de que?

— ¿De qué crees? — preguntó retóricamente el omega frente a él — De nosotros

Haruki sintió ganas de vomitar ante la idea.

— Uno de los alfas más poderosos le sugirió al organizador de la gala que sería una maravillosa idea. Como una forma de donar de la manera más retorcida

— ¿Cómo? — preguntó Ugetsu, uniéndose a la conversación

—  Van a subastar una cena con cada uno de los omegas invitados, y el dinero que se gane con esa subasta, se donará de manera automática al hospital de donde provenga el omega subastado

— Es una manera retorcida de conseguir dinero

— Pero podemos negarnos ¿No es así? —  preguntó Haruki, indignado

—  Supongo que si...— dijo el primer omega, con todo triste y resignado — Ustedes seguramente han recaudado suficientes patrocinios, pero para omegas como nosotros podría ser la única manera de conseguir dinero para nuestro hospital 

Haruki sentía la sangre hirviendo por dentro. ¿Realmente sería así siempre para los omegas? ¿Siempre serían tratados como objetos? Por él se podía ir al diablo la subasta, el dinero y el hospital. No comprometería sus valores por dinero sucio. Claro, el dinero era importante y quería conseguirlo para ayudar al hospital, pero si eso significaba venderse entonces no estaba dispuesto a hacerlo.

Abrió la llave y dejó correr el agua en sus manos, luego se mojó el rostro y se miró por dos segundos al espejo, antes de salir.

...

La subasta comenzó y se podía ver a simple vista lo mucho que los alfas presentes la estaban disfrutando, todo lo contrario a las caras mortificadas -y humilladas- de los omegas que se suponía debían celebrar aquella noche. 

Era casi un circo, un chiste de evento. Los omegas eran presentados en voz alta, diciendo su nombre, edad y estudios, casi como si estuviesen presumiendo perros de exhibición. Entonces los alfas presentes hacían sus ofertas, y finalmente, cuando había un alfa ganador, se le preguntaba al omega, enfrente de todos, si aceptaba o no. Era una mierda disfrazada de consentimiento -una mera ilusión de consentimiento- porque no hacía falta darse cuenta la presión social que aquello consistía para los omegas, y lo mal que les podía ir si se atrevían a rechazar a un alfa de alta sociedad frente a todos, además que muchos también querían llevar dinero a sus respectivos hospitales.

Haruki, escucha — Ugetsu le susurró — Sé que esto es indignante para ti, no te sientas presionado, puedes rechazar cualquier oferta... si te preocupa el dinero no lo pienses mucho, yo aceptaré mi subasta, así que llevaremos dinero al hospital

¿De qué estás hablando? — preguntó Haruki, ofendido. Susurrando también para que nadie al rededor escuchara su conversación — No quiero que hagas eso. Ugetsu, no tienes que aceptar esto tampoco

Una sonrisa triste se dibujó en el rostro derrotado de Ugetsu

Estoy acostumbrado, no es nada

Si es algo, no tienes que acostumbrarte a esta mierda — le regañó Haruki, tomando la mano de Ugetsu y dándole un fuerte apretón. Las manos de Haruki sudaban de los nervios, y al tomar la de Ugetsu pudo darse cuenta de que él también sudaba frío — Estamos juntos en esto, no voy a dejar que hagas eso — Haruki recordó que en el pasado Akihiko le había contado que Ugetsu rompió su lazo enlazándose a alguien más, pero por más que Haruki había intentado encontrar una marca de enlace en Ugetsu no pudo encontrarla. ¿También había roto ese lazo? ¿Qué pasaría realmente en la vida de Ugetsu? Sin darse cuenta, se sintió preocupado por Ugetsu, y un genuino deseo por protegerlo surgió en él

Ugetsu sintió una sensación extraña y cálida por dentro al sentir la mano de Haruki sobre la suya. Ah, ese era el efecto que Haruki tenía en las personas. No era ninguna sorpresa que Akihiko hubiera caído tan profundo por él.

De repente el mundo pareció detenerse un momento para Ugetsu, cuando escuchó al anfitrión decir su nombre por el micrófono. El agarre de Haruki en su mano fue más fuerte, y aquello se sintió como un abrazo. Lamentablemente tuvo que despedirse de aquella cálida sensación al momento que le tocó pasar al frente, para ser subastado

— El siguiente es Ugetsu Murata, representando al GSM en Tokio. Ugetsu tiene un doctorado en medicina general y una maestría con especialidad en lazos rotos de omegas. Es el único hijo de la familia Murata. Es un hermoso omega dominante de 26 años. Ugetsu es el único omega dominante esta noche...¿Les parece si comenzamos las ofertas con 250 mil?

Hasta el momento, la oferta más alta por un omega había sido 250 mil. Usualmente se comenzaba la subasta con mil, subiendo poco a poco dependiendo de las ofertas. La subasta de Ugetsu estaba comenzando alta, más que cualquiera. ¿Y si pudieran llevar todo ese dinero al hospital? Ugetsu se mordió el labio, sintiéndose presionado.

— 280 mil — ofertó uno de los alfas presentes

— 300 mil — contra ofertó el Barón Antoine, relamiéndose los labios

— 350 mil — ofertó repentinamente otro alfa, consiguiendo la atención de todos

— 400 mil — gritó el primer alfa, con una mirada de superioridad en la cara

— 500 mil — ofertó finalmente el Barón, causando que todos en el salón jadearan sorprendidos

— ¡500 mil! ¡Es un nuevo récord! ¡La oferta más alta de esta noche! ¿Alguien ofrece más? A la 1...2..3...¡El ganador entonces es el Barón Antoine!

El lugar se llenó de aplausos y algunos chiflidos. Ugetsu sintió una incomodidad alojarse en la boca de su estomago, y entonces el anfitrión hizo la esperada pregunta

— ¿Dr. Murata, acepta o rechaza la oferta?

Los ojos de todos los presentes se dirigieron a Ugetsu. Se mantuvó en silencio unos segundos, pensando en todo. Si rechazaba al Barón Antoine frente a todos sería un verdadero problema, no solo porque era uno de los alfas más poderosos ahí presentes, si no porque era alguien cercano a su familia y tendría que verlo muchas más veces más adelante. Además ya lo conocía, y había cenado con él en varias ocasiones. Solo era una cena después de todo, y ese dinero sería de mucha ayuda al hospital. Antes de contestar, evitó los ojos de Haruki, avergonzado

— A...Acepto 

Una vez las palabras salieron de su boca, hubo bulla en el lugar. Ugetsu pudo observar como otros alfas felicitaban al Barón, palabras como "Que envidia" se escuchaban entre murmullos 

Haruki quiso acercarse a él para preguntarle porque demonios había aceptado, cuando escuchó su nombre siendo llamado. Repentinamente, todos los ojos sobre él.

Vergüenza, rabia e incomodidad. Sintió todas estas emociones mezclándose en su interior. Se sentía enojado por la situación, pero muy en el fondo también se sentía extremadamente inseguro y aquello había dejado al descubierto los problemas de autoestima que tanto intentaba ignorar. Odiaba la idea de que pudieran comprarlo como un objeto, pero también le aterraba la idea de que nadie hiciera una oferta. Después de todo ¿Quién querría gastar su dinero en un omega como él? Era vergonzoso pensar que ni siquiera tendría la oportunidad de rechazar las ofertas porque no habrían ofertas en primer lugar.

Dio un paso al frente y tragó saliva. Sintió los oídos tapados.

— El siguiente es Haruki Nakayama, también representando al GSM en Tokio. Haruki es un omega de 26 años con un doctorado en pediatría, obstetricia y ginecología. ¿Comenzamos la subasta con mil?

La diferencia entre la presentación de Ugetsu y la suya era tan monumental que Haruki tuvo que contener las ganas de llorar. ¿Por qué continuaba comparándose con Ugetsu? Ugetsu había sido tan bueno con él aquella noche, y él no dejaba de compararse con él, de sentirse menos.

Hubo un segundo de silencio, y Haruki sintió las lagrimas acumulándose en sus ojos. Eran lagrimas de enojo y vergüenza, combinados. Bajó el rostro, esperando que el momento terminara.

— 500 mil — la gruesa voz del alfa de tatuajes retumbó en el salón. Haruki levantó la mirada, sorprendido. ¿Había escuchado bien? No...no habría manera de que alguien ofreciera tanto por él. Haruki entonces lo reconoció, era el alfa que lo había saludo antes, cuando hablaba con el Barón

— ¡WOOW! ¡500 mil a la primera! — exclamó el anfitrión, sorprendido — ¿Alguien se animará a ofrecer más?

— 800 mil — contra ofertó el Barón Antoine, molesto, porque planeaba comprar también a Haruki. A decir verdad, estaba más interesado en comprar a Haruki, por lo que la oferta de aquel hombre de tatuajes lo había molestado demasiado

— ¡Increíble! — casi gritó el anfritión — ¡800 por Haruki Nakayama a la 1...2...-

1 millón 

La voz gruesa del alfa de tatuajes, Satoshi sonó con eco en el salón. El lugar entero quedó en silencio por un segundo, todos preguntándose si habían escuchado bien. Haruki casi se atragantó con su saliva al escuchar aquella oferta. Tenía que ser una maldita broma

— ¡1 MILLÓN POR HARUKI NAKAYAMA DEL GSM EN TOKIO! — Esta vez el anfitrión si gritó, y la audiencia no dudó en vitorear, emocionados — ¿Podrá alguien superar esa oferta?

El Barón Antoine chasqueó la lengua, molesto. Podría ofrecer más, pero estaba bastante seguro que aquel hombre de tatuajes ofrecería hasta 100 millones si le seguía el juego. Aquel era un sujeto peligroso, era mejor mantenerse alejado. ¡Jodido hijo de puta! Él había puesto sus ojos en Haruki desde que lo vio, tan hermoso y perfecto junto a Ugetsu. No podía creer que en verdad había perdido.

— Ya que nadie ha podido superar la oferta...¡El ganador es el Sr. Satoshi Kimihiro! — anunció el anfitrión, entusiasmado — Dr. Nakayama, felicidades por obtener la oferta más alta de la noche — el anfitrión entonces se dirigió a Haruki, y este tuvo que contener la respiración, sintiendo un puño en la garganta —  ¿Acepta o rechaza?

Haruki se aclaró la garganta y dijo sin titubear

— La rechazo

Silencio nuevamente. Nadie sabía como reaccionar...ese omega realmente había rechazado un millón. Tenía que estar loco. 

Por fuera, Haruki se veía confiado, pero por dentro sentía que sus piernas estaban a nada de ceder y caer ahí mismo de rodillas debido a los nervios. 

Satoshi Kimihiro tensó la mandíbula desde su lugar y le dirigió una mirada amenazadora a Haruki, mientras buscaba algo en su saco. Si Haruki hubiese podido ver la peligrosa mirada en los ojos del alfa rechazado, tal vez hubiese sido más cuidadoso.

Todos los presentes comenzaron a cuchichear, todos se preguntaban ¿Quién era aquel omega?

Nadie se sorprendió por la cantidad que recaudó Ugetsu, ya que todos esperaban algo así del famoso omega dominante. Ugetsu era conocido por su elegante belleza y rostro impasible. Su imagen de impecabilidad y ojos fríos eran deseados por cientos de alfas, pero aquella noche la luna fue eclipsada por el sol. La sorpresa de la noche fue el joven de cabellos dorados que no solo logró obtener la mayor oferta de la noche, si no que también se había dado el lujo de rechazarla.

La subasta dio fin con Haruki, y pronto todos regresaron a sus propias conversaciones y asuntos, dejando olvidado todo el asunto de la subasta. Haruki intercambió una mirada con Ugetsu a lo lejos y se dispuso a regresar a su mesa para reunirse de nuevo con él, pero a mitad del camino fue interceptado por el alfa que acababa de rechazar. 

— Dr. Nakayama

— Sr. Kimihiro —  saludó de regreso, formal

— Solo quería decirle que comprendo su decisión y lo admiro por su fuerte resolución —  dijo, extendiendo la mano frente a él. Haruki lo pensó un poco pero le devolvió el apretón de manos

Antes de poder contestar, Haruki sintió un pequeño pinchazo en la mano que había estrechado con el hombre y después todo se volvió confuso.

...

Akihiko estaba teniendo una tranquila noche de sábado. Estaba recostado en el sillón jugando Candy Crush, con la televisión de fondo para escuchar ruido y no sentirse tan solo. Estaba usando tan solo unos pants gris algo holgados y no llevaba camisa. Estaba a punto de pasar el nivel cuatro mil ciento ochenta y siete cuando entró repentinamente una llamada de Haruki. Contestó enseguida.

—¿Tanto me extrañabas que-

— Akihiko — interrumpió aquella voz. Era Ugetsu

—¿Ugetsu? — preguntó, confundido — ¿Por qué tienes el celular de Haruki?

—No tengo tiempo de explicarlo, necesito que vengas al hotel ahora. Haruki te necesita — la voz de Ugetsu sonaba condenadamente seria. Akihiko tragó saliva, y sin pensarlo dos veces se levantó del sillón en un solo movimiento y corrió a la habitación a vestirse, sin colgar la llamada

— ¿De qué estás hablando? ¿No estaban en la gala? —preguntó casi gritando después de poner el teléfono en altavoz mientras se vestía

— Pasaron muchas cosas aquí...un alfa drogó a Haruki y lo arrastró a una habitación del hotel. Por suerte me di cuenta y los seguí sin que lo notaran...

Akihiko casi pierde la cabeza al escuchar aquellas palabras

—¡¿QUÉ?! — esta vez si que gritó

— Haruki está bien...yo me encargué del alfa

— ¿Qué hiciste?

— Lo sabrás cuando vengas...date prisa, la droga que le dio a Haruki lo está haciendo entrar en celo y no puedo ayudarlo con eso...tampoco puedo sacarlo de aquí en ese estado

— Llegaré en diez minutos

— Es el piso 18, habitación 307

Cuando Akihiko colgó el teléfono ya había terminado de vestirse. Tomó las llaves y salió de la casa hecho una bestia. Su alfa estaba fuera de control, sentía todo su interior ardiendo de rabia ante la sola idea de alguien poniendo un solo dedo encima de Haruki.

Quien sea que se haya atrevido, lo pagaría caro.

...

Akihiko llegó a la habitación en el tiempo estimado. Dios sabrá como había atravesado la ciudad en tan poco tiempo, ni siquiera él estaba seguro de como. Su mente estaba borrosa, y lo único que veía claro era a Haruki. Haruki en esa habitación, sufriendo, adolorido y asustado. 

Tocó la puerta dos veces y Ugetsu abrió enseguida, jalándolo dentro de la habitación de un solo tirón. Era increíble la fuerza que tenía en un cuerpo tan pequeño. No habían muchos omegas con esa fuerza en el mundo.

En el momento en el que Akihiko entró a la habitación sintió la necesidad de cubrirse la nariz. Se sentía intoxicado por la cantidad de feromonas en el aire. Si solo hubiesen sido las de Haruki estaría bien, pero las feromonas de Ugetsu se mezclaban con las de Haruki. Era un aroma poderoso y lo hacía sentir mareado. De repente, su atención se centró en el alfa de tatuajes yaciendo inconsciente en la alfombra. Tenía las manos y piernas atadas y tenía una servilleta de tela hecha bola en la boca, asegurada con cinta. ¿Qué carajos...?

Y lo más importante de todo. ¿Dónde estaba Haruki? Podía olerlo, pero no podía verlo.

— ¿Qué pasó? — preguntó con dificultad

— Este es el alfa que drogó a Haruki. Los seguí sin que se dieran cuenta y lo inmovilicé usando mis feromonas, lo suficiente para poder atarlo. No tuve que buscar mucho en sus bolsillos para encontrar algo de cloroformo y usarlo en él. Tengo experiencia con alfas estúpidos como él — explicó Ugetsu de forma monótona, casi aburrida. Era increíble lo tranquilo y seguro que se mostraba en esa situación. Sus ojos, sin embargo, estaban ardiendo de rabia. Ugetsu estaba molesto

Akihiko tragó saliva. Ugetsu podía ser aterrador si se lo proponía. Pocos omegas en el mundo podrían dominar de esa manera a un alfa usando solo sus feromonas, Ugetsu era un omega en extremo dominante, por lo que tenía ese poder. Él ni siquiera había estado presente en el momento, y solo olía los restos de sus feromonas, y aún así le costaba moverse. 

Los omegas usaban sus feromonas mayormente con propósitos reproductivos, pero los omegas dominantes podían usarlas para lo que quisieran, justo como los alfas. Podían infundir miedo con ellas, y dominar alfas hasta el grado de dejarlos de rodillas frente a ellos. Aterrador, Ugetsu era increíble y aterrador.

Pero se sentía agradecido. Ugetsu había cuidado de Haruki cuando él no pudo. Si Ugetsu no hubiese estado ahí, Haruki podría haber sido...

Sacudió la cabeza, eliminando aquel pensamiento de su mente. No, no podía pensarlo, porque si lo hacía perdería la cordura y mataría a ese asqueroso alfa frente a él.

— Haruki está en la habitación — explicó Ugetsu. Aquella era una suite, por lo que en ese momento estaban en la sala de estar — Está...mal, no sé que le dio este tipo, pero es fuerte

— ¿Qué haremos con él? — preguntó Akihiko

— No despertará hasta dentro de un par de horas. Puedo encerrarlo en el baño mientras...te ocupas de Haruki — las mejillas de Ugetsu se colorearon al decir la ultima parte

— ¿Y luego? — preguntó, no muy contento con la idea, pero entendía que no podía sacar a Haruki de aquella habitación en aquel estado, y tampoco podían sacar a un alfa reconocido en ese estado sin meterse en problemas

— Lo dejamos en esta habitación y nos vamos — Ugetsu se encogió de hombros — Tomé un par de fotos comprometedoras para chantajearlo en caso de que quiera tomar represalias contra nosotros

— En verdad eres una persona aterradora — dijo Akihiko, con una sonrisa. Aterrador podía ser un adjetivo negativo, pero por el tono en el que lo dijo Ugetsu sabía que Akihiko lo decía de una manera positiva, como un cumplido. —Me alegra ver que no has cambiado eso — agregó, sin dejar de sonreír. Ugetsu entonces sonrió de regreso. En definitiva aquello era un cumplido

Akihiko cargó a aquel hombre como un saco de patatas y lo encerró en el baño. Se aseguró de que los nudos de sus amarres estuvieran bien apretados y luego cerró la puerta con seguro.

Se dirigió a la habitación donde se encontraba Haruki y abrió la puerta. La inundación de feromonas que dejó Haruki en la habitación era embriagadora. El aroma habitual a menta era más potente combinado con la introducción de un aroma dulce y desconocido hasta el momento. ¿Era un efecto de la droga? Akihiko quiso bañarse en él, ahogarse en él, dejar que penetrara en su propio ser. Decir que estaba empezando a afectarle era quedarse corto. Tuvo que aguantar la respiración para no caer de rodillas.

Haruki estaba acostado en la cama, sudando frío y retorciéndose de dolor. Su rostro estaba sonrojado, con expresión adolorida. Parecía más inconsciente que consciente. Akihiko quiso lanzarse sobre él en el segundo en el que entró a la habitación, sin embargo, la voz de Ugetsu lo detuvo antes de dar un paso

— Antes de irme. ¿Puedo preguntarte algo? — preguntó Ugetsu de la nada, analizando la situación con la mirada, recargado desde el marco de la puerta

— ¿Qué es?

— ¿Por qué no has mordido a Haruki?

Akihiko apretó la mandíbula, enojado

— No creo que eso sea algo que te concierna — respondió, esquivo. Dio un par de pasos hasta llegar a la cama y luego se sentó en esta, dándole la espalda a Haruki, de manera que le bloqueaba la vista de él a Ugetsu. Sabía que Ugetsu era un omega, pero por algún motivo no podía soportar que nadie mirara a Haruki de aquella manera, tan vulnerable

— Después de lo que pasó esta noche, creo que si. Sabes que esto se podría haber evitado si hubiesen estado enlazados — dijo Ugetsu, con un tono severo y Akihiko notó que detrás de su molestia, existía una genuina preocupación. Ugetsu se preocupaba por Haruki

Ninguno de los dos lo notó, pero Haruki comenzó a recobrar la consciencia lentamente debido al ruido de sus voces haciendo eco en la habitación. Abrió los ojos, apenas un poco, dejando que se acostumbraran a la luz de la habitación. Lo primero que sus ojos captaron fue la ancha espalda de Akihiko frente a él. Se sorprendió. ¿Qué hacía él ahí? Qué había pasado? Lo ultimo que recordaba era estrechar la mano de aquel alfa, y después todo se volvió borroso y negro.

Uck...se sentía demasiado mojado allá abajo. Su traje era un desastre, y estaba sudando demasiado. Era como si estuviera en celo. Maldito hijo de puta, aquel tipo lo había drogado ¿No es así? Estaba furioso, y caliente como el demonio...pero le causaba más curiosidad lo que discutían Akihiko y Ugetsu. Cerró nuevamente los ojos, intentando ignorar la sensación de calor en todo su cuerpo y fingió seguir inconsciente

— Lo preguntaré de nuevo. ¿Por qué no lo has mordido? ¿Es por qué no quieres o por qué tienes miedo? 

Akihiko gruñó de nuevo y desvió la mirada.

— Quiero estar para siempre con él, porque yo lo he decidido — respondió, haciendo énfasis en el yo — Y quiero que él me elija para siempre porque él lo quiere, no porque su cuerpo le diga que morirá si no lo hace — Explicó, y su voz sonaba más seria que nunca — No quiero que ninguna estúpida marca en su cuello lo obligue a estar conmigo, que lo ate a mi...— su voz se quebró — Lo amo demasiado para hacerle eso

—Creí que tendrías miedo por ti — dijo Ugetsu, y su tono sonaba como una disculpa. Como si hubiese juzgado la situación sin saber toda la información. Ugetsu sabía que había dañado a Akihiko en el pasado, e ingenuamente creyó que aquello había afectado a Akihiko, impidiéndole enlazarse con alguien nuevamente por el trauma que aquella situación pudo haberle causado

— Precisamente porque sé como se siente es que no quisiera que Haruki pase eso jamás. Yo jamás rompería el lazo — aclaró — Pero quiero que Haru tenga la total libertad de que si en un momento no desea estar más conmigo pueda alejarse bajo sus propios términos, sin sentirse atado por una marca, sin tener que arruinar su vida con un lazo roto

— Él te ama de verdad. ¿Crees que te dejaría? Akihiko, él no es yo. 

—Lo sé, y sé que me ama como lo amo a él, por eso estoy asustado— dijo, con voz temblorosa — Creí que sabía que era el amor, pensé que lo que teníamos tú y yo era eso...es decir, no negaré que te quise demasiado — agregó, mirando a Ugetsu a los ojos — Pero cuando me enamoré de Haru me di cuenta de que nunca me había enamorado antes, al menos no de verdad. Amo tanto a Haru que ni siquiera estoy seguro de que la palabra amor alcance para describir todo lo que siento por él

Si, amaba a Haruki. No era la clase de amor posesivo que te hace querer monopolizar a la pareja, ni la clase de amor en la que se sintiera nada sin él. Era la clase de amor que lo hacía querer ser una mejor persona, la clase de amor en la que sentía que podía hacer cualquier cosa por la felicidad de Haruki. La clase de amor que lo hacía sentir vivo. Era la clase correcta de amor.

— Sé que es algo tarde para decir lo siento, pero en verdad lamento la manera en la que terminé las cosas— dijo Ugetsu de repente — No tiene mucho caso traerlo a colación ahora, pero creo que no podría estar tranquilo si no lo decía

— No tienes que disculparte. En realidad te lo agradezco...ambos sabíamos que nos hacíamos mal, pero fuiste el único que tuvo el valor de terminarlo

Ugetsu sonrió débilmente, y sintió una paz en su interior. De alguna manera, sentía que necesitaba escuchar aquello.

— Respecto a Haruki...ten en cuenta que mientras no se enlacen, este tipo de situaciones pueden seguir ocurriendo. Haruki es un omega extremadamente hermoso, con un aroma poco peculiar y un rostro de ensueño, además tiene una personalidad encantadora. —Ugetsu se dio la media vuelta, dispuesto a darles privacidad por fin — El mundo es peligroso, especialmente para un omega como él

— Yo...no creo que él quiera

— ¿Alguna vez le has preguntado?

Aquella pregunta hizo eco en los oídos de Akihiko. Me aterra preguntar, pensó.

Ugetsu entonces abandonó la habitación. Akihiko se removió un poco en su lugar, su pene ya adolorido por aguantar tanto. En realidad estaba sorprendido de haberse mantenido lo suficientemente cuerdo por tanto tiempo para tener una conversación de ese peso con Ugetsu, teniendo a su omega viéndose así, oliendo así. Se dio la media vuelta y puso una pesada mano sobre Haruki

— Ya puedes dejar de fingir estar dormido — le picó la mejilla y Haruki abrió los ojos, sonrojado, pero era difícil averiguar si era por la vergüenza o por el calor en su rostro debido al celo

— ¿Cómo sabías...?

— Estabas retorciéndote de dolor y respirando pesadamente cuando entré a la habitación, y repentinamente te pusiste todo "quieto". ¿No crees que eso fue sospechoso?

Haruki se relajó entonces, y su pecho se contrajo como si hubiese estado aguantando la respiración por demasiado tiempo. Su piel quemaba al tacto, y se veía...agitado, sonrojado, sudado...un desastre en general.

La mano de Akihiko recorrió su mejilla, su cuello y su pecho, hasta detenerse sobre la dura erección de Haruki. Haruki ronroneó ante el tacto, y cerró los ojos, disfrutando las grandes manos de su alfa.

¿Qué tanto escuchaste?, quiso preguntar Akihiko, pero la pregunta murió en sus labios. No estaba seguro de poder enfrentar a Haruki en ese momento -y no sabía si era lo mejor hablar en ese momento, porque ninguno de los dos estaba en sus cinco sentidos-. Su mente ya estaba demasiado nublada y su cuerpo se sentía pesado y ligero al mismo tiempo, resultado de estar tanto tiempo expuesto a las feromonas de Haruki.

— Akihiko....te necesito — Haruki dejó salir un gemido ahogado de su garganta y Akihiko presionó con fuerza la erección de Haruki bajo su mano. 

Tenía que pensar rápidamente y tomar decisiones ya. Ni Haruki ni él soportarían mucho más, estaban a dos segundos de volverse animales salvajes, guiados solo por sus sentidos. Akihiko sentía su alfa interno rasgando la superficie, gruñendo contra su pecho. Aquello era malo, era peligroso. Y también estaba el asunto que no quería follar con Haruki en aquella habitación con aromas difusos de otras personas y con un jodido pendejo desmayado y atado en el baño

— Alfa, fóllame por favor — la voz acaramelada de Haruki taladró hasta el cerebro de Akihiko y llegó hasta su alfa interior. Los ojos de Haruki eran pura lujuria. Sus pupilas tan jodidamente dilatadas que sus ojos parecían dos cenotes color miel, hundiéndolo en la locura. El omega interno de Haruki había tomado el control total de su cuerpo, y su alfa estaba gruñendo dentro de él, desesperado por salir

Haruki ladeó la cabeza y se relamió los labios. Dejando su cuello expuesto ante su alfa. 

Akihiko detectó las sensibles glándulas aromáticas de Haruki y lamió erráticamente la glándula de acoplamiento inflamada por el celo. Akihiko sintió como se le hacía agua la boca, consciente de que podría morderlo en ese momento, reclamando a Haruki como suyo para siempre.

Sus ojos se conectaron por lo que pareció una eternidad, y Akihiko sintió su boca salivar. Lo quería, joder, lo quería más que nada en el mundo, pero nunca marcaría a Haruki sin haberlo hablado antes. No importaba cuanto lo deseara, no lo haría.

Dos toques en la puerta lo pusieron alerta. Instintivamente cubrió a Haruki con su cuerpo y volteó, agresivo.

— Lamento interrumpir — se disculpó Ugetsu, temiendo terminar lastimado. Akihiko parecía más un animal que una persona, y Haruki estaba completamente fuera de sí — Supuse que no querrían hacerlo en este lugar, así que conseguí una manera de que saques a Haruki de aquí

— ¿Cómo? — preguntó Akihiko con voz ronca, haciendo uso de el ultimo hilo de cordura y humanidad que le quedaba, pero todavía cubriendo a Haruki con su cuerpo 

— Moví algunos hilos— Ugetsu se encogió de hombros — Vayan por el ascensor de servicio hasta la azotea. Hay un helicóptero esperando por ustedes

Akihiko no pudo evitar sorprenderse. Un jodido helicóptero. Ugetsu era tan Ugetsu como lo recordaba.

— ¿Qué hay con...?

— Yo me encargo — dijo Ugetsu, voz tranquila y mirada impasible como siempre.

Akihiko no preguntó más, no era necesario. Ugetsu era una persona confiable, y si decía que iba a encargarse de algo, bueno, él lo hacía. Akihiko tomó a Haruki entre sus brazos y lo envolvió en la sabana como un rollito primavera. Intercambió miradas con Ugetsu y asintió con la cabeza antes de desaparecer detrás de la puerta principal. Joder, le debía una a Ugetsu. Le debía una grande.

...

El trayecto del cuarto al elevador y del elevador a la azotea fue borroso, al igual que el trayecto del helicóptero a casa. Por suerte, el edificio donde vivía Akihiko tenía una azotea lo suficientemente espaciosa para que aquel ruidosomedio de transporte se estacionara para que pudieran bajar. El conductor que Ugetsu les había conseguido -dios sabrá como- era beta, por lo que no hubo problema alguno durante el trayecto.

Cuando por fin llegaron al departamento, Akihiko dejó caer a Haruki en la cama y rompió la sabana que había envuelto en él con tal vez demasiada fuerza. Inhaló profundo, disfrutando el aroma familiar de su hogar mezclándose con sus aromas corporales.

Akihiko no entendía como había sido capaz de soportar tanto tiempo sin cogerse a Haruki. Su polla estaba a nada de explotar, y estaba bastante seguro de que se vendría solo con ponerla dentro. Lo que había soportado, el tiempo que había pasado era dolorosamente eterno, un jodido milagro para ser honesto.

Cuando estuvo a punto de desgarrar el traje para liberar la deliciosa piel de su omega, Haruki lo detuvo, con la respiración entrecortada

— No...no lo rompas — dijo con dificultad. Intentando desabrochar el traje sin éxito — Es un regalo

— Puedo darte otro después — gruñó en la oreja de Haruki, pero continuó con la labor de desabrocharlo 

— ¿Eres secretamente rico? — preguntó Haruki, intentando reír, pero fallando debido a su excitación

— Mis padres lo son, yo no...— Akihiko terminó de desabrochar la parte de arriba y se la sacó. Desabrochó los pantalones y los jaló de un tirón — Tengo una gran herencia, pero no estoy interesado en ella — confesó, sin darle importancia. Lamió la oreja de Haruki, sintiéndose tentado de ir por su cuello — Cuando nos casemos pondré todo a tu nombre de todas maneras

Haruki sintió su mente clara por dos segundos. Abrió los ojos, sorprendido

— ¿Has pensado en...casarnos?

Akihiko no contestó y en su lugar le comió la boca. Su lengua caliente y demandante, dejándolo sin aliento. Haruki cerró los ojos y disfruto el beso. Amaba los besos de Akihiko. Follar con él era maravillo, increíble, pero había algo con sus besos que era simplemente fuera de este mundo. 

— Quiero hacerte mío

—  Ya soy tuyo

—  Para siempre —  añadió Akihiko, y sus ojos se clavaron en el cuello de Haruki, causando que un escalofrío recorra el cuerpo del omega

Haruki dejó una vez más su cuello expuesto frente a Akihiko. Sus manos se aferraron al cuello de su alfa

— Hazlo — pidió, con voz aterciopelada. Casi como un ronroneo

—  No —   Akihiko negó con la cabeza, una mueca adolorida dibujándose en su rostro — No así. No bajo el efecto de esta cosa, si después de esto aún quieres que lo haga, entonces lo haré 

Un puchero se dibujó en el rostro de Haruki y apretó los labios, molesto. El seño fruncido a más no poder

— Entonces fóllame de una vez — pidió, y su voz sonó más necesitada de lo que le gustó —  Duele...

Akihiko no tuvo objeciones a la solicitud. Sin más preámbulos sostuvo a Haruki de las caderas con tanta fuerza que estaba seguro quedarían las marcas de sus dedos, y por fin empujó su polla dentro de él. Un sonido gutural saliendo de su pecho, sintiendo el interior de Haruki apretando su polla, y ¡dios! Se sentía tan bien. Adentro estaba tan húmedo, tan caliente, tan perfecto. Sentía que su polla se derretiría dentro de Haruki. 

Los sonidos obscenos de bofetadas húmedas parecían hacer eco en la habitación. Akihiko tenía a Haruki gritando de placer con la cabeza echada hacia atrás y la columna vertebral arqueada. Haruki se aferraba a la sabana de la cama y luego a la espalda de Akihiko, su cabeza daba vueltas y el placer era demasiado intenso. No sabía dónde sostenerse. 

— Aah...ss..si...—  gimió Haruki, enterrando su rostro en el pecho de su alfa —  Más profundo, Akihiko...

Akihiko lo tomó con fuerza del cabello, obligándolo a mirarlo a los ojos

— No te escondas. Quiero ver tu rostro 

— Pervertido

— Si pudieras ver tu rostro mientras follamos me entenderías...— dijo Akihiko, sin detener sus embestidas — En realidad, puedes

Akihiko se detuvo un segundo, consiguiendo un quejido agudo de parte de Haruki cuando sintió su entrada vacía. Akihiko lo levantó y lo llevó hasta el borde de la cama, después se dirigió al enorme espejo de piso que tenían en una esquina de la habitación, colocándolo frente a la cama.

Akihiko se sentó en el borde y luego colocó a Haruki sobre su regazo, de manera que Haruki quedó frente al espejo con las piernas abiertas. Akihiko entonces recargó su cabeza en el hombro de Haruki y desde atrás susurró

¿Ves? Tan hermoso y perfecto

Haruki sintió la necesidad de cerrar los ojos y voltear la cabeza de lado, sintiéndose avergonzado por su reflejo, pero Akihiko sostuvo su barbilla con fuerza, obligándolo a mantener la cabeza de frente

—  Sin trampa —  lo regañó —  Vas a observar como te follo — dijo, y recorrió el agujero húmedo y rosado de Haruki con sus dedos. Haruki estaba sentado sobre el regazo de Akihiko, con las piernas completamente abiertas, siendo capaz de ver su agujero en el espejo y su cara que parecía irreconocible en ese momento. El Haruki en el reflejo era uno desconocido para él, pero había algo excitante en el hecho de poder ver como la gruesa polla de Akihiko lo iba a penetrar

Akihiko entonces se entierró nuevamente en él, y Haruki volvió a sentirse lleno. Completo

Akihiko lo devoró como si fuera una comida de cinco estrellas. La habitación estaba llena de sus olores, y sus sonidos...los sonidos. Eran tan sucios. El eco de sus pieles chocando violentamente. Todo lleno de suaves "aahs" y "Akihiko,si" "Akihiko, más". 

Haruki podía sentir la polla de Akihiko haciendo presión hasta el fondo, tocando todos los lugares correctos, haciéndolo retorcerse de placer. Y sus ojos estaban clavados en el reflejo frente a él, pero contrario a lo que Akihiko quería, no era su rostro el que estaba viendo. Era un espectáculo, si, pero no él. Era un especatulo ver a Akihiko controlado por su alfa, verlo tan excitado y saber que él era la causa. La manera en la que los ojos de Akihiko lo miraban, lo hacía estremecer, era casi hipnotizante. Lo hacía sentir deseado, y jodidamente caliente. Y luego estaba la enorme polla de Akihiko, entrando y saliendo tan obscenamente, todo tan claro como el agua en el reflejo frente a él.

— Tan bueno, Haru — Akihiko gruñó en su oído —  No te contengas, quiero escucharte. Suenas tan bonito, quiero escucharte más

Haruki se sintió abrumado, las sensaciones dentro de su cuerpo y su pecho desbordando. Quería sentirse así para siempre. 

Haruki se consideraba una persona afortunada, tenía una familia maravillosa y una cantidad aceptable de buenos amigos. Sabía que había gente que lo quería y apreciaba, y el quería a muchas personas, pero Akihiko...

Akihiko estaba en una categoría propia, aparte. Ni en sus sueños más locos podría haber tenido la imagen ante él en el espejo. Haruki había conocido varios tipos de amor, pero ninguno se comparaba con el amor que sentía por Akihiko Kaji, su alfa. Haruki no podía imaginarse una eternidad sin él. 

— Márcame — ordenó, desesperado, mientras las embestidas de Akihiko se volvían mas inestables 

— No...— gruñó Akihiko — No me hagas esto, Haru — suplicó, porque estaba usando todo de sí para no marcarlo en ese momento

Haruki buscó la mirada de Akihiko en el espejo, y colocó una mano en la mejilla de su alfa

— Te amo

Era la primera vez que lo decía, y se sentía tan...bien. Tan correcto.

— Te amo...— respondió Akihiko y Haruki sintió que estaba cerca 

Cuando Haruki terminó, fue con el profundo gemido de Akihiko en su oído y sus dientes incrustados entre su hombro y su clavícula, evitando a toda costa la glándula en su cuello. Su semen salió disparado de tal manera que manchó el espejo frente a ellos. Quería pedirle a Akihiko que se corriera dentro, pero con todo lo que había pasado no habían tenido tiempo -ni mente- para ponerse un condón. No era que le preocupara demasiado, Haruki tenía un dispositivo de control natal en su cuerpo, pero tampoco podía ser tan imprudente como para tentar tanto a la suerte. Lo quería, quería el semen de su alfa adentro, era como si su cuerpo quisiera succionarlo todo para que no se desperdiciara ni una sola gota. Lo quería, pero no lo tendría, al menos no esa noche.

Akihiko dio un par de estocadas más antes de salirse de Haruki. El movimiento fue tan brusco y repentino, que Haruki cayó de rodillas a sus pies

Haruki se dio la media vuelta para reclamarle aquello, pero en el momento en el que su rostro quedó frente a la polla dura y enrojecida de Akihiko, este se vino con fuerza en su cara

Haruki parpadeó dos veces, sintiendo el semen de su alfa en todo el rostro. Con dos dedos se limpió un poco que había caído peligrosamente cerca de su ojo derecho

— Bueno, eso ha sido jodidamente caliente — sonrió y lamió un poco de semen, cerca de la comisura de su boca 

Akihiko aún estaba fuera de si, pero recobró la consciencia cuando vio a Haruki bajo sus pies, con el rostro sonrojado y lleno de semen

—¡Haru...lo siento! — exclamó, asustado de que Haruki fuese a cortarle las bolas mientras dormía por correrse en su cara sin su permiso — Aquí...— agregó, intentando limpiar su rostro con un pedazo de la sabana

Haruki se levantó haciendo uso de la poca fuerza que quedaba en sus piernas luego de haber sido follado con tanta fuerza, y se sentó nuevamente en el regazo de Akihiko, clavándole un beso en la nariz, y luego en una mejilla y en la otra

— He leído que es bueno para la piel, mañana tendré el rostro como pompis de bebé — se rió suavecito y aferró sus brazos alrededor del cuello de Akihiko — Lamento todo lo que te hice pasar esta noche

— ¿Por qué carajo estás disculpándote? No has hecho nada malo, Haru — preguntó Akihiko, enojado — Yo voy a matar a ese hijo de puta, de verdad...— hizo una pausa, recordando algo — Si es que Ugetsu no lo ha matado ya

Haruki entonces recordó a Ugetsu, y como lo había dejado solo en la gala. Sintió un sentimiento de culpa alojarse en su pecho. Ugetsu había sido increíblemente bueno con él aquella noche, y él lo había dejado solo.

— Sé lo que estás pensando — Akihiko le apretó la mejilla — No lo hagas, no has hecho nada malo. Puedes agradecerle después

— Si...— Haruki suspiró. Ugetsu en verdad había resultado ser totalmente diferente a lo que esperaba, y le dolía admitirlo, pero en realidad...había terminado agradándole..como...bastante

— La droga...¿Cómo te sientes?

— Creo que me has dado una buena inyección, doctor — Haruki sonrió y acarició el pene de Akihiko — Aunque creo que debería recibir una segunda dosis, por si las dudas

Akihiko sonrió, jodidamente hermoso y lo besó con tanto amor como pudo

— Ven aquí.

...

Haruki se sentía completamente deshuesado. Una segunda vez se convirtió en una tercera, y luego en una cuarta, y luego de eso perdieron la cuenta. Hicieron el amor toda la noche.

Haruki nunca había sido fan del termino "hacer el amor". Haruki había tenido sexo, había follado, pero la primera vez que hizo el amor fue con Akihiko. No había otra forma de llamar a la manera en la que Akihiko trazaba formas abstractas en su piel con sus dedos, y su boca, y su lengua. Las dulces palabras que susurraba en su oído mientras se enterraba en él, la forma en la que su cuerpo se aferraba a él. Si, Akihiko lo follaba duro, pero también le hacía el amor.

Era domingo por la mañana, y Haruki se despertó cubierto de Akihiko. Su olor, su semen...su amor. Pasó básicamente toda la noche en la erección persistente de su alfa, y estaba más que satisfecho por eso.

— ¿Fui muy duro contigo? — preguntó Akihiko, con voz ronca, lamiendo el cuello de Haruki, mientras sus dedos jugaban con sus ya extremadamente sensibles pezones

Haruki cerró los ojos, sonrojado y se mordió el dedo para contener un gemido. Podía sentir la erección de su alfa en el trasero. Akihiko no era humano

Volvieron a hacerlo dos veces, hasta que Akihiko cayó dormido por el cansancio.

Haruki le dió un beso y se dirigió a la ducha, necesitaba bañarse urgentemente. Tomó su teléfono, con miedo de enfrentar la realidad. Tal vez había sido despedido, o demandado. No había hecho nada malo, en realidad había sido una victima, pero el estatus y el dinero de un alfa valían mucho más que la verdad.

Se sorprendió cuando no encontró nada. Tan solo un mensaje de Ugetsu

"Espero que estés bien. No te preocupes por nada, me ocupé de todo. Si quieres, podemos tomar un café por la tarde"

Haruki sonrió. Le gustaba Ugetsu.

"Me encantaría tomar un café contigo", respondió y puso a cargar el teléfono mientras se metía en la regadera.

Cuando saliera, iba a hablar con Akihiko, y esta vez le pediría sobrio y serio, que lo marcara en su próximo celo.

...

¡Holaaaa! (o˘◡˘o)

Hasta raro siento cuando actualizo a tiempo jajaja. Bueno, espero que les haya gustado este capítulo especial enfocado en AkiHarUgetsu. Originalmente en este capítulo también salían Ue y Mafu, pero después de comenzar a escribir, decidí dejar lo de ellos para el siguiente capítulo porque no quería cortar la trama de este. Mafu y Ue andan en su periodo luna de miel y no quedaba mucho con este capítulo un poco más dramático, pero el lado positivo es que el siguiente capítulo será más largo porque incluirá lo que de por sí iba a tener, sumado a lo que no incluí en este capítulo.

Me pareció importante enfocarme en este trío en este capítulo. Había varias cosas que quería abarcar específicamente

1. La complicidad enemi-amistosa entre Haruki y Ugetsu. Al final me encantó como quedó. Esos dos no lo saben, pero serán buenos amigos. Las mejores amistades nacen de un "Tú antes me caías mal" (así me pasó con dos de mis mejores amigos)

2. El cierre AkiUgetsu. Akihiko superó lo que pasó desde hace algún tiempo, pero me pareció correcto escribir un cierre entre ellos. Además, me gustó que Ugetsu obligará a Akihiko a ser honesto consigo mismo respecto a marcar a Haruki

3. El asunto del enlace entre Akihiko y Haruki. Estaba bastante indecisa, y estuve a nada de escribir que pasara en este capítulo, pero preferí esperar. El momento no me pareció adecuado, y un enlace es un tema serio, por lo que preferí que ambos lo hablaran (sin la cabeza y las pollas calientes jaja) y lo decidieran juntos, fijando una fecha para hacerlo. Como todos unos adultos <3

Otra cosa que quería retratar un poco en este capítulo es la realidad de la sociedad Alfa-Omega y las injusticias que se viven día a día en su mundo. Ese alfa hijo de puta pagará por lo que hizo, no se preocupen jaja

Si se dan cuenta, en la parte de la subasta no quise especificar si las ofertas eran en dólares o en yenes, preferí dejarlo a la imaginación, elijan que les gusta más. El yen es más barato, y el dolar es demasiado caro, aunque personalmente creo que la subasta habrá sido en dolares (a pesar de que están en japón) porque estamos hablando de que era una gala donde estaba la crema y nata de los alfas, es decir, los malditos tienen eso y más para gastar.

Los trajes que usaron Ugetsu y Haruki fueron así

Los diamantes que llevaba Haruki era en los pequeños botones de la manga del traje, en los gemelos.

Bueno eso es todo por esta semana! La siguiente semana trataré de actualizar a tiempo, pero es probable que me atrase por unos días porque será mi aniversario de diez años con mi novio y vamos a ir a un tour para bucear y nadar por la isla donde vivimos para celebrar (≧◡≦) ♡ Si les gustó el capítulo ya saben, sus comentarios son mi droga, la mejor recompensa para esta humilde autora (ノ' з ')ノ

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