Sé que es una tontería celebrar solo 104 seguidores, pero no saben lo agradecida que estoy con ustedes que votan, leen y me siguen por mis libros y más por Inefable que es el primero y que más pegue a tenido, los amo mucho gatitos y espero les guste este capítulo que lo hice con mucho amor para ustedes.
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En un realidad muy pero muy alterna
Las mañanas en los campos de flores eran frescas y el sol estaba suavecito y muy tierno, los autos pasaban con calma pues el fin de semana empezaba muy bien, las personas no salían a trabajar y las familias se reunían en un almuerzo muy grato.
O eso pensaba la señora Kim que se encontraba en su cama tranquilamente soñando con elefantes muy grandes cuando sintió un peso grande sobre su pecho.
—Namjoonie hijo, bájate por favor -dijo tranquila sabiendo el porqué de la emoción de su hijo.
Un pequeño niño moreno de cuatro años de edad con ojos rasgados tranquilo y algo torpe bajaba con mucho cuidado del pecho de su madre para acomodarse al costado de ella, su enterizo de dragón azul y con pequeñas alas lo hacían ver más hermoso y tierno.
—Es hoy, es hoy, es hoy -susurraba riendo.
Abrazo de lado a su mamá tratando de parar la emoción y la inquietud de sus piernas.
—Mamá vamos, levántate -hablo tirando de la camisa que usaba su mamá para dormir.
La señora Kim se volteo y empezó a hacerle cosquillas a su único hijo, escuchando su risas pequeñas y agudas, viendo como sus ojos se achinaban y su sonrisa se ensanchaba.
—¡Namjoonie! -gritó una voz gruesa en el primer piso de la casa de los Kim parando la pelea de cosquillas.
—¡Papá! -grito de vuelta riendo feliz y bajando de la cama de su mamá, tiró unas almohadas de la cama y se tiro sin miedo a hacerse daño. Agarro la punta de la sabana y la empezó a tirar logrando sacarla y saliendo del cuarto escuchando el grito de su madre en reprimenda.
Bajó las escaleras más tarde viendo como su padre y sus tíos favoritos llegaron, chilló viendo a Hoseok que estaba cargando a un recién nacido.
—¡Tío Hobi! -susurro tratando de llamar su atención pero sin hacer bullicio, sabiendo lo delicado que son los bebés.
—Joonie, mira él es Soojon - dijo Hoseok feliz de presentarle a su hijo.
—¿Es su hijo con el señor Jeon o con tío Tae? -pregunto tratando de entender como era esa relación entre ellos tres.
Con una risa avergonzada y algo melancólica respondió —Namie recuerda que Tae ya no -demoro en contestar —sabes que Tae esta viéndonos desde el cielo -terminó aguantando el nudo en su garganta sin saber que responderle a su sobrino.
—Pero tío Tae va a volver, el me lo prometió, por el mequiñe -sonrió tranquilo ignorando a su papá que lo empezaba a cargar y tratar de llamar su atención.
—Papá ya basta, estoy hablando con tío Hobi -dijo apartando con sus manos regordetas la cara de su papá.
—¿Acaso no puedo darle amor, al niño más hermoso del mundo? -río empezando a hacerle cosquillas y llevándose al pequeño Nam hacia el patio de atrás junto a los campos de flores donde más familiares y vecinos se encontraban hablando entre ellos y vigilando a los niños que corrían por todos lados.
Jungkook y Hoseok se miraron tristes y algo melancólicos —Lo siento Kookie -mirandolo apenado.
—No mi amor, Tae fue alguien que marcó y amaba mucho a Namie y todos lo extrañamos -beso sus labios intentando transmitirle toda la tranquilidad a su esposo.
Hoseok y Jungkook tenían un año de pareja pero la muerte de Taehyung había marcado en demasía a la familia Kim, era el primogénito y hermano mayor del papá de Nam y él era el más apegado a Tae a pesar de la poca edad que tenía podía recordar todos los momentos que había tenido con su tío favorito y borrar, olvidar o tapar esa mancha es algo que el pequeño Nam defendería con uñas y dientes.
—Nuca te ovidare tío -decía un pequeño Nam de tres años llorando inconsolable —Pero no me deje con el amargado-pegado al pecho de Tae echado sobre la camilla llena de cables y tubos.
El patio era grande y una vaya dividía los campos del patio de la familia Kim.
Namjoon a pesar de ser un niño de ya casi cinco años no tenía más amigos que sus tíos y algunos primos y contados, Jimin, Kai, Bambam y Lisa eran sus primos favoritos, pues le enseñaron a leer y jugaban a acertijos, cosa que sus demás primos no le gustaban y preferían ver la televisión día y noche.
—¿Papá ya estamos todos, podemos jugar lo que hicieron con mamá anoche? -revisando el lugar viendo varias cosas como una mesa para hacer juegos con papeles en cuadrados para Ddakji, varias flechas para Tuho, papeles para hacer pelotas y poder jugar Jegichagi, aunque siempre perdía en cada uno de esos juegos, lo disfrutaba jugándolos con sus primos y tíos que venían de vez en cuando.
—Faltan algunos amigos que invite para que los conocieras -hablo sentándose junto a su hijo en las sillas amontonadas una encima de otra.
—No papá ya hay muchas personas, no más por favor -hablo con un puchero en sus labios y algo de miedo
No miedo.
TERROR.
Conocía bagamente a los amigos de su padre, y casi nunca venían a vistarlo por la distancia en donde vivian él y su familia.
—Kooki -comenzó el señor Kim viendo la rabieta de su hijo aproximarse, sabía que ellos dos no se llevaban bien y más cuando Hoseok llegó de la mano de él y Nam se quedó pensando en cómo su tío había superado tan rápido a su querido Tae cuando le explicaron que eran pareja, ese día Namjoon había llorado y llorado sin parar y cada vez que los veía juntos preguntaba por su tío Tae.
No era por molestar, ni causar malos ratos a ni uno de los dos, el simplemente no lo comprendía y preguntar por su tío Tae cada vez que vinieran era la mejor forma de no olvidarlo.
Comenzaron a caminar hacia la montaña de sillas cerca de la cerca para subirse y poder hablar con más privacidad, puede que suene infantil que un señor de treinta años se suba a las sillas amontonadas, pero ¿Qué mejor que hablar con tu hijo en sillas encima de sillas?
¡Era mejor que una mesa! aunque las mesas son divertidas para ambos morenos, no era lo suficiente para que ambos se sientan en la sima y ser los reyes del día, así que sin rechistar el moreno mayor coloco a su hijo en las sillas amontonadas para luego subir él.
—Además, solo es uno, es el hijo de uno de sus amigos de Kookie, vino con él, ¿no lo viste? -pregunto por el despiste de su hijo, que normalmente ve con precisión y se cerciora de conocer a cada miembro de la familia o personas allegadas con su debida distancia para que no invadan su espacio personal.
Kim Namjoon amaba en exceso su espacio personal, nadie más que sus papás, Yoongi, Lisa, Bambam y Kai podían abrazarlo, agarrar su mano o entregarle cosas que ensuciaran su perfecto vestuario.
—Ahhh, si lo vi, tenía una casaca rosada y shorts celestes zapatillas convers rosadas y una pescadora del mismo color, ¿Si sabe que estamos muy lejos de los lagos no? O ¿No sabe de la geografía de estos lares? -y ahí estaba su pequeño Namjoon de nuevo.
—Bueno, como ya lo viste pues tienes un nuevo amigo que hacer -hablo haciendo el intento de bajar de la pila, pero la altura era demasiada para él y saltar no era una opcción ya se había fracturado el codo por saltar de un trapolin en el cumpleaños de Lisa hacia una colchoneta que estaba en el piso.
—No papi, yo ya tengo muchos amigos, no quiero más amigos - alzando sus manos para que su papá pueda agarrarlo de las costillas para bajarlo de las sillas.
Namjoon no quería mentir, pero hacer nuevos amigos le causaba un medio que le podía carcomer los huesos uno por uno.
En ese momento el niño nuevo estaba corriendo hacia ellos jalando las manos de Kookie quien lo tenía que cuidar por ese día y Nam luchaba por bajarse de su papá y salir corriendo, seguro su mamá no le iba a traicionar de una forma tan cruel.
—Ahí esta tío, vamos, vamos -chilló emocionado agarrado con fuerza su caña de pescar en la manito derecha y con la otra seguía tirando de Kook, emocionado de conocer a personas nuevas, ya había saludado a todos y solo faltaba aquel pequeño moreno que ni si quiera había visto lo bonito que él era.
Ambos llegaron hacia el señor Kim, el pequeño de piel pálida más emocionado que Kook —Hola soy Kim Seokjin -dijo emocionado pasado su caña de pescar a su tío y estirando su manita hacia el pequeño moreno para poder chocarlas.
Namjoon se coloco detrás de la pierna de su padre, asustado y temeroso de la energía que transmitía Seokjin, lo miraba fijamente y solo un grito un poco más grueso lo distrajo de su análisis.
—¡Joonie ya llego tu mejor amigo! -grito un niño más pálido alzando ambos brazos y sonriendo enseñando sus encillas hacia el cielo en clara invitación de un abrazo para el moreno. Namjoon por su parte se puso muy feliz, escapo del agarre de manos que tenía con su padre y salió de su escondite para saludar a su mejor amigo.
—Suga si llegaste -lo abrazo.
—No me iba a perder tu cumpleaños -acaricio la cabeza del moreno dándole el regalo que traía y dejando un beso en su mejilla.
Seokjin quedo estupefacto, nunca le habían negado un saludo ¡Nunca! Además todas las personas del lugar lo había mimado por lo bonito que se veía.
—Yo lo siento -dijo el señor Kim disculpándose por el comportamiento de su hijo. —A él se le dificulta mucho hablar -
—Se parece a ti en la primaria - dijo riendo su esposa a lo que Jungkook carcajeo recordando la historia que contaba la señora Kim para avergonzar a su marido.
—Tío Kook, te dije que el short celeste no combinaba con esta casaca -lloro indignado e ignorando a los señores Kim saliendo enojado hacia la casa de atrás buscando a alguien que le ayude con su ropa.
—Niños.
—Niños.
Suspiraron ambos hombres viendo a Seokjin saliendo hacia su casa y a Namjoon poniendo el regalo que su amigo Yoongi le había traído en la mesa con los demás presentes aún un poco sonrojado por el beso.
....
—Señora Kim -dijo Seokjin ayudando a la mamá de Nam a hacer un postre, a sus cortos 7 años sabía muchas cosas y su personalidad risueña había encantado y flechado a la mujer de la casa, quien encantada dejó que el pequeño le ayudara ha hacer el pastel del cumpleañero.
—Dime pequeño -respondió serena estirando las galletas que irían en la mesa de dulces.
—¿Usted cree que mi conjunto se ve bien verdad? -pregunto girando dejando ver bien toda su ropa a la señora Kim para saber si su ropa fue la que impidió saludar al moreno de mejillas demasiado bonitas para él.
—Claro pequeño Jin, te ves muy bonito -afirmo halagando al presente.
Pero solo eso basto para no entender porque el moreno no lo había saludado, ya lo había visto por muchas fotos en la casa de su tío Kookie, donde su tío Hoseok lo cargaba y los dos sonreían y tenía unas ganas enormes de conocerlo.
—Gracias -respondió intentando saber porque no podía ser amigo del moreno, ¿será que no le puede caer bien a todo el mundo? ¡Pero el se veía bonito! se había alistado con su tío Kook por meses para este día, claro nadie lo tenía que saber.
—Jin cariño, pásame el pigmento verde y el blanco -
—¿Sera en tonos pasteles señora Kim? -pregunto curioso.
—Claro, a mi Namie le gusta mucho los tonos pasteles y más el morado -respondió con normalidad sin darse cuenta de lo que había creado.
Jin salió corriendo empujando la puerta tratando de abrirla.
—Tienes que arrimarla al lado -dijo la señora Kim riendo y haciendo gestos de como se abría dicha puerta.
—Gracias -sonrió avergonzado y arrimo la puerta y cerrándola delicadamente. y haciendo una reverencia para salir en busca del auto de sus tíos donde guardaba su ropa de cambio y algunas más en caso de una crisis de outfit.
Podría verse desesperado pero desarragledo y sin estilo ¡Jamas!
Abrió la parte trasera del carro y entro al maletero buscando su baúl que obligo a su padre y tío a que lo subieran al carro de su tío Hoseok, lo abrió con la llave que traía como collar y rebusco entre las prendas algo con el color pastel favorito de Namjoon solo logrando hallar unos shorts cortos llenos de flores de colores que le disgustaban mucho pero algo era algo, se los coloco odiando la combinación de colores, termino de ponérselo acomodando su polo de Naruto blanco y se detuvo abruptamente ¿Qué se suponía que estaba haciendo?
¿Quién era él para poder impresionarlo de la forma en la que él quería con su ropa?
¿Park Sang-chul?
¿Lee Hyung-taik?
Esta bien que le haya parecido el ser más tierno y lindo del mundo, que quisiera acariciar sus mejillas y darle de comer los postres que hacía su mamá con él.
No valía la pena.
Bajó de la maletera y la cerro recapacitando su forma de actuar, se adentro a la casa y vio que la mayoría de personas estaban en el patío trasero y solo Namjoon se encontraba sentado en la mesa pequeña con el niño pálido que le había quitado su atención, una niña demasiada delgada, un niño muy regordete con ojitos pequeños y otro con el cabello hecho una colita, quizá ellos si sean buenos con él.
—¡Hola, soy Seokjin! -dijo sentándose al costado de la única mujer del grupo sonriendo para todos.
El silencio se hizo sepulcral y Seokjin se volvió a preguntar si hizo bien en sentarse y hablarles al grupo.
Lisa tomo sus lentes de aumento y los acomodó viendo al castaño de forma acusatoria y con un poco de temor.
Jimin también lo miro con nerviosismo pensando en si se iba a burlar de su peso con algún comentario o chiste, o quizá lo estaba analizando para ver si era suficiente.
Yoongi lo miro temeroso y viendo como iba vestido llego a la conclusión que es de esos niños que son creídos y muy egocéntricos.
Bambam por su parte trato de ocultar su cabello largo inevitablemente pensando en sus compañeros de clase que le jalaba sus coletas y las profesoras que ya le habían intentado cortar el cabello.
Namjoon se sintió cohibido nuevamente por la energía que desprendía.
Lisa tomo sus cuadernos de zudoku y los apilo para retirarse, por su parte Bambam y Jimin empezaron a guardar las piezas de ajedrez, Yoongi tomo la mano de Namjoon y todos se retiraron de la pequeña mesa para irse a la habitación del moreno sin darse cuenta del dolor que estaba sufriendo el castaño al ser excluido.
¿Estaba bien seguir insistiendo?
A veces los niños eran muy chinchosos