Todo ocurrió tan repentinamente, que la impresión de ver el cadáver del hombre tendido en la bañera aún persiste, mi cerebro aún no logra comprender qué es lo que está ocurriendo.
Devon me está envolviendo en sus brazos, sentir su cuerpo tan cerca del mío hace que me sienta segura aunque también me hace temblar de miedo. ¿Cómo puede sentirme segura con alguien que posiblemente pueda matarme?
—Todo va a estar bien—me asegura en un jadeo mientras se separa ligeramente de mi.
—¿Que está mierda esta ocurriendo?—pregunto sin poder evitarlo.
—Prometo explicarte todo en algún momento.
—¡No! Quiero que me expliques ahora lo que está pasando.
— Chloë.
Mi nombre en su boca suena bien de hecho hace que por unos instantes la preocupación aminore pero todo es fugaz, estoy en vuelta en la misma mierda que cuando nací solo que esta vez es muchísimo peor ya que hay asesinos, violadores y miles de cosas más las cuales no estoy al tanto.
— ¿El hombre que atacó a Victoria está con los que te atacaron a tí?
La pregunta queda en el aire y simplemente me resigno a pensar que no tendré respuesta porque así se suponía que debía ser ¿No?.
Yo formulaba miles de preguntas por minutos y él simplemente se limitaba a no contestar ninguna.
— Si,— afirma— Y cuanto más lejos este de todo esto mejor.
Devon toma con suavidad mi rostro en sus manos haciéndome mirarlo a los ojos y rozando nuestras narices, por unos fugaces segundos la coherencia invadió mi mente. ¿Qué estoy haciendo?
Devon Monssonman.
Cuatro horas después...
La escena se repetía pero esta vez no estaba lloviendo y tampoco estamos enterrando el cadáver, si no que lo estábamos incinerando.
El calor del fuego golpea nuestros rostros como el sol en verano, el cuerpo arde consumido por las llamas naranjas y eso me recuerda a una clase de biología que habíamos tenido en el bachillerato.
La definición de la vida, para ser catalogado como ser vivo debes respirar, comer, crecer y reproducirse. Los gatos lo hacen, en cambio la madera no; las flores lo hacen, una piedra no. Pero el fuego en cambio es la clara definición de la vida, come todo a su paso, respira al igual que los humanos, toma el oxígeno y lo transforma en dióxido de carbono. El fuego crece y se reproduce, lo consume todo, no se conforma con tan solo un poco, quiere más, exige más porque creo merecer más.
—¿Que pasara con Chloë?—Dice Connor detrás de mí, me doy la vuelta quedando así frente al colorado—Ella vio lo que Victoria hizo.
—Ella no dirá nada—respondo ladeando la cabeza de un lado a otro.
—¿Y porqué no?—pregunta Evans con ese brillo que conocía a la perfección.
—Está conmocionada, en cuanto salga del shock la curiosidad por saber qué es lo que está pasando la consumirá tanto que se verá involucrada con nosotros, se volverá cómplice —Expliqué—. Además por su cara cuando miraba a Victoria diría que en algún momento de su vida le ocurrió algo similar, se siente identificada con ella, todo esto sin contar que Viko es su amiga y que quiero creer que no hará nada.
Puedo verlo en el rostro de Evans, no quiere que ningún cabo suelto ponga en peligro a Victoria o a nosotros.
—Devon...—comenzó a decir pero automáticamente lo interrumpí.
—No se que es lo que se te cruza por la cabeza pero no podemos simplemente matarla, además en todo caso en decisión de Victoria, no tuya.
—El golpe que tiene en la cabeza fue más grave de lo que parece, ¡Joder! Apenas esta consciente ¿Y tú quieres ir a preguntarle si dejamos a tu noviecita viva o no?
El cadáver que había lanzado a las llamas ya no es más que cenizas, polvo gris que comienza a volar con la suave brisa que golpea las hojas de los árboles.
Respiro hondo y caminó hasta donde Evans quien cuando me ve acercarse se para aún más derecho y me mira desafiante, como si estuviese dispuesto a montar una pelea aquí mismo.
—Eres un puto loco Evans, ¡No sientes nada por nadie!—le doy la espalda pero rápidamente lo vuelvo a encarar—Perdón, si te importa alguien y ese alguien eres tú.
Siento que las emociones me rebasan, el odio y la angustia se apodera de mi cuerpo.
—Nos estás empujando al abismo,—continúo—Aún no sabemos si ese tipo violó a Victoria o que rayos le hizo ¿Y todo por que? Ah, sí—Evans está apretando ambos puños a su costado—Porque te dio una rabieta y mataste a dos tipos que eran parte de una jodida mafia o no se que coño.
—Deberían calmarse.
—No me voy a calmar una mierda, Connor, porque aquí el señorito tiene presente una realidad bastante distorsionada de lo que ocurrió esa noche.—Evans levanta su dedo índice y lo apoya sobre mi pecho con fuerza.
Apartó su mano de mi pecho y le doy un empujón haciendo que retroceda.—¿Ah, que no lo se?
—No sabes una mierda, Devon.— habla con rabia.
—Ponme al tanto entonces—me burlo estando harto de la situación.
—Yo no los maté, fue Victoria quien mató a esos dos tipos...
Evans continúa hablando pero todo se detiene y el recuerdo de esa noche vuelve a mi.
<<Humo, vidrios rotos, sangre y dos cadáveres sobre el césped húmedo.
—¿Qué...?—balbucea.
Victoria esta mirando los cuerpos que yacen delante suyo, sus manos, ropa y rostros esta teñidos de rojo, su cabello negro cae sobre sus hombros hasta su cintura donde se puede ver una gran mancha oscura.
—Evans—murmuró al ver que él tiene un arma blanca en la mano—¿Que hiciste?
—Él no...—dice Victoria en un hilo de voz.
—Abusaron de Victoria en el reformatorio,— la interrumpe rápidamente.—ellos la vieron y... No pude evitarlo, yo no se...>>
Todo fue mentira, fue ella quien los mató, no él.
Siento mi corazón acelerarse y la necesidad de verla me consume, nunca fue una niña normal, pensamientos psicóticos cruzaban por su mente todo el tiempo y por eso su barrera contra el mundo, fría y distante.
"Yo puedo controlarlos" me decía cada vez me contaba lo que le decía su subconsciente, trato de respirar con regularidad pero me es imposible. ¿Me estoy volviendo loco al tratar de cubrir a una psicópata? ¿Soy psicológicamente inestable al no sentir pena o culpa de haber quemado un cuerpo y enterrado dos más?
—Debo ir a verla—digo más para mi mismo que para que ellos me oigan.
Salgo del bosque sintiéndome asfixiado como si tuviera algo o alguien presionando mi garganta, quiero gritar de frustración, quiero correr lejos del mundo, quiero que todo desaparezca, que sea solo una mala pesadilla.
Evans y Connor están persiguiéndome, viene detrás lo sé porque escucho sus pasos cerca.
No se cuanto tardamos en llegar al el edificio pero al caer en cuenta estoy frente a una enfermera que me dice "no puedes ingresar, no eres familiar directo"
Me siento en uno de los bancos negros que hay en el pasillo y en cuando la mujer se descuida entro corriendo a la sala donde esta Victoria, se que me estoy metiendo en graves problemas pero necesito oírla decirme la verdad, necesito saber que es lo que ocurrió.
—Devon...—murmura.
—¿Quién mató a esos primeros hombres?—preguntó sin rodeos.
Ella respira hondo y entonces soy consciente de la enorme venda blanca que cubre su cabeza y de las grandes manchas moradas que adornan su nariz y parte inferior de sus ojos.
—Yo.— responde sin quitarme la mirada de encima.
La puerta se abre y Evans y Connor entran rápidamente sin decir ninguna palabra.
—¿Por que no dijiste nada?
Ella no vacila ni un segundo en responder.
—Por qué...
—Déjala...—dice Evans.
—¡Viko! ¿Qué fue lo que ocurrió?
—Ellos... Ellos eran los que abusaron de mí en el reformatorio,—no hay rastro de dolor o arrepentimiento en su voz—Arrastraron a una niña al patio, al lugar oscuro donde nos encontraron ustedes, ellos comenzaron a quitarle la ropa mientras ella lloraba y les decía que no quería —los puños de Victoria se tensan—Apuñale a uno en el pecho, en ese momento la niña salió corriendo y me quedé sola con ellos.
—Devon, no hagas esto...—suplica Evans pero Victoria le hace un gesto para que él no hable.
—Al que apuñale primero calló al suelo pero el otro me golpeó y en ese momento algo se despertó en mí, el deseo de hacerlos pagar por lo que me hicieron me estaba consumiendo—continúa—Los apuñale tantas veces que no recuerdo...
—¿Qué hacen?—la enfermera entra en escena—Ya les dije, a los tres, que no pueden entrar. ¡Seguridad!
Detrás de ella entras dos hombres robustos vestidos con ropa de policía,—Vamos, salgan y vuelvan mañana.—Dice uno de ellos.
Los ignoró por completo, aún estoy viendo a Victoria quien ahora tiene los ojos vestidos en lágrimas pero no derrama ninguna.
—Lo siento mucho.
Un guardia me toma del brazo y me arrastra hasta la puerta.
—Todo está bien—le respondo pero la alarma inunda sus ojos.
—Debes ir con Chloë ahora, quiero que la cuides hasta que yo salga...
Me sacan de la habitación y soy incapaz de continuar escuchando lo que ella grita pero el tono urgente con el que había dicho esas últimas palabras me pone alerta.