Jaden Tremblay
—No no no no— susurro llevando mis manos a mi cabeza.
Justo ahora estoy en una habitación grande, no sé qué hago aquí y no sé qué mierda planea Verónica, pero justo ahora no me importa...
Yo... yo solo....
La verdad es que mi mente está intentando procesar lo que acaba de pasar.
Mi pecho sube y baja rápidamente, como hiperventilando y camino de prisa de un lado a otro, casi en círculos. Siento que el mundo a mi alrededor se detiene... estoy en shock, no puedo realmente asimilar lo que escuché hace unos minutos atrás.
—Esto no puede ser cierto— intento convencerme a mi mismo. Me siento desesperado.
"No hay pulso. Jessica... está muerta"
Las palabras de Kaira se repiten una y otra vez en mi cerebro, me siento mareado y confundido... hasta que finalmente dejo de caminar en seco y mis ojos arden. Todo mi cuerpo duele.
No puedo respirar.
Apoyo mi espalda contra una pared, sin dejarme caer. Siento que no tengo aliento, mis manos tiemblan y gotas de sudor recorren mi rostro y espalda. Mi pecho se contrae y siento un dolor que nunca antes había experimentado.
Un dolor insoportable.
La ira se me sube a la cabeza y siento que estoy rojo, no puedo ver nada a mi alrededor... me cuesta sentir realmente lo que acaba de suceder. Es demasiado. Es demasiado dolor y me cae encima como un balde de agua fría.
—¡NO ES VERDAD!
Noto como gritar de esa forma me daña la garganta, pero no me importa. Ya nada me importa.
Las lágrimas aparecen rodando por mis mejillas y golpeo mi puño contra la pared hasta que mis nudillos se rompen. No siento el dolor, todo se vuelve invisible, pequeño e insignificante comparado con el dolor en mi pecho.
Entonces me dejo caer hasta sentarme en el suelo con la espalda afirmada en la pared y los sollozos me abandonan.
—No es cierto. No es cierto. No es cierto— me susurro una y otra vez mirando al techo— ¡NO ES MALDITAMENTE CIERTO! ¡JESS!
Mi pecho sube y baja rápidamente y recuerdo mi último momento con Jess, antes de que todo se fuera a la mierda.
"—Te veo luego, ¿Si?— le aseguro y ella también me asiente justo antes de dejar un tierno beso en mis labios.
—Te amo, futuro esposo— susurra alzando sus manos para dejarlas sobre las mías.
—Te amo, futura señora Tremblay.
Dejo un último corto beso en sus labios, seguido de uno en la frente y me doy media vuelta para salir del departamento."
Eso no fue una despedida.
Le dije que la vería luego. Eso no fue una despedida... no lo fue, no fue una despedida. ¡No lo fue!
—¿Jaden?
Mis ojos se abren y veo a Peter y a Leila sosteniendo a un Erik muy herido. Ni siquiera me di cuenta cuando llegaron.
Simplemente no puedo mirar a Peter, así que aparto mi mirada, con lágrimas silenciosas derramándose por mis mejillas.
Ni siquiera me importa que me vean llorar.
La única que me había visto llorar había sido ella... y Fredd.
Duele.
Nunca antes había sentido algo como esto, literalmente siento que ya nada me importa, solo Jess. Solo tener a Jess a mi lado.
No puede hacerme esto, no puede dejarme solo, ella no puede estar m... trago grueso. Ni siquiera puedo pensarlo, no puedo.
No voy a creerlo hasta comprobarlo yo mismo.
Necesito aferrarme a cualquier atisbo de esperanza, sino no podré soportarlo. Ni siquiera soy capaz de dimensionar aún lo que me dolería perder a Jess... no puedo imaginarlo. No lo soportaría. Ella está bien y nos casaremos y... estará conmigo.
No voy a creer lo que dijo Kaira hasta que yo mismo la vea con mis propios ojos.
—¿Qué pasó? Dijiste Jess.
Cierro mis ojos y golpeo la parte trasera de mi cabeza contra la pared al escuchar la voz llena de miedo de Peter.
Jess, por favor no me dejes...
Dos horas antes...
Jessica Jones
Sacaron a Peter y a Leila de la habitación y entres tres hombres me dieron una paliza.
Apenas si puedo respirar bien justo ahora.
Veo el monitor, Jaden y Verónica parecen estar conversando de algo. Jaden se exalta e intenta atacarla, pero dos hombres lo detienen desde atrás. Mi preocupación porque puedan hacerle daño se eleva de formas inexplicables.
Un rato después me doy cuenta de que Verónica se está comunicando con Kaira por teléfono, esta última me mira y siento que algo horrible va a pasar.
Mis ojos se posan en la chica pelinegra caminando hacia mi, mi pecho sube y baja rápidamente cuando saca su navaja. Intento moverme, pero no puedo... estoy demasiado adolorida.
Camina lentamente y entonces habla.
—Escúchame bien— susurra y traga grueso— La cámara no tiene sonido.
Frunzo el ceño cuando, disimuladamente mete la daga por la manga de su blusa. Veo el rostro de Kaira y hace una mueca de dolor, no tardo en ver la sangre apareciéndose por su muñeca... Se dañó a sí misma.
Sorprendida es poco para explicar la forma en que me siento ahora.
—¿Qué...?
Dobla sus rodillas para quedar a mi altura.
—No quiero asesinarte, Jessica. Nunca he querido hacerlo, nunca he querido hacerles daño... todo lo que he hecho ha sido por salvar mi vida y la de mi familia... no era diferente con Xavier. Voy a hacer como que te apuñalo y te dejaré boca abajo en el suelo. Verónica va a arreglar unos asuntos antes de venir a revisar que realmente estés muerta. Nos dará tiempo de ir a por los demás y escapar. Sé que me odian, pero estoy intentando salvarles la vida y Verónica me asesinará si me descubre, así que tendré que ir con ustedes. Dejaré disimuladamente un arma en tu bolsillo, por si la necesitas cuando te de la señal de que puedes escapar. Dejaré la puerta sin seguro.
—¿Qué señal?
—La sabrás.
Trago grueso y simplemente asiento en silencio.
Entonces Kaira hace como si me apuñalara unas cinco veces.
Fue un poco extraño, en realidad.
Quedo boca abajo en el suelo con mi estómago contra este y con mi cabeza volteada al lado contrario de la cámara. Escucho como Kaira le dice a Verónica que estoy muerta. Intento respirar lo menos posible dando caladas muy pequeñitas por mis labios.
Me siento muy mal por Jaden, él está ahí y creerá que morí... pero pronto iré con él. Lo iré a buscar y me verá, todo se va a solucionar.
Escucho como la puerta se cierra...
Ahora solo me queda esperar y confiar en que Kaira esté siendo sincera.
¿Confiar en Kaira? Probablemente sea un error, pero es lo único que nos queda. Es nuestra última jugada.