Jessica Jones
Pasa al rededor de una hora cuando nos obligan a bajar del auto. Todo esto me trae demasiados recuerdos de hace unos meses, cuando Kaira y Xavier nos traicionaron y me llevaron con Verónica.
¿Se trata de eso? ¿De alguna manera Verónica está haciendo de las suyas otra vez?
Caminamos un poco y siento como entramos a un lugar y escucho como cierran una puerta de metal detrás mío. Me sobresalto inmediatamente.
No otra puerta de metal...
No lo supe hasta este momento, pero el trauma por el secuestro seguía abierto. Cada segundo que se pudiera parecer en lo más mínimo a esa situación, crea imágenes horribles en mi cerebro, comienzo a sudar y siento como el ataque de pánico recorre mi cuerpo, como los que he tenido últimamente. Sin Jaden aquí no sé si voy a poder tranquilizarme.
Mi corazón se altera aún más cuando me sacan la venda de los ojos. Miro a mi al rededor y veo a Peter y a Leila en un rincón con los ojos aún vendados. Kaira está en frente mío.
—¿Ahora qué? ¿Qué estás haciendo?— pregunto alterada, con mi pecho subiendo y bajando.
—Solo cumplo órdenes.
Se hace a un lado y veo uno de estos aparatos pequeños para ver las cámaras de seguridad a tiempo real. Kaira lo enciende y entonces siento que dejo de respirar... mis ojos se llenan de lágrimas de inmediato.
Jaden está atado en una silla... completamente golpeado y lleno de sangre.
—No... no, no...
—Está vivo... por ahora, claro.
Mis ojos se elevan a Kaira... ¿Cómo puede ser tan mala? ¿Es que se olvida completamente de que Jaden y ella crecieron juntos? ¿Cómo demonios puede ser capaz de hacer todo esto?
—¿Qué van a hacerle?—pregunto con lágrimas derramándose por mis mejillas.
—Bueno, según el plan de Verónica supongo que puedo contarte cosas y al final no va a importar. A Verónica no le gusta perder... no le gusta ser traicionada. Si, tu la traicionaste, pero para ella lo peor es la traición de parte de su sangre. La de Jaden. Y terminó en la cárcel por lo que hizo.
—¿Va a...?
—¿Matarlo? No estoy segura. Creo que no, por lo que sé esa parte esta reservada para ti. Verónica sabe que el peor castigo para su hijo no es matarlo, si no matarte a ti.
—¿Verónica está aquí?
—Si, es increíble lo que la policía corrupta puede hacer con una narcotraficante como Verónica. Usamos a la rubia para llegar a ustedes, raptamos a Erik y al otro y sabíamos que ella iba a ir corriendo donde ustedes, así que la seguimos. Lo demás fue demasiado fácil.
—¿Erik y Dan...?
—Dan intentó revelarse, Erik lo defendió y terminó con una bala, Dan también. Por lo que sé el idiota de Erik sigue luchando por su vida y el chico patético pues... ya es historia antigua.
—¿Q-qué?
—Murió, Jessica. Nunca entiendes nada.
Mi labio inferior tiembla y me giro a ver a Leila, entonces ella suelta un sollozo increíblemente fuerte y desgarrador. No puedo evitar que mis lágrimas caigan más de prisa al verla así y no poder ir y abrazarla.
—Quítenles las vendas— ordena Kaira a unos hombres, ellos lo hacen y Leila se abraza a sí misma sin poder dejar de sollozar fuertemente, como si tuviera un dolor físico.— Volveremos pronto.
Los tres salen de la habitación y la gran puerta de metal se cierra detrás de ellos.
Inmediatamente me pongo en pie y voy al lado de Leila, Peter y yo la envolvemos en un abrazo.
—¡No puede estar muerto, no puede!— grita con sollozos y se retuerce en su lugar— ¡Por favor no!
Peter y yo nos miramos un par de segundos.
¿Cómo vamos a salir de esta situación?
* * *
Mi espalda está apoyada contra una pared y mis piernas están flexionadas, sirviendo de apoyo para mis brazos. Después de lo que parecieron horas Leila dejó de sollozar y se quedó dormida en los brazos de Peter, quién está sentado a mi lado.
Mi vista se mantiene en el aparato que me muestra la imagen enfocando a Jaden, en algún lado, inconsciente en esa silla lleno de heridas y sangre.
Mi mandíbula se tensa y quiero poder correr a él y curarle todo eso...
Jaden. Despierta, por favor... necesito estar segura de que estás bien.
—¿Crees que Erik esté muerto?—me pregunta Peter, trago grueso.
—Espero que no... diría que me rompería el corazón que Jaden pierda a otro amigo, pero...
Peter sonríe— Erik es un idiota con buen corazón. Aunque nos estresa a todos, se supo ganar nuestro corazón.
Asiento y una solitaria lágrima se resbala por mi mejilla, me la quito de inmediato.
—Dan no merecía morir de esta forma— susurro con la mirada perdida en el cuerpo ensangrentado de Jaden.
—Fredd tampoco.
Asiento mientras mi rostro entero se desfigura por el dolor que siento... dolor emocional.
—Abby tampoco.— mi voz tiembla.
—Y tu te merecías tener a ese bebé— susurra acariciando el hombro de Leila— Todo esto es una mierda.
Suelto un suspiro lleno de dolor.
—Tengo tanto miedo— susurro, mi vista baja a mis manos, están temblando. Toda yo estoy temblando, además me siento pálida y soy consiente de la gota de sudor que recorre mi espalda.
—Me gustaría poder tranquilizarte, pero yo también estoy aterrado.
Mis ojos se abren mucho cuando a través de la pantalla veo que Jaden comienza a moverse, adolorido, pero se mueve. Es consciente de que literalmente está atado de manos y pies y forcejea, pero obviamente no sirve de nada. Suelta un suspiro y echa su cabeza hacia atrás.
—Dime que esto va a pasar, dime que en unos meses vas a entregarme en el altar y me voy a casar con Jaden— pido en un susurro mientras siento que comienzo a desesperarme.
Peter toma mi mano y me da un apretón.
—Vas a ser la novia más linda de todas.
Asiento— Lo sé.
Me dedica una sonrisa llena de dolor y miedo, pero decido aferrarme a esto.
Entonces... la puerta de metal se abre y Kaira entra.
Jaden Tremblay
Duele cada maldita célula de mi cuerpo, pero justo ahora intento no pensar en las cuerdas de mis muñecas quemando mi piel mientras intento cortarlas con la parte en forma cuadrada del respaldo de la silla. Llevo así al rededor de una hora y sé que está funcionando, solo un poco más...
Bingo.
Rápidamente desato las cuerdas de mis pies, pero entonces escucho ruido de afuera de la puerta, así que a las cuerdas de mis pies les hago un nudo que cuando tire, se deshará solo y además vuelvo a llevar mis manos atrás.
La puerta se abre, dejándome ver a Verónica con un par de hombres a sus lados. Entre ellos, el supuesto hermano de Adam (al que investigué)
—Pensé que no estabas con Verónica— le digo y él se alza de hombros.
—Tenemos un mismo objetivo, solo unimos fuerzas.
Verónica suelta un suspiro.
—¿Podemos dejar de fingir que no te conozco como la palma de mi mano y que no sé que ya desataste las sogas?— me mira irritada. Mi mandíbula se tensa y simplemente tiro, deshaciéndome de las sogas— Tienes mi sangre, por supuesto que eres inteligente.
—¿Qué mierda quieres ahora?— pregunto poniéndome en pie.
Mira a uno de sus hombres y me señala con la cabeza, este se acerca e intenta golpearme, pero el efecto de la droga que me pusieron cuando me golpearon ya pasó y logro anticiparme. Con la soga que tenía en mi mano rodeo su cuello, amenazándolo con matarlo mientras miro a Verónica.
—¿Qué mierda quieres ahora?— pregunto nuevamente.
—Jaden, ya no eres el mismo. No lo matarías.
Mi mandíbula se tensa mientras hago presión con la cuerda y su cuello, el hombre comienza a desesperarse y retorcerse mientras suelta arcadas. Entonces, cuando siento peso muerto lo lanzo al piso.
—No creas que no soy capaz de asesinar a cuanta gente se me cruce con tal de salir de aquí.— la miro retadoramente.
Niega con la cabeza.
—No me gusta ser contradicha, lo admito. Odio perder y tu me encerraste en una cárcel durante meses... ¡Tu me encerraste en una cárcel!
—Debí haberte asesinado.
—¿Sabes lo que hago con cualquier persona que intenta retarme? Hago que deje de existir... pero la verdad tengo otros planes para ti.
Frunzo el ceño.
—Recuerda que siempre me salgo con la mía— dice justo antes de que uno de sus hombres se acercara con una mesa con ruedas en la que hay un pequeño monitor para ver cámaras de seguridad... entonces veo a Jess en una sala y siento mi rostro arder en furia.
—¡Suéltala!— grito y me acerco a ella, pero dos hombres me sujetan por los brazos de atrás.
—Quiero que lo veas todo. Desearás nunca haberme retado, hijo. Después de hoy te prometo que dejaré que vivas tu vida patética lejos de mi.
—Te aseguro que después de hoy viviré mi vida lejos de ti.
—Oh, ¿Porque me asesinarás?
Me alzo de hombros con mi mandíbula tensa.
No tengo un plan justo ahora, no sé como mierda saldremos de esta. Pero lo haremos, esto va a pasar y Verónica va a morir.
—Te conozco tanto, hijo... que sé que justo ahora estás intentando idear un plan. Te tengo una triste noticia... se acabó el tiempo.
Verónica saca su teléfono y le marca a alguien, por la pantalla veo que Kaira levanta su celular.
—Ahora, linda— le dice Verónica, Kaira dice algo y guarda su teléfono.
Veo como Kaira saca una navaja grande y de espaldas a la cámara se acerca a Jess, quien está golpeada y casi desmayada en el suelo. Seguro le hicieron eso para que no pueda defenderse.
—No...— susurro y siento como un aire frío me recorre todo el cuerpo— Déjala. ¡Déjala, maldita sea!
Intento moverme, pero estoy todo golpeado y mi cuerpo está muy adolorido, así que no logro zafarme de los tipos.
—Se acabó este eterno juego, hijo. Ella va a morir y yo voy a desaparecer y tu... harás lo que creas conveniente con tu vida. A mi ya me vale. No actuaste como yo quería, ahora me estoy vengando y luego ya puedes hacer lo que te venga en gana.
Mis lágrimas amenazan con salir de mis ojos al notar que Kaira ya está demasiado cerca de Jess, pero ese pánico estuvo acompañado con la furia, así que esta vez doy mi mayor esfuerzo.
Con mi cabeza golpeo la nariz del tipo a mi derecha, giro mi brazo y logro darle un rodillazo en el estómago al tipo de mi izquierda, le quito el arma y le disparo al que se retorcía de dolor por su nariz rota, antes de que pueda hacer otra cosa el otro me golpea, caigo al suelo y me quita el arma. Actúo rápidamente tomando una soga y lo sorprendo por la espalda ahorcándolo. Solo lo suelto cuando ya está inconsciente. Tomo su arma y apunto a Verónica.
Ni siquiera lo pienso, le quito el seguro y le iba a disparar cuando ella suelta una risa mirando el monitor. Siento que mi rostro pierde color y me giro a verlo inmediatamente con el terror recorriéndome la espalda... está la navaja a un lado casi bañada en sangre y Kaira le está tomando el pulso a Jess por el cuello.
No puedo respirar.
...Un par de segundos después Kaira se gira a ver a la cámara y asiente.
Verónica pone la llamada en altavoz.
—No hay pulso— suelta Kaira con un tono frío— Jessica... está muerta.
No...
Mis brazos caen a mis lados e inmediatamente los hombres de Verónica me toman por los brazos y me quitan el arma. Ni siquiera intento defenderme.
Mi mente está en blanco.