Aquella sensación que sentía hacia ella era muy extraña. Detectaba como... un aura oscura en su interior. Me sentía incómoda en aquella escena. La niña me seguía mirando sin musitar palabra. Ninguna de las dos nos atrevíamos a pronunciar otra palabra más. El señor multicolor se puso detrás de la niña y me sonrió.
-Que niña más linda, seguro que Lazari y ella se lo pasarán de maravilla —Dijo éste con una amplia sonrisa.
-Sin duda Splendorman —Dijo Slenderman sonriendo. Éste me miró- ¿Por qué no le enseñas a nuestra invitada tu cuarto, Sally? —Asentí sin ganas.
Salí del salón y me volteé para ver si la niña me seguía. Ésta se acercaba animada hacia mí. Subí las escaleras y me dirigí hacia mi habitación. Abrí la puerta y dejé pasar a ella primero, luego me metí en la habitación y cerré la puerta detrás de mí.
-¡Wow! ¿Este es tu cuarto? ¡Parece un paraíso! —Exclamó. Ésta extendió sus brazos y comenzó a dar vueltas, cayendo finalmente en la gran cama. Ella se comenzó a reír con energía. La verdad es que no parece tan terrorífica como pensaba. Aunque es bastante tonta e infantil -Por cierto, ¿cómo te llamabas?
-Sally, ¿y tú?
-Yo Lazari, un gusto. ¡Espero que nos podamos llevar muy bien!
-Lo mismo digo —Sonreí.
-¡Oye vamos a jugar! —Dijo alegremente. Yo asentí con una pequeña sonrisa.
Fui hasta la zona de mis juguetes y saqué unas muñecas de la Barbie que habían guardadas en una caja.
-¿Quieres jugar a las muñecas? —Pregunté enseñándole un par de ellas. Lazari saltó de la cama y corriendo como el rayo se puso enfrente de mí, mirando asombrosamente las muñecas -Elije la que quieras.
-¡Wow, son muy hermosas! —Dijo cogiendo a una y mirándola -Que pena si le pasara algo malo... —La miré extrañada. Ella puso una cara que dio miedo y con sus dos manos le arrancó la cabeza. En ver aquella escena hice un chillido.
-¡OYE! ¡Esa muñeca tenía que pagar el alquiler del piso! ¡Ahora por tu culpa perdí 3000 barbiedólares! —Sin duda, inventando nombres para las monedas no era lo mío. Lazari me miró con una sonrisa diabólica, la cual me dio escalofríos.
-¡Venga, vamos a tirar las cabezas de las muñecas por la ventana! —Dijo con un tono maléfico dirigiéndose hacia la ventana.
-¡No! —Ella se giró con una expresión de enfado. Yo tragué saliva e intenté encararme a ella -¡Son mis muñecas! ¡No puedes venir a mi casa así como así y coger mis cosas y hacer lo que quieras! ¡Si quieres lanzar cabezas, utiliza tus muñecas, no las mías! ¡Así que aprende a respetar las cosas de los demás! —Ella me miró enfadada.
-Tú vas a hacer lo que yo quiera, porque si no lo haces... -Cogió del armario de Slender un hacha y comenzó a romper mi zona de juguetes. Las paredes pintadas de rosa, estaban agrietadas, la estantería destrozada en el suelo, mis libros rotos, mis juguetes también, todos los regalos que me habían regalado, todo lo había perdido. Me caí lentamente al suelo y empecé a llorar en silencio- ¿Ves? Eso es lo que pasa cuando una niñata como tú me enfada.
No...No podía soportarlo más... No podía soportar a aquel demonio pestilente. Me levanté del suelo. Tenía muy pocas fuerzas para levantarme, pero poco a poco pude lograrlo. Lazari me miraba con una sonrisa macabra mientras yo la miraba con desprecio. De repente sentí que todo mi cuerpo estaba acumulado de una gran energía. Me acerqué lentamente a Lazari, ésta reía como lo desquiciada que es. Con un movimiento rápido cogí el hacha y la miré con cara diabólica. Ésta me miró asustada. ¿Qué es lo que me está pasando? ¿Por qué estoy haciendo esto? (Relájate... Me estoy poniendo al mando...) ¿Al mando de qué? (Tu lado maligno se activó... Es hora de ponerme en acción...) ¿P-Pero que estas tramando de hacerme? (Tu solo estate quieta y todo irá bien...)
De repente y no sé cómo, me sentía diferente. Aquella energía que había en mi cuerpo iba aumentando cada vez más. Hasta que de repente, ya no sentía nada. Parecía como si alguien me estuviese controlando y yo no podía hacer nada para impedirlo. ¿Será mi subconsciente maligna? Obvio que sí. Lazari dio unos pasos hacia atrás, alejandose un poco de mi alcance.
-¡MUERE PERRA ASQUEROSA! -Pronuncié. ¿En serio había dicho eso? Bueno, qué más da lo dicho, dicho estaba. En ese momento la empecé a perseguir por toda la habitación, pero sin ser muy bruta y no romper nada.
-Vale, vale, vale... Retiro lo de niñata, ahora déjame en paz -Dijo ella tiritando del miedo.
-¡No es por eso! -Grité con furia- ¡Has destrozado todas mis pertenencias! ¡Lo has destrozado todo! ¡Has destrozado mi vida! ¡Nunca seré tu amiga! ¡NUNCAAA! -En el momento en el que la tenía acorralada, cogí el hacha con mis dos manos y la levanté, apuntando hacia ella. De repente ella soltó un gran llanto. Gritaba tan fuerte que sus sollozos se escuchaban por toda la casa. Sus lágrimas parecían cataratas. Dejé el hacha en el suelo. Enseguida se derrumbó la puerta y todos entraron corriendo a la habitación.
-¡¿Qué es lo que ha pasado?! -Preguntó Slenderman asustado al ver la habitación hecha pedazos. Lazari corrió hacia el tal Splendorman y lo abrazó. Seguidamente se acercó a Slederman.
-N-No te preocupes... He sido muy buena con Sally, pero ella empezó a romper las muñecas y toda la habitación, luego me insultó y me amenazó, y después intentó perseguirme con un hacha... P-Pero tranquilos, estoy bien, ella no tiene la culpa... -Yo me quedé con la boca abierta. ¿Qué? ¡¿Qué?! ¡¿QUEEEEEÉ?! ¡¿Desde cuándo le insulté, rompí las muñecas, la amenacé y destrocé la habitación?! ¡SI TODO ESO LO HIZO ELLA! Maldita mentirosa, la odio...
-N-No no me lo puedo creer... ¿Es eso cierto... Sally? -Tenía que reaccionar. Tenía que decir que todo era mentira, que todo se lo inventaba ella. Miré a Lazari con odio. Ésta hacía lo mismo pero con una pequeña sonrisa diabólica. (No debes contárselo...) ¿Qué? ¡¿Por qué?! (Por que si se lo contaras... A saber lo que te haría ella después...) ¡Pero no puedo pedir perdón por algo que no he hecho! (Lo sé... Sé que está mal... Pero no quiero que después te pase nada por culpa de ese demonio...) Pero es que si no digo la verdad decepcionaré mucho a Slender... (Lo sé, pero es por tu bien... Por si quieres seguir viviendo...) ¿Tan mala es como dices? (Esa niña es el completo diablo... Tienes que tener mucho cuidado con ella... Un paso en falso y caerás en sus manos...) Por favor, seguro que no es para tanto. Yo podría derrotarla ahora mismo. (Sally... No juegues con fuego, esa niña es muy peligrosa...)
Me estaba liando demasiado. Yo tenía una idea y mi subconsciente maligna tenía otra. ¿Con cuál me quedaba? Bajé mi cabeza mirando hacia la nada, hundida en mis pensamientos. Supongo que lo mejor sería no decir nada al respecto. Slender me siguió observando. Al ver que no decía ni una palabra, suspiró y se encaminó hacia la puerta.
-Será mejor que le dejemos un rato sola para que reflexione... -Slender, cabizbajo salió de la habitación dirigiéndose al salón. Los demás le siguieron. Lazari pasó por mi lado, cogida de la mano de Splendorman y sin que éste se diera cuenta, me susurró al oído.
-Como vuelvas a hacerme eso... Mataré a toda tu familia -Aquellas palabras hicieron que mi corazón diera un vuelco del susto. Empecé a sudar incontroladamente. Sin duda, esa niña me daba mucho miedo.
Ella se fue por la puerta del salón. Me quedé sola en el dormitorio. ¿Por qué me pasan estas cosas a mí? ¿Por qué no a otra gente? (Por que la vida es así de dura...) Pues odio la vida (Pero si estás muerta...) Es igual, igualmente la odio. Enseguida paré de hablar con mi subconsciente por que vi la silueta de alguien que se reflejaba en una de las paredes del pasillo. Con delicadeza me asomé al pasillo, pero me sorprendí al ver que no había nadie. Sin darle mucha importancia, bajé las escaleras y me dirigí hacia el salón. Allí todos estaban charlando animadamente incluida Lazari que era el centro de atención. Me sentía ignorada. Parecía como si Lazari hubiese ocupado mi puesto. El único que no participaba en la conversación era Ben. Éste estaba en el sofá mirando la televisión sin prestar atención a lo que los demás decían.
Me senté a su lado y empecé a mirar la televisión. Comprobé que Ben me miraba disimuladamente ruborizado. Esta escena es un tanto incómoda, cuando estás a su lado... A los pocos minutos todos se fueron y solo se quedó Lazari en el salón. Ésta me miró sorprendida ¿Por qué? Bah, tampoco me interesa. Miré a Ben éste seguía permaneciendo rojo como un tomate. Decidí preguntarle, pero de repente cuando estuve a punto de hacerlo, alguien me estiró del brazo provocando que saliera del salón. Me giré para ver quién era y me encontré con la cara de esa bruja odiosa.
-Oye, te necesito para algo urgente... -Me susurró con una voz muy dulce.
-Lo siento, pero búscate a otra persona, yo ya no quiero saber nada de ti -Me quedé súper a gusto con lo que había dicho. Lazari me miró haciendo un puchero. Parecía un perro muerto con esa cara. Estuve dispuesta a irme pero ésta volvió a estirarme del brazo.
-¡Oye espera! Solo necesito que me hagas un favor, no es nada del otro mundo -Me giré hacia ella y solté un gran suspiro.
-¿De qué se trata? -Pregunté sin mucho interés. Vi como ella se ponía nerviosa, y sus mejillas se ponían un poco rojas. ¿Otra que tenía fiebre? Vamos, ¿cuantos enfermos ya hay? Me parece que tendremos que transformar la casa en un hospital. ¿Cómo se podría llamar la enfermedad? ¡Ya se! ¡Rojititis! Miré con curiosidad a Lazari hasta que al fin lo soltó.
-Cuéntame todo lo que sepas sobre Ben.
-¿Para qué quieres saber eso? -Pregunté. La rojititis parece ser que le volvió a subir.
-Es que... me gusta... -¿QUÉ? Me quedé... Paralizada, congelada, muerta... ¿LE GUSTA EL ACOSADOR DE BEN?
De repente me sentí rara... No sabía que me pasaba pero no aprobaba la idea de que Lazari estuviese enamorada de Ben... No me los imagino como novios... (¿Ya empiezas a tener celos...?) ¡Calla! ¡No son celos! (Pues me parece que sí...) ¡A ti te parecen muchas cosas que no son verdad! (Son verdad... Mira, yo no quiero que te enamores...) ¡Que no estoy enamorada, pesada! (Pero sí del desconocido...) Lo que dijo mi subconsciente hizo que me sonrojara levemente (¿Lo ves? Te gusta...) ¡Ya, cállate! (Sally, te voy a advertir de una cosa... Queda totalmente prohibido enamorarte...) ¿Qué? ¿Por qué? ¡Si yo me quiero enamorar, puedo hacerlo sin problemas, tú no eres nadie para decirme lo que tengo que hacer! (¡ESCUCHAME!) Aquella voz que soltó mi subconsciente me llenó de pánico (Si te enamoras, afectaría todo tu entrenamiento... Y no podrás convertirte en asesina... Decepcionarías a todos... ¿No querrás eso...verdad?) No... (Entonces queda prohibido enamorarte...) Dejé mis pensamientos aún lado para contestarle a Lazari.
-Ah... No lo sabía... ¿Pero... no crees que eres muy joven para que te guste alguien? -Ésta se rio alocadamente.
-Por favor Sally, tengo 10 años y Ben tiene 12, es normal que nos gustemos -Sí tienes 10... Pero en edad de perro- En cambio tú solo tienes 8 años, tú no sabes nada sobre el amor, eres demasiado pequeña -Sí pero no tan tonta como tú, chacho de lerda- Así que ahora mismo quiero que me lo presentes, ya que tú lo conoces más... Es que a mí me da corte... -¿Corte? ¡A ti sí que te voy a dar un corte como no dejes de molestarme con tonterías! ¿Porque todo esto no se lo puedo decir a la cara? Ni idea, soy muy cobarde.
-Está bien... -Ella saltó de alegría. La guie hasta el salón. Ben seguía en el sofá viendo la televisión, en cuanto notó nuestra presencia, volvió a tener rojititis- Hola, Ben -Saludé amablemente, éste desvió un poco la mirada.
-Ho-Hola Sally... -Dijo con voz entrecortada y nos miró a las dos- ¿Qué queréis?
-Te quiero presentar a una amiga- Espera... ¿Había dicho "amiga"? Lo siento, esa palabra se me escapó, en verdad quería decir "a una bruja asquerosa" pero por tal de no fastidiarla, me callé. Al nombrar su nombre Lazari dio un paso hacia delante sonriendo.
-Hola, un gusto -Lazari se ponía aún más nerviosa.
-Emmm... hola -Dijo Ben un tanto incómodo.
-Bueno, Sally ya te puedes ir, déjame a solas con Ben -¡¿Qué?! ¿Me dice que necesitaba ayuda para que se lo presentara y ahora me dice que la deje sola? ¡A ESTA NIÑA NO LA ENTIENDE NADIE! Con mirada enfadada me di media vuelta y salí del salón- ¡Oye Sally! -Me llamó la demonio. Ésta corrió hacia mí- ¿Puedes traernos un zumo? Es para que la cita vaya espectacular -¿Cita? ¡¿Desde cuándo eso era una cita?! Suspiré y asentí sin ganas, Lazari volvió al salón. Me dirigí vagamente a la cocina- ¡Ah, Sally! ¿Podías traernos también un aperitivo? -Asentí con la cabeza y volví a dirigirme a la cocina- ¿Y unas servilletas? ¿Y unos cubiertos? ¿Y un poco de mayonesa? -¡ARGHHH! ¡LA ODIO! ¡Esa niña es de lo peor! Aunque... Se me acaba de ocurrir una idea... Una idea bastante divertida...
Volví al salón pero solamente llevaba un vaso de zumo y un bote de mayonesa. Al estar en frente de ellos, Lazari me miró un tanto mosqueada.
-¿Y bien? ¿Dónde está lo demás que te pedí?
-Lo siento señorita, esto era lo único que había en la nevera -Lazari me miró sorprendida, no se esperaba de mi parte aquella reacción y mucho menos Ben- Déjeme que se lo sirva -Lazari sonrió creyéndose que era una persona importante, lo que no se esperaba era lo que iba a hacerle... Cogí el vaso y lo coloqué a la altura de su cabeza. Seguidamente derramé el vaso de zumo encima de su cabello y luego, le lancé el bote de mayonesa haciendo que se manchara toda la cara -Que aproveche.
Lazari gritó de asco y corrió hacia la planta de arriba mientras Ben y yo nos reíamos como desquiciados. Me lo pasé bastante bien en aquella escena, sobre todo por la cara que puso ella (Tonta... No lo deberías de haber hecho, seguro que después pensará en alguna venganza...) Tranquila, esa no me hará nada (Luego no me digas de que no te avisé...)
Me quedé hablando un rato con Ben y después me dirigí hacia la planta de arriba. Cuando llegué al pasillo escuché unas voces que provenían de mi dormitorio. Abrí la puerta un poco y miré el interior: allí estaban Slenderman y Splendorman hablando. Puse el oído para tratar de averiguar de qué hablaban:
-Bueno, ¿qué te ha parecido la estancia? -Preguntó Slenderman.
-A mí me ha parecido fantástica y de seguro que Lazari opinará lo mismo -Respondió Slpendorman sonriente- Que pena de que solo nos hayamos quedado muy poco tiempo por el tema de que tenemos que irnos... -¿Esa bruja se irá de aquí? ¡BIEN! ¡SOY LIBREEE!
-Oh, ¿y si te parece de quedaros un tiempo más? Seguro que a Sally le irá muy bien eso de pasar tiempo con una niña de su edad.
-Mmm... ¡Me parece muy bien! -Exclamó Splendorman de alegría.
-Bien, entonces os prestaré un dormitorio para ti y Lazari, seguro que Sally y ella se llevarán de maravilla en un tiempo, solo se tienen que conocer un poco más -Opinó Slendy.
-Exactamente -Dijo Splendorman.
Oh no... ¡Oh no! ¡OH NO! ¡Esto no me puede estar pasando a mí! ¡No quiero vivir con ese demonio! De repente noté que alguien me tocó el hombro. Me volteé y era Lazari. Ésta me miró con una sonrisa diabólica.
-Seguro que nos lo pasaremos bien... compañera...
¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!