Jessica Jones
—Estaremos aquí, señorita Jones
—Está bien, Trevor, muchas gracias.
Le sonrío a mis guardaespaldas y bajo del auto para entrar al edificio. Me pierdo un poco al principio, pero luego de hacer un par de preguntas logro encontrar el aula del curso de arte digital.
Me siento en el primer lugar vacío que encontré.
—Eh, hola— me saluda un chico a mi lado, me giro a verlo.
—Hola— sonrío un poco y saco mi ordenador del bolso, una chica pelirroja sentada delante de nosotros se gira.
—Hola—también saluda sonriente, no puedo evitar sonreír de nuevo.— Soy Jane.
—Jessica.
—Sawyer.— se presenta el chico a mi lado.
—¿Es su primer día?— les pregunto.
—Si, este curso es nuevo, es el primer día de todos— dice Sawyer.
Qué tonta.
—Oh, claro— digo avergonzada, los dos ríen.
—No te preocupes.— dice Jane relajada.
Al parecer ellos son amigos, así que comienzan a hablar mientras yo me quedo esperando a que la clase comience. Mi teléfono sobre la mesa comienza a vibrar, así que lo reviso de inmediato.
Jaden<3: ¿Cómo va todo?
Yo: Terrible.
Jaden<3: ¿Qué? ¿Por qué?
Yo: Apenas he llegado y ya he quedado como tonta. Un chico y una chica me han saludado y yo les pregunté si eran nuevos.
Jaden<3: El curso es nuevo, ¿Qué no son todos nuevos?
Yo: Exacto.
Jaden<3: Jajaja, te amo.
Yo: Basta, mis habilidades sociales siempre han sido demasiado nulas.
Jaden<3: No te esfuerces tanto, solo di lo primero que se te venga a la cabeza.
Yo: No sé como se hace eso, pero bueno.
Jaden<3: Tranquila, todo irá bien. Eres genial y serás la mejor de todos.
Sonrío como idiota al teléfono y lo guardo cuando el maestro entra al salón.
Es joven, quizá de unos treinta o casi treinta. Su cabello es castaño y tiene una barba perfectamente cortada. Desde aquí escucho el suspiro saliendo de los labios de Jane delante mío y el de otras chicas a mi alrededor.
—Soy el señor Kane, voy a pedir por favor que...
Entonces comienza a dar las instrucciones de qué no tenemos que hacer y lo que si está permitido, posteriormente nos mostró el programa para estas dos semanas del curso intensivo de arte digital, después comenzó a enseñarnos a usar el programa que utilizaremos, nos pidió que hiciéramos pequeños dibujos solo para aprender a usar las herramientas.
—Eh, está muy bueno— dice cuando pasa por mi lado, solo he dibujado un muelle sin mucho detalle, aunque supongo que está muy bien.— Ahora que aprendieron a usar las herramientas principales del programa quiero que comiencen a hacer un boceto en papel del proyecto que haremos. Tiene que ser algo muy elaborado y grande, lo entregarán el último día del curso e incorporarán en él de a poco todo lo que les iré enseñando. Quiero ver sus bocetos hoy al terminar la clase para tener una idea del talento y estilo de cada uno de ustedes.
Nos pasa solo un lápiz y un borrador con una hoja en blanco a cada uno de nosotros, dijo que un buen artista puede plasmar mil sentimientos sin necesidad de usar color.
Comencé a trazar líneas en la hoja y sin darme cuenta había dibujado a Fredd en ella, pero de una forma muy abstracta, es como si estuviera yéndose, caminando al final de un camino y detrás de él hubiera dejado un completo caos. De alguna forma, así se sintió cuando murió... que dejó un caos en nuestras vidas.
—El proyecto y sus bocetos serán más de un dibujo, pero que se unirán en un mismo sentimiento, emoción o musa, como quieran llamarle.
Observo el dibujo en perspectiva, mis ojos lo ven muy claro, pero soy consciente que las líneas que he hecho y el dibujo en si es muy abstracto. Lleno de líneas desordenadas de un lado a otro y sombras.
El señor Kane pasa por todos los asientos mirando los bocetos, siento que mi corazón va a estallar cuando revisa el mío.
—No lo entiendo— dice frunciendo el ceño, alejando el dibujo.— Veo a la persona, pero... espérame a la salida, ¿Si?— pide y yo asiento, me devuelve el dibujo y sigue con los demás.
No le gustó.
Joder, la verdad me sentí bastante conforme con el resultado.
La hora acaba y Jane y Sawyer se despiden de mi, la sala no tarda en vaciarse.
—Cuéntame. ¿Qué significa?— me pregunta desde su asiento, tomo mi dibujo y me acerco a él, se lo entrego nuevamente.
—Es solo que hace poco perdí a alguien... supongo que esto es lo que siento.
—Veo a la persona, pero...
—Es el caos que puede dejar alguien cuando se va. Las personas mueren y dejan de sentir, los que siguen sufriendo son las personas que lo amaban y se quedaron para tener que soportar una vida sin él.
Asiente— Está muy bueno.
Sonrío un poco— Gracias.
—Lamento mucho su pérdida. ¿Quién era? ¿Un familiar?
—Si... era familia, pero no de sangre. El mejor amigo de mi novio y el novio de mi mejor amigo.
—Lo lamento.
Asiento nuevamente, intento tomar el dibujo, pero él lo aparta.
—Me lo quedaré, si no le importa. Seguro puede volver a hacerlo para el boceto del proyecto.
—Uhm, bueno. Gracias.
Él asiento y yo me giro para salir del aula. Camino por los pasillos y salgo emocionada del edificio para ver a Jaden e ir a escuchar los latidos del bebé, pero no lo encuentro por ningún lado... joder, la cita ya está tomada.
Camino un poco y Trevor me abre la puerta trasera del auto.
—¿No has visto a Jaden?— le pregunto y él niega con la cabeza.
—No, señorita Jones. Tampoco he recibido alguna llamada.
—Lo esperaremos un par de minutos, si no les molesta.
Los dos asienten.
Lo llamo un par de veces y le mando mensajes, pero ni rastros. Suelto un suspiro decepcionada y finalmente le marco a Peter. No quiero ir al médico sola, lo sé, soy una niñata.
—Hola, Brownie. Jaden desapareció y tengo ahora la cita con el doctor...
—Oh, si, claro. Voy en camino. Nos vemos en la clínica.
Sonrío— Gracias.
No tardo en estar en la clínica, en la sala de espera. Agradezco no haber llegado tarde y agradezco aún más que Peter no haya tardado en venir.
Luego de cinco minutos entramos a la consulta del doctor.
—¿El padre no está?— pregunta y yo niego con la cabeza.
—Pero él es de confianza— digo y el doctor simplemente sonríe.
Me acuesto en la camilla y el doctor no tarda en seguir cada procedimiento... cuando escuché los latidos de mi hijo sentí que mi corazón se apretaba y mis ojos se llenaron de lágrimas.
—Nunca había escuchado unos latidos tan bellos— dice Peter y yo no puedo evitar sonreír, mis lágrimas comienzan a caer.
Es emocionante y me llena de felicidad.
—Te haré un par de exámenes para confirmar que todo vaya bien. A la próxima cita probablemente podremos saber el sexo del bebé.
Asiento— Dios, estoy tan nerviosa.
El doctor sonríe— Si, lo entiendo. Espérenme unos minutos.
Cuando el doctor desaparece, Peter me abraza fuertemente.
—Joder, ya sé que lo he dicho cientos de veces, pero felicidades.
—Dios, sé que es una tontería, pero sus latidos...
—Joder, lo sé, hasta yo sentí mi corazón deteniéndose por unos segundos. Es emocionante.
El doctor me hace los exámenes y siento que puedo respirar con facilidad cuando me informa que todo va perfectamente bien.
Me hubiera gustado que Jaden estuviese aquí conmigo, no es que no esté agradecida ni feliz de estar con Peter, pero es que Jaden es el padre y si soy sincera hay un miedo en el fondo de mi corazón constante de que Jaden ya no sea tan feliz conmigo cuando el bebé nazca. Se que la paternidad no le fascina y no puedo obligarlo a que le guste todo este proceso, pero al mismo tiempo sé que nunca me dejaría, Jaden me ama y yo estoy segurísima de ello, pero eso no quita el hecho de que quizá no sea tan feliz cuando finalmente seamos padres.
Peter me acompaña en el departamento hasta que dan las diez de la noche, después de eso se larga y yo decido tomar una ducha. Me seco el cabello y me pongo un pijama grueso para no pasar frío.
Saco mi ordenador y jugueteo un poco con el programa que nos dieron hoy para dibujar, aún me pierdo un poco de como usar todo, así que intento crear cosas sencillas solo para practicar.
Ya son las doce de la noche cuando la puerta de la habitación se abre, permitiéndome ver a Jaden, hago un escaneo completo para cerciorarme de que no ha ocurrido nada malo, cuando lo veo en perfecto estado me hago la enojada.
—Jess, por favor— susurra acercándose a mi. Dejo el ordenador en el suelo y me acuesto dándole la espalda.—Hey, Jess.
Siento como su lado de la cama se hunde.
—Déjame— digo apartándome cuando intenta darme la vuelta.
—Jess, lo lamento tanto...
—Lo sé.
—En serio, en serio lo lamento.
—Al menos pudiste contestarme las llamadas.
—Perdí el teléfono, lo lamento.
—¿Perdiste el teléfono? ¿Cómo?
—Bueno, en realidad se rompió. Escucha, no importa.
—Si que importa, he tenido que llamar a Peter para que me acompañara a la cita cuando eras tu quien debía estar.
—No me refería a eso... ¿Todo bien con la criatura?
Asiento— Si, está bien.
—Jess, lo lamento, ¿Si?
—¿Ha pasado algo?
—Si... hay un par de problemas que estoy intentando solucionar.
—Seguiré enojada un par de minutos más, si te parece bien— digo llevando la manta hasta mi cuello.
—Bien, iré a preparar algo para comer.
—Un sándwich de lechuga y pepinillos estaría bien.
Lo siento reír bajito.
—Está bien, ya lo traigo.
Deja un beso en mi cien y lo siento alejarse.
Mi teléfono vibra en mi mesa de noche y lo reviso casi de inmediato.
Número desconocido: Hey.
Frunzo el ceño, un poco asustada.
Yo: Disculpe, ¿Quién es?
Número desconocido: West Kane.
Mis ojos se abren bastante por la sorpresa.
Yo: ¿Señor Kane? ¿Cómo tiene mi número?
Número desconocido: Estaba en dirección. Disculpe, me gustaría preguntarle si podría llegar media hora antes a la clase de mañana.
Yo: ¿Es por alguna clase extra para un grupo? ¿O hay algún problema?
Sr. Kane: No, nada de eso. ¿Puede?
Trago grueso, quizá sean películas mías, pero lo siento algo extraño. ¿O es normal que un maestro mensajee a una alumna por la noche, sin haberle pedido el número para llegar antes a una clase? ¿Sola, además?
Deben ser dramas míos.
Yo: Está bien, ahí lo veo.
Dejo el teléfono sobre la mesa de noche, aún nerviosa, pero por alguna razón intento convencerme de que es algo normal, que muchos maestros hacen. Quizá lo sea, pero algo me dejaba intranquila.