El Error de Dylan Ferrer | 1&2

De _Lucero_Gonzalz

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Dylan Ferrer solo busca vengarse de Tania Kim, y como un ladrón inteligente se ha determinado un plan para ar... Mais

PARTE I
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 44 - Tania Kim
Capítulo 45 (P. O)
Capítulo 46 (P. O)
Capítulo 47 (P. O)
Capítulo 48 (P. O)
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54 (P. O)
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60 (P. O)
Capítulo 61 (P. O)
Capítulo 62 (P. O)
Capítulo 63 (+18)
Capítulo 63 (P. O)
Capítulo 64 (P. O)
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68 (P. O)
Capítulo 69
Capítulo 70
Capítulo 71
Capítulo 72
Capítulo 73
FIN 1ª PARTE
PARTE II
Capítulo 1, Temporada 2
Capítulo 2, Temporada 2
Capítulo 3, Temporada 2
Capítulo 4, Temporada 2
Capítulo 5, Temporada 2
Capítulo 6, Temporada 2
Capítulo 7, Temporada 2
Capítulo 8, Temporada 2
Capítulo 9, Temporada 2
Capítulo 10, Temporada 2 (P. O)
Capítulo 11, Temporada 2 (P. O)
Capítulo 12, Temporada 2
Capítulo 14, Temporada 2
Capítulo 15, Temporada 2 (P. O)
Capítulo 16, Temporada 2
F I N A L
Epílogo
Agradecimientos, Información
Extra: Regalos

Capítulo 13, Temporada 2

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De _Lucero_Gonzalz

Cuando Alice despertó, fue por la frialdad de la abrupta agua que la golpeó.

     No pudo abrir los ojos inmediatamente.

     Bajo su piel se sentía como... si tuviera miles y miles de hormigas desplazándose.

     Tenía la lengua dormida. Pero el resto de su anatomía no tanto. Si se esforzaba, podría mover su brazo, la pierna.

     Estaba mareada, desorientada y desesperada, porque el lugar en el que se encontraba era desconocido.

     El choque de los recuerdos le hicieron algo de repente, porque al segundo siguiente estaba jadeando, totalmente despierta, y mirando alrededor.

     Un hombre apareció en su campo de visión, este dejaba una cubeta de color plata a unos cuantos metros, antes de dirigirse de nueva cuenta a ella...

        Eso la llenó de horror.

       ¿Qué quería hacerle?

      Alice negó, negó y retrocedió con toda la energía que su cuerpo un poco a la deriva le permitía.

      —Por favor, no, no, por favor —Eso trataba de decirle, pero su voz salió atropellada, en puros balbuceos desesperados que hicieron al hombre detenerse.

      Fue allí cuando lo reconoció.

      Julián.

      Ella no le preguntó por qué, no le preguntó por qué le estaba haciendo eso.

       Sólo le miró con toda la decepción que podía reunir en su mirada, incluso si no le importaba, porque ella había esperado siempre lo mejor del hombre, y la había decepcionado.

      —Alice... —comenzó a decir él, y la aludida se negó a escucharle, por lo que le oyó suspirar.

      Él salió de la pequeña habitación oscura, dejándola sola y preguntándose por Dylan, pero prontamente la voz de su prima hizo eco, y lo supo, Alice supo que se estaba acercando.

       También supo que estaba dando órdenes.

       La persona que se adentró al minuto siguiente no era su prima. Era una mujer que desconocía, y esta tenía anillos, muchos anillos en cada dedo. Masticaba un chicle con la boca abierta.

       —Tania dice que puedes tenerlo —le dijo, antes de que gritara dos nombres y dos hombres se adentraran a la habitación. Uno se encargó de quitarle las esposas que apenas notó, debido a su sensibilidad destruida en el momento, y el otro la tomó del brazo para luego arrastrarla por pasillos llenos de suciedad.

       Alice no luchó.

       Su mente estaba un poco lenta, procesando las palabras que la mujer desconocida le soltó.

       Entonces fue empujada a otra habitación, una habitación oscura.

       Alice miró hacia atrás, justamente para ver a la mujer sonreír. Tenía dientes de lo que parecía plata.

       Ella le lanzó algo.

       Y Alice atrapó ese algo.

       —Eres afortunada, yo no daría esta oportunidad. Pero entiendo a Tania, en parte, quiere que tengas una despedida, y también un poco del dolor que vendrá cuando seas tú quien complete su felicidad —le dijo, mirando momentáneamente hacia atrás de Alice, hacia la oscuridad—. Ponle el condón, y no dejes que el tesoro se escape. Necesitamos el semen fresco para llegar al éxito.

     La puerta se cerró.

     Pero volvió a abrirse, y la mujer le susurró:

     —Si fallas serás el agujero de todos los muchachos aquí cuando todo termine.

     Entonces cerró la puerta y esta no se abrió más.

     La oscuridad era todo lo que había...

     Hasta que notó que no en realidad.

     Un sonido, un sonido provino más allá de su espalda.

     Una respiración, una respiración pesada hizo eco.

     —Quiere que tengas una despedida.
     
     La sangre de Alice se heló.

     Muy lentamente, se giró y trató de ver algo.

     No podía ver nada.

     Apretó el algo contra su pecho y dio un paso, sólo un paso, uno pequeño. Su corazón se había vuelto loco en algún momento, pues golpeaba con fuerza su caja torácica.

      —¿D-Dylan?

      Entonces algo chocó con ella.

      Alguien chocó con ella.

      Alice jadeó de puro horror cuando fue inmovilizada contra la pared con la brusquedad que sólo un animal furioso tendría.

      Pero la familiaridad llegó, la piel desnuda que se presionaba contra la suya llegó, y sólo pudo jadear de alivio cuando supo que... él estaba vivo.

     Su alivio no duró demasiado.

     La ropa que vestía fue destrozada en segundos, y seguidamente fue girada. Su cara se restregó contra la pared casi con la misma violencia que lo hacía un pene grueso y largo abajo, en su entrada.

     Las alarmas se hicieron presentes.

     Sus caderas fueron levantadas, hasta el punto que sus dedos de los pies eran los únicos en hacer contacto con el suelo.

     Dolía.

     —Dylan —dijo, con la voz temblorosa—, ¿qué estás haciendo?

     Él no respondió, siguió deslizando su miembro allí, delineando su zona sensible...

     Alice tembló.

     —E-estás asustándome.

     Otro movimiento, otro motivo para entrar en pánico.

     —Dylan.

     Él no la escuchó.

     Y ella tenía que hacer algo, porque esto, esto definitivamente no estaba bien.

     —No... No estoy preparada —le soltó, tontamente. Sus mejillas se calentaron a pesar de la situación cuando agregó—: No estoy empapada. M-me dolerá. No me gusta el dolor, lo sabes.

      Él la dejó ir.

      Momentáneamente.

      En un instante ella estaba con la cara pegada a la pared, y al siguiente, era su espalda la que se presionaba con la fría superficie.

      Escuchó al hombre accionar, más que verlo.

      Lo sintió accionar.

      Él se había puesto de rodillas. Y había atrapado su pierna —por lo cual casi perdió el equilibrio— para posarla en su hombro y-

     Alice envió su cabeza hacia atrás, hacia la pared cuando una boca hizo contacto con su sexo.

     Se removió y se mordió la mano, mientras trataba de decirle al hombre que se detuviera, pero fallando miserablemente porque su cuerpo traidor estaba reaccionando positivamente a la estimulación.

     Su cuerpo comenzó a temblar más violentamente cuando sintió que llegaría al paraíso en la peor de las situaciones. Jadeó y buscó más de la fuerza de la boca de su novio y entonces vio estrellas.

      Él la instó a que se moviera, a que le siguiera, y ella no pudo hacer nada más que obedecer con esfuerzo, respirando pesadamente. Sus piernas no querían funcionar, su cerebro no quería funcionar. Casi cayó, y no podía salir de la bruma de su orgasmo.

     Fue cuando su espalda hizo contacto con lo que creía que era una cama, y que el hombre se posicionó sobre ella, abriendo sus piernas, que reaccionó.
    
     —¡Dylan!

    Ella trató de levantarse, pero él mantenía su agarre de acero, lo que le impedía... escapar.

      —Dylan, n-no puedes hacer esto —comenzó a decir apresuradamente al sentir la dureza en su calor—. Te quiero, te quiero mucho, pero no así —sus ojos ardieron—. Dylan, escúchame, por favor. Yo... yo no quiero esto. Tú no me obligarías. Tú no me... —Se le formó un nudo en la garganta, y lo abrazó, lo abrazó con fuerza—. Tú no me vi-violarías.

    Por un instante, se preguntó si era realmente su novio a quien sostenía. Se preguntó si se había equivocado, se preguntó si había cometido un error.

     El hombre se tensó en sus brazos.

     No hizo ningún movimiento.

     No hizo ningún movimiento...

     Ella sintió la humedad pronto.

     Humedad en su cuello, donde se encontraba el rostro de él.

     Eran lágrimas, notó.

      Y Alice no pudo evitar que las suyas inundaran sus ojos.

      —¿Qué te hicieron? —preguntó en un susurro, mientras lo apretaba más y más—. ¿Qué te hicieron?

      Ella no obtuvo respuesta...

      Minutos después, en los cuales se quedaron en silencio, la puerta emitió un sonido, y la luz proveniente de afuera llegó a ciertas partes de la oscura habitación.

      —Dame la semilla —le dijo la misma mujer que la llevó allí. Y ante su falta de respuesta, instó—: Ven aquí, y dame la semill-

      No dijo nada, porque vio el algo que le había entregado, el condón, arrojado en el suelo, sin destapar.

      —Sólo vas a llorar cuando todo acabe, niña —le espetó, haciendo un ademán que causó que cuatro hombres comenzaran a adentrarse—. Sólo vas a llorar.

      Entonces ella fue separada de Dylan...

      Y este, al principio, iba a hacer algo contra quienes la estaban arrastrando lejos. Pero la mujer sacó lo que parecía un muñeco de su bolsillo, y lo apretó con fuerza.

      Dylan cayó, gruñendo, y Alice gritó, tratando de acercarse.

      Alguien la golpeó en la cabeza, con fuerza...

      Alice volvió a las profundidades de la oscuridad.

    


💣

Hola, el final no era.

Todavía.

Estaba editando el capítulo final y como soy bien pendeja seleccioné publicar en lugar de guardar


 

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