Tara...
Marcus me acompaño después de clases hasta la tienda de mis abuelos. No hablamos en todo el camino.
Marcus se veía un poco preocupado, pero no le quise preguntar nada.
_Gracias por acompañarme. -
_No hay de que, te paso a recoger en unas horas. -
Asentí agradecida y baje de la camioneta. Abrí la puerta de entrada y escuché el motor alejarse. Suspire y comencé a prender las luces, puse el cartel de "Abierto", deje mi mochila en una silla y comencé a barrer mientras esperaba que llegara algún cliente.
Un bebé, Siete iba a tener un hijo con Blair. No podía borrarme eso de la cabeza. Un hijo, no lo podía creer. Mordí mi labio y recordé su cara ayer. No quería alejarme de él cuando me quiso ayudar. Pero, no quería estar con el, se había besado con Blair.
Mis ojos se cristalizaron al recordar sus labios sobre los de ella. Mire mi celular buscando alguna llamada o mensaje de el, pero no había nada. No lo podía culpar, ayer lo rechacé completamente.
No es lo que parece...escuche su voz atormentándome de nuevo. Tal vez, no era lo que parecía, tal vez yo había visto algo que no era, tal vez.... - pensé, sin embargo la puerta siendo abierta, me distrajo.
_Así que, es aquí en donde estás cuando no están tus tres perros detrás de ti eh Tara. -
_¿Qué quieres Dominik?-
_Tranquila preciosa, solo vine a hablar- dijo al ver que me alejaba de él.
_No tengo nada de que hablar contigo, ya te puedes ir. -
_Escuche que Siete y tu se pelearon. - dijo ignorándome
_No nos peleamos.-
_No te ves muy segura. - sonrío cínico.
_Lo estoy. Ahora te puedes ir.- Camine hasta la puerta y la abrí, si no se iba, yo iba a poder tener espacio para alejarme de él.
_Que grosera eres con tus clientes. Deberías ser más educada, es una tienda muy bonita, ¿no te gustaría que le pasara algo verdad?- camino hasta una tetera del siglo 16 y la dejo caer, haciendo que esta se rompiera en pedazos.
_Basta, ¿Qué es lo que quieres de mi? - susurre aterrada.
_Creí habértelo dejado claro anoche. - Tomo una muñeca de porcelana y la lanzó fuertemente al piso.
_Dominik, por favor para. - dije viendo la cara de la muñeca rota.
_Te voy a decir que quiero. - se acercó a mi y tomó mis mejillas con una mano. - De ahora en adelante, tu y yo vamos a ser pareja. Vas a acompañarme a todas las peleas y a donde yo quiera. No me negarás nada, absolutamente nada. - Soltó haciéndome temblar.
_¿Qué ganas con esto? - pregunte sintiendo mis piernas fallar.
_Lastimar a Siete, ¿no es obvio? - dijo sonriendo
_Pero, ¿Por qué? -
Camino furioso hasta mi y tomo mi cuello dejándome sin respiración.
_Me gusta que las mujeres no hablen tanto. Yo mando en esta relación ¿entiendes? - su mano estaba agarrándome tan fuerte, que estaba segura que me dejaría marcas.
Asentí y me soltó estrellándome contra una pared.
_Mañana voy a pasar por ti para ir a la escuela. Ponte un bonito vestido. - acabo del decir y sin mas estrelló sus labios contra los míos. Al ver que no le estaba regresado el beso, mordió mi labio para que abriera la boca y metió su lengua en la mía.
Se alejó de mí y me vio con una mirada que me aterrorizó.
_Ah, si le dices a alguien de esto lo pagaras muy caro. ¿No te gustaría saber que la linda tienda de tus abuelos se incendió por causas no conocidas verdad? -
Negué con la cabeza y sin mas se fue cerrando con fuerza la puerta de la tienda.
Mi labio ardió y al pasar mi dedo por el. Mi cuerpo tembló y mis piernas por fin fallaron. Caí sobre los pequeños pedazos de porcelana rotos, haciéndome pequeños cortes en la mano.
Solté un sollozo y me acurruqué dejando que todas las sombras me volvieran a rodear.
(...)
Unos delicados golpes me hicieron despertar.
_Tara, Tara. Despierta. Pequeña, despierta.-
Escuchaba una voz a lo lejos, pero no lograba distinguir de quien era.
Sentí unos brazos tomándome y recargándome en algo duro.
_Hey, Tara. Despierta. ¿Qué te paso? - Volví a escuchar.
Mi cabeza dolía. Empecé a abrir los ojos intentando acostumbrarme a la tenue luz que había.
_¿qué...qué pasó? -
_No se, nosotros te encontramos tirada. - ¿Siete?
Abrí los ojos y si, era el. Me tenía tomada entre sus brazos.
_¿Siete? - dije con la voz entrecortada.
_Si pequeña, estoy aquí. - dijo ayudándome a parar.
Me apoye en el y me paré. Voltee a ver a mi alrededor y mi respiración se corto. Voltee a ver mis manos y lo supe. Todo había sido real. Dominik me había amenazado.
Voltee a ver Siete y mis ojos se cristalizaron.
Me aleje de el y escondí mis manos detrás de mi espalda.
_¿Qué haces aquí?-
Vi cómo se puso tenso ante mi rechazo y miro detrás de él.
_Lleve a Olivia a el parque y vimos las luces prendidas. Tu abuela le prometió una muñeca y la veníamos a recoger. -
_Hola Tara.- estuché la infantil voz de Olivia detrás de Siete.
_Hola princesa. - sonreí a medias.
_¿ Esta tu abuela ? -
Lo escuche decir. Sabía que sus palabras dulces habían terminado.
Lo voltee a ver como si me hubieran dado un golpe en el estómago.
_No está. Mis abuelos fueron a la ciudad. -
Siete se me quedó viendo unos segundos hasta que vi su mirada endurecerse. Camino hasta mi y acaricio mi labios con sus dedos.
_¿Qué te paso? -
Abrí mis ojos asustada y di un paso lejos de el. El crujir de algo rompiéndose sonó debajo de mi zapato y los tres volteamos a ver el piso.
No había levantado los pedazos rotos del plato ni de la muñeca.
La mirada se Siete se volvió a dirigir hacia mi y me tomó de los brazos.
_Tara, dime qué pasó. - demandó.
_No pasó nada, se me cayeron algunas cosas intentando limpiarlas. - Mentí.
_¿y tu labio ?-
_Solo, creo que me lo mordí demasiado fuerte. -
Al parecer me creyó, porque me soltó y se alejó de mi.
_Tara, ¿quieres venir a cenar a la casa? - escuche a Olivia preguntándome.
_No puedo princesa.- Dije viendo a Siete. Pero el solo veía el piso con los puños apretados.
_Por favor, Daven lleva triste todo el día. Tú puedes hacer que sonría.-
Sentí mi corazón romperse, al escuchar sus inocentes palabras.
_No puedo, en verdad. -
_Por favor, di que si, si que si. Hace mucho no cenas con nosotros. Te quiero enseñar una nueva muñeca. - insistió acercándose a mi.
Iba a volver a negarme, hasta que escuche su voz.
_Necesitamos hablar.
Lo volte a ver y las palabras no salieron de mi boca.
_Yo...no creo que sea lo mejor. -
_Solo dame 3 horas Tara. Por favor. - lo volví a escuchar.
Nuestras miradas se conectaron y asentí. Me pedía tres horas para que me explicara lo que había pasado anoche.
Recordé las palabras de Dominik y mis ojos se cristalizaron. Yo solo tenia tres horas para despedirme de Siete.
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Nuevo capítulo ! Espero les guste. Los quiero.
Maite-ev
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