⊱┊BROKEN TIE 【Given OMEGAVERS...

By UchihaKari94

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⊱┊Uenoyama Ritsuka es un joven doctor especializado en lazos rotos. Sato Mafuyu, su más reciente caso, lo tie... More

❝Introducción❞
Capítulo I. ❝Dr. Uenoyama❞
Capítulo II ❝Tú❞
Capítulo III ❝ Halloween❞
Capítulo IV. ❝ Mi verdad❞
Capítulo V. ❝ Angel of music❞
Capítulo VI. ❝Quiero oírte otra vez❞
Capítulo VII ❝Doctor of the year❞
Capítulo VIII ❝El festival navideño❞
Capítulo X ❝CELOs❞ 🔞
Capítulo XI ❝Decisión❞
Capítulo XII ❝ L.E ❞
Capítulo XIII ❝ Planes ❞
Capítulo XIV ❝New Year❞ 🔞
Capítulo XV ❝ Cambios ❞
Capítulo XVI ❝ El malentendido de San Valentín❞🔞
Capítulo XVII ❝ Comienza el juego ❞
Capítulo XVIII ❝Estrategia❞
Capítulo XIX ❝Una verdad incomoda❞🔞
Capítulo XX ❝El plan❞
Capítulo XXI ❝ Consecuencias ❞
Capítulo XXII ❝ Corazón ❞ 🔞
Capítulo XXIII ❝La Gala❞ 🔞
Capítulo XXIV ❝¿Niña o niño?❞ 🔞
Capítulo XXV ❝Enlace❞ 🔞
Capítulo XXVI ❝El Babyshower❞🔞
Capítulo XXVII ❝La fiesta de Akihiko❞
Capítulo XXVIII ❝Esperanza❞
Capítulo XXIX ❝Felicidad❞ 🔞
Capítulo XXX ❝Final❞
NOTAS DE AUTORA : ᕱ ᕱ ❛ ♡
🧡 Nueva historia 🧡

Capítulo IX ❝Noche Buena❞

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By UchihaKari94

Decir que logró dormir más de dos horas sería una exageración. Mafuyu no pudo pegar un ojo en toda la noche. Su mente estaba llena de él, y los vividos recuerdos de un beso.

Cerró los ojos y se llevó dos dedos a los labios, sin poder evitar humedecerlos con su lengua ante el recuerdo de los labios del pelinegro contra los suyos. Si cerraba los ojos todavía podía sentir la cálida sensación sobre ellos, la humedad de su lengua, el calor de su cuerpo sosteniendo firmemente el suyo. Sus manos, ah...Mafuyu tenía una debilidad por las manos bonitas y Uenoyama tenía las más varoniles y hermosas que había visto. 

Sacudió la cabeza, intentando eliminar aquellos pensamientos de su mente, pero entonces recordó el enorme bulto en el pantalón de Uenoyama antes de salir huyendo de su habitación. Se sonrojó y tragó saliva, aquella había sido una placentera sorpresa. No es que le sorprendiera de un alfa dominante como Uenoyama, pero nunca había visto uno de ese tamaño.

Sin embargo, los pensamientos que lo mantuvieron despierto aquella noche no fueron aquellos -es decir, claro que pensó bastante en eso, pero no fueron su principal motivo- Lo que lo había mantenido despierto era el descubrir que tenía ese tipo de sentimientos por su doctor.

¿Qué tipo de sentimientos? No estaba seguro, por eso el motivo de su desvelo, pues intentaba descubrir que era aquello. 

¿Se sentía físicamente atraído por Uenoyama? Si, por su puesto que si.  De eso no tenía la menor duda, pero no era solo eso y lo sabía bien. Se sentía bien con Uenoyama. Podía hablar con él de lo que sea, era divertido. Confiaba en él, le gustaba todo lo que decía y hacía, le gustaba como se sentía cuando estaba junto a él. ¿Esos eran sentimientos románticos? Probablemente si...pero, ¿Era eso si quiera posible? De alguna manera lo sabía, habían pasado semanas desde que el hueco en su pecho dejó de doler.

 Pero... ¿Estaba bien tener sentimientos románticos por su doctor? ¿Estaba bien sentir sentimientos románticos por otro hombre que no fuese Yuki? Se sentía confundido y culpable pero no podía dejar de sentirse de la manera que lo hacía. Su corazón no tenía un botón de pausa.

Su cabeza era un lío, y lo único que tenía seguro era que deseaba, no,  necesitaba verlo. Sentía que una vez lo viera nuevamente todo haría clic en su cabeza.

En medio del remolino de pensamientos en su mente pudo escuchar pasos acercándose a su habitación a primera hora de la mañana. Su corazón se detuvo por un segundo para después continuar latiendo con fuerza contra su pecho, sin embargo se llevó una enorme decepción cuando entró a su habitación un alto doctor de cabello rubio.

— Hola, Mafuyu — lo saludó con una sonrisa, Mafuyu se limitó a bajar la cabeza en una pequeña reverencia 

— No eres Uenoyama-kun

— ¿Ah? No, lamentablemente no lo soy —se rio mientras se llevaba una mano detrás de la cabeza — Soy el doctor Akihiko

Mafuyu lo observó sin decir una sola palabra y Akihiko se sintió extrañamente sobre analizado por aquella mirada de ojos ámbar

— El doctor Uenoyama salió de la ciudad por cuestiones familiares, por lo que yo estaré a cargo de ti durante su ausencia

Mafuyu sintió una punzada en el pecho ante aquellas palabras. ¿Uenoyama había salido de la ciudad? ¿Cuántos días estaría fuera? ¿No se suponía que se iría para navidad? Tenía tantas preguntas y se sentía tan abrumado por todo que era más que evidente el descontento en su rostro.

¿Uenoyama lo estaba evitando? No, eso sería imposible. Él jamás haría algo como eso. Tenía que haber una perfecta explicación para su ausencia, estaba seguro. Sin embargo, no podía evitar entristecerse ante la ausencia del pelinegro. Se había acostumbrado tanto a su presencia que el solo hecho de saber que no lo vería por días era doloroso, especialmente después de haberse dado cuenta de que tenía sentimientos por él.

— ¿Usted es el doctor que tocó el violín ayer?  

Akihiko parpadeó dos veces, sorprendido ante la pregunta. No es que le resultara sorprendente que le preguntara aquello, pero esperaba una respuesta relacionada a cualquier otra cosa que no fuese su presentación de la noche anterior.

— Si — respondió, un tanto tímido sin saber porque — Y tú eres el paciente con la hermosa voz de quien todos en el hospital están hablando 

— ¿De verdad? — se dibujó una pequeña o en su boca ante la sorpresa

— Si, fuiste todo un  éxito...algunos dirían que incluso opacaste a Uenoyama y eso es decir mucho, después de todo como seguramente habrás notado es la estrella de este hospital

— Eso es imposible, nadie podría opacarlo — dijo seguro, pues le resultaba difícil pensar que pudiera existir alguien más genial que Uenoyama, y él definitivamente no era el caso

— Supongo que tienes razón — se rio — Bueno, si necesitas algo estaré pendiente de ti ¿Ok?

— Gracias, doctor

— Y no me hables de usted, me haces sentir viejo, solo dime Akihiko ¿Si?

Mafuyu jugó tímidamente con sus dedos y le dedicó una mirada insegura, se sentía extraño hablarle tan informalmente a un doctor.

— Está bien, Akihiko-san...¿Cuándo regresa Uenoyama-kun?

— No estoy seguro, no lo mencionó, pero seguramente después de navidad debe estar aquí 

Después de aquella corta visita, Akihiko abandonó la habitación del omega y se dirigió a su oficina. Al llegar a esta y sentarse por fin en su escritorio, sacó su teléfono para reportarse con Uenoyama

"Sospechoso, muy sospechoso", pensó

...

Eran pasadas las 10 de la noche en el hospital y se sentía la típica calma al final de un largo día de trabajo. Aquel día en particular había resultado especialmente cansado para Akihiko por algún motivo. Uenoyama desapareció de la nada sin dar ningún tipo de explicación. Lo más extraño era que dejó un suplente para supervisar todos sus casos, pero le había encargado uno específicamente a él, lo cual le decía lo especial que era. Sin embargo, Uenoyama se negaba a decirle porque se había ido o porque le había encargado especificamente a él a Sato Mafuyu.

Iba completamente concentrado en sus pensamientos cuando se topó con Haruki en el estacionamiento, por suerte estaba solo.

— Hey, Akihiko, no te vi hoy en todo el día. ¿Listo para ir a casa? — preguntó con una sonrisa, que Akihiko sabía bien era falsa

— Si...¿Todo bien? —no pudo evitar preguntar. Haruki se tensó por un segundo y después se relajó, esperando que Akihiko no lo hubiese notado. Lo notó

— Claro que si

Akihiko no quiso preguntar más, pues no quería hacerlo sentir incomodo

— ¿Tienes planes para Noche Buena? — intentó iniciar la conversación — ¿Irás con Yatake?

Haruki hizo una mueca que Akihiko no logró descifrar, pero definitivamente no fue una buena

— No — bajó la mirada y sacó sus llaves — Take-chan irá a casa con su familia —agregó mientras abría la puerta de su auto

— ¿No te invitó? — preguntó, sorprendido

— Su familia no conoce de nuestra relación aún...creo que teme decirles que está saliendo con un...

— ¿Con un hombre? —preguntó, molesto

— No, no...con un omega

— ¿QUÉ? —no pudo evitar levantar la voz 

— No es culpa suya...no creo que se avergüence de mí, más bien trata de protegerme de ellos. Sabes que las relaciones entre betas y omegas son mal vistas por algunas personas

— Aún así...no lo justifiques, Haruki —lo tomó suavemente de los hombros — Esto te está lastimando, puedo verlo, no intentes minimizarlo, puedes decir lo horrible que es, puedes desahogarte conmigo, no intentes hacerte el fuerte, no conmigo

— Yo... — intentó decir algo pero le fue imposible, pudo sentir su voz quebrándose en su garganta y se calló, pues sabía que si continuaba hablando sería un desastre

Akihiko se dio cuenta de aquello y lo envolvió en un fuerte y cálido abrazo. Haruki pensó en alejarlo, pero la calidez del cuerpo de Akihiko mezclado con su familiar aroma le transmitieron tanta paz que se sintió incapaz de alejarlo, y por el contrario se aferró a él.

— Lo siento por alzar la voz — se disculpó. Haruki se encontraba pegado a su pecho, por lo que pudo sentir las vibraciones de su voz al hablar — Sé que Yatake te ama, lo he visto...es solo que esto no me parece correcto, no mereces eso

— ¿Qué merezco entonces, Akihiko? — preguntó con voz suave, aún aferrado al cuerpo del más alto, dibujando circulos con sus dedos en la espalda del más alto

Akihiko se quedó en silencio por un par de segundos, su corazón se aceleró y esperando que Haruki no lo notara. Sus mejillas se colorearon de un vergonzoso carmín y agradeció que el rostro de Haruki estuviera enterrado en su pecho, pues al menos así no podría verlo.

— Mereces que te presuman a los cuatro vientos — dijo, acariciando suavemente su cabello — Por el simple hecho de ser tú

— Akihiko...

— Espero que Yatake sepa lo afortunado que es

— Basta, si alguien te escuchara podría malinterpretarlo — dijo riendo mientras soltaba el abrazo —Por poco y lo malinterpreto yo

— Lo siento — se disculpó, tratando de reír lo más natural posible — Sabes que solo me preocupo por ti

— Lo sé, eres el mejor amigo 

Akihiko sintió aquellas palabras como un golpe en la entrepierna. Realmente comenzaba a odiar la palabra amigo. Lo que sucedió a continuación fue algo meramente espontaneo, lo jura, definitivamente no tenía segundas intenciones.

— Yo tampoco la pasaré con nadie —confesó — Deberíamos juntarnos y ser miserables juntos

— ¿De verdad? Akihiko Kaji sin una cita para Noche Buena ¿Quién lo diría? — se burló —Pero suena bien 

— Puedes venir a mi casa —sugirió —Prepararé algo de comer

— ¿Sabes cocinar? — levantó una ceja —Hasta donde recuerdo tú único talento es hacer hielo

— Bueno tal vez no sea un chef como Yatake pero puedo hacer algo —dijo, un tanto molesto —He estado tomando cursos

— ¿De verdad? — preguntó, con tono sarcástico y mirada acusadora

— De acuerdo, he estado viendo tutoriales de YouTube ¿Ok? ¡Es lo mismo!

Haruki se echó a reír, inundando el estacionamiento entero con su risa. Akihiko se sintió feliz de haber sido el responsable de haberlo hecho reír, aun si eso significaba que se burlara de él

— De acuerdo, pero compraremos algo de comer, no quiero pasar navidad con una infección estomacal 

— Eres cruel pero justo —se rio Akihiko —Es una cita entonces 

...

NOCHE BUENA Osaka, Japón. 

↠ Residencia de la familia Uenoyama 

Uenoyama estaba en su propio infierno personal. No había otra manera de describir la dolorosa tortura en la que se había metido por sí mismo.

Dios sabía que amaba a sus padres, pero lidiar con ellos era algo que difícilmente lograba hacer estando en sus cinco sentidos, y en  su situación actual con trabajo y podía recordar su nombre.

Habían pasado cuatro días desde que se acobardó y huyó de la ciudad -M̶a̶f̶u̶y̶u̶- y desde eso había sido incapaz de sacar al pelinaranja de su mente, ni siquiera por un segundo. Su mente se debatía en un interminable debate entre lo que quería hacer y lo que debía hacer. Y no estaba seguro de como iba a enfrentarse a él una vez que regresara. Parte de él quería continuar escondiéndose en casa de sus padres, y otra parte le urgía largarse de aquel insoportable lugar.

— No te ves nada bien, hermanito 

— Ya te he dicho que no me llames así, me haces sentir como si tuviera seis años

— Es que ante mis ojos sigues teniendo seis años —  lo molestó, tomando una de sus mejillas y apretándola fuertemente 

— Eres mayor que yo por cuatro años, no actúes toda madura 

Lo único bueno de haber viajado a casa de sus padres para las fiestas fue el poder ver a su hermana, Yayoi. 

Yayoi Uenoyama, 28 años, alfa, reconocida critica gourmet para una importante revista y vlogger de comida en sus tiempos libres. Toda una celebridad de internet, y su hermana mayor.

Yayoi era la unica persona de su familia a la que consideraba cercana a él, quizá por el hecho de que ambos crecieron completamente solos, siendo ignorados por sus padres y teniendo tan solo la compañía del otro. De cierta manera su hermana mayor había sido también una figura materna para él. Claro, que nunca se lo diría.

— Bueno, pero es que parece que dejaste la cabeza en otro lado. ¿Podrías dejar de ser un workaholic por lo menos durante Noche Buena? 

— ¿Quién dice que estoy pensando en el trabajo? — contraatacó

—  OHHH, ahora tienes mi atención — le dio un golpecito en el hombro y en unos segundos ya estaban haciendo luchitas en el sillón. Yayoi ganando por mucho 

— Yayoi, no molestes a tu hermano —  fueron interrumpidos por su madre, quien iba entrando a al comedor  con una bandeja llena de aperitivos para dejarla en la mesa. Uenoyama rodó los ojos ante la imagen, pues a simple vista parecería una madre hogareña preparando la mesa para Noche Buena, pero todo ahí había sido preparado por el personal de cocina y limpieza, y su madre había retirado a todos a tiempo para que pareciera algo hogareño. Era una imagen prefabricada de algo cálido, pero no podía sentirse más falso. 

— ¿Esperamos a alguien? — preguntó Uenoyama, sabiendo bien la respuesta de aquella pregunta. Su madre amaba montar shows, y no hubiese montado ese pequeño espectáculo hogareño a menos que quisiera impresionar a alguien. 

Casi como una ironía del destino, el timbre sonó dos veces, desviando la atención de todos en la habitación. Su madre se apresuró a colocar la bandeja en la mesa, se limpió las manos rápidamente con una servilleta de tela y se dirigió a la puerta. 

Cuando vio a los Zhang a travesar aquella puerta, acompañados de su hija ni si quiera se sintió mínimamente sorprendido. Claro que esperaba una movida así de parte de sus padres, solo deseaba estar equivocado. Por su puesto que también era su culpa, después de todo podría estar en la tranquilidad de su departamento comiendo comida para llevar si no hubiese huido como un cobarde. 

Fragmentos de imágenes aparecieron en su mente, acerca de otra manera en la que podría estar pasando aquella noche. Cabellos naranjas, ojos ámbar y una melodiosa risa aparecieron en su mente. Él y Mafuyu a solas en su habitación, comiendo pastel y jugando con Kedama. Eso claro está, era una fantasía demasiado imposible, pues incluso si se quedaba era poco probable poder hacer eso, no después de haber besado a Mafuyu; -y dios sabe que si no se hubiese ido, no habría sido tan solo un beso-

 Las presentaciones formales no eran lo suyo, los siguientes minutos se resumieron en saludar a los Zhang y conocer a su hija, cuyo nombre olvidó en el instante que escuchó. En ese momento se encontraba teniendo una guerra de miradas con su plato de comida y estaba perdiendo. Era más interesante mirar su comida que prestar atención a la conversación en la mesa, que era por lo que alcanzaba a escuchar, sobre negocios.

Lo bueno era que le tocó sentarse a lado de su hermana, lo malo era que del otro lado estaba la hija de los Zhang. 

— Uenoyama, vimos la revista —  escuchó la voz del socio de su padre y levantó la cabeza, encontrándose no solo con su mirada si no con la de todos en la mesa, quienes lo observaban atentamente —  Felicidades por ser nombrado "Doctor del año"

—  Ah—  soltó un soplido, incomodo —  Muchas gracias —intentó ser lo más respetuoso posible, pero tratando de cortar el tema de raíz

— Creo que eres impresionante — dijo de repente la chica a su lado. No quería ser grosero, y la chica probablemente era agradable y una buena persona, pero no tenía intenciones de conocerla

— Muchas gracias...—  respondió nuevamente incomodo —  Pero no hablemos solo de mi...Yayoi, ¿En qué has estado últimamente?

— Gracias por ser la única persona en esta mesa que no olvida mi existencia — agradeció irónicamente su hermana —  En realidad, tengo noticias. Me mudaré a Tokio empezando el año, la revista para la que trabajo abrirá una sede en Tokio y me quieren trabajando como editora principal —dijo, muy contenta

— ¡Felicidades! — respondió enseguida Uenoyama, dándole suaves palmaditas en la espalda — Entonces ahora viviremos en la misma ciudad

— Si — una sonrisa se dibujó en su rostro — De hecho quería preguntarte si podría regresar contigo mañana, quiero comenzar a buscar departamento desde ahora

— ¡Wow, Tokio!  Nunca he ido, quisiera conocerlo — interrumpió la chica y Uenoyama supo lo que vendría a continuación, claro, conocía a la perfección a su madre.

— ¡Deberían regresar los tres juntos! — se apresuró a decir su madre y Uenoyama y Yayoi se miraron, claramente molestos pero no sorprendidos —  Deberían mostrarle la ciudad a Kim

—  Me parece una maravillosa idea. ¿Qué dicen? — intervino el señor Zhang

Llegados a ese punto no había mucho que ninguno de los dos pudiera decir para negarse. No mientras sus padres y los señores Zhang los escrudiñaban con la mirada y la chica en cuestión tenía mirada de perrito al que le acababan de pisar la patita.

Que malditamente conveniente había resultado todo. Maldita sea.

... 

Después de la -incomoda- cena, la familia Zhang se retiró y el padre de Uenoyama le pidió reunirse con él en su estudio. Uenoyama claro que sabía para que lo había llamado, y de haber podido negarse lo habría hecho.

— Asumo que sabes porque te he llamado, hijo

— Puedo darme una idea —  respondió, cortante

— Como sabrás, mi salud no ha sido la mejor últimamente. Mi doctor recomienda el retiro, y claro que me gustaría retirarme lo antes posible y descansar, pero no puedo hacerlo a menos que sepa que mi compañía queda en las mejores manos. Quiero que te hagas cargo, hijo

— Manejas una compañía de alimentos, tienes una hija perfectamente preparada que está involucrada en el negocio culinario y que ha expresado en reiteradas ocasiones su interés en llevar el negocio de la familia . ¿Por qué querrías que yo tome la compañía? Sabes que no tengo nada que ver en eso y tampoco tengo interés en hacerlo.

— Tu hermana es bella, inteligente y una mujer increíble. Lamentablemente es mujer, no puedo dejar la compañía a cargo de una mujer 

— Mi hermana es una alfa con IQ de 128 que se graduó primera en su clase. Ella podría manejar esa compañía mejor que tú mismo, padre

— Si, y tú eres un alfa dominante con IQ de 135, que no solo se graduó primero en su clase, también antes de tiempo. Además, eres hombre

— ¿Desde cuando ser hombre es una característica superior? — resopló, sin poder creer que su padre realmente acababa de decir aquello

— Lo es si quieres manejar una compañía en Japón

— No puedo seguir escuchando esto — se levantó, extremadamente molesto — ¿Cómo es posible que seas tan inteligente y al mismo tiempo tan ignorante?

— Cuida tus palabras, Ritsuka

— Cuida las tuyas, padre. Es increíble que tengas esos pensamientos del siglo pasado

— Nunca dije que tu hermana no fuese buena para el puesto, sé lo capaz que es mi hija, pero entiéndeme también. No sería bien visto en nuestra sociedad y sabes que nuestros socios mayoritarios, los Zhang, valoran la imagen tradicional de la familia

— Ah ¿y es por eso que también quieren obligarme a casarme con su hija? — preguntó, todavía más molesto

— Si te casaras con ella nuestra familia formaría una conexión tan poderosa que no tendríamos competencia alguna, ¡¿Por qué eres tan terco?! No te lo pediría si no fuera importante, y de todos modos estás soltero, Kim Zhang es preciosa ¿Dónde está el sacrificio ahí? 

— Ya estoy enamorado de alguien más, padre — sentenció, con voz inquebrantable y mirada fría

— El amor no te llevará a ningún lado, las conexiones y el poder si

— No me casaré con ella, padre, y tampoco me haré cargo de tu compañía

y con esto finalizó, abandonando la habitación y dejando a un muy furioso padre atrás.

... 

NOCHE BUENA Tokio, Japón.

↠ Grey Sloan Memorial Hospital. Cuarto privado numero 2

— ¿QUIEN ES EL PERRITO MÁS LINDO DEL UNIVERSO? ¡MI LINDO KEDAMA!

— Madre, basta, lo estás asustando

Mafuyu, su madre y el pequeño Kedama estaban acurrucados juntos al rededor de la cama de Mafuyu, comiendo pastel de fresas.

Su madre lo había sorprendido llegando repentinamente con un pastel y suéteres navideños a juego. Ella tenía uno de Santa Claus y él de Rodolfo el Reno.

— Tu doctor parece una linda persona — comentó su madre mientras se llevaba un enorme bocado de pastel a la boca — No todos los doctores son tan atentos

— Es el mejor...—  dijo sin pensarlo mucho, mientras también disfrutaba del pastel. Era después de todo su primera vez comiendo pastel en meses, y solo lo permitieron por ser una época especial y en pequeñas cantidades. En ese momento al probar el pastel se sorprendió de cuanto tiempo soportó sin comer comida solida, ahora sentía que tenía hambre todo el tiempo y suponía que era su cuerpo pasándole factura por todo lo que no comió en meses.

— ¿Cómo te has sentido, hijo?

— Bien...

— Te ves bien — dijo mientras le retiraba un mechón de cabello de los ojos — Te ves muy bien

— Ya subí tres kilos según Uenoyama-kun, y mi cuerpo se ha adaptado bien a la comida solida, también he estado caminando bastante así que me siento con energía...

Su madre se soltó a reír ante su respuesta animada y energética. ¿Cómo era posible que su hijo, quien llegó prácticamente muerto en vida tan solo dos meses atrás ahora estaba así? Comenzaba a creer que los rumores del doctor milagroso no eran tan exagerados después de todo. Se alegró de haber hecho hasta lo imposible por lograr que Mafuyu fuese trasladado a ese hospital.

— Espera ¿Uenoyama-kun? No te eduqué para ser tan confianzudo con tus superiores, Mafuyu 

— Pero Uenoyama-kun es menor que yo por seis meses y además el me pidió que le dijera así — se excusó

Su madre hizo un gesto pensativo. ¿Un doctor que le pide a su paciente que le llame por su nombre y le regala un perrito con gran valor sentimental en navidad? Mafuyu podía no darse cuenta de lo extraño que eso era, pero ella claro que lo notaba. Aquel pensamiento la hizo sonreir, después de todo si su pequeño Mafuyu había logrado conquistar a una persona tan importante como Uenoyama Ritsuka no podía hacer más que sentirse orgullosa de los encantos de su pequeño.

Después de cenar y platicar por horas su madre tuvo que retirarse, dejándolo a solas con el pequeño Kedama. Mafuyu abrazó al perrito y se acurrucaron juntos en su cama, en ese momento agradeció el poder tener la compañía de aquel hermoso peludito, pues si hubiese tenido que pasar la noche a solas y pensando en Uenoyama, se volvería loco.

Estaba triste, y sentía anhelo. No podía ignorar lo obvio y eso era que lo extrañaba. Extrañaba su voz, su sonrisa, su rostro y la calidez que sentía en su pecho al estar juntos. Era la primera navidad que pasaba sin Yuki, sin embargo, todo en lo que podía pensar era que aquella pudo haber sido la primera navidad a lado de Uenoyama. Y ese pensamiento lo hizo sentir tan culpable como triste.

Se aferró al pequeño perrito y durmieron abrazados el resto de la noche.

...

NOCHE BUENA Tokio, Japón.

↠  Apartamento de Akihiko Kaji

Akihiko observó el reloj por quinta vez en el mismo minuto, si, seguían siendo las 8:30. Todavía estaba a tiempo.

Echó un vistazo rápido a todo para asegurarse de que estuviera en orden -como si no lo hubiese hecho veinte veces ya-

La mesa estaba arreglada, todo estaba perfectamente acomodado y en el centro reposaba un hermoso y sencillo arreglo de lirios blancos, los favoritos de Haruki. El apartamento estaba rechinando de limpio. La cena estaba en el horno y olía exquisito. ¿Quién decía que  alguien no se podía convertir en chef tan solo con la ayuda de YouTube y sus maravillosos tutoriales? Todo estaba perfecto, tal y como lo había planeado.

Se quitó el mandil de gatitos -regalode broma de Uenoyama pero que le había caído a la perfección- dejó los guantes de cocina en su sitio y se dirigió al baño para darse una larga ducha. Conectó su teléfono a su bocina portátil y puso a reproducir el soundtrack de The Greatest Showman porque lo relajaba bastante y nunca lo admitiría ante nadie pero Rewrite the Stars era su canción de ducha favorita.

Mientras se duchaba escuchó claramente el tono de notificación que había configurado específicamente para Haruki, así que se apresuró a salir de la ducha para poder responderle rápidamente, todavía con shampoo en los ojos. Se secó las manos como pudo y desbloqueó su teléfono. 

Un golpe en el estomago hubiese dolido menos que esos mensajes. 

Contestó rápidamente como pudo, mientras sus ojos se nublaban por las lagrimas. Por suerte podía culpar al shampoo, si, definitivamente le había entrado shampoo en los ojos y no, no estaba llorando porque Haruki lo había dejado plantado en Noche Buena.

Terminó de bañarse entre lagrimas y oficialmente Rewrite the stars había adquirido un significado amargo, pues siempre recordaría el haber leído ese mensaje mientras la escuchaba y la amarga sensación que sintió en su pecho. 

"You know I want you...i'ts not a secret I try to hide...but I can't have you...We're bound to break and my hands are tied"

...

Algunos hábitos son difíciles de romper. 

Algunas personas no pueden evitar leer la página final de un libro antes de comenzar a leerlo, otras personas no pueden guardar un secreto aunque su vida dependa de ellos, piensan cosas como: ¿si se lo digo a alguien que no conozca a los involucrados estará bien, no? Todos tienen hábitos difíciles de romper, y Akihiko Kaji no era la excepción.

Al salir de la ducha y observar su ropa tendida en la cama, perfectamente planchada y que había comprado específicamente para esa noche, sintió nuevamente esa sensación asquerosa en el estomago. Se sentía tan estúpido, tan herido. Y lo peor era que no podía enojarse con nadie, no había un malo en esta historia, no había culpables -y si lo había no sería nadie más que él mismo por haber escondido sus sentimientos tanto tiempo- pero jamás, jamás podría enojarse con Haruki. Claro, cualquier persona en sus cinco sentidos elegiría pasar una noche tan especial como aquella con alguien como Yatake, las personas como Akihiko Kaji estaban destinadas a pasar ese tipo de noches a solas.

Pero no quería eso, no quería quedarse solo aquella noche en casa, oliendo la cena que había preparado para Haruki, contemplando su departamento enorme y vacío, imaginando las risas y conversaciones que pudieron llenarlo aquella noche. Si se quedaba ahí se volvería loco.

Tomó una de las botellas de tequila que tenía guardadas y bebió directamente de ella. Se vistió con sus típicos pantalones negros y chaqueta de cuero, tomó sus llaves y abandonó el departamento.

Pasar Noche Buena bebiendo solo en un bar era patético, pero aquello le quedaba bastante bien. Que ingenuo fue al creer que podría pasar aquella noche especial a lado del hombre que amaba. El hombre que amaba iba a pasar aquella noche a lado de su novio y su familia, y él la pasaría solo en un bar olvidado. Así es como debían ser las cosas.

Después de todo, el quedarse en casa y cocinar no parecían ser cosas de Akihiko. Estar solo y bebiendo si.

— ¿Estás solo? 

Akihiko pudo sentir el aroma empalagoso de aquel omega, quien claramente estaba coqueteando con él. Le dio un sorbo a su trago mientras decidía que contestar

— Si

— También yo. ¿Quieres ir a algún lado más interesante a beber juntos?

Akihiko dudó nuevamente, y luego pensó ¿Por qué no? Esto lucía más como algo que el viejo Akihiko haría, tal vez era momento de dejar de intentar ser alguien mejor, tal vez no importaba que tanto se esforzara, su destino era ser esto. Y ¿Qué daño haría enredarse un poco con aquel omega? Después de todo cualquier cosa sería mejor que estar solo bebiendo y pensando en Haruki.

Haruki tenía novio, y justo en esos momentos estaba conociendo a su familia. Akihiko era un hombre soltero, estaba solo y necesitaba distraerse. La respuesta parecía bastante clara

— De acuerdo

Y además, con el alcohol que llevaba encima y si entrecerraba los ojos podría jurar que aquel rubio omega tenía ciertos aires a Haruki. Por dios, ¿Qué tan borracho estaba?

Los siguientes momentos parecieron borrosos, no puede recordar en que momento llegó a una habitación de motel, con aquel chico succionando su cuello cual sanguijuela.

Por dios, ¿Por qué si quiera hacía eso? Las feromonas del omega le resultaban francamente desagradables, eran tan dulces que sentía dolor de estomago -nada comparadas a las relajantes y frescas feromonas olor a menta de Haruki-

Una parte de él también estaba nerviosa, pues era la primera vez en años que se enredaba con un hombre, y también la primera vez que se enredaba con un omega. Desde su trágica ruptura con Ugetsu  se dedicó a tontear exclusivamente con mujeres beta y se alejó inconscientemente de los omegas, una parte por rencor y otra por miedo. Los omegas eran atemorizantes -con una sola excepción. Un omega rubio con olor a menta-

— Sin besos — dijo rápidamente al momento que detenía al chico, quien se estaba aproximando peligrosamente a sus labios. Akihiko era muchas cosas, y su historial de promiscuidad era largo, pero se había prometido no volver a besar a nadie que no amara. Sus labios estaban reservados para una sola persona

— No eres divertido —se rio mientras continuaba succionando su cuello — Estoy haciendo todo el trabajo aquí. Tienes suerte de ser atractivo

Akihiko soltó un soplido, fastidiado. Realmente no debió acceder a aquello. Se había arrepentido en el momento en el que llegaron al motel.

Veinte minutos después, luego de haber intentando hasta lo imposible, aquel omega llegó a su limite 

— ¿Es una maldita broma? ¿Por qué no estás duro? Aghh ¿Sabes qué? No necesito esto, me largo de aquí

Akihiko ni siquiera se molestó en responder. El chico se vistió rápidamente y aporreo la puerta al salir.

Su primer intento de regresar a su viejo ser había sido un desastre total, y no había conseguido ni siquiera ponerse duro. Su mente no estaba en aquella habitación, estaba imaginando qué estaría haciendo Haruki en ese momento.

Algunos hábitos son difíciles de romper, pero más difícil que romper un viejo habito era intentar superar sus sentimientos por Haruki.

¿Había un viejo Akihiko al cual regresar? Actualmente todo su ser estaba lleno de Haruki, estaba bastante seguro de que el sexo estaba arruinado para él, pues solo había una persona que podía ponerlo duro. No solo sus labios estaban reservados para una persona, su cuerpo entero reaccionaba a una sola persona, su mente estaba llena de esa persona y su corazón le pertenecía por completo a esa persona.

Su omega, Haruki Nakayama.





...

¡HOLAAA! Primero que nada me disculpo por haberme desaparecido dos semanas, gracias por sus lindos mensajes y por la espera. Espero que no me maten porque Uenoyama y Mafuyu no tuvieron interacción en este capitulo pero era necesario para la historia -lo comprenderán en el siguiente capitulo- 

Espero que no me funen mucho al Akihiko por sus decisiones, después de todo recuerden que es soltero y cuando uno está triste hace muchas tonterías. El próximo capítulo se viene con más drama que este, en términos generales diría que este capítulo es la calma antes de la tormenta.

Ya estoy de regreso en mi casita, mis vacaciones terminaron T_T esta semana logré adelantar algo de trabajo por lo que las actualizaciones regresaran a la normalidad, o sea semanalmente. ¡Muchas gracias por sus votos y comentarios! El único motivo por el cual puedo continuar con la historia es gracias a sus comentarios que me animan y me inspiran jajaja. ¡Mil gracias!

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𝑠𝑒𝑎𝑛 𝑏𝑖𝑒𝑛𝑣𝑒𝑛𝑖𝑑𝑜𝑠 𝑎𝑙 𝑙𝑖𝑏𝑟𝑜 𝑑𝑒 𝑋𝑎𝑣𝑖𝑒𝑟 𝑌𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑜 ℎ𝑎𝑦 𝑚𝑢𝑐ℎ𝑜𝑑 𝑎𝑐𝑎 𝐻𝑎𝑦 𝑢𝑛𝑜 𝑑𝑖𝑠𝑓𝑟𝑢𝑡𝑒𝑛
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Dime amor, ¿estas dispuesto a dar el siguiente paso? No hay un libro que tenga la verdad absoluta, cada cuerpo es diferente, un lienzo en blanco para...