No te enamores tarde #1 ✔️

By Darkhness_

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Primer libro de la bilogía: [No] es tarde. ~ Hay tres maneras de hacer las cosas, bien, mal y como yo las hag... More

Antes de empezar.
Prólogo.
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021 | Especial.
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Epílogo
Playlist & Agradecimientos.

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By Darkhness_

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Abro los ojos lentamente en dirección de la venta de mi habitación, y veo pequeños copos de nieve que caen, y algunos se quedan en mi ventana. Me estiro por unos segundos y me levanto de la cama. A pasos lentos camino hacia el baño, para cepillarme.

—Deberíamos empezar a adornar el lugar de navidad — me dice Helena cuando entro a la cocina.

—Acabamos de quitar los adornos de Halloween— le recuerdo.

—¿Y? ya estamos en noviembre 12— chasquea la lengua.

—Espérate para finales de noviembre —le digo, mientras agarro un vaso.

—Los lugares ya están empezando a decorar —chilla.

—Por marketing, Helena, marketing— le digo.

—Bien, a fin de mes, ¿lo prometes? —pregunta seria.

La volteó a ver y llevo el vaso de jugo a mi boca.

—Lo prometo, Hele— le digo con una sonrisa.

—Bien, ya me voy —dice agarrando sus cosas— espero y llegues más tarde— sentencia.

—Sí, llegare más tarde— le digo.

Muchas personas en invierno, que a nomas despertar se toman una taza de café, yo en mi caso, me tomo una taza de jugo. Es más nutritivo, y mejor para la digestión. Además, odio el café, recuerdo que mi madre se llegaba a tomar cinco tazas al día, y a mí siempre me daba calor en solo pensar en lo caliente que estaba.

Hoy hay una gran fiesta en el casino, muchas personas ricas llegaran, ¿fiesta de qué? No lo sé, solo sé que Helena y Austin me invitaron y Arango ira, así que no estaré sola –supuestamente-. La fiesta empezara a las 10 de la noche, pero a la media noche es cuando el ambiente se coloca mejor.

Mañana lunes tengo pensando ir a Brooklyn, quiero ir a la bodega de la familia para ver las cosas que dejaron, nunca las he visto muy bien, y tengo tiempo de no ir, pero tal vez ahí pueda encontrar algo, algo que me ayude, sobre el trabajo de mis padres, y si es que a ellos se remota todo esto.

No tengo pensado decírselo a Helena, como he dicho antes, no quiero involucrarla, prefiero que me rapten solo a mí, antes que a ella.

Me dirijo al balcón, el cual tiene un poco de nieve. El frío topa con mi cuerpo cuando salgo, me compongo la sudadera, y me acerco a la baranda, coloco las manos sobre ella, y veo para todos lados. Hoy es un día con mucha gente afuera, hay autos por doquier, y puedo deducir que hay tráfico, ya que se tardan en pasar, abajo enfrente del edificio hay niños los cuales intentan jugar con la nieve, mientras sus padres hablan con otras personas.

Hay personas que hablan por teléfono mientras caminan, otros corren para llegar a su destino, y muchos llevan cara de cansancio, un bolso o maletín en el brazo izquierdo, y un vaso de café en la mano derecha. Agradezco no trabajar hoy, fue una gran semana de descanso, pero aburrida, y con sucesos raros.

Giro a ver al lado derecho de la calle, y me topo con una persona, la cual viste de negro, y lleva una máscara que le cubre toda la cara, menos los ojos. Está viendo hacia mi dirección. Me tenso al notar que está viéndome solo a mí. Doy un paso para atrás lentamente, y me adentro, cierro la puerta con llave del balcón.

No puedo creer que, no solo me quieran matar, sino que también me vigilen, saben dónde vivo, y donde trabajo, aunque lo que más me da temor, es que le hagan algo a Helena, en especial si vienen un día donde solo este ella en el departamento.

Siento un escalofrío al solo pensar en eso. pero, ¿qué querrán de mí? ¿Será algo de mis padres? ¿O por mis abuelos quizá? ¿Por qué siempre atacan cuando Wolfgang está cerca? ¿O será lago hecho por Wolfgang? No, no creo, digo, han intentado matarlo a él también.

Pero, ¿qué tan bien conozco al jefe de la mafia? Agh, esto es tan difícil, no entiendo en qué momento empezaron a buscarme para matarme, en qué momento me topé con el jefe de la mafia.

La mañana paso un poco rápido, me coloque a limpiar mi cuarto, la cocina, el living, a ordenar algunas cosas, cambiar de lugar otras cosas, a comprar cosas por internet, que me llegan dentro de unos días, todo mientras escuchaba música navideña a todo volumen.

No lo negare, la música navideña es arte, puedo escucharla hasta cuando es medio año. La navidad siempre me ha gustado, a pesar que la navidad se pasa en familia, y teniendo en cuenta que toda la familia que tengo está muerta –oh por lo menos, las personas que sé que son mi familia-.

Pero ahora, mi única familia es Helena, ella si tiene familia aparte, pero no se llevan tan bien, ella los evita, en especial a su madre, no le agrada del todo. su madre es muy estricta, carácter muy fuerte, puedo comprobarlo. Hace más de un año que no se hablan, y creo que, si su madre se entera que Helena trabaja en un casino, le dará un sermón de tres horas, diciendo que consiga un trabajo decente –lo cual es estúpido- y todo eso, para que al final le diga.

"pero bueno, no es mi vida, quien soy yo para criticar."

Y como decimos con Helena.

En fin, la hipocresía.

Así que Helena evita pasarse por la casa de su madre, y pasamos la navidad juntas, oh con Austin y Arango, al igual que año nuevo, y otros días festivos, y así es más tranquilo. No necesito más personas cuando con mi mejor amiga sé que esta mi hogar.


(...)


Me veo por última vez en el espejo, y analizo lo que tengo puesto, sencillo, pero decente, como me gusta. Un pantalón formal, con una blusa formal gris elegante, tacones que le he robado a Helena, y maquillaje no tan encendido tampoco, con un abrigo negro que le da un mejor toque. No pienso colocarme algo escotado, como un vestido o falda, hay frío, estamos a menos 5 grados, y hay nieve, suficiente con el atrevimiento de colocarme tacones.

Ya me iré al casino, son las 10 de la noche, así no estoy tanto tiempo ahí, no digo que no me gusten las fiestas, al contrario, pero si cuando hay demasiadas personas con armas, por todo el lugar.

Tomo mi bolso, meto mi celular, las llaves de la casa, mi dinero, y salgo del departamento. Bajo por el elevador, y empiezo a caminar para la salida.

—¡Eso, Paris, lúcete! — me grita el recepcionista.

Le sonrió y le guiño un ojo. Él tiene 25 años, es guapo, coqueto, y amigable, buena persona.

Paso por la puerta y un guardia me habla.

—Señorita Wilhelmine, su auto la espera acá— dice mientras me guía al lugar.

He pedido un auto para llegar al casino, no quiero caminar, es muy noche y puede ser muy peligroso. Le agradezco al guardia y me subo al auto. No es un Uber o un taxi, es un auto más privado.

Tardamos un poco en llegar al casino, ya que sigue habiendo traficó por la ciudad, una vez dentro, le pago al conductor, y me bajo. Hago una pequeña cola para poder entrar. Le muestro mi identificación al guardia y me sede el paso.

El lugar está que estalla de varias luces, tiene música relajante a un volumen considerable, hay personas por todos lados, bebiendo, otras jugando billar u otros juegos para ganar dinero. Mientras celebran gritando que han ganado.

Me dirijo hacia la barra y con el único que me topo es con Austin.

—Señorita Wilhelmine— saluda —un gusto tenerla por acá.

Esbozo una sonrisa hacia su tono de voz tan delicada.

—Un Martini por favor —le pido.

Austin me guiña un ojo y se va a prepararlo. Veo hacia todos lados, observando cada rincón, cada persona, y veo a Helena sirviendo algunos tragos algo lejos de mí. Cuando se acerca a la barra y me mira, me sonríe.

—Sera una noche cansada— dice bufando.

—Pero divertida— le guiño un ojo.

—hoy nadie se ira temprano, lo presiento —dice mientras entra detrás de la barra.

—Apenas vamos empezando Hele—le dice Austin mientras me entrega el Martini.

—Y ya me quiero ir— dice cansada.

—Eso te pasa, por no querer trabajar conmigo en el museo— le digo.

—Ni me lo recuerdes, estuviera descansando contigo— hace un puchero.

—Venga ya chica, a trabajar— Austin le entrega otra bandeja, y Helena lo fulmina con la mirada.

Me llevo la copa a los labios y le doy un trago. El sabor no es muy fuerte, pero puedo sentir el Vodka, pasar por mi garganta. Giro de nuevo hacia enfrente, y veo a más personas entrar. Mi vista se va hacia la parte de arriba, y me topo con tres mafiosos.

No, no arruinaran mi noche. Wolfgang me mira y rápidamente volteo mi vista hacia otro lado. debo estar tranquila por un día que salgo, sin mafiosos, sin armas, solo yo, tratando de relajarme y dejarme llevar.

Muevo mi cabeza para atrás y vuelvo mi vista hacia la barra, no dudo en terminarme el Martini de un solo trago ya. A otro bartender le pido un trago de lo más fuerte. Él me lo sirve enfrente y me lo deja ahí. lo agarro y me llevo con rapidez a la boca, siento como quema mi garganta, y llega hasta abajo.

—Wuu— digo alegre después de tomármelo.

Sera una gran noche, lo sé, lo presiento, pero también presiento que algo malo pasará, o deberá pasar.

Llevo dos cuatro shot, y me siento ligera, despreocupada, como me sentía tan solo hace una semana, antes desde el ataque del museo, antes desde toparme con el mafioso de ojos negros. Muchas personas siguen disfrutando, otras cantan de alegría, el ambiente y la música han cambiado, y las personas también.

Unos los han tenido que sacar a fuerza por el escándalo que hacían, otros solo la pasaban bien sin tanto que hacer. No he visto a Wolfgang ni a uno de sus amigos, y espero no verlos en lo que resta de la madrugada.

—Necesito un trago— habla Helena llegando a la par mí.

—Vamos Austin, sírvele un trago a la pobre— le pido.

Austin lo piensa un poco, y luego nos mira con una sonrisa elevando las cejas. A Hela y a mí no sirve un trago, las dos lo tomamos al mismo tiempo, festejamos – con esté seis tragos que llevo en total-.

—No te me vayas a perder de vista— me dice Helena.

—Por favor, me conoces, no me voy con cualquiera— le guiño un ojo.

—Esa es mi chica— dice antes de alejarse de mí de nuevo.

Volteo a ver a Austin, y él me mira con una sonrisa.

—¿Qué? — le pregunto.

—¿Qué te traes con Wolfgang, Paris? —pregunta pícaro.

—Puf, nada— digo viéndolo con una sonrisa juguetona.

—Por favor Paris, ¿me vas a negar que es guapo? —me mira con una sonrisa.

—No, pero tampoco lo admitiré— le digo.

—Pero siempre ten cuidado— dice un poco más serio— es el nuevo jefe de la mafia, hace seis meses— recuerda.

—¿Cómo se volvió jefe de la mafia? —pregunto curiosa.

—Medios dicen que mataron a su padre, y él paso a tomar el lugar— cuenta.

—Vaya, ¿Quiénes lo matarían? —pregunto.

—Era el jefe de la mafia, tienen muchos enemigos —dice— y por eso tú, mantente lo mejor posible alejada de ellos, no quiero que termines como su padre— dice.

Trago duro ante lo que ha dicho, y tiene razón, pero ahora me están buscando a mí, y no tengo ni idea del por qué.

Alguien llama a Austin y le dice que salga de la barra.

—No te alejes de acá ¿okey? —me pide— ya te miro medio ebria— sonríe.

—Que va— le digo antes de irse.

Mi vista vuelve para enfrente, y las personas siguen haciendo lo mismo, en una esquina alejada de mí, veo a Wolfgang, él creo que tiene su mirada posada sobre mí, su gesto es serio y frío, hace que me sienta incomoda. Estoy tan centrada en él, que olvido mi alrededor, sino es hasta que alguien toca mi hombre haciendo que salga del trance.

—No he pedido esto—digo frunciendo el ceño cuando veo que me dejan un vaso con tequila.

El único bartender que hay me regresa la mirada.

—Cortesía de la casa— dice mientras asiente con la cabeza.

Bueno, si es cortesía de la casa, mejor.

Llevo el vaso a mis labios, y lo siento frío, le doy tragos rápidos y siento arder mi garganta como el infierno, mientras empieza un pequeño dolor en mi sien.

Me han dado ganas de ir al baño.

Austin te ha dicho que no te muevas.

Pero quiero ir al baño, necesito complacer mis necesidades, subconsciente. Me levanto de la silla un poco abrumada, y camino hacia la dirección del baño que es del otro lado.

Paso por un gran camino de gente amontonada, tratando de empujarlos rápidamente. La cabeza me empieza a doler, y los ojos a arder, creo que he tomado de más, ya no tomare más de lo que resta de la noche. Mis pasos se tambalean, y por poco caigo al suelo, pero me puedo sostener de algo y sigo caminando. Llego a un pasillo, el cual está un poco solitario.

¿Segura que por acá están los baños?

Sí, recuerdo venir siempre acá.

¿No era del otro lado?

joder.

No estoy tan segura de que acá sea, pero vamos, si no es acá, me doy la vuelta y me voy. Camino un poco más y la luz parece que parpadea, siento mis ojos arder y los cierro de golpe, mientras me recuesto sobre una pared.

Malditos tacones, me están lastimando, y se me hace difícil caminar con ellos, en especial en el estado que estoy. Soy consciente de que no he tomado tanto alcohol, para sentirme tan abrumada y un poco eufórica, no creo que haberme pasado de copas. O tal vez los tragos si eran muy fuertes.

Siento que alguien me topa del brazo y abro los ojos, no puedo distinguirlo bien, pero cada vez que me habla, siento como un eco.

—Paris, debemos irnos— dice apurándome.

—¿Quién eres? — pregunto.

—Vamos Paris, él quiere verte— dice.

—¿Él? ¿de quién hablamos? —pregunto mientras trato de mirarlo bien.

Él me hala del brazo y empezamos a caminar un poco rápido, no sé quién es, ni que está pasando, y tampoco me siento bien, los ojos me pesan cada vez más, y empiezo a escuchar la música de lejos.

—¡Hey! —escucho que alguien grita detrás de nosotros.

El tipo que me hala para y puedo escuchar que gruñe.

—¡Suéltala! —le gritan de nuevo.

El tipo me hala de nuevo y empieza a caminar, no sé qué pasa, pero mis instintos se alertan, y me zafo de su agarre rápidamente.

—Maldición Wilhelmine —habla el tipo que tengo enfrente.

—No te conozco — le digo tajante.

—Pero debemos irnos— dice acercándose a mí.

—No. Me. Toques — digo alejándome de él.

Escucho que se acercan a mí por detrás, y me toman del brazo, empiezo a escuchar gritos, y discusiones, no soy consciente de lo que está pasando, pero los ojos me pesan, y la cabeza me duele. Llevo mis manos a mi sien y lo masaje un poco. Alguien me toma por atrás, y siento que toma mi cabeza para verme, y dice mi nombre, pero todo lo escucho bajo y con eco.

Mis ojos se están cerrando lentamente, y no soy consciente de lo que está pasando, lo último que siento es que me agarran de la cintura y cierro los ojos completamente.

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