-¡Despierta! -oigo decir. Abro poco a poco a los ojos y veo a Marvel delante mio. Esta todo muy oscuro, demasiado. -Debe quedar una hora para el alba, vamos.
Me levanto rápidamente y veo que hay un paracaídas abierto en el suelo.
-¿Que nos han enviado? -pregunto.
-Gafas de visión nocturna. -dice Marvel lanzándome un par. La verdad es que con estos patrocinadores es un lujo estar aquí.
Metemos en la mochila la cantimplora con agua y algo de comida. Tenemos 4 cuchillos más (los que pertenecían a Clove) así que nos los repartimos y los atamos al cinturón. Escondo los sacos y la manta entre la hierva y comenzamos la marcha. Las gafas son extraordinarias así que no hay ningún problema en seguir el camino.
No tardamos en llegar a los Cornucopia. En el camino no nos hemos encontrado a ningún tributo. Nos escondemos entre la maleza hasta que empiece el banquete. Debe quedar una media hora.
-Vale, ¿cual es el plan? -pregunta Marvel.
-Iré yo a por la mochila, pero iré cuando aparezca Katniss. Tu me tendrás que cubrir.
Marvel no parece muy convencido pero al final acepta. El cielo empieza a adquirir el tono de la mañana y todavía no hay rastro de ningún tributo. Estarán esperando a que alguien de el primer paso.
-¿Crees que vendrá el enamorado? -digo.
-Já, no creo que se acerque.
No puedo evitar una risita. El primer rayo de sol se refleja en la Cornucopia dorada y en ese momento el suelo que esta delante de la boca del cuerno se abre en dos y surge una mesa redonda con un mantel blanco. En la mesa hay cinco mochilas; tres negras grandes con los número 1, 2 y 11, una mediana verde con el número 5 y una tan pequeña que se podría llevar en la muñeca con el número 12.
A los pocos segundos de oír el clic de la mesa al encajar en el suelo una figura sale de la Cornucopia, agarra la mochila verde y se aleja a toda prisa. ¡Es la del distrito 5! Estoy a punto de ir tras ella cuando Marvel me agarra de la muñeca y tira hacia el.
-Sigue el plan. -susurra. Asiento y el me besa en los labios. Es su beso corto pero intenso, como si nos estuviéramos despidiendo y la verdad es que es así. En cuanto salga ahí puedo morir antes de que Marvel consiga llegar hasta mi. -Ten cuidado ¿vale?
-Vale. -consigo decir.
Me vuelvo a colocar y por fin veo la figura del 12 corriendo hasta la mesa. Inmediatamente salgo tras ella. Cojo un cuchillo de la chaqueta y se lo lanzo, pero ella lo desvía con el arco. Una flecha va dirigida hacia mi así que me tiro al suelo. Me levanto rápidamente y compruebo que no me ha rozado. Maldigo varias veces dado que por su culpa he desperdiciado segundos. Vuelvo corriendo hacía ella. Ya ha llegado a la mesa y ha cogido su mochila. De forma automática cojo otro cuchillo de la chaqueta y se lo lanzo. Antes de que ella vuelva a disparar el cuchillo le da en la frente. "Esta es mi oportunidad." Me lanzo sobre ella y la sujeto los hombros con las rodillas. Miro hacia todas las direcciones para comprobar si viene alguien pero solo estamos nosotras dos. Clavo la mirada en ella y sonrío. Intenta escapar pero es demasiado débil.
-No sabes cuanto tiempo llevo esperando este momento. -digo. Ella tan solo se dedica a gruñir. -¿Donde esta tu novio chica en llamas?
No responde.
-Apuesto a que esta en algún lugar escondido luchando para que no se le pare el corazón. -río.
-Esta aquí al lado, cazando a Marvel. -contesta al fin. -¡Peeta!
La pego un puñetazo en la boca para que deje de gritar y hace efecto. Vigilo por si aparece el chico, pero no esta por ningún lado. Que idiota.
-Mentirosa. -sonrío.- Eres una mentirosa. Esta casi muerto y necesitas esta mochilita para salvarle.
Cojo su mochila de la muñeca y la balanceo en el aire como si fuera un juguete. Quiero disfrutar de este momento.
-Escucha... ¿te acuerdas de mi? Casi me matas con las rastrevíspulas que lanzaste, pero sigo aquí y ahora me toca vengarme. ¿No crees que es lo justo?
Abró la chaqueta y dejo ver la colección de cuchillos que me han enviado los patrocinadores. Vuelvo a mirar hacía atrás por si aparece Cato o Thresh pero sigue sin haber nadie. Que raro... Tal vez estén esperando a que me deshaga de Katniss para atacarme a mi.
Elijo con parsimonia un cuchillo de aspecto delicado con la hoja curva. "Perfecto para la ocasión" pienso.
-¿Te gusta? -pregunto enseñandola el cuchillo. -Un cuchillo especial, para una muerte especial.
Se retuerce intentado desequilibrarme pero no consigue nada. Me río al ver sus intentos de escapar.
-Olvídalo 12, ya estas muerta igual que tu aliada. Como se llamaba... ¿Rue? Bueno, pues primero Rue, ahora tú y dejaremos que tu novio muera de forma natural. Tampoco somos tan crueles.
Nunca había disfrutado tanto. Por fin la chica en llamas dejará de existir. La observo fijamente la cara y hago dibujos con la punta del cuchillo en su mejilla. Intenta morderme la mano pero aprieto con los dedos su hérida y eso hace que clave la cabeza en el suelo y grite de dolor.
-Mmm, no se por donde empezar. Ah si... espera, espera... ¿quieres dedicarle unas palabras a tu novio? -digo en tono dramático. Ella no dice nada. -Bueno, como quieras. Creo que empezaré por tu boca.
Sonrío burlona mientras trazo con la punta del cuchillo el perfil de sus labios. Me escupe y la pego una bofetada en la cara. Intento calmarme y disfrutar de la situación.
-Comencemos.
Antes de que pueda comenzar a clavar el cuchillo en sus labios una fuerza atroz me levanta por los aires y me lanza a la Cornucopia. Aturdida intento levantarme pero esa fuerza me vuelve a levantar del suelo. Es Thresh. Grito con todas mis fuerzas e intento soltarme pero el tiene el triple de fuerza que yo.
-¿Que le has hecho a la niñita? ¿La has matado tú? -grita. Nunca lo había visto así. Sabía que era fuerte pero al tenerlo tan cerca es como si fuera una bestia salvaje.
-¡No! ¡Yo no la mate! -gritó como si eso fuera a ayudarme. Me tiene agarrada del cuello de la camisa a unos 30 centímetros del suelo. Me empuja de nuevo contra la Cornucopia provocándome un fuerte dolor en la nuca.
-¡Has dicho su nombre! ¿La has matado?
Me tira al suelo y me retuerzo. En ese momento veo una piedra del tamaño de una pequeña barra de pan y pierdo el control.
-¡Marvel! -grito con todas mis fuerzas. Se que esta cerca de aquí así que le da tiempo a venir. -¡Marvel! ¡Marvel!
-¡Glimmer! -le oigo gritar. Está cerca.
Thresh esta a punto de estrellarme la piedra en la cabeza cuando cae sobre mi muerto. Una lanza sobresale por su espalda.
-¿Estas bien?- dice Marvel agachándose sobre mi.
Asiento rápidamente y me levanto. A lo lejos Katniss desaparece en el bosque con la mochila. Marvel saca la lanza del cuerpo de Thresh y yo cojo nuestra mochila y la de el. Tan solo queda la mochila de Cato sobre la mesa. Todavía no ha aparecido.
-¡Tenemos que ir a por Katniss! -grito señalando la dirección por la que ha ido.
En ese instante Cato aparece por uno de los cuernos con la espada en la mano y a mi sin querer se me cae la mochila de Thresh al suelo.
-Vaya, vaya... mira a quien tenemos aquí. -dice con una sonrisa burlona.
Cojo un cuchillo y lo lanzo pero este lo esquiva y sigue avanzando. Marvel me coje del brazo y comenzamos a correr hacía el bosque. Esta es la oportunidad perfecta para matarle pero no estamos preparados. Me paro y veo que no nos sigue. Se habrá quedado en la Cornucopia.
-¡Venga corre! -grita Marvel a unos metros de mi.
Ya hemos llegado al claro. Nos tomamos unos minutos para recuperar la respiración y beber agua antes de abrir la mochila.
-Gracias por salvarme... otra vez.
-¿Ese era el plan no?
Abro rápidamente la mochila y me sorprendo al ver que hay dos chalecos negros.
-Es como una armadura. -comenta Marvel cogiendo uno. -Deben de ser para las flechas de Katniss.
No puedo evitar soltar un grito de emoción. El chaleco cubre las partes vitales así que a Katniss le costará matarnos. Rápidamente nos los ponemos debajo de la chaqueta. Son un poco incómodos pero supongo que me acostumbraré a ellos.
-¿Crees que la mochila de Cato también tiene esto? -pregunto.
-Puede que sea lo más probable.
Un paracaídas cae del cielo con dos platos de caldo caliente.
-Esta noche podríamos ir de caza. -sugiero. La chica del 5 sigue por ahí viva al igual que los enamorados. La rabia me consume al saber que Peeta se estará recuperando. La tendría que haber matado en cuanto la derribe...
-Es buena idea.
Ya es por la noche. Nos ponemos nuestras gafas de visión nocturna y cogemos las armas. Marvel como siempre lleva la lanza y los dos cuchillos y yo mi colección.
Buscamos cerca del claro ya que no queremos alejarnos mucho. No hay ni rastro de gente. Ahora que solo quedamos 6 es mucho más díficil encontrar a tributos por ahí. El himno de Panem suena y en el cielo aparece la imagen de Thresh. Me entra un escalofrío al recordar su cara llena de rabia empujándome contra la Cornucopia... y todo por la niña de su distrito. Seguro que si quedaran ellos dos, no dudaría en matarla.
Nos estamos alejando mucho y seguimos sin encontrar a nadie. Esperaba matar esta noche a la chica del 5 pero tal vez sea más lista de lo que pienso. Al principio no la preste especial atención pero todavía sigue viva y consiguió su mochila sin ningún esfuerzo. Tal vez la he subestimado demasiado.
Decidimos volver al claro a dormirnos. Hoy ha sido un día muy largo, casi vuelvo a morir...
Antes de tumbarme el saco Marvel me tira hacia el y me abraza. Nos quedamos así unos segundos. Para el también habrá sido un día agotador.
-Creí que te perdía. -susurra. Noto como las lágrimas se acumulan en mis ojos, así que parpadeo varias veces. Marvel es capaz de arriesgar su vida por salvarme y yo seguramente le mataría si solo quedáramos los dos. Marvel no merece tenerme, debería haberme dejado morir la primera vez con las rastrevíspulas... Habría sobrevivido igual sin mi o incluso mejor. No se tendría que preocupar de salvarme.
Nos separamos poco a poco y nos quedamos mirando fijamente a los ojos. Nos acercamos lentamente hasta juntar nuestros labios. De repente se me olvida todo. El único pensamiento que tengo es que si conseguimos eliminar a los demás, los dos volveremos juntos a casa y podremos ser felices.
-Será mejor que duermas, yo haré guardia. -dice.
Me meto en el saco y me duermo de inmediato.