⊱┊BROKEN TIE 【Given OMEGAVERS...

By UchihaKari94

178K 12.4K 35.2K

⊱┊Uenoyama Ritsuka es un joven doctor especializado en lazos rotos. Sato Mafuyu, su más reciente caso, lo tie... More

❝Introducción❞
Capítulo I. ❝Dr. Uenoyama❞
Capítulo II ❝Tú❞
Capítulo III ❝ Halloween❞
Capítulo IV. ❝ Mi verdad❞
Capítulo VI. ❝Quiero oírte otra vez❞
Capítulo VII ❝Doctor of the year❞
Capítulo VIII ❝El festival navideño❞
Capítulo IX ❝Noche Buena❞
Capítulo X ❝CELOs❞ 🔞
Capítulo XI ❝Decisión❞
Capítulo XII ❝ L.E ❞
Capítulo XIII ❝ Planes ❞
Capítulo XIV ❝New Year❞ 🔞
Capítulo XV ❝ Cambios ❞
Capítulo XVI ❝ El malentendido de San Valentín❞🔞
Capítulo XVII ❝ Comienza el juego ❞
Capítulo XVIII ❝Estrategia❞
Capítulo XIX ❝Una verdad incomoda❞🔞
Capítulo XX ❝El plan❞
Capítulo XXI ❝ Consecuencias ❞
Capítulo XXII ❝ Corazón ❞ 🔞
Capítulo XXIII ❝La Gala❞ 🔞
Capítulo XXIV ❝¿Niña o niño?❞ 🔞
Capítulo XXV ❝Enlace❞ 🔞
Capítulo XXVI ❝El Babyshower❞🔞
Capítulo XXVII ❝La fiesta de Akihiko❞
Capítulo XXVIII ❝Esperanza❞
Capítulo XXIX ❝Felicidad❞ 🔞
Capítulo XXX ❝Final❞
NOTAS DE AUTORA : ᕱ ᕱ ❛ ♡
🧡 Nueva historia 🧡

Capítulo V. ❝ Angel of music❞

4.6K 486 618
By UchihaKari94

♫It's the most magical time of the year♫

La agradable y festiva canción sonaba a todo volumen en la radio de su auto. No había necesidad de engañar a nadie ni a sí mismo, Uenoyama Ritsuka era un gran fan de la navidad, o mejor dicho de todo el mes de diciembre.

Había algo invisible en el ambiente que hacía que todo se sintiera diferente ese mes. Amaba ver las decoraciones en los pasillos del hospital al ir a trabajar y las luces iluminando la ciudad de regreso a casa. Amaba como la temperatura bajaba tanto que veía humo saliendo de su boca al hablar. Amaba escuchar las canciones navideñas y ver a las personas intentando ser mejores -aunque sea durante un mes al año-

Todo era una gran mentira, pero era la mentira más bonita de todas.

Como le gustaría que el tiempo se congelara en aquel mágico mes, tal vez el mundo sería un lugar mejor.

Tiempo.

Tiempo era un término que Uenoyama, aún con 24 años y un doctorado no podía comprender por completo. ¿Por qué los 3 minutos que tardaban las palomitas en el microondas parecían eternos, pero cuando sonaba la alarma y quería dormir 5 minutos más estos pasaban en un parpadeo?

¿Por qué sentía que Sato Mafuyu había llegado apenas unos días atrás, pero al mismo tiempo sentía que llevaba una vida de conocerlo?

¿Cómo era posible que durante 4 meses en otro hospital Mafuyu tuviera un progreso totalmente nulo, pero en 4 semanas con él comenzaba a mejorar a una velocidad impresionante? No creía que se debiera a sus habilidades médicas, pero tampoco tenía una teoría certera sobre el motivo de su mejora.

Apenas 10 días atrás había escrito el primer reporte de su progreso, y a tan solo 10 días de aquel reporte Mafuyu seguía mostrando un progreso impresionante.

Mafuyu llevaba poco más de un mes bajo su cuidado en el hospital y durante ese tiempo no solo había mejorado su actitud hacía los demás y hacía sí mismo, también había comenzado a mostrar interés en pequeños pasatiempos como leer o resolver crucigramas.

Sin embargo, lo que tenía más impresionado a Uenoyama era su rápida mejora física.

Lo notó un día antes de terminar el mes de noviembre, justo cuando iba a pesarlo y a sacar muestras de su sangre para completar el reporte.

¿En qué momento?

Abrió los ojos asegurándose de no estar imaginando cosas, pero no era así, Mafuyu había subido un kilo -cosa milagrosa considerando que se encontraba alimentándose vía intravenosa- pero no era solo eso. Sus ojos se veían diferentes, menos apagados de alguna manera, con una pequeña luz en ellos, como una chispa que amenazaba con convertirse en fuego. Entonces observó su cabello, el cual lucía mucho menos opaco que la primera vez que lo vio, incluso se veía un poco suave y tuvo el impulso de tocarlo, pero se contuvo.

Su piel, que en un principio era blanca y pálida como una hoja de papel había tomado un tono más natural, y sus mejillas tomaron un precioso y discreto color rosa.

Sus labios en algún punto dejaron de partirse por la resequedad y comenzaron a lucir suaves, adaptando también un suave tono carmín.

Uenoyama tuvo que contener el impulso de lamer sus propios labios al posar su vista en los de Mafuyu, ni siquiera se dio cuenta de cuando rato llevaba observándolos, y por suerte Mafuyu tampoco lo notó.

¿Qué clase de doctor tenía esos pensamientos por su paciente?

Ganaste un poco de peso — una enorme sonrisa se dibujó en su rostro y no se preocupó en esconderla — Mafuyu, te ves... —hermoso, pensó, sin embargo, aquella palabra no salió de sus labios — Bien

—Me siento...— hizo una pausa intentando buscar las palabras correctas — Mejor — fue lo único que atinó a decir

Uenoyama se quedó en silencio unos segundos pensando cómo decir lo que quería. La verdad ya había discutido el asunto con la madre de Mafuyu y había obtenido su autorización, ahora solo era cuestión de conseguir la autorización más importante: la del propio Mafuyu

—Creo que estás listo para dejar la intravenosa — dijo de repente — ¿Tú que piensas?

—No...no lo sé

—¿Confías en mí?

—Si — respondió rápido y Uenoyama se sonrojó ante la rápida respuesta

—Creo que vale la pena intentarlo

—Si tú lo crees entonces confío en ti...tú eres el doctor después de todo

—Pero es tu cuerpo, Mafuyu, si no te sientes listo...

—Estoy listo — aseguró — Quiero intentarlo

Entonces... ¿Cómo no iba a ir manejando con tanto ahínco aquel día al hospital? Era el primer día de diciembre y su mes favorito ya comenzaba tan bien.

Aquel día le retirarían la intravenosa a Mafuyu y comenzarían con su plan de dieta. Estuvo trabajando durante la noche en un menú especial que cumpliera con sus necesidades nutricionales sin ser demasiado invasivo, después de todo el pelinaranja llevaba aproximadamente medio año sin comer, por lo cual no podía simplemente comenzar a comer normal de nuevo. Tenía que comenzar con alimentos ligeros y en pequeñas cantidades, pero que lo mantuvieran nutrido y fuerte. Todo esto acompañado claro de vitaminas especiales y uno que otro suplemento alimenticio.

No podía negarlo, estaba emocionado. De alguna manera siempre se emocionaba cuando sus pacientes mostraban hasta el más pequeño de los avances, pero con Mafuyu por algún motivo le emocionaba el doble, no, el triple.

Perdido en sus pensamientos no se dio cuenta cuando llegó al hospital. Al bajar de su auto pudo apreciar a lo lejos como Haruki estacionaba su auto por lo que decidió esperar a que terminara para subir juntos al hospital.

—¿Hoy no te ha traído Take? — preguntó casualmente una vez que ambos estaban dentro del elevador

—Tengo bastante trabajo así que saldré algo tarde, era mejor venir en mi auto — le explicó — Te ves excepcionalmente contento hoy — notó

—¿Ah sí? — intentó no darle importancia — Bueno, el año está por terminar y me siento positivo

—También me sentiría positivo si terminara el año siendo nombrado "Doctor del año" — soltó una risita y Uenoyama se sonrojó, nervioso

—¡SHH! Alguien podría oírte

—Estamos solos en este elevador, Uecchi, y te informo que una vez que salga el articulo todos se enteraran

—Lo sé, lo sé...es solo que me hace sentir un poco incomodo — confesó

—¿El que reconozcan tu trabajo?

—No, no es eso — aclaró — Las entrevistas me ponen nervioso, y no me gusta ver mi cara en revistas o sitios así

—Eso explica porque las pocas fotos que tienes en Instagram tienen el rostro cortado...y yo que creía que era porque amabas mucho tu cuerpo y querías presumirlo

—Calla, no seas ridículo — se sonrojó hasta las orejas — Además, ha pasado algún tiempo desde que actualice alguna de mis redes sociales

—Cierto, recuerdo los intensos mensajes que solían llegarte, aunque ahora que salga este articulo quizá suceda de nuevo, uno nunca sabe

—Estás haciendo que me arrepienta de haber aceptado...

—Ya no puedes echarte para atrás...por cierto ¿Cuándo vendrá la gente de la revista?

—En el transcurso de esta semana...

El elevador se abrió frente a ellos antes de que Uenoyama pudiera terminar de decir su frase. Al abrirse lo primero que vieron fue el rostro de Akihiko frente al elevador, quien en cuanto los vio desvió la mirada. Haruki por su parte se apresuró a salir del elevador antes de que Uenoyama pudiera terminar de decir lo que iba a decir.

—Buena suerte con eso, Uecchi. ¡Nos vemos! — se apresuró y pasó a lado de Akihiko como si fuese un fantasma.

Uenoyama observó la escena con una ceja alzada y mirada confundida. Dio un paso fuera del elevador y enfrentó a Akihiko, quien lucía bastante decaído.

—¿Pelearon?

—¿De verdad acabas de notarlo? — preguntó, con tono fastidiado — Apenas y me ha dicho dos palabras en los últimos diez días y se niega a siquiera mirarme a los ojos. ¿Tú que crees?

Uenoyama entonces hizo memoria, tratando de recordar los eventos de los últimos diez días. La verdad era que había estado tan concentrado pensando en Mafuyu que ni siquiera se había dado cuenta de lo que sucedía alrededor de otras personas, pero ahora que lo mencionaba era verdad...esos dos apenas y se habían hablado. Desde la noche que salieron a beber juntos, no habían vuelto a estar los tres en un solo lugar, siempre eran él y Haruki o él y Akihiko, pero nunca los tres juntos.

—¿Qué le hiciste?

—¿Por qué asumes que es mi culpa? — preguntó ofendido

—Sentido común, Haruki nunca haría nada para molestar a nadie, y es bastante difícil hacerlo enojar así que debiste haber hecho algo realmente malo — puntualizó. Nuevamente, Akihiko lo odiaba por siempre tener la razón

—No es algo que quiera -o pueda- hablar frente al elevador

—¿Qué hacías aquí, por cierto? ¿Estabas esperándonos?

—No — contestó rápido — solo me detuve un momento porque creí que había olvidado algo en mi motocicleta, pero no es nada

—Claaaro

Akihiko le dio un suave golpecito en el hombro y se despidió con la mano, alejándose lentamente. Mientras se alejaba Uenoyama lo observó por un par de segundos, notando que hasta su forma de caminar se notaba triste. ¿Qué habría pasado con esos dos?

...

Haruki bloqueó su teléfono con una pequeña sonrisa en los labios. Había pasado poco más de un mes desde que decidió darse una oportunidad con Take y durante ese mes se había sentido bastante cómodo alrededor de él. Take era todo lo que alguna vez deseó en un novio: era alto, guapo, respetuoso, sincero y atento. Siempre llegaba puntual por él, lo escuchaba con atención cuando contaba sus historias de trabajo y se reía de sus chistes malos, aunque los hubiera escuchado anteriormente se reía como si fuese la primera vez que los escuchaba. Lo que más fascinado lo tenía era la manera en la que sus ojos brillaban al mirarlo, como si fuese lo más valioso del mundo. ¿Era si quiera digno de ser mirado así?

Take le parecía extremadamente apuesto y perfecto en todos los aspectos, y se sentía bien a su lado, pero no más. No había mariposas en su estómago, ni una necesidad incontrolable de querer verlo. No había esa famosa "chispa" ¿Cuál era su maldito problema?

"Solo necesito más tiempo", pensó.

¿Cómo podría no darle la oportunidad a un hombre tan maravilloso? ¿Por qué se quitaría a sí mismo la oportunidad de ser feliz en una relación perfectamente sana y estable?

Las mariposas en el estomago y la "chispa" estaban sobrevaloradas, en su opinión.

"Prefiero ser feliz a sentirme enamorado"

¿No era aquello un tanto egoísta? ¿No merecía Take estar con alguien que lo amara con la misma intensidad?

"Tal vez pueda amarlo así algún día, solo necesito más tiempo"

Aquella noche le diría que fueran en serio, nunca se olvidaría de Akihiko Kaji si no tomaba una decisión seria. Aquella noche formalizaría su relación con Take.

...

—¿Cómo te sientes? — preguntó con ojos expectantes, observando detenidamente cada reacción del pelinaranja

—¿Bien?... es raro

Mafuyu era oficialmente libre de la intravenosa.

Uenoyama nunca antes había estado tan emocionado -y nervioso- de un procedimiento tan sencillo. Todo salió bien, pero el verdadero reto comenzaba ahora que Mafuyu tendría que comenzar a alimentarse por sí mismo

—¿Ya leíste la dieta que he preparado para ti? ¿Qué te parece? — preguntó, nervioso

—Delicioso y saludable — se rio despacito — ¿Comenzaré hoy?

—El desayuno debe venir en camino

—Oh...

—¿Nervioso?

—¿De comer? Bueno, no es mi primera vez comiendo ¿Sabes? — se rio, de forma obviamente irónica

—¿Quién diría que una cara tan inocente esconde una personalidad tan malvada?

Mafuyu paró de reír y lo observó con los ojitos abiertos. Uenoyama no supo porque, pero sintió su corazón a punto de explotar por semejante ternura. Mafuyu podía pasar de conejito adorable a zorro astuto y de vuelta a conejito adorable en cuestión de segundos.

Se aclaró la garganta para continuar hablando y hacer como si su ultima oración nunca hubiese sido pronunciada

—También he programado algunos ejercicios de acondicionamiento físico para ti

—¿Ejercicios? — la cara de Mafuyu no podría haber mostrado más fastidio y decepción, Uenoyama quiso reírse, pero se contuvo

—No son ejercicios como tal, tan solo programé algunos minutos de caminata al día para que comiences a estirar los músculos de tus piernas y para que tu circulación mejore, llevas mucho tiempo en cama y los músculos de tus piernas se han debilitado bastante, además caminar es bueno para el corazón — explicó

—¿Entonces solo caminaré? — preguntó, un poco más animado

—Si, solo caminaras un poco por los pasillos del hospital, igual te servirá para ir conociendo el hospital y tal vez hagas algunos amigos

—No quiero hacer amigos, contigo tengo suficiente

—Pero yo soy tu doctor, no tu amigo — aclaró, intentando animarlo a socializar un poco, pero logrando el efecto opuesto en Mafuyu, quien se vio decaído al instante de escuchar aquellas palabras

—¿Entonces no te agrado?

—¡¿Qué?! No, no es lo que quise decir, Mafuyu

—Bueno, entonces haré las caminatas por el hospital, pero solo si me acompaña usted, doctor

—Mafuyu

—Acabas de decir que solo eres mi doctor, entonces te hablaré por tu nombre hasta que nos hagamos amigos

Era más que obvio lo que Mafuyu estaba haciendo, pero Uenoyama no lograba descifrar si aquello era un berrinche real o solo estaba tomándole el pelo, de cualquier manera, decidió seguirle la corriente

—De acuerdo, me parece un trato justo. ¿Entonces nos haremos amigos si te acompaño durante tus caminatas?

—En efecto

Después de aquella conversación matutina, Mafuyu desayunó comida solida por primera vez en seis meses.

Aquella pequeña victoria se sintió como la más grande de todas para Uenoyama y nada le quitó la sonrisa por el resto del día.

...

Le dio un enorme bocado a su sándwich de pollo y echó la cabeza para atrás en su asiento. Una vez más estaba comiendo solo en su oficina.

Se sentía francamente derrotado y abatido. No tenía el valor de enfrentarse a Haruki y su indiferencia.

¿Quién diría que Akihiko Kaji era alguien tan sensible -y cobarde-?

Honestamente los últimos días los había vivido por vivir, solo respiraba, comía, trabajaba y dormía, todo en automático, para repetir lo mismo al día siguiente.

Se sentía excluido -aunque sabía que era él mismo quien se excluía- pero de alguna manera no se sentía correcto simplemente decir "perdón"

¿Qué podía hacer para disculparse con Haruki? Nada parecía lo suficientemente bueno.

Terminó de comer su sándwich en la soledad de su oficina y continuó con su trabajo. Un par de golpes en la puerta lo desconcentraron. Al levantar la vista se encontró con los ojos azules de Uenoyama, mirándolo con un poco de lastima. Mocoso insolente, en verdad era oportuno.

—¿Ocupado?

—Algo, ya sabes como suele ponerse esta época del año

—¿Quieres ir a almorzar?

—Traje mi propio almuerzo, justamente acabo de terminar de comer

Uenoyama se quedó en silencio. Era evidente para ambos que no era ninguna casualidad que no quisiera ir a almorzar al restaurante de Yatake. Akihiko se sintió agradecido cuando Uenoyama decidió no hacer más preguntas al respecto

—¿Participarás este año? — cambió de repente el tema

—¿En qué?

—¿Cómo que en qué? El festival navideño

Ah, el festival navideño. Cada año se celebraba un bonito -y bien organizado- festival navideño. Las enfermeras formaban un grupo coral bastante decente y cantaban villancicos, algunas otras presentaban bailes con temática navideña, algunos doctores participaban cantando o tocando algún instrumento musical, como era el caso de él y Uenoyama. No era por tenerse en alta estima, pero su presentación y la de Uenoyama eran siempre las más esperadas por todos. Haruki por su parte, solía recitar poesía y Akihiko siempre esperaba su presentación más que cualquier otra -en realidad era la única que esperaba-

—Lo había olvidado por completo — confesó, y era verdad, con todo lo que sucedía con Haruki había olvidado si quiera que ya había iniciado un nuevo mes — ¿Tú?

—El director fue bastante insistente — aquello significaba solo una cosa: si

—Todos amaron tu presentación el año pasado, realmente tienes talento con la guitarra

—Gracias — sonrió, apenado

—Sería genial si cantaras también — se burló — Deberías intentar presentar algo con letra esta vez

—Lo pensaré, aunque lo dudo — hizo una pausa — Deberías tocar algo también, sabes que todos esperan con ansias tu presentación con el violín

—Lo pensaré también

—Bueno, te dejo, iré a almorzar

Akihiko quiso preguntar si iría con Haruki, pero consideró que entre menos supiera de Haruki menos le dolería el estar tan alejado de él.

Quizá así es como tenían que ser las cosas, quizá estaban destinados a simplemente alejarse eventualmente.

...

Aquel día le había parecido eterno, pero no podía negar que había sido maravilloso. ¿Era la ilusión de diciembre comenzando a hacer su magia? Pero es que el que Mafuyu comiera por primera vez en seis meses, ver su aumento de peso y su mejora física, verlo hablar más que nunca e incluso hacer comentarios sarcásticos le parecía tan increíblemente maravilloso que no había palabras para describir la felicidad que sentía. Aquel día había comenzado increíble y había transcurrido bien. Se encontraba guardando sus cosas para retirarse -bastante tarde, como de costumbre- cuando un pensamiento bastante recurrente durante los últimos días le apareció en la mente

"Quiero verlo"

Siempre que aquel pensamiento aparecía en su mente se repetía el mismo discurso, que no había motivo para verlo en ese momento, que era su doctor, que no era correcto...pero aquel día todo parecía diferente, y de alguna manera le parecía que verlo sería la mejor manera de finalizar un día que había comenzado tan bien.

Terminó de guardar sus cosas y salió de su oficina. Los pasillos estaban casi vacíos, y la mayoría de los trabajadores se habían ido a casa, tan solo quedando el personal de urgencias y a quienes les tocaba el turno nocturno.

Caminó hasta la habitación de Mafuyu -sintiendo como su corazón taladraba su pecho- y por algún motivo se detuvo justo en la puerta, tomándose unos momentos antes de abrirla. ¿Quizá debería irse? Era bastante tarde y Mafuyu podría estar durmiendo...

Antes de poder terminar aquella línea de pensamiento, su mente fue sacudida por un hermoso sonido.

El sonido más hermoso que había escuchado en su vida.

Un sonido suave y melancólico.

Una voz aterciopelada, un poco ronca casi como el suave ronroneo de un gato. Una voz suave y profunda.

Mafuyu estaba cantando.

Su ser entero se sintió estremecido ante las sensaciones que aquella voz provocaba en él. Sintió una descarga eléctrica recorrer su espalda y tragó saliva con dificultad.

Se quedó parado en la puerta, conteniendo la respiración inconscientemente, pues no quería que ni el más mínimo sonido se interpusiera entre su oído y el hipnotizante sonido de aquella melancólica melodía.

Mafuyu ni siquiera estaba pronunciando palabras, no podría definirlo como cantar, más bien tarareaba, pero era sin duda el sonido más hermoso que había escuchado. Se sentía como si su voz acariciara su oído en un delicado susurro, era casi adictivo. No quería que parara.

Un gracioso pensamiento vino a su mente, recordando la pelicula favorita del omega. Mafuyu, era sin lugar a dudas, el ángel de la música.

¿Debería entrar? Pero, si lo hacía entonces Mafuyu se detendría y no quería dejar de escucharlo. Aquel momento por sí mismo ya era perfecto, y quería conservarlo de esa manera en su memoria para siempre. En el momento en el que pusiera un pie dentro de aquella habitación, la magia desaparecería.

Ahí parado detrás de la puerta, de alguna manera invadiendo la privacidad de su paciente, Uenoyama sintió que tocó fondo. Nunca antes se había sentido tan poco profesional -o acosador- en toda su vida, pero con Mafuyu se encontraba teniendo siempre este tipo de pensamientos.

Con Mafuyu todo era un. "Nunca antes había sentido esto"

Y... ¿Qué era exactamente eso que sentía?

Aquella pregunta retumbó en su mente, y una vez que lo pensó sabía que había marcado un antes y un después, como cruzar una línea invisible. De repente fue muy consciente de todo, y desearía no haberse hecho aquella pregunta. Se alejó lentamente de la puerta y se dirigió a casa con la mente -y el corazón- hechos un lío.

...

¡Hola! Perdón por no haber traído capítulo la semana pasada ☹ He tenido muchísimo trabajo y han sido días estresantes, lamento si este capítulo quedó un poco más corto que de costumbre. Por otro lado, volveré con el siguiente pronto pues por fin pude tomarme unas pequeñas vacaciones de dos semanas y aprovecharé a escribir.

Uenoyama por fín comienza a darse cuenta de que sus atenciones con Mafuyu quizá no son del todo normales con un paciente (es bien lento nuestro niño, tenganle paciencia)

Espero que les gustara el capítulo. ¡Gracias de antemano por sus comentarios! Regresaré con el siguiente capítulo en unos días! 

Continue Reading

You'll Also Like

348K 34.5K 26
El héroe profesional Shoto acaba de terminar con su novia Yaoyorozu Momo en medio de la cena navideña del reencuentro estudiantil de la U.A. ¿La razó...
2.5K 220 8
𝑠𝑒𝑎𝑛 𝑏𝑖𝑒𝑛𝑣𝑒𝑛𝑖𝑑𝑜𝑠 𝑎𝑙 𝑙𝑖𝑏𝑟𝑜 𝑑𝑒 𝑋𝑎𝑣𝑖𝑒𝑟 𝑌𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑜 ℎ𝑎𝑦 𝑚𝑢𝑐ℎ𝑜𝑑 𝑎𝑐𝑎 𝐻𝑎𝑦 𝑢𝑛𝑜 𝑑𝑖𝑠𝑓𝑟𝑢𝑡𝑒𝑛
410K 39.1K 62
La noticia de que Red Bull se arriesgo al contratar a una mujer para que reemplace a Sergio Pérez luego de su repentina salida del equipo, ronda por...
1.8M 244K 58
El amor puede llegar de manera impredecible... Para aquel Omega que por mucho tiempo creyó que lo había encontrado, vendrá en su demandante e impone...