⊱┊BROKEN TIE 【Given OMEGAVERS...

By UchihaKari94

170K 12.1K 34.6K

⊱┊Uenoyama Ritsuka es un joven doctor especializado en lazos rotos. Sato Mafuyu, su más reciente caso, lo tie... More

❝Introducción❞
Capítulo I. ❝Dr. Uenoyama❞
Capítulo II ❝Tú❞
Capítulo III ❝ Halloween❞
Capítulo V. ❝ Angel of music❞
Capítulo VI. ❝Quiero oírte otra vez❞
Capítulo VII ❝Doctor of the year❞
Capítulo VIII ❝El festival navideño❞
Capítulo IX ❝Noche Buena❞
Capítulo X ❝CELOs❞ 🔞
Capítulo XI ❝Decisión❞
Capítulo XII ❝ L.E ❞
Capítulo XIII ❝ Planes ❞
Capítulo XIV ❝New Year❞ 🔞
Capítulo XV ❝ Cambios ❞
Capítulo XVI ❝ El malentendido de San Valentín❞🔞
Capítulo XVII ❝ Comienza el juego ❞
Capítulo XVIII ❝Estrategia❞
Capítulo XIX ❝Una verdad incomoda❞🔞
Capítulo XX ❝El plan❞
Capítulo XXI ❝ Consecuencias ❞
Capítulo XXII ❝ Corazón ❞ 🔞
Capítulo XXIII ❝La Gala❞ 🔞
Capítulo XXIV ❝¿Niña o niño?❞ 🔞
Capítulo XXV ❝Enlace❞ 🔞
Capítulo XXVI ❝El Babyshower❞🔞
Capítulo XXVII ❝La fiesta de Akihiko❞
Capítulo XXVIII ❝Esperanza❞
Capítulo XXIX ❝Felicidad❞ 🔞
Capítulo XXX ❝Final❞
NOTAS DE AUTORA : ᕱ ᕱ ❛ ♡
🧡 Nueva historia 🧡

Capítulo IV. ❝ Mi verdad❞

5.1K 476 915
By UchihaKari94

Su mente no podía dejar de repasar los acontecimientos de las últimas dos semanas. Todo había comenzado con el momento en el que Haruki lo había descubierto besando a aquella enfermera en esa bodega. ¿Cómo en el mundo iba a imaginar que Haruki lo vería ahí de todos los lugares? ¿Era alguna jugada cruel e irónica del destino?

Quería hablar con él. ¿Pero que era exactamente lo que quería decirle? Ni siquiera él lo sabía. Lo único que sabía era que necesitaba hablar con él, pero Yatake estuvo pegado a él todo el día como un chicle.

No supo que fue lo que lo llevó a seguirlo hasta aquel estacionamiento ese día. ¿El destino o el karma? ¿Tal vez ambos? Ver aquel beso le revolvió el estómago y le hizo hervir la sangre. ¿Pero que podía decir? Él no era nadie.

Y ahora tenía que soportar ver a Yatake recogiendo a Haruki a diario en el hospital. "¿Es que acaso no tiene nada mejor que hacer?"

¿Acaso habían comenzado a salir? Era demasiado cobarde para preguntar y demasiado cobarde para escuchar la respuesta. Así que hizo lo que sabía mejor: esconder sus sentimientos y fingir que no pasaba nada.

Sabía perfectamente bien que no tenía ningún derecho de enojarse, mucho menos de reclamar y por eso era aún más frustrante el tener que ocultar su enojo.

— Kaji-san — la voz de Uenoyama lo sacó de sus pensamientos. Era bastante tarde, se encontraban saliendo del hospital y justo ambos habían presenciado como Take había pasado a recoger a Haruki, puntual como cada día de las últimas dos semanas

—Yatake sabe que Haruki tiene un auto propio ¿No? — no pudo evitar dejar salir su vomito verbal en forma de pregunta

—Supongo — Uenoyama se encogió de hombros sin darle mucha importancia — Llevan dos semanas así, supongo que por fin Haruki decidió darle una oportunidad

—¿Crees que estén saliendo? ¿Haruki te ha dicho algo?

—No me ha dicho nada, ya sabes lo reservado que suele ser con su vida personal, pero creo que a este punto es bastante obvio que si

—Si es nuestro amigo debería decírnoslo — no podía evitar dejar en evidencia el enojo en su voz, por suerte Uenoyama era lo suficientemente despistado para no sospechar nada más allá

—Si somos sus amigos deberíamos darle tiempo hasta que él mismo se sienta lo suficientemente cómodo para decirnos por él mismo — le regañó Uenoyama. ¿Cómo era posible que el mocoso siempre tuviera la razón? A veces olvidaba que se suponía que él era el mayor ahí

—Odio cuando tienes razón — se quejó y suspiró

—¿O sea que siempre me odias?

—También te odio cuando eres un pequeño arrogante — le revolvió el cabello con la mano, sabía que Uenoyama odiaba que hiciera esto — Nos vemos mañana

—Hasta mañana, Kaji-san — se despidió subiendo a su auto

Akihiko lo observó subir a su hermoso modelo deportivo BMW negro. Aquel mocoso de verdad no sabía ser discreto, aunque aquel auto le iba bastante bien, él por su lado prefería las motocicletas, siempre fue así y aquello no cambio ni al convertirse en un adulto profesional. "Los doctores también podemos conducir motocicletas", le dijo en una ocasión a su madre, quien no dejaba de quejarse de que aquel vehículo no era apropiado para un profesionista como él.

Uenoyama sin embargo era más tradicional, incluso un poco reservado en ocasiones. Aquel elegante -y costoso- auto iba perfectamente con él y toda su imagen de doctor pulcro. A veces lo envidiaba, pero siempre se sentía orgulloso de él

—¿Qué tal va todo con tu último caso? — preguntó de repente, antes de que Uenoyama cerrara la puerta de su auto. El pelinegro se detuvo en seco y lo vio titubear. ¿Por qué se ponía nervioso por una pregunta tan casual?

—Mañana se cumplen tres semanas de su llegada — dijo y sonrió. Akihiko no lo había visto hacer una sonrisa así nunca en los cuatro años que llevaba de conocerlo — Siempre preparo un reporte para el expediente de mis pacientes después de su primer mes y cada mes después de este. Te dejaré leerlo, si es que te interesa el caso

—Solo estaba preguntando por curiosidad — aclaró — No lo has vuelto a mencionar, es raro

—He estado ocupado, lo sabes

—Todos lo hemos estado. ¿Tal vez deberíamos salir mañana? — sugirió — Le diré a Haruki

Akihiko desbloqueo su teléfono y mandó rápidamente un mensaje al grupo de chat que tenían los tres.

—¿Te crees muy gracioso? — preguntó ligeramente fastidiado el pelinegro, a lo que Akihiko no pudo evitar soltar una sonora carcajada que resonó a lo largo y ancho del enorme y ya prácticamente vacío estacionamiento

—Lo siento, estaba jugando — respondió mientras se dirigía a su enorme motocicleta y se colocaba el casco — Nos vemos mañana, Uecchi — no le dio tiempo de contestar pues enseguida arrancó el motor y el estruendoso sonido de este se hizo presente. Hizo un ademan con la mano y se dirigió a casa, dejando a Uenoyama solo en aquel estacionamiento.

Uenoyama se quedó un par de minutos dentro de su auto en silencio. Ya había encendido el motor, pero no había avanzado aún. Conectó el bluetooth de su teléfono al estéreo del auto y eligió una canción lenta para amenizar el camino a casa. Por un momento se detuvo a pensar en el solitario chico de cabello naranja instalado en la habitación privada número 2. ¿Estaría durmiendo ya? ¿Estaría despierto atormentado por sus pensamientos? ¿Se sentiría solo? Verlo era tan sencillo como abrir la puerta de su auto, subir el elevador hasta llegar al piso donde se encontraba, dirigirse a su habitación y abrir la puerta. Era tan sencillo como eso, pero al mismo tiempo terriblemente complicado. Su turno había terminado, y no tenía absolutamente ningún motivo para dirigirse a su habitación a aquella hora de la noche. ¿Por qué si quiera estaría teniendo aquellos pensamientos?

Dejó que la melodía de la canción invadiera su mente, borrando los pensamientos del solitario chico de cabellos naranjas. No debía pensar en él fuera del trabajo. No debía.

Puso en marcha el auto y se dirigió a casa, con destellos de un cabello naranja apareciendo indiscreta e inevitablemente en su mente.

...

Viernes 19 de noviembre.

Habían pasado exactamente 3 semanas desde la llegada de Sato Mafuyu al hospital. Era gracioso cómo funcionaba el tiempo, pues de alguna manera sentía que habían pasado apenas unos días, y por otro lado sentía que conocía a aquel chico de mirada triste de toda la vida. Era difícil de explicar.

Se encontraba sentado en su escritorio observando sus propias notas y con el documento de Word abierto en blanco, listo para comenzar a escribir aquel reporte. Estaba teniendo una competencia de miradas con la pantalla de su computadora, y estaba perdiendo.

¿Siempre fue tan difícil escribir un simple reporte? Había escrito incontables cantidades de reportes de tantos pacientes, pero esta vez se sentía tan diferente, tan personal.

Dio un largo suspiro y comenzó a escribir

Uenoyama se detuvo al escribir aquella ultima oración, recordando el momento en el que descubrió que a Mafuyu le gustaba resolver aquellos divertidos acertijos. Fue apenas una semana atrás, una mañana llegó a visitarlo un poco más temprano que de costumbre y lo encontró leyendo el periódico bastante concentrado. Al acercarse notó que estaba tratando de resolver el crucigrama.

La imagen de Mafuyu completamente concentrado y con una mirada de frustración al no encontrar la palabra correcta le pareció completamente adorable y no pudo evitar sonreír. Mafuyu al darse cuenta de su presencia hizo el periódico a un lado, un poco avergonzado

"No sabía que te gustaban los crucigramas"

"Tampoco yo"

"¿Necesitas ayuda?", dijo y tomó el periódico antes de que Mafuyu pudiera negarse, enseguida pudo ver que ya estaba casi terminado, a excepción de una palabra "Atracción irresistible que siente una persona o una cosa por algo o alguien"

"Mmh, no encuentro esa palabra. Intenté con amor o admiración, pero no quedan"

Uenoyama lo observó de reojo desde arriba. Mafuyu estaba sentado en la cama. Sus cabellos estaban ligeramente revueltos. Tenía un rostro pensativo, se veía frustrado. Nunca lo había visto esforzarse por nada desde que llegó al hospital y ahora se estaba quebrando la cabeza por algo tan trivial como un crucigrama. Se sintió complacido al darse cuenta de que comenzaba a mejorar poco a poco pero no mencionó nada, temiendo arruinar el momento. Entonces Mafuyu mordió suavemente su labio inferior mientras pensaba y Uenoyama tragó saliva. Sintió su rostro ponerse caliente y tuvo que desviar la mirada.

"Fascinación", dijo y Mafuyu lo observó como si un pequeño foco se hubiese encendido sobre su cabeza, "intenta con fascinación", y le entregó el periódico

Mafuyu tomó el periódico y el pequeño lápiz de madera en la mesita junto a su cama y escribió la palabra. Perfecto

"Gracias, Uenoyama-kun"

Uenoyama salió de aquel pensamiento al darse cuenta de que se encontraba sonriendo como un completo idiota en su oficina. Por suerte Akihiko no estaba ahí o lo hubiese molestado hasta el final de sus días. Aclaró su mente y continuó escribiendo el reporte

Toc, toc

El sonido de la puerta interrumpió sus pensamientos

—Haruki-san, eres tú

—¿Esperabas a alguien?

—No, pasa — sonrió y se levantó de su asiento, cerrando su laptop

—Traigo un CC — dijo con malicia

—¿CC?

—Chisme completo — rodó los ojos — Ya te había explicado

—Cierto — recordó cuando Haruki le había explicado el significado de las extrañas expresiones que solía usar — ¿Por fin vas a confesar lo que sea que esté pasando entre tú y Yatake?

—Que chismoso eres

—¿No eres tú el que venía con un chisme? — le recordó de forma irónica

—Bueno, estuve hablando con el director esta mañana y dijo que una importante revista se puso en contacto con él, están interesados en hacer un reportaje de ti

—¿De mí?

—El director negoció con ellos y consiguió un reportaje del hospital también, pero te quieren a ti en la portada

—¿Es una broma no?

—No

—El director sabe que odio las entrevistas

—Lo sé, por eso te lo digo de antemano para que sepas como proceder — sonrió — He cumplido con mi deber, así que me retiro. ¿Nos vemos en la noche?

—¿En la noche?

—Dijimos que iríamos a beber hoy ¿Recuerdas? Más les vale no cancelar porque he venido en mi propio auto hoy y ya le avisé a Take-chan que no me recoja a la salida

—Cierto. Lo había olvidado — se disculpó —...nos vemos saliendo

Ambos se sonrieron una última vez y se despidieron. Realmente no tenía el mejor de los ánimos para salir, pero había pasado bastante tiempo desde la última vez que salió con Haruki y Akihiko y podría jurar que había notado cierta tensión incomoda entre ellos, por lo que consideraba que una salida podría ser la mejor solución.

...

Akihiko Kaji estaba frustrado.

Maldita sea.

Malditos todos los astros y planetas que se alinearon para hacer que Yatake Kouji tuviera aquella noche libre.

Se suponía que aquella noche serían solo él, Uenoyama y Haruki. Era la oportunidad perfecta para hablar con Haruki, por primera vez en dos semanas iba a estar solo sin Yatake a su lado.

Al principio todo iba bien, los tres salieron del trabajo casi al mismo tiempo, el primero en salir fue él, pero solo tuvo que esperar a Uenoyama unos 10 minutos, el último en terminar fue Haruki quien llegó cinco minutos después. Los tres se vieron en el estacionamiento subterráneo del hospital y acordaron ir a un pequeño bar tranquilo que solían visitar seguidamente. Cada uno fue en sus respectivos vehículos y llegaron en menos de 10 minutos.

Eligieron la mesa más alejada del ruido y las personas y se sentaron. Ordenaron sus bebidas; él una cerveza, Uenoyama un whisky en las rocas y Haruki un Daiquiri de fresa. Lo usual.

Platicaron acerca de su día en el trabajo y lo que pasaba recientemente en sus vidas, pero ninguno de los tres tocó el tema de sus vidas amorosas. Por algún motivo se sentía tabú. Uenoyama le había aconsejado darle su espacio a Haruki y demonios, quería hacerlo, pero todo se fue a la mierda cuando Haruki recibió una -inoportuna- llamada

—Chicos, ¿Está bien si invito a Take-chan? — preguntó con una sonrisa. Akihiko tomó su bebida de un solo trago y Uenoyama asintió con la cabeza y le sonrió

No pasaron ni 20 minutos antes de que Take llegará al bar y se pegara a Haruki -como siempre-

Maldita sea.

Aquella noche quería hablar con él, y había terminado bebiendo solo en aquella mesa, observando a lo lejos como Haruki bailaba a gusto con el alto chico de lentes. La simple imagen le revolvía el estomago

—Kaji-san ¿Estás bien? — preguntó Uenoyama, preocupado

—Perfectamente

—Creo que deberías dejar de beber — sugirió, aún con preocupación — No has dicho una palabra en casi una hora

—Lamento ser una compañía tan terrible, Ue-sama, es solo que esta noche no ha ido como esperaba

—¿Quieres hablar de eso?

—Ni siquiera un poco

Akihiko se preguntaba que hacía ahí aún, solo quería irse a casa, tirarse en la cama y no pensar en nada, pero no podía irse, así como no podía despegar su mirada de la mano de Yatake, mano que sujetaba la cintura de Haruki con firmeza.

Vio como Yatake se acercaba a Haruki y le susurraba algo al oído. Apretó su vaso con fuerza y le dio otro trago. ¿Cuánto había bebido ya?

—Bueno, pero deja esa cara de amargado — sabía que Uenoyama tan solo intentaba levantarle el ánimo, así que hizo su mejor esfuerzo por fingir una sonrisa

—Solo estoy algo cansado — se excusó. Haruki y Yatake continuaban teniendo su pequeña y privada conversación en el centro de la pequeña pista de baile de aquel tranquilo bar

"A Haruki ni siquiera le gusta bailar", pensó molesto mientras daba otro trago a su bebida.

Cuando levantó la mirada vio como ambos chicos se acercaban nuevamente a la mesa donde Uenoyama estaba casi dormido a un lado. Se sentía terrible, él había organizado todo y luego se había dedicado a beber y estar con un humor de mil demonios.

—Chicos, vengo a despedirme, lamento retirarme tan temprano, pero tengo una urgencia familiar...— Yatake se despidió rápida e informalmente.

—No te preocupes, espero que todo esté bien — respondió amable Uenoyama

Akihiko tan solo asintió levemente con la cabeza e hizo su mejor esfuerzo por hacer una sonrisa educada. El de lentes les hizo un gesto de despedida con la mano, se dio la media vuelta y se retiró. Haruki lo acompañó hasta la salida.

—Creo que también me iré a casa, estoy cansado — dijo Uenoyama entre un bostezo

Haruki regreso en menos de dos minutos a la mesa y tomó asiento. La imagen era deplorable. Uenoyama estaba medio dormido encima de la mesa y Akihiko se veía completamente alcoholizado. Sus mejillas estaban rojas debido al alcohol y su mirada perdida.

—Dios, son un desastre — se quejó — ¿Qué haré con ustedes?

—Yo me iré a casa a dormir — anunció Uenoyama mientras tomaba su chaqueta y las llaves de su auto. Dejó un billete en la mesa para pagar por lo poco que consumió y se retiró, dejando a Haruki y Akihiko a solas.

—Akihiko

Haruki lo tomó del hombro y lo sacudió suavemente. El rubio de cabello corto conectó sus ojos con los suyos, regalándole una intensa mirada

—Estás borracho

—Uhm, tal vez

—¿Cómo piensas ir a casa?

—Vine en mi motocicleta

—¿Piensas manejar en este estado?

—No estoy tan tomado — dijo e intentó levantarse del asiento, pero al hacerlo sintió su cabeza dar vueltas y tuvo que sentarse nuevamente. Se sentía entumecido

—Vamos, te llevaré a casa — dijo Haruki tomándolo del brazo con amabilidad y colocando su brazo sobre su cuello para ayudarlo a caminar — Le diré al dueño que le eche un ojo a tu motocicleta y que vendrás por ella mañana temprano

Akihiko quiso replicar, pero estaba tan entumido que solo atinó a contestar con un inentendible balbuceo y se dejó llevar por el de cabello largo.

Aquella posición le gustaba, pues podía sentir el aroma a menta fresca emergiendo del cuello de Haruki. Su aroma natural se mezclaba con el aroma a coco de su shampoo. Olía a Haruki.

No supo en que momento Haruki lo colocó en la parte trasera de su auto. Cuando reaccionó ya se encontraba acostado ahí, observando como manejaba lentamente. Fijo su vista -lo mejor que pudo- al espejo del retrovisor para poder observar aquellos ojos color miel que le transmitían tanta paz pero que al mismo tiempo lo volvían loco.

La noche era tranquila y fresca, había poco tráfico y Haruki había puesto música de violín, porque sabía que aquello le relajaba. Lo había llevado hasta su auto, lo iba a llevar a casa, manejaba lento porque sabía que tendía a marearse fácilmente en el auto cuando bebía, puso música de violín por él.

Lo observó desde atrás y sintió su pecho contraerse. ¿Cuántas veces había vivido esa escena ya? Tenía poco más de seis años de conocer a Haruki y durante ese tiempo aquella escena se había repetido una y otra vez.

Haruki siempre estuvo ahí, siempre, en cada momento.

Haruki estuvo cada vez que se emborrachaba y no podía llegar a casa por si mismo, ya sea dejándolo quedarse en su departamento o yendo por él hasta donde sea que se encontrara.

Haruki estuvo ahí cada vez que alguna de sus conquistas se volvía loca y comenzaba a acosarlo, nuevamente ayudándolo a esconderse en su departamento por días o ayudándolo a hablar con las personas. Haruki tenía el don de decir las cosas de una manera tan bonita, que sin importar si eran malas noticias, las personas lo tomaban bien.

Pero más importante que todo, Haruki estuvo ahí para él cuando sentía que ya no quería vivir, cuando perdió todo.

Haruki Nakayama era la única persona que sabía el motivo por el cual había decidido especializarse en lazos rotos, específicamente de alfas.

Ugetsu Murata.

Tan solo pensar en su nombre hacía que quisiera regresar todo lo que había bebido aquella noche.

Conoció a Ugetsu durante su primer año de la universidad y desde el primer momento que lo vio supo que sería su perdición. Nunca antes se había sentido tan atraído a alguien, era como un imán.

Si tuviera que elegir una palabra para describir a Ugetsu sería tornado, Ugetsu era un tornado que se llevaba todo a su paso. Era imposible luchar contra él, contra sus encantos y contra lo que le provocaba. Se enamoró. Se enamoró con la intensidad con la que un tornado destruye una ciudad: rápido y fuerte.

Sobra decir que su relación fue tormentosa de principio a fin, pero ambos parecían ser incapaces de soltarse. Era casi como una droga, que sabían que les hacía mal pero no podían dejar ir.

Eran tontos, apasionados e irracionales. No pensaban mucho. En ese entonces parecía que el mundo era fácil y las decisiones fáciles de tomar. Nunca pensó en las consecuencias.

"Enlacémonos", dijo un día de la nada. Llevaban casi un año saliendo y sentía que no había manera de que pudiera amar a alguien más tanto como amaba a Ugetsu, tenía sentido enlazarse ¿Por qué esperar más?

El pelinegro lo miró sorprendido, pero una vez la sorpresa pasó sonrió y corrió a sus brazos, saltando a él y rodeándolo con sus piernas, "¡Hagámoslo!"

Como dos tontos enamorados, más tontos que enamorados, eso lo descubriría después.

Acordaron enlazarse durante su siguiente celo. Todo estaba planeado, en cuestión de dos meses se enlazarían.

En ese entonces ya había conocido a Haruki. A Haruki lo conoció seis meses después de iniciar su relación con Ugetsu, en una clase de medicina general, pues siendo su primer año de universidad todavía no elegían especialidades.

Se hicieron amigos de inmediato, Haruki era una persona refrescante y sincera, era como la representación humana de la primavera, cálida y gentil.

Eran bastante cercanos, y se sentía cómodo con él. Como si no tuviera que utilizar esa mascara que utilizaba con el resto del mundo, por eso cuando escuchó su confesión -que salió completamente de la nada- no supo que decir o que pensar.

"Estoy enamorado de ti", confesó una noche mientras regresaban al campus después de una noche bebiendo con sus compañeros.

Fue tan espontaneo, tan sincero y relajado que no supo cómo reaccionar, ni siquiera pensó en su respuesta, solo dejó salir sus pensamientos a como venían su mente, formulando una atropellada oración llena de nerviosísimo

"No, por favor no, Haruki. No quiero perderte, no quiero perder tu amistad"

"No estaba esperando que me correspondieras, solo quería sacarlo de mi pecho", sonrió con evidente tristeza en el rostro y continuó caminando

Haruki lo mencionó tan casual como rápidamente, y después de eso nunca más volvió a mencionar nada al respecto. Tampoco lo trató diferente ni se alejó de él. ¿Había sido su imaginación? ¿Fue producto del alcohol? ¿Haruki si quiera recordaba haberlo dicho?

En parte lo agradecía, pues en verdad no quería perder su amistad, y no podía corresponder sus sentimientos cuando estaba a meses de enlazarse con Ugetsu.

Haruki claro que se enteró cuando esto pasó, después de todo era imposible ocultar algo tan grande como un lazo. El aroma de Ugetsu estaba tatuado a su ser después de todo, sin embargo, Haruki jamás mencionó nada ni lo trató de manera diferente, así que él tampoco volvió a mencionar nada y ambos continuaron con su amistad.

Que buenos días fueron esos. Durante un año todo fue perfecto, lamentablemente las cosas buenas nunca duran y Akihiko aprendió aquella dolorosa lección a las malas.

Su turbulenta relación con Ugetsu se volvía cada vez más tormentosa. Peleaban más de lo que hablaban, se gritaban, tiraban cosas y luego hacían el amor salvajemente. Se hacían mal y lo sabían, pero seguían atados a ese ciclo de toxicidad interminable, y él se engañaba haciéndose creer que eso lo hacía feliz.

Ugetsu no pensaba lo mismo.

"Rompamos", dijo repentinamente un día. Akihiko sintió como si alguien lo golpeara en el estómago. ¿Romper? ¿Era siquiera posible? ¿No se suponía que estarían juntos toda la vida?

"¿De qué estás hablando?"

"Aún estamos a tiempo...Akihiko no eres mi pareja destinada. Lo sé y lo sabes...tal vez nos apresuramos al enlazarnos"

"Sé que peleamos más de la mitad del tiempo y que nos hacemos mal...pero en verdad te amo, Ugetsu no puedo vivir sin ti"

"Por favor, te estoy pidiendo que rompas el lazo"

"No, no pienso hacerlo...puedo cambiar, cambiaré por ti"

"Por favor"

"No puedo hacerlo sin morder a otro omega. No pienso hacerlo. No lo haré"

"Entonces haré que otro alfa me muerda, lo siento Akihiko...no puedo seguir así"

Aquella noche Akihiko se volvió loco, aquellas palabras habían sido demasiado. ¿Hacer que otro alfa lo mordiera? ¿Estaba hablando en serio? Se gritaron y dijeron demasiadas cosas hirientes, Ugetsu huyó de la habitación sin mirar atrás y Akihiko supuso que sería como sus otras peleas, donde eventualmente volvería, tendrían sexo y todo se solucionaría, pero no fue así.

Al día siguiente no supo nada de Ugetsu, ni por los siguientes tres días, o tres semanas. Lo que si supo fue que una noche sintió un fuerte dolor en el pecho, acompañado de ansiedad y dificultad para respirar. Comenzó a transpirar excesivamente y se dio cuenta de que estaba hiperventilando. Lo único que se le ocurrió fue llamar a Haruki, quien llegó en menos de diez minutos. Aquella noche Haruki estuvo para él y no hizo ninguna pregunta, solo estuvo ahí y Akihiko lo agradecía inmensamente.

Poco después se enteró de lo que había pasado.

Ugetsu había roto el lazo.

Ugetsu, después de todo era un omega dominante de una familia adinerada y poderosa, y él era un simple alfa. Seguramente había encontrado un alfa dominante que lo mordiera, eliminando de esa manera su anterior lazo con él.

Durante los siguientes meses tuvo que soportar no solo el inmenso dolor del lazo roto, que lo estaba matando lentamente. También tuvo que soportar la humillación por parte de su propia familia y la sociedad que se burlaban

"Debes ser probablemente el único alfa en el mundo que ha sido humillado de esa manera por un omega"

"¿Por qué estás haciendo un gran alboroto de esto? Eres un alfa, te recuperarás en un instante"

Eran la clase de comentarios que escuchaba siempre. Nadie veía que se estaba rompiendo, nadie veía ni tomaba enserio su dolor porque era un alfa.

Debido a esa experiencia había decidido dos cosas. Una, que se especializaría en lazos rotos, específicamente de alfas, pues la sociedad solía minimizar el dolor de los alfas ante el suceso, cosa que comprendía pues era mínima la cantidad de alfas que lo sufría a comparación de los omegas, pero existían, él era una prueba viviente.

No quería que alguien tuviera que pasar por lo que él pasó. Nadie tendría que sobrellevar esa experiencia por sí mismo, sin ninguna clase de ayuda. Honestamente, fue un milagro que sobreviviera.

Si, un milagro llamado Haruki Nakayama. Haruki fue la única persona que se quedó a su lado durante todo el proceso, nunca lo abandonó y tampoco hizo preguntas innecesarias. De no haber sido por él, quizá no habría podido sobrellevarlo.

La segunda cosa que decidió fue que no volvería a abrir su corazón nuevamente, a nada ni a nadie. Si no te abres no hay manera de que te lastimen. No volvería a sufrir así nuevamente.

Fue así que después de haberse recuperado se dedicó a disfrutar de todo tipo de experiencias, con quien se le cruzara. Después de todo la vida era para disfrutarla.

Solo había un pequeño problema con su plan: Haruki Nakayama.

¿Qué significaba Haruki para él? Nunca se detuvo a pensarlo más allá, Haruki siempre estuvo ahí, tanto así que lo dio por sentado, pero con el paso de los años llegó a darse cuenta de algo.

Le molestaba siempre que alguien era demasiado amistoso con él, se encontraba a sí mismo siendo posesivo. Era como si quisiera monopolizar su amistad, no, no su amistad, su sola existencia.

Haruki era suyo.

¿Era normal tener esa clase de pensamientos por un amigo? La respuesta era, por supuesto que no.

En el momento en el que se dio cuenta de esto supo que estaba jodido.

Estaba jodidamente enamorado hasta la medula de Haruki. Estaba enamorado de su mejor amigo. La persona más buena y brillante del planeta tierra.

Pero no le haría eso a Haruki. No, él era intocable. Demasiado bueno, demasiado perfecto para ser profanado por su amor. Su amor era malo, su amor destruía a las personas, su amor había alejado a Ugetsu y lo había transformado en alguien que no era.

Jamás le haría eso a Haruki, él estaba fuera de los límites. De todos modos, era perfectamente consciente de que no era digno de Haruki, nunca podría merecer su amor o estar junto a él.

Desde que fue consciente de sus sentimientos por Haruki hizo hasta lo imposible por sacarlo de su mente, cosa que lo llevo a meterse con cualquier persona que estuviera dispuesta a una buena noche de sexo con tal de no pensar en el hermoso rubio de cabello largo.

Vivía en su propio infierno personal y nada de lo que hacía servía pues cada vez que estaba con alguien solo podía pensar que era Haruki a quien sostenía.

Habían sido incontables las veces que se masturbó en la soledad de su cuarto pensando en él, en como sería sostenerlo, besar cada centímetro de su cuerpo, tener su suave cabello entre sus manos y aspirar su delicioso aroma.

Pero nunca lo sabría, porque ya había tomado su decisión tiempo atrás. De cualquier manera, de esta forma nunca lo perdería. Si ellos estuvieran juntos en algún momento todo terminaría y perdería a la persona más importante de su vida porque nada era para siempre, pero como amigos nunca lo perdería y siempre estaría ahí.

Esa era su verdad, una verdad que moriría con él.

Pero ahora viéndolo sostener la mano de alguien más, se preguntaba si había tomado la decisión correcta. Sabía que Yatake era un buen hombre y que amaba a Haruki de manera sincera y no le haría daño. Haruki merecía ser feliz, Haruki merecía lo mejor, y él no lo era, Yatake si. Entonces ¿Por qué era tan difícil aceptar que estuvieran juntos?

—Akihiko, despierta — la suave voz de Haruki lo sacó de sus pensamientos. ¿En que momento habían llegado al departamento de Haruki? Ni siquiera notó el momento en el que habían bajado del auto

—Eres más fuerte de lo que aparentas — soltó con una sonrisita — Mira que cargarme hasta acá no debió ser fácil

—Corrección, te arrastré hasta acá, no te cargué y ya me lo pagarás después. Ten — le lanzó una muda de ropa limpia.

Akihiko no pudo evitar enterrar su nariz en aquellas prendas con la esperanza de encontrar el aroma de Haruki en ellas. Se decepcionó al darse cuenta de que todo lo que podía sentir era el aroma a suavizante de telas

Haruki desapareció tras la puerta del baño unos momentos y cuando regresó estaba completamente bañado y cambiado. ¿Cuánto tiempo estuvo ahí? Su percepción del tiempo era graciosa cuando estaba borracho.

Pequeñas gotitas caían de las puntas del rubio y largo cabello de Haruki. Akihiko no podía evitar mirarlo como un tonto. ¿Haruki sería consciente de la manera en la que lo miraba?

Oh no, vomito verbal.

—¿Estás saliendo con él? — escupió de repente

—¿Ah?

—Contesta — se mantuvo firme sin desviar la mirada — ¿Estás saliendo con Yatake?

—No veo como eso podría ser de tu incumbencia

—Maldición Haruki, contesta la pregunta

—No

—Entonces...

—Aún no, pero probablemente lo hagamos oficial pronto — añadió antes de que Akihiko pudiera decir algo

Akihiko hizo una mueca de molestia demasiado evidente, cosa que no pasó desapercibida para Haruki

—¿Tienes algo que decir?

—Creí que dijiste que no te gustaba y que no tenías tiempo para relaciones — le recordó — Solo me pareció que te contradices mucho

—Bueno, cambié de opinión. Tengo derecho ¿No?

—Supongo

—Durante los seis años que te he conocido te he visto ir y venir con todo tipo de personas, algunas más cuestionables que otras y jamás dije nada al respecto porque es tu vida, así que no entiendo porque actúas de esta manera. ¿Tienes algo contra Take-chan?

—No

—No te entiendo, estás actuando como un imbécil, Akihiko

—Noticia de último momento Haruki, ¡Soy un imbécil! — levantó la voz y se maldijo a sí mismo por esto. ¿Cómo había tomado ese rumbo la conversación? Nunca debió decir nada en primer lugar, pero su cerebro estaba entumecido y su lengua suelta. No tenía un filtro y se arrepentiría al día siguiente por eso — No entiendo porque tenías que llevarlo hoy, se supone que era una noche de amigos y terminaste ignorándonos por estar con él

—Si no te conociera, diría que estás celoso — dijo Haruki y se rio ante aquel pensamiento, pues sabía bien que Akihiko jamás lo vería de esa manera

—¿Y qué si lo estoy?

Haruki paró de reír al escuchar la respuesta de Akihiko y frunció el ceño

—No sé que clase de broma estés jugando, pero no es divertida así que detente.

Akihiko se acercó a él y lo tomó de la muñeca con fuerza. Por la proximidad de sus cuerpos Haruki podía sentir claramente el olor etílico emanando de Akihiko

—Suéltame y duérmete, no sabes que estás diciendo.

Akihiko no soltó el agarre ni un poco, al contrario, se aferró más a él, presionando su cuerpo contra el de Haruki

—Haruki...— susurró contra su cuello, aspirando su aroma mientras cerraba los ojos, concentrándose en su esencia. Estaba comenzando a perder -más- la cabeza. La proximidad de sus cuerpos, el aroma del omega, todo era una formula para el desastre, pero se encontraba a sí mismo perdido en el momento.

—¿Qué quieres de mí, Akihiko? — preguntó serio sin mover un solo musculo

—No lo sé...— claro que lo sabía, pero no podía decirlo, ni siquiera podía admitirlo a sí mismo en voz alta

Haruki suspiró y con toda su fuerza apartó a Akihiko lejos de su cuerpo

—Por suerte para mí, hay alguien que si lo sabe — dijo serio y Akihiko sabía perfectamente que se refería a Yatake. Se odió a sí mismo por no poder ser capaz de contestar — No sé que estás pensando en este momento o si estás pensando en lo absoluto, si lo que quieres es una aventura de una noche tienes muchas más y mejores opciones que yo

—Haruki, no, eso no es...

—Puedes dormir en el sofá, y espero que cuando despierte ya no estés aquí — sentenció con firmeza y cerró la puerta de su habitación detrás de él, dejando a Akihiko a solas lleno de vergüenza y remordimiento

"Soy un idiota..."

...

¡Hola! Sé que había prometido actualizar viernes o sábado, pero esta semana estuve demasiado ocupada con el trabajo y apenas pude terminar el capítulo. Espero que les gustara, me he esforzado bastante y quedó un poquito más largo de lo que creí.

El capitulo se llama "Mi verdad" pues en este capitulo descubrimos la verdad desde la perspectiva de Akihiko. Recuerden que en cada historia hay dos lados, y hoy hemos descubierto el de Akihiko.

Con respecto a Ugetsu, no odio el personaje y tampoco es un villano en mi fanfic. Son cosas que pasan, así es la vida u.u

Lamento si en este capitulo no aparecieron mucho Mafuyu y Uenoyama, pero a partir del próximo capitulo veremos MUCHO más de ellos y su relación. Las cosas entre ellos avanzan lentas pero muy seguras. No quería que su relación se diera de la noche a la mañana, especialmente tomando en cuenta la situación que atraviesa Mafuyu, pero les prometo que ya comenzará a avanzar mucho más su historia.

¿La historia tendrá lemon? Claro que sí, mucho, pero todo a su tiempo. En lo personal disfruto mucho más el lemon cuando hay un trasfondo y no es simple sexo.

Por cierto, como extra les dejo acá por si tienen curiosidad de como lucen los vehículos de Akihiko, Uenoyama y Haruki.

Muchas gracias por sus lindos comentarios y por todo el apoyo que le han dado a esta historia. ¡Nos vemos la próxima semana con un nuevo capítulo!

Continue Reading

You'll Also Like

887K 131K 101
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decían ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque s...
346K 32.6K 11
Izuku ha encontrado a su pareja destinada, un alfa de cabello bicolor y mirada heterocroma, su amor es sincero y parece que tienen un futuro juntos a...
103K 12.4K 45
Sasuke es el mejor detective encubierto. Siendo omega se le hace muy fácil pasar desapercibido. ¿Que pasa cuando encuentra a su pareja destinada o cu...
65.9K 5.9K 29
Un alfa con un aroma bastante atrayente para un omega y adinerado. El aroma ideal para cualquiera. ¿que pasara si aquel alfa y un omega se encuentr...