No paraba de retorcerme en la cama, sentía como él rozaba mis caderas con las suaves y grandes manos que poseía; de a poco, muy lentamente iba subiendo, dirigiéndose al valle que formaban mis pechos para luego proceder a acariciarlos, lamerlos, mord...
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POV Kira
Y así como estaba lo dejé, le colgué el teléfono en la mejor parte de la conversación, ni yo me creía todo lo que le había dicho a Pablo mi doctor. No sé desde cuando soy tan sinvergüenza y me la doy de sexy y atrevida, definitivamente este hombre podía sacar lo mejor de mí.
Desde el preciso momento en que me dijo que estaba solo o mejor dicho saliendo de un gran compromiso fue como si me diera luz verde, o como si me estuviera invitando a largarme a una pileta con litros y litros de agua, la cual no hubiera sido suficiente para lograr apagar el fuego que me hizo sentir el imaginar la erección que debía de tener en estos momentos Pablo en sus pantalones o en su mano y la cual me hubiera encantado fuera la encargada de brindarme placer, mucho placer.
Lo pienso una y otra vez, y la verdad es que no me importa en lo más mínimo si quedé como una regalada total, nunca en mi vida me dejé llevar por los impulsos y por la adrenalina del momento, o por lo menos no lo hice en lo que respecta a los hombres, pero creo que llegó el momento de cambiar eso, necesito ser un poco más loca y arriesgada como me diría Jensen: "La vida es una sola hermanita, tienes que vivirla antes de que sea demasiado tarde", la verdad es que nunca creí que iba a seguir un consejo de alguien y menos de Jensen siendo que normalmente era yo quien lo aconsejaba y lo sacaba de problemas con mis consejos, aunque dudo mucho que Jensen se estuviera refiriendo a que pasara mi tiempo y disfrutara del sexo cuando me dio ese consejo, pero en fin cada uno hacia la lectura que quería de las cosas.
En fin, lo que quiero y lo que necesito ya tiene nombre y un cuerpo de muerte que me saca más que suspiros al verlo, sea lo que sea en lo que vaya a terminar o empezar esto lo voy a hacer, desde la primera vez que lo vi sentí esa electricidad recorrer todo mi cuerpo, no puedo dejar de pensar en él, esta vez estoy decidida a conseguir lo que quiero y como bien dice mi madre: "como bien taurina y terca que eres siempre consigues lo que quieres así que no pares pero si las cosas no salen a tu manera después no te quejes pequeña Kira".
Así que esta vez sin miedo a las posibles consecuencias me voy a arriesgar. Es así como pensando en eso y en mis posibles estrategias para conseguirlo finalmente caigo dormida.
Son las 9 de la mañana cuando me despierto al siguiente día, me levanto igual o más decidida de lo que me acosté anoche, me dirijo directamente a la ducha. Después de bañarme, ponerme crema y perfumarme me dirigí envuelta aún en mi toalla a lo que es mi closet, saqué de uno de mis cajones un conjunto de ropa interior de encaje color rojo, me puse un pantalón de jean color negro ajustado que marcaba muy bien mis curvas y una remera verde agua, obviamente acompañado de mis zapatos de taco alto a juego con mi vestimenta, me solté la cabellera le puse crema para peinar y lo deje que se luciera con sus ondas naturales, me maquille solo con corrector de ojeras, delineador, rímel y un labial rojo carmesí, y así me dirigí hacia el consultorio de mi querido doctor, con suerte conseguiría una consulta para ser atendida en ese momento, cruzaba los dedos para que eso sucediera, sé que él no me espera hasta la semana que viene, pero me muero por ver que tanto puedo encender a ese hermoso y caliente doctor, me muero de ganas por ver hasta dónde llega, cual es verdaderamente su límite.
