Capítulo 2- Lunes por la madrugada

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Son las 7 am del día Lunes, la verdad es que me cuesta horrores madrugar y más si tengo la resaca que obtuve en el cumpleaños número 50 de mi tía Lilian, si bien no soy mucho de salir no le podía decir que no a mi tía y a mamá, esas mujeres si sab...

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Son las 7 am del día Lunes, la verdad es que me cuesta horrores madrugar y más si tengo la resaca que obtuve en el cumpleaños número 50 de mi tía Lilian, si bien no soy mucho de salir no le podía decir que no a mi tía y a mamá, esas mujeres si saben cómo festejar un cumpleaños, son el alma de la fiesta sin duda alguna, y mi dolor de cabeza y mi hígado me lo están recordando en este preciso momento, la idea era relajarme y recargar energía no lo contrario, pero es lo único que logré obtener y ahora tenía las consecuencias y necesitaba una desintoxicación urgente si quería lograr pasar el día sin ganas de devolver todo lo que había comido y bebido la noche anterior.

Si fuera por mí me quedaría envuelta en mis sábanas y dormiría hasta que se me pase la resaca, pero si o si tengo que ir a mi ginecólogo ya que mi período es lo más irregular que existe en la faz de la tierra y más cuando estoy tan estresada como lo he estado estos últimos meses.

Desde que era una adolescente siempre fui más que irregular, el período solo aparecía cada uno o dos meses pero esta vez se me había atrasado cuatro meses en los cuales los cólicos sentía me iban a matar, así que me obligue a ir al médico para ver si mis quistes habían empeorado o que es lo que había sucedido, pero el peor tema era que iba a tener que cambiar de ginecóloga porque Pilar la doctora que me atendía prácticamente desde que me había mudado a Argentina hacia siglos se había trasladado a otra ciudad y no iba poder atenderme más.

Como puedo no como quiero me digno a levantarme de mi tan preciada y cómoda cama, me doy una ducha rápida, me pongo mi pantalón corto negro favorito, una remera con tirantes finos y muy escotada de color blanco y unas sandalias a juego. Luego de ello me peino y me maquillo solamente con base, delineador rímel y labial, me pongo mi perfume preferido, y me dirijo a prepararme mi café en mi vaso térmico para beber en el camino.

Salgo de mi departamento y tomo el ascensor que me lleva al garage, una vez que se abren las puertas del elevador salgo del mismo y me dirijo a mi auto y una vez q subo y enciendo el estéreo pongo un cover de mi canción preferida de Culture Club – "Do you really want to hurt me" y a todo volumen salgo del edificio para dirigirme directo hacia el seguro médico para que me den las órdenes y luego pueda pedir el turno.

Luego de 40 minutos llego al lugar, saco el número para que me atiendan y me siento a esperar, ya que tengo el número 43 y recién van por el 10, evidentemente recién empiezan a atender y aunque no me gusta esperar en absoluto, esta vez lo hago porque es mi salud de la que estamos hablando, y eso es algo con lo que no se juega.

Mientras espero me pongo los auriculares y observo como entra y sale gente, le hago muecas a un bebé cuya madre está sentada al lado mío, y observo como una de las cuatro secretarias habla embobada por teléfono, haciendo muequitas y sonrisitas coqueteando como si la persona con la que está hablando por teléfono pudiera observarla, así estuve admirando el panorama hasta que después de exactamente dos horas y quince minutos me lograran atender.

Quería salir tan rápido de allí que hasta me olvidé de aclararle a la chica que me atendió que quería una mujer no un hombre para ser mi doctor, esa maldita aclaración no la hice así que cuando salí de ahí con mi turno para dentro de dos días rogué a todos los santos y dioses existentes para que me tocara una mujer de doctora, ya que debe ser bastante incómodo que un hombre con el que no vas a tener sexo te vea abierta de piernas, te observe e incluso te revise ahí abajo.

Todo bien con que un hombre me toque, no hay problema, o sea, es un doctor, un profesional de la salud, pero en este caso en particular me daría un poco de vergüenza he de admitir.

En fin, como lo único que me pusieron en el papelito fue el apellido de la persona que me iba a atender, la chica que me atendió fue la que estaba volando y coqueteando por teléfono y no me dijo nada más que para preguntarme mis datos de seguro y el papel del turno esta pre impreso y solo dice Dr/a no sabré si es él o ella hasta mañana.

Son las 11:30 am cuando por fin voy saliendo del seguro médico, tan apurada y despistada como siempre que choco con una persona, para ser más exacta con un hombre y que hombre por Dios Santísimo.

Cuando levanto la mirada, mis ojos se encuentran con la criatura más hermosa que jamás haya visto y de la cual me estoy agarrando en este momento de sus lindos y tonificados brazos ya que si lo suelto lo más seguro sería que terminaría estampada en el piso de la entrada de la clínica y todo el mundo se empezaría a reír de mí, incluido este hermoso espécimen de hombre.

No puedo ni empezar a describir lo hermoso que es su cabello rubio, su piel blanca pero algo bronceada, sus brazos duros y si, definitivamente si, mi lívido despegó fuera de la tierra, creo q estoy hasta húmeda en partes que mejor ni nombro, hacía siglos que un hombre no me ponía así.

Realmente en momentos como estos comienzos a plantearme seriamente a mí misma si de verdad quiero estar sola, soltera y solitaria por el resto de mis días en la tierra.

Después de que pasa lo que creo que es una eternidad en la cual me quedo observándolo, logro levantarme a una altura normal, ya que la posición en la que había quedado estaba bastante cercana a estar en el suelo, logro soltar sus brazos, pero en vez de decir gracias lo primero que se me ocurre decir es: ¡¡¡Wow!!! Y quedarme mirándolo como boba, lástima que trae lentes de sol, me encantaría ver sus ojos.

El chico, mejor dicho, hombre, me mira y me da una amable y sexy sonrisa a la vez que me pide perdón por el leve choque que tuvimos.

- Claro, no hay problema. Estas cosas pasan, a veces más seguido de lo que uno quiere. No hay problema – contesto

Por Dios¡!!! Por lo visto mis neuronas no piensan nada más cuando ven a un tipazo con esos rasgos y hace que empiece a decir incoherencias o bobadas con muy poco estilo. Maldita seas Kira, ¡Piensa!! Me grito internamente.

Luego de eso el hermoso hombre se despide y procede a hablar con una de las secretarias que estaba en los escritorios y yo salgo del lugar, seguro que es un paciente de urgencia o algo así porque nadie en su sano juicio pasaría directamente a hablar con las secretarias sabiendo que hay una fila tremenda de pacientes esperando ser atendidos, y pinta de médico no tiene así que vaya a saber porque pasó, así como si fuera el dueño del lugar.

Finalmente dejo de pensar en lo sucedido asumiendo que no lo voy a ver nunca más en mi vida, y me dirijo a mi auto para ir a mi oficina.

Una vez que llego a J&K Design empiezo a firmar un par de contratos y el presupuesto de las campañas del próximo mes, entre eso y un par de reuniones que tenia se me hicieron las 5 pm, sinceramente no me di cuenta del tiempo, y por lo visto mi estómago tampoco, por lo que empezó a gruñir de hambre en el momento preciso en que me di cuenta de la hora, así que dejé todo listo a mis secretarias y a mi mano derecha mi increíble hermanito Jensen, no sin antes acordar con el en ir a cenar en estos días.

Una vez que logré irme de la empresa me dirigí a casa, después de 45 minutos de soportar el tráfico de la ciudad llegué a casa, me saqué los zapatos, anduve descalza cocinando algo rápido y sabroso y me fui al sofá, donde después de comer y hacer zapping como tonta durante bastante tiempo, sin darme cuenta me dormí, ya que definitivamente había sido un día largo.

Quiero que seas míoWhere stories live. Discover now